Bolivia vivió una jornada de tensión el pasado miércoles 26 de junio, cuando un grupo de militares encabezados por el general destituido Juan José Zúñiga tomó el control de la Plaza Murillo y accedió al Palacio Quemado. El general Zúñiga había sido destituido por sus declaraciones contra el expresidente Evo Morales, y defendió la movilización como una respuesta al "clamor del pueblo" para restablecer la democracia y liberar a los presos políticos.