Análisis semanal 516: Un león casi indomable: ¿Cómo contrarrestar el apoyo de Milei a menos de dos meses de las elecciones? (11 de septiembre de 2023)

 

Cuenta regresiva

El pasado 13 de agosto del presente año un resultado electoral, sorpresivo, pero no inesperado, sacudió a la Argentina; el candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei, se posicionó como el ganador de las elecciones PASO con un total de 7 millones 116 mil 352 votos, lo que representó al 30% de los votos válidos [1].

Sorpresivo, sí; inesperado, no. Desde que Javier Milei tomó fuerza y logró tener un campo en el congreso argentino, las opiniones se polarizaron de manera tal que, el apoyo percibido por el excéntrico personaje, lo impulsó a tomar la decisión de ser candidato presidencial, y con ello, poco a poco, sumó adeptos que son el resultado de la actualidad.

Artículos de opinión, columnas periodísticas en grandes medios de comunicación, charlas, entrevistas, entre otras expresiones de personajes políticos, consultores, analistas, e incluso, dos análisis semanales de este observatorio [2] [3] advirtieron, en su momento, de la peligrosidad y, sobre todo, la realidad, de lo que era el fenómeno Milei.

Sin embargo, una campaña de marketing político -excepcional, dicho sea de paso- sumada al descontento social y a la realidad económica argentina, posicionó al magnate anarcocapitalista y a su mano derecha -extrema derecha- Victoria Villarruel, la negacionista de la Dictadura, a ser la dupla presidencial que mayor apoyo tuvo y quienes se perfilan a gobernar la República Argentina.

En simples palabras, las advertencias no bastaron, el espectáculo mediático del “león” pudo más, y ahora, a menos de dos meses, la cuenta regresiva parece indicar que la Casa Rosada será tomada por lo que no es más que un neofascista escudado en los ideales liberales, antiprogresistas y que con discursos de odio logró llegarles a oídos argentinos, que, ante la inoperancia de los gobiernos recientes, encontraron en esas palabras un sendero de esperanza.

Casta política

Como se mencionó anteriormente, el resultado de las recientes PASO, así como lo que se prevé de cara a las elecciones del 23 de octubre, es a su vez, el resultado de una serie de contextos y coyunturas que posicionaron a Milei y compañía donde están ahora. Aunque, por más irónico que sea, quienes son el foco de críticas, gritos e insultos del libertario, son en realidad, los responsables de ese posicionamiento.

Para argumentar esto, primero es importante mencionar, que, pese a que Milei se vende a sí mismo como una figura política pulcra, sin bagaje político y sin relación con el gran capital estatal que tanto critica; el mismo candidato posee un bienio como congresista y es además, accionista de empresas como: Pampa Energía SA, Glencore, cuatro de los bancos privados más importantes de Argentina (los cuales todos poseen deuda con el gobierno argentino y tienen relación con el Banco Central, mismo que él desea eliminar si llega a la presidencia), así como de YPF (refinadora de nafta, gas y petróleo)[4].

Es entonces, que se puede inferir que la manera en la que se vende ante el padrón electoral termina siendo consecuencia de su propio marketing político, de manera que es igual, o incluso, más criticable que quienes son criticados por él. La politóloga argentina, Lucía Quispe, mencionó en entrevista con el medio Página 12 lo siguiente:

Milei es resultado de esa “casta” que tanto critica, habiéndose desempeñado en una empresa que recibe subsidios del Estado […] Lograron instalar en el debate público que la única corrupción es la índole política, omitiendo de la discusión la responsabilidad por parte de los grandes empresarios en los destinos de nuestro país.[5]

De manera tal que se evidencia la falacia que con tanta veracidad asevera Javier Milei, cada que puede, y que, con tanta inocencia, millones de personas argentinas han creído, al punto de depositar su confianza traducida en un voto cargado de esperanza ante un panorama cada vez peor en la realidad del país sudamericano.

Perfiles

De acuerdo con el resultado de un estudio elaborado por Javier Balsa y Dolores Liaudat [6], el votante promedio de Milei es un hombre de entre 16 (edad mínima para votar en Argentina) a 50 años, con estudios de secundaria o universidad incompletos, con “fuerte bronca” ante los partidos tradicionales.

Asimismo, el consultor y analista político, Hugo Haime, argumentó en marzo del presente año, que quienes pueden parar y evitar la que parece ser -casi- inevitable presidencia de Milei, son las mujeres, pues, en ese entonces, era notable la diferencia de intención de voto de acuerdo con el sexo[7]; ahora bien, si se analiza con los resultados de las PASO, equivocado no estaba, pues las mujeres solo correspondieron al 35% del total de votos[8].

 

Elaboración propia

¿Cómo contrarrestarlo?

Erróneamente, quienes intentan contrarrestar las ocurrencias de Milei, llámense candidatos, candidatas, periodistas, analistas, academicistas, entre otros, optaron por apelar a sentimentalismos basados en el desespero que puede sentir cualquiera que aprecie la democracia y la estabilidad político-social de un Estado, en este caso el argentino.

En primera instancia, atacarlo al cuerpo mediante ocurrencias también, como sus declaraciones de poder hablar con su fallecido perro, ser un elegido de Dios, el chisme incestuoso con su hermana, o incluso, su apariencia, no hace más que alimentar su espectáculo mediático dándole contenido para sus redes sociales; pecado en el que ha caído gran sector de la prensa argentina.

Por otro lado, que los ataques provengan de sentimentalismos relacionados con la Dictadura de Videla y su negación por parte de él, su equipo y su gabinete, no despierta ningún tipo de melancolía, dolor, o cualquier otro sentimiento, en una generación que no llegó a vivir en carne propia la Dictadura, y que, debido al revisionismo histórico mal aplicado, no sienten nada ante ello.

Por último, apelar a la pérdida de derechos se resume en lo que la candidata del Partido de los Trabajadores menciona:

Vos ves al pibe de Rappi que no tiene aguinaldo, no tiene vacaciones, no tiene ART, pedalea todo el día para ganarse el mango arriba de una bicicleta y el pibe ese piensa: '¿qué derechos me van a sacar? ¿La bici?[9].

Es decir, pese a que es probable un retroceso en materia de derechos básicos fundamentales, la ya existente precarización laboral, la inseguridad, la desigualdad y las pocas oportunidades provocan que las personas estén dispuestas a votar su suerte al azar, y más aún si ese “azar” promete un verdadero cambio, ideas radicales y destruir a la “casta” política que tanto daño les ha hecho.

Entonces, la pregunta ¿cómo contrarrestar el apoyo que posee ahora Milei?, es una incógnita verdaderamente difícil de contestar, debido a que ya el daño está hecho. Cambiar el imaginario de una sociedad en dos meses, después de años de miseria, es una tarea muy compleja, por no decir imposible.

Sin embargo, queda esperar si el pueblo argentino apuesta a la fórmula ya conocida del Peronismo o del Republicanismo, antes de indagar por la nueva, una que promete libertad, cambio y una novedosa forma de hacer política.

Para concluir, el león Milei ahora mismo es dueño y señor de la carrera presidencial, los villanos de los partidos tradicionales, más allá de ser ellos mismos, son los minutos, las horas y los días, esa carrera parece ser únicamente contra el tiempo, mismo que determinará el futuro argentino el próximo 23 de octubre.

Notas