Costa Rica: Fin de relaciones diplomáticas con Taiwán e inicio con China
Antecedentes
La guerra civil de 1949 separó a China en dos partes: la comunista, que se encontraba bajo el mando de Mao Tse-Tsung y que se quedó en el suelo continental asiático; y la capitalista, que estaba dirigida por Guomindang y que se instaló en la isla Formosa (antiguo nombre de Taiwán).
Al inicio de este conflicto, Estados Unidos respaldó al gobierno de Guomindang debido a su comunión ideológica y política, de forma tal que contribuyó con el mismo a través del suministro de dinero, armas y personal. Asimismo, mediante presiones y el uso de sus influencias, logró darle a Taiwán el reconocimiento internacional, al imponerlo como país representante ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) (González y Regalado, 2001:55).
Sin embargo, entre finales de los sesenta e inicios de los setenta, la política del país norteamericano dio un giro de 360 grados, ya que viró su apoyo hacia la República Popular de China. Entre las razones que justifican este acontecimiento se encuentran el robustecimiento de China, su conversión en un factor de poder en la política internacional, la existencia de intereses geoestratégicos específicos en la zona relacionados con China y la elaboración estadounidense de una estrategia que buscaba erradicar el comunismo a través de la comunicación en vez de la confrontación. De este modo, en 1971 se expulsa a Taiwán de la ONU para cederle el campo a la República Popular de China (González y Regalado, 2001:55-56).
El caso
Relaciones entre Costa Rica y Taiwán
Debido al conflicto que experimentan China y Taiwán, y al ser el primero el reconocido por parte de la ONU, la República Popular de China estableció la restricción a los actores internacionales de mantener simultáneamente relaciones con Beijing y Taipei. Por lo tanto, los países debían escoger con cuál de estas dos naciones asiáticas sostener sus relaciones diplomáticas.
En el caso costarricense, el país eligió a Taiwán debido a diversas razones. Una de ellas se basaba en el hecho de que Costa Rica ya tenía relaciones con China antes de 1949, por lo que después de la guerra decidieron seguir los pasos de Estados Unidos. Esta decisión se sustentaba en la coincidencia ideológica anticomunista y en la visión de mundo divido entre los dos bandos de la Guerra Fría. Si bien Estados Unidos finalmente decidió apoyar a China, Costa Rica no lo hizo, pues sus vínculos con Taiwán ya comprendían cooperaciones en el campo de seguridad y defensa, lazos de amistad entre personalidades del gobierno y la sociedad civil, así como la presencia de un creciente componente de intercambio cultural (Aguilera, 2006:172-173).
Sin embargo, el principal motivo por el cual el Estado costarricense siguió unido a Taiwán se debió a la cooperación bilateral y multilateral. En este caso, Costa Rica se beneficiaba tanto de los elevados montos de las donaciones, así como de las favorables condiciones bajo las que se daban. Taiwán brindó 4 tipos principales de donaciones: la financiera no reembolsable, que atendía requerimientos del Estado, principalmente para infraestructura, desarrollo y atención de emergencias de desastres naturales; la financiera reembolsable, que se componía de préstamos a plazos largos y con muy bajas tasas de interés; la técnica, que se basaba en envíos de expertos en proyectos de desarrollo, entre los que destacaban los agrícolas; y las transferencias financieras (conocidas como “diplomacia del dólar”), que se referían a la entrega de recursos financieros para campañas políticas o para el uso discrecional de presidentes y jefes de Estado (Aguilera, 2006:173-175).
Detrás de todos estos beneficios, Taiwán tenía una meta muy clara, y que pretendía que sus únicos 22 socios diplomáticos (11 de los cuales se ubicaban en Centroamérica y el Caribe, para el 2006) le ayudaran a cumplir: recuperar el reconocimiento por parte de la ONU. De acuerdo con Aguilera (2006:176): “Como parte de estas relaciones de cooperación y amistad, se espera que los países centroamericanos asuman la defensa de las posiciones de Taiwán en espacios internacionales, en especial en las Naciones Unidas, y respalden su aspiración de ingresar como miembro de pleno derecho a los organismos internacionales”.
Por último, vale la pena señalar que, si bien la relación entre Taiwán y Costa Rica era beneficiosa desde el punto de vista de ayuda económica y de intercambio cultural, era perjudicial en cuanto a los términos comerciales se refiere. Lo anterior quiere decir que Costa Rica importaba de Taiwán mucho más que lo que exportaba hacia el mismo, lo que perjudicaba su intercambio y le generaba un déficit comercial. De acuerdo con González y Regalado (2001: 64): “Los socios comerciales de mayor importancia para la Isla son los países asiáticos, con los que comercia alrededor de la mitad del intercambio de importaciones y exportaciones, Norteamérica con un cuarto del comercio, y la Unión Europea con un 15%. Con Centroamérica apenas alcanza el 1,6% en exportaciones y menos del 1% en importaciones”. Aunado a lo anterior se tiene, que en el 2005 del total de las inversiones taiwanesas efectuadas en Centroamérica sólo el 4% se dirigían a Costa Rica (Aguilera: 2006:177).
Relaciones entre Costa Rica y China
Como quedó demostrado anteriormente, los beneficios comerciales que Costa Rica podía obtener de Taiwán eran prácticamente nulos, y todo parecía indicar que eso no iba a cambiar.
Sin embargo, en un mundo globalizado, las relaciones económicas de mercado son decisivas. Por ello, el 1 de junio del 2007, Costa Rica decide anunciar públicamente el fin de sus relaciones diplomáticas con Taiwán y el inicio de las mismas con China. De acuerdo con el presidente Óscar Arias (La Nación: 2007): “Esta decisión no obedece a ningún viraje ideológico ni a razones de geopolítica o intereses coyunturales; es un acto de realismo elemental, es un despertar al contexto global en que nos toca desempeñarnos”.
Por otro lado, hay un aspecto esencial que debe mencionarse al referirse al comienzo de las relaciones diplomáticas entre Costa Rica y China: la forma secreta como éstas se negociaron. De acuerdo con Pearson y Rochester (2000:238): “En otras palabras, muchos argumentan que el carácter secreto de las negociaciones necesariamente es malo porque no sólo priva al público del “derecho de saber”, sino que también agrega una cierta sensación de inseguridad y de desconfianza, experimentada por todas las naciones en el sistema internacional”. Lo anterior se aplica totalmente al caso costarricense, pues si bien es cierto que cuando la diplomacia es muy pública tiende a perder seriedad, el hecho de que esta negociación haya sido tan reservada, generó dudas en los ciudadanos.
Esta desconfianza se justificó cuando, en agosto del 2008, salió a la luz pública información con respecto a la compra de bonos de deuda costarricense por un monto de $300 millones por parte del gobierno chino. Por lo tanto, se puede concluir que la falta de transparencia del gobierno, tanto por haber mantenido la negociación en secreto como por después haber mentido al respecto, pone en tela de duda si las nuevas relaciones diplomáticas con China se dieron por las razones correctas (es decir, si privó el interés nacional) o si más bien respondieron a los intereses de un sector específico que se ve beneficiado directa o indirectamente con esta negociación.
Conclusiones
Actualmente, China se encuentra posicionada como una de las economías más dinámicas, con tasas de crecimiento muy por encima del promedio mundial. Además, este país posee alrededor de un quinto de la población total del mundo, lo que lo convierte en uno de los mercados más codiciados y apetecidos por los comerciantes e inversionistas.
Por lo tanto, Costa Rica hizo bien en no obviar estos aspectos y aceptar entablar relaciones diplomáticas con él, aunque tuviera que renunciar a su lazo con Taiwán. En este caso, al hacer un balance de costo-beneficio, resulta prácticamente claro que el costo de oportunidad de no haber actuado como se hizo hubiese sido muy alto. Si se toma en cuenta que Costa Rica es un país pequeño, que depende aún considerablemente de sus exportaciones de bienes agrícolas, resulta claro que sacrificar Taiwán por China valdrá la pena. Una posible negociación de un tratado de libre comercio con China puede traer grandes beneficios para la nación costarricense, pues le permitirá insertarse, con ciertas ventajas, en un mercado increíblemente grande, donde la demanda de productos agrícolas es bastante elevada.
Por otro lado, se deseara pensar que la decisión del actual gobierno de realizar este cambio de pareja diplomática obedece a una macrodecisión. Es decir, a un asunto que acarrea un interés general en busca del bienestar del país, y que por eso no fue algo espontáneo, sino bien pensado y analizado. También queda la esperanza de que haya sido una negociación que verdaderamente buscara el “interés nacional” y no el beneficio de unos pocos, mas sólo el avance de esta relación en el tiempo podrá responder esta inquietud.
Por ahora China busca, a través del enlace de su embajada en Costa Rica, ampliar las relaciones diplomáticas con el resto de países del istmo que continúan del lado de Taiwán. En este caso, de acuerdo con La Nación (2008), Panamá sería el siguiente país de la región, ya que China es el segundo usuario del Canal, además de poseer un elevado nivel de inversión en ese país. El hecho de que más países centroamericanos se unan a este cambio puede resultar favorecedor para Costa Rica, pues le permitiría negociar con más aliados un tratado de libre comercio, donde se ejerza presión en busca de los intereses del istmo.
Bibliografía
AGUILERA, Gabriel (2006). “De espaldas al dragón. Las relaciones de Centroamérica con Taiwán”. En: Nueva Sociedad. Argentina. N°203, mayo-junio 2006, pp. 171-179
GÓNZALEZ, Alfredo; y Eduardo Regalado (2001). “Centroamérica: un escenario de la confrontación China-Taiwán. Notas para un modelo de análisis”. En: Cuadernos de nuestra América. Cuba. N°27, Vol. XIV, junio del 2001, pp. 53-78
La Nación (2007). “Arias rompe con Taiwán tras sigiloso acercamiento a China”. 7 de junio del 2007. Álvaro Murillo. Tomado de: http://www.nacion.com/ln_ee/2007/junio/07/pais1123915.html, el día 3 de octubre del 2009
La Nación (2008). “China ve acercamiento con resto de Centroamérica”. 4 de enero del 2008. AP. Tomado de: http://www.nacion.com/ln_ee/2008/enero/04/pais1373047.html, el día 3 de octubre del 2009
PEARSON, Frederic S.; y J. Martin Rochester (2000). “Relaciones internacionales. Situación global en el siglo XXI”. Bogotá, Colombia. Mc Graw Hill. Cuarta edición