La República Islámica de Irán ejecutó a 29 personas condenadas por cargos como asesinato, delitos sexuales y tráfico de drogas. 26 de los prisioneros fueron ahorcados en una cárcel de Karaj y los otros tres en otra de la misma ciudad. Entre los ejecutados se encuentra un hombre detenido en el contexto de las protestas antigubernamentales de 2022, a quien se le culpa de haber asesinado a un integrante de la Guardia Revolucionaria.