Análisis semanal 346: Textiles hechos de maíz: La economía ecológica y el caso de China (17 de agosto de 2020)

Año: 
2020
Autor(es): 

 

La mayoría de la ropa que se vende en grandes cantidades, se encuentra compuesta por algodón y poliéster, los cuales, desde su producción, hasta su proceso de descomposición, aportan materiales contaminantes en grandes cantidades la tierra, el agua y el aire. Para la producción de la fibra de poliéster se necesita, aproximadamente, 70 millones de barriles de petróleo por año, y se necesitan más de 200 años en descomponerse. [i] Estas prendas no solo ocasionan contaminación cuando sus fibras son producidas, sino que, en su proceso de confección, logra contaminar; incluso, cada vez que se lava una ropa hecho con poliéster. Un estudio en aguas residuales de lavadoras domésticas, realizado por el equipo biólogo de la universidad de Dublín, comprobó que una sola prenda hecha con fibras de poliéster libera, aproximadamente, 1900 microfibras de plásticas, que terminan en los hábitats marinos, contaminando costas de 18 lugares del mundo, desde los polos, hasta el Ecuador. [ii]

Años después, biólogos de la Universidad de Costa Rica, lograron encontrar 1101 piezas de plástico en  peces de los mares del pacífico costarricense, 875 fueron microfibras sintéticas[iii]

Por su parte, el algodón, a pesar de ser una fibra orgánica, esta conlleva grandes cantidades de fertilizantes y agroquímicos, “en 2011, las explotaciones algodoneras consumieron alrededor del 4% de todo el fertilizante nitrogenado utilizado en el mundo” [iv]. Aunado a ello, los procesos de coloración artificial de las fibras de algodón, poseen partículas sumamente tóxicas. En Uruguay, la producción de algodón se vio declinada, debido a la contaminación producida por el uso inapropiado de bolsas de polipropileno en el proceso de recolección; además, en la región latinoamericana se logró comprobar indicios de PVC en los empaques de algodón para exportación.[v] Además,

Según el Fondo Mundial para la Naturaleza, se utiliza cerca de 20.000 litros (más de 5.200 galones) de agua para producir 1 kg de algodón, o sea, el algodón requerido para producir una camiseta y un par de jeans.( Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y Agencia Brasileña de Cooperación , 2018: 5)[vi]

Por estas, y por muchas razones más, la industria de la moda es la segunda industria más contaminante del mundo, solo superada por el petróleo; y esta produce un 10% de las emisiones globales de carbono[vii]

El maíz: Producto textil sostenible ecológico

El consumo ético y la producción textil orgánica, ha sido un área explorada desde diferentes ámbitos, uno de ellos ha sido las fibras de maíz. Los granos de este tubérculo se someten a un procedimiento llamado polimerización, el resultado de esta técnica es un conjunto de filamentos largos (o resina), que se vuelve más elástico, resiste y suave que el nylon y el algodón. Esta alternativa de fibras, es relativamente barata, reduciendo hasta un 40% de los costos de producción en comparación con las otras fibras textiles; además, reduce hasta un 63% las emisiones de gases de efecto invernadero. [viii] Este procedimiento ofrece grandes ventajas, tanto para el medio ambiente, como para sus productores, debido a que se ha logrado desarrollar en regiones de personas campesinas, lo que les permite ofrecer al mercado un producto autóctono, propio de la región latinoamericana.

La ecología textil del maíz, puede ser aplicada en fibras para la elaboración de alfombras, ropa, e incluso interiores de automóviles. Entre las principales ventajas se encuentran la protección de los radios UV, la resistencia a manchas de químicos, no guarda humedad, es antialérgica debido a la ausencia de bacterias ocasionadas por componentes químicos, reduce los índices de contaminación a más del 50% en comparación con otras fibras textiles altamente contaminantes, y a al ser un producto natural, reduce costos porque no se necesitan grandes cantidades de agua (como el caso del algodón) y del petróleo (poliéster). [ix].

Soberanía, Ecología política y Economía ecológica

La socióloga Iolanda Fresnillo afirma que la soberanía es “el derecho de los pueblos a definir y decidir cómo quieren que sea la realidad que los rodea” (Fresnillo, 2019; citado por Mallart-Lacruz, 2019).[x] Bajo esta perspectiva, es pertinente reconocer la respuesta social, política, cultural y económica que han tenido diversos grupos y comunidades para anteponerse a un modo de producción que no solo explota y denigra a su alrededor, sus tierras y agua; sino que también a todas las personas que están detrás de esos procesos. [xi] Es por ello que, la soberanía es un elemento importante para analizar los procesos de producción textil que no solo rompe con la lógica devastadora, sino que ha estado presenta en las comunidades suramericanas desde la década de 1920, a pesar de ser invisibilizada.

De manera que, el manejo idóneo de las etapas del proceso de producción, que resulta en un producto textil -elaborado de acuerdo a los recursos disponibles y a la realidad donde se produce- ha representado ser una técnica que, a pesar de su larga data, se ha convertido en innovador, especialmente en una coyuntura global de crisis climática.

Por una parte. la economía neoclásica propone que tenemos que crecer más ignorando que, por la física, en un planeta finito no podemos crecer de manera ilimitada, y esos límites, esas restricciones, a pesar de las advertencias de hace algunas décadas, en la actualidad son manifiestos, que no consideran que el cambio climático satura la atmósfera de gases que no estaban allí hace 200 años.  La economía política es la ciencia de la gestión de la sustentabilidad, a partir de los estudios sobre los límites a la expansión y presencia humana con toda su actividad económica en el planeta, no solo es la preocupación de la sustentabilidad, sino que también podamos vivir en un mundo donde la distribución de lo que se produce también sea equitativa.  Mientras que la Economía ambiental, se ocupa de las cuestiones ambientales, así como la economía internacional del comercio, finanzas internacionales, finanzas políticas, y la economía laboral; pero aborda al ambiente y a los ecosistemas como algo que está fuera de consideración.  La economía ecológica en cambio, de manera fundamental, plantea que, en el subsistema económico, toda actividad es una actividad abierta contenida dentro del ecosistema global, con el cual intercambia materia y energía con el planeta tierra. La economía ecológica tiene una concepción transdisciplinaria, es decir, de incluir a todas las disciplinas porque la economía o los problemas ambientales que tenemos hoy las restricciones ambientales no pueden ser entendidas y ni mucho menos resueltas, desde la visión de una disciplina. Por ello, se vuelve una crítica a la economía convencional de la década de los 80s, que ignora que la naturaleza y el ecosistema es finito (Domenech, 2018; citado en Blanco 2018).[xii]

Es por ello que, la incorporación de alternativas de mercado que sean sustentables y amigables con el ambiente ya no representan solo un modo de vida, sino que son una necesidad inminente ante un contexto de convulsión ambiental,

Los ecologistas creen que estamos en sexta extinción masiva de especies, y lo que es mucho peor, del cambio químico en los océanos, que está creando mortandad y zonas negras en donde, las formas más elementales de vida, como el plancton, empiezan a desaparecer. La crítica fundamental que hace la economía política es detener el crecimiento económico a nivel planetario, sobre todo de aquellos que han crecido mucho, y dejar espacio ecológico para los que han crecido muy poco, principalmente porque el crecimiento no es lo mismo que la prosperidad; por lo que, la ecología política propone un decrecimiento con prosperidad. (Domenech, 2018; citado en Blanco 2018). [xiii]

La soberanía permite que las personas no produzcan bienes enfocados en el crecimiento, que ha dejado tanto de lado el bienestar de los suelos, aguas y aire; porque estas consecuencias representan un problema colectivo. Bajo esta perspectiva, es que la economía ecológica ha permitido entablar un acceso al mercado de manera integral, que no agrave la crisis climática.

El músculo de China

A pesar de que la producción de fibras hechas de maíz ronda en la década de los años veinte, la incorporación de estas fibras para la producción de ropa a grandes escalas ha representado ser una gran innovación para el mercado internacional.

Siemens es una empresa reconocida por la incorporación al mercado de innovación tecnológica, digitalización, electrificación, entre otras áreas. Esta empresa se ha interesado en el trabajo textil hecha de las fibras del maíz, por lo que ha creado una fábrica de digitalización en la planta industrial de Cachay (Cathay Industrial Biotech), con la cual se espera lograr la producción de la fibra mediante tres principales procesos: una primera fase de análisis que estudie las cepas de maíz que serán sometidas al proceso, los resultados serán procesados digitalmente, para incorporar parámetros de rendimiento que permita reducir el resto de procedimientos; posteriormente entra la fase de automatización que evalúa la calidad de las fibras; y por último, una fase de mantenimiento. [xiv]

La incorporación tecnológica de esta fibra para la elaboración de productos textiles como la ropa, ha permitido que la industria textil ecológico se incremente en procesos acelerados.

La visión de China, para su mercado textil, representa una visión importante en su innovación de la tecnología digital, además, con esperanzas de ser sostenible. Por lo que, para este país con grandes recursos, espera que el aporte al PIB de la industria tecnológica lo siga posicionando como un actor imperante a nivel tecnológico, económico y político.

Reflexiones finales

En un mundo globalizado, una producción textil sostenible se ha convertido en uno de los principales retos de la mayoría de Estados, donde su labor se vuelve mínima –pero importante- ante los impactos mundiales que esta industria ocasiona. Las políticas internacionales existentes siguen dejando de lado las realidades de los lugares donde se producen las fibras textiles, y se han concentrado – en su gran mayoría- en las implicaciones de las grandes casas de modas, quienes son las más beneficiadas de todos estos procesos. [xv]

Por su parte, el avance tecnológico puede facilitar la producción de productos que se vuelvan innovadores para el mercado internacional, dejando por su paso, grandes ventajas económicas y políticas, como el caso de China. Sin embargo, no puede dejarse de lado que, este tipo de producciones con intenciones de ser ecológicas, pueden resultar un producto de la economía ambiental, que no reconoce a su merced, el impacto inmediato de estas producciones en el medio ambiente, y se preocupa más por una visión ambiental, pero con el mismo enfoque neoclásico que no diferencia entre crecimiento y prosperidad.

Además, es importante rescatar que este abordaje aplasta de manera preponderante la iniciativa inicial autóctona latinoamericana de la producción textil a base del maíz, y la convierte en su propio músculo económico en miras de un mundo cada vez más digitalizado.

Notas


[i] Conca, J. (2016). Making Climate Change Fashionable - The Garment Industry Takes On Global Warming. Forbes. https://www.forbes.com/sites/jamesconca/2015/12/03/making-climate-change-fashionable-the-garment-industry-takes-on-global-warming/#52bbd02f79e4

[ii] Browne, E. et al. (2011). Accumulation of Microplastic on Shorelines Woldwide: Sources and Sinks. Science Centre West. https://pubs.acs.org/doi/abs/10.1021/es201811s

[iii] García-Bravo, V. (30 julio, 2019). Cada vez que usted lava su ropa, contamina los mares con plástico. https://www.ucr.ac.cr/noticias/2019/07/30/cada-vez-que-usted-lava-su-ropa-contamina-los-mares-con-plastico.html

[iv] Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y Agencia Brasileña de Cooperación. (abril, 2018). Cooperación Sur-Sur trilateral: Estudio nichos de mercados de algodón. http://www.fao.org/3/I8813ES/i8813es.pdf

[v] Ibid.

[vi] Ibid.

[vii] Ibid.

[viii] Pueblita, R. (23 febrero, 2017). ¡Ropa hecha con maíz!  https://www.agromarketing.mx/empresas/ropa-hecha-con-maiz/

[ix] Ibid.

[x] Mallart-Lacruz, C. (11 julio, 2019). Upcycling y soberanía textil: metodologías de investigación y prácticas contemporáneas. Ecología política. https://www.ecologiapolitica.info/?p=11753

[xi] Aguilar-Hidalgo, K. (30 setiembre, 2019). Desde las algodoneras hasta las vitrinas: problemáticas de la industria de la moda. Observatorio de la Política Internacional. https://opi.ucr.ac.cr/node/1413

[xii] Blanco, A. (18 julio, 2018). Entrevista al Dr. R Domenech ¿Qué es la economía ecológica? Al fin y al cabo. https://www.youtube.com/watch?v=8oGWntCXHSs

[xiii] Ibid.

[xiv] Siemens. (18 febrero, 2019). Cómo convertir un grano de maíz en ropa. https://ciudadesdelfuturo.es/como-convertir-un-grano-de-maiz-en-ropa.php

[xv] Aguilar-Hidalgo, K. (La industria de la moda en tiempos de COVID-19: la impunidad del Fast Fashion. Observatorio de la Política Internacional. https://opi.ucr.ac.cr/node/1549