Brasil: entre la impunidad y la inestabilidad

Brasil, Estado pivote de América Latina, con todas las características para ser una potencia en el continente y ejercer un rol de liderazgo determinante para la región, se debacle hoy por los escándalos de corrupción que de momento, amenazan con cortar la misma cabeza del gobierno de la República Federativa. La situación interna es tensa: el proceso de impeachment fue aprobado el pasado 17 de abril en el Congreso por 367 de los 513 parlamentarios que conforman esa cámara, lo que pone un paso más cerca a la presidenta Rousseff de su salida forzosa del gobierno.

Dado el fuerte carácter de la mandataria, antes jefa de Gabinete y ministra de Minas y Energía durante la administración de Lula da Silva, son pocas las probabilidades de una renuncia por su parte, lo que augura un largo y desgastante proceso para Dilma. El paso siguiente de este proceso consiste en que el Senado brasileño conozca el caso y, en caso de que una mayoría simple apruebe la destitución, la Presidenta deberá apartarse del cargo durante 180 días, mientras es evaluada. Agotado este plazo, dos tercios del Senado podrían destituir a la gobernante de manera definitiva. Durante esta fase una figura política que no ha estado en el foco público hasta ahora será decisiva: el presidente del Senado, Renan Calheiros, del mismo partido que el vicepresidente Michel Temer pero de posición ambigua respecto al impeachment, el cual tendrá un rol determinante en la vida política del país durante los próximos meses.

Las razones que impulsan este juicio político responden, en principio, al escándalo de corrupción sobre la desviación de los fondos de las licitaciones de la empresa pública brasileña Petrobras para pagar sobornos a empresarios y políticos (1). El escándalo atañe directamente a la presidenta Rousseff, en tanto ella como ministra de Minas y Energía, presidió el Consejo de Administración de Petrobras entre 2003 y 2010. Sin embargo, sorprendentemente, el proceso seguido en el Congreso responde en realidad a prácticas tildadas de ilegales respecto al manejo del presupuesto.

Aunado a esto, cabe destacar que la sombra de la corrupción se cierne en realidad sobre gran parte de la clase política brasileña. La coyuntura actual es tan solo un episodio más en la larga historia de escándalos por corrupción en Brasil. En 2005 el episodio de las mensalão (pago mensual que recibían diputados para aprobar proyectos de ley de interés del Ejecutivo) sumió al país en una crisis política similar. Para el caso en análisis cabe señalar que solo en el Congreso pesaba sobre más de la mitad de todos los diputados denuncias y/o procesos abiertos por corrupción, y el mismo Presidente de ese órgano, clave en la resolución a favor del impeachment, fue recientemente cuestionado por la Fiscalía del país respecto a los millonarios movimientos en cuentas bancarias en Suiza, que se sospechan responden a parte de los sobornos producto del mismo escándalo de Petrobras. Esto apunta sin duda hacia los altos niveles de impunidad en el país, lo que llama la atención sobre la ausencia de las reformas necesarias para detener la corrupción como práctica de cada día en Brasil.

Es difícil prever una solución en el corto plazo a la situación que vive Brasil, pero sin duda la gran inestabilidad respecto al futuro político del país afecta la ya de por sí frágil situación económica actual. Asimismo, el regreso de Lula da Silva a la arena política como jefe de Gabinete para dar su apoyo absoluto aRousseff, y como eventual candidato presidencial, aunado a la fuerte capacidad de movilización del Partido dos Trabalhadores, auguran una situación complicada para el eventual escenario en el que el vicepresidente Temer asuma el control del gobierno. Por otra parte, ésta puede ser una oportunidad para que la indignación ciudadana genere un consenso nacional en torno a la importancia de aumentar los controles y cerrar los portillos para la corrupción, que tanto daño ha causado a las arcas de los Estados latinoamericanos.

Notas

(1) El País. 2016. Las claves del ‘caso Petrobras’. 4 de marzo. Disponible en:

http://internacional.elpais.com/internacional/2016/03/04/actualidad/1457087312_930018