Junto con matrioskas, miniaturas de sus grandes monumentos e imágenes de Putin en los más diversos recuerdos de viaje, Rusia ha vuelto a ocupar su lugar en el intrincado mundo contemporáneo, basado en la conducción de hierro de un hábil ex agente de la KGB, convertido en uno de los políticos más brillantes de la actualidad, la geografía de un país inmenso, dotado de recursos naturales, y la identidad y voluntad de imperio que puede percibirse en sus círculos políticos e intelectuales.