La guerra civil de la República de China en 1949 dividió al país en dos partes: China y Taiwán. El primero de ellos prohibió a los actores internacionales mantener relaciones diplomáticas simultáneamente con ambas naciones. Debido a diversas razones, Costa Rica escogió a Taiwán y se mantuvo en esa posición por más de 60 años. No obstante, el 1 de junio del 2007, Costa Rica rompió las relaciones diplomáticas con Taiwán para iniciar unas con China. Lo anterior, si bien supone el acarreamiento de grandes beneficios para la nación costarricense, se dio en un ambiente secreto, que generó desconfianza en los ciudadanos. Esta inseguridad se ratificó más tarde con el descubrimiento de la venta de $300 millones de bonos de deuda costarricense a China. A pesar de esta falta de transparencia, se cree que la decisión de Costa Rica fue la correcta.