Reseña del libro: "Colossus: The Rise and Fall of the American Empire"
¿Para qué estudiar la historia de las relaciones internacionales?, esa quizá sea una repetitiva pregunta que surge al tomar en las manos un libro de historia. En no pocas oportunidades se considera tan cambiante a la realidad que parece ocioso revisar los procesos del pasado. Precisamente, esa visión del corto plazo para comprender el comportamiento internacional de los Estados Unidos es cuestionada por Neill Fergusson en su libro “Colossus”, donde el destado historiador británico, plantea la posibilidad de conseguir un mejor entendimiento de los alcances del desarrollo del “imperio americano” al contraponerlo con otros imperios del pasado, en especial, con el Imperio Británico.
En tal sentido, el autor tiene como fin último establecer las posibilidades de los Estados Unidos de comportarse como imperio y mantener su poder en el próximo siglo. Desde este punto de partida, en términos generales, Fergusson sostiene que los Estados Unidos no se conceptúa a si mismo como un imperio, no obstante lo cual, sería preferible para la estabilidad internacional contar con un hégemon más definido. En este orden de ideas, Fergusson plantea la controversial tesis de que el orden dentro de la sociedad internacional debe estar garantizado por un sujeto que pueda fungir como árbitro en los conflictos de los actores más pequeños, como en algún momento lo jugo el Imperio Británico.
Desde esta perspectiva, mediante un análisis histórico, Fergusson analiza las posibilidades que puedan tener los Estados Unidos para tomar un rol imperial en el contexto internacional. Interrogante a partir de la cual desarrolla la tesis principal del libro, según el cual los Estados Unidos carece de las condiciones culturales para transformarse en un imperio que sigua el modelo de aquellos que se desarrollaron en el pasado. Para ello realiza un análisis de discurso de la construcción de la identidad americana, las consecuencias de ese modelo en la visión de las relaciones internacionales, en especial, con vista en los momentos más críticos de intervención imperial de los Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial.
Finalmente, el autor pretende desenmarañar y realizar algunas proyecciones sobre el futuro de los Estados Unidos. A partir de lo cual determina que en el Estados Unidos seguirá comportándose de forma contradictoria, por un lado con comportamientos claramente imperiales, a los que proseguirán retracciones u actos de debilidad. Para lo cual realiza estudios de caso de las intervenciones en Afganistán e Irak, en los que, según la consideración de Fergusson, pueden verse las falencias del “imperialismo americano”.
En síntesis, desde el punto de vista del analista político, el texto puede transformarse en una herramienta para entender el comportamiento de los Estados Unidos en el ámbito internacional. Por esta razón, al autor no le interesa entrar en profundos niveles de detalle y se basa en fuentes secundarias (desde el punto de vista de la historiografía). No obstante, consigue su propósito de ampliar el campo de debate del análisis de la política exterior de los Estados Unidos, dentro del cual predominan los estudios unidimensionales, que no cuestionan el carácter imperial de los Estados Unidos.