Tras su asunción al poder, Al-Sisi promete dar un levantamiento en las finanzas nacionales, afectadas y erosionadas desde la pandemia; de la mano de sus promesas de un acercamiento más activo con Occidente para resolver las crisis regionales y estabilizar la zona. En su discurso remarcó los desafíos tanto financieros como territoriales, así como los conflictos de Sudán, Libia y ahora Gaza. No obstante, tras estos buscará un desarrollo continuo de la infraestructura y la economía egipcia.