Análisis semanal 336: La industria de la moda en tiempos de COVID-19: La impunidad del Fast Fashion (22 de junio de 2020)

Año: 
2020
Autor(es): 

 

La industria de la moda, tan inofensiva como parece, y tan desapercibida como ha pasado durante muchos años, ha dejado de ser el accesorio invisible, y se ha vuelto el objeto de análisis de cuantiosos estudios, y el pilar fundamental de un nuevo activismo político. La pandemia ocasionada por el COVID-19 ha desatado una innumerable serie de procesos desiguales en el panorama internacional, y –como es de esperarse- la industria de la moda no está extinta de dicha coyuntura.

Trabajadoras de la fábrica Myan Mode

Fast Fashion

Una de las principales premisas en las que se logra posicionar las grandes industrias es que el Fast fashion permite acceder a las personas a prendas de temporada por un bajo precio. Pero ¿qué es un bajo precio? Muchas veces se ignora qué entendemos por precio o por el verdadero valor de un objeto; sin embargo, no nos damos cuenta –la mayoría de veces- que ese valor no es el mismo para todas las personas, por más que lo obviemos.

Y es en este punto cuando vale la pena rescatar, que la ropa ha sido históricamente un accesorio que distinguía a las personas según su clase económica, era ese distintivo entre los cuerpos diferenciados; esto dio paso a que luego pasara a ser una herramienta de control sobre los cuerpos disciplinados, esos cuerpos de la militancia y la colegiatura; tal y como lo aborda Michel Foucault en su teoría de la microfísica del poder, donde explica que la ropa usada en los cuerpos dóciles también contribuye al adoctrinamiento de las personas, y para quienes no se adoptaban a ese adoctrinamiento, se sometían a los castigos respectivos.

 Por su parte, la industria de la moda empezó a decorarse con la venta, exhibición y pasarelas, en las cuales, las personas seguían esos patrones de belleza de revista, que además de ser modelados por cuerpos photoshopeados, las prendas se volvían inalcanzables para la gran mayoría de cuerpos sociales que no tenían –ni tienen- los recursos para costeárselo.

La Fast Fashion no representa, como suele decirse, una línea de ropa a un bajo precio. Porque ese bajo precio no está siendo accesible para las todas las personas por igual. Y, en contra posición, representa una campaña publicitaria para hacer creer que la ropa rápida es accesibles para todas las personas por igual.  Todo ello, deja en entrevisto que la ropa en sí, sigue siendo una forma de normalizar las relaciones sociales asimétricas.

Siguiendo esta misma línea, el Fast Fashion viene siendo la forma moderna de etiquetar a una línea de ropa que, en un supuesto, está al alcance de cualquier persona. Pero, en el fondo, continúa reproduciendo la misma lógica elitista del fenómeno emblemático de la moda. De manera que, desde el punto de vista del estructuralismo, “la moda constituye una suerte lenguaje (uno que en este caso comunica pertenencia a una determinada clase)” y existe; además “el carácter utilitario de la prenda y la convierte en un símbolo de reputación, lo que hace que aquellos que no poseen estatus lo busquen imitando el modo de vestir de quienes sí lo tienen”[1].

La ropa también representa formas de imposición de los cuerpos, normalmente heteronormados. Virginia Woolf, fue una de las críticas feministas, que apeló por una resistencia en la que la vestimenta impone a las mujeres formas de vestir para cumplir con los roles femeninos socialmente impuestos; de forma que, Woolf logra “realizar una suerte de ascesis politizada mediante la cual el propio cuerpo se trabaja a partir de un principio ético crítico para rebelarse, en este caso, en contra de la norma que determina qué es un cuerpo bello”[2].

La moda en medio de la pandemia

Precisamente, bajo la forma de imponer las últimas tendencias al mercado, la industria se basa en los contextos para sacar ganancias y dejar su huella. En esta ocasión, a propósito de la epidemia ocasionada por el COVID-19, empresas del Fast Fashion como lo es Mango y H&M han sacado a la venta mascarillas de la última tendencia de la moda. Estas mascarillas cuestan 9,99 euros, son reutilizables, y han tenido un impacto en el mercado, de manera que se han agotado rápidamente algunos estilos.[3]

De igual manera, la firma Inditex, que engloba marcas como Zara, Bershka, Pull&Bear, Stradivarius, entre otras, ha respondido de manera inmediata a las preferencias del público meta. En medio del confinamiento, especialmente en España, la firma lanzó una nueva colección dirigida a la comodidad de sus clientes, estas se han basado en ropa para dormir, camisones, shorts y bodys; y cada conjunto rondan los $45.

Dentro de la lógica del fast fashion de cambiar la ropa de las vitrinas para adaptarse a las temporadas. El 17 de junio Zara lanza una gran cantidad de productos en descuentos, y para irse deshaciendo de las prendas de la temporada de invierno e insertar al mercado la temporada veraniega.

Por otra parte, como consecuencias de la pandemia, la marca alegó que ha sufrido considerables pérdidas, entre un 44% de sus ventas en comparación con el primer trimestre del 2019; todo ello debido a que el 88% de sus tiendas se han encontrado cerradas desde inicios del año. Razón por la cual, Amancio Ortega dueño de Zara, oficializó que cerrará aproximadamente 1200 tiendas a nivel mundial debido a los estragos de la pandemia.  Sin embargo, no todo son malas noticias para la marca, ya que sus ventas online han redirigido sus ventas de una manera positiva, aumentado hasta el 50% en el primer trimestre, y abril subió hasta un 95% [4]

Estos datos dejan ver que, a pesar de las pérdidas que ha tenido la firma Inditex debido a la crisis, las ventas no han dejado de seguir con su curso; mientras que, una vez más, las personas trabajadoras de estas tiendas serán las verdaderas afectadas por la pandemia; ya que el cierre de las tiendas supone, aproximadamente, 9000 personas desempleadas.

El caso de Myammar

Otra de las formas de ejemplificar las relaciones sociales asimétricas dentro de la industria textil radica en echar un vistazo en las manos que confeccionan esa ropa que suele ser presentada como la última tendencia de la moda.

En este caso, la empresa textil Myan Mode, ha usado la situación de la pandemia como una excusa para seguir violentando los derechos básicos de las personas que trabajan allí. Esta empresa es la que confecciona la ropa de Zara y Mango, compañías emblemáticas del Fast Fashion.

Andrew Tillett-Saks, sindicalista estadounidense, ha hecho público en redes sociales un vídeo en el que expone que las personas trabajadoras de Myan Mode han luchado durante varios años para lograr reclamar sus derechos básicos por medio de un sindicato llamado Myan Mode Union. Sin embargo, a partir de la coyuntura global ocasionada por el COVID-19, el dueño de la empresa ha utilizado de pretexto la situación de la pandemia para despedir a las personas que eran miembros del sindicato –aproximadamente 500 personas-, y empezar a romper las relaciones que tenían ambas partes.[5]

Estas medidas son preocupantes, porque deja a los y las trabajadoras completamente desprotegidas ante cualquier irregularidad que pueda ocurrir dentro de la empresa, especialmente en medio de una crisis sanitaria. Y aún más preocupante cuando las personas que laboran en Myan Mode se tienen que afrontar a salarios menores a los 3 dólares diarios, normalmente cumplen con jornadas laborales de 70 horas laborales, muchas mujeres han sido víctimas de acoso sexual y verbal.

Es importante rescatar que, la crisis que ha ocasionado la pandemia, ha sido un portillo para limitar los derechos de las personas más vulnerables, dejando por fuera a quienes están detrás de una industria que se ha encargado, históricamente, de promover barreras entre quienes pueden portar una prenda costosa, y quienes la elaboran en condiciones inimaginables.

Algunas reflexiones finales

A partir de lo expuesto anteriormente, es importante tener presente que, sin importar los períodos de crisis, la industria de la moda sigue imponiendo las relaciones desiguales que ha hecho históricamente. Las grandes industrias suelen presentarse como las víctimas ante los panoramas de crisis; sin embargo, no podemos obviar las personas que sostienen esas empresas, esas personas que se vuelven invisibles para el mercado y, por supuesto, para la moda.

Mientras que, por una parte, del mundo, el presidente de Inditex afirma que cerrarán tiendas para resguardar la salud y la seguridad de las personas; en un pequeño país asiático, las personas que crean con sus propias manos el imperio de Inditex tuvieron que organizarse durante varios años para lograr condiciones básicas de salud, como el agua potable.

Esta crisis que estamos afrontando ha logrado poner sobre la mesa una verdad cruda del panorama internacional que supone una desigualdad estructural que siempre ha sido invisibilizada para la tercerización del trabajo. Esas realidades cotidianas que, al igual que las personas trabajadoras de Myanmar, están sufriendo muchas más en cada rincón del planeta, mientras que las industrias se adaptan a la virtualización y la moda sigue haciendo de la suya.

Notas


[1] Retana, C. (2013). Las artimañas de la moda: hacia un análisis del disciplinamiento del vestido. [Tesis de doctorado, Universidad Nacional de La Plata]. http://sedici.unlp.edu.ar/bitstream/handle/10915/35742/Documento_completo.pdf?sequence=5&isAllowed=y (p. 32)

[2] Ibid. (p. 242).

[3] EDEconomía Digital. (15 junio, 2020). La moda incorpora las mascarillas al catálogo de verano. https://www.economiadigital.es/consumo/mascarillas-zara-mango-el-corte-ingles-h-m-cortefiel-pull-bear_20072754_102.html

[4] La Nación. (17 junio, 2020). El dueño de Zara cerrará hasta 1200 tiendas en todo el mundo. https://www.lanacion.com.ar/economia/el-dueno-zara-cerrara-1200-tiendas-todo-nid2380900

[5] Ramos, M. (2 abril, 2020). Trabajadores piden ayuda a Zara y Mango ante represión sindical en una fábrica que produce para estas firmas en Myammar. La Marea. https://www.lamarea.com/2020/04/20/trabajadores-piden-ayuda-a-zara-y-mango-ante-la-represion-sindical-en-una-fabricas-que-produce-para-estas-firmas-en-myammar/