Análisis semanal 281: Reconstruir la política exterior costarricense, ¿para qué, por qué y cómo? (02 de septiembre de 2019)

Año: 
2019

 

i. ¿para qué?

El presente escrito tiene la finalidad de analizar brevemente los desafíos de la política exterior (PE) latinoamericana, concretamente la costarricense. Esto a partir de un repaso histórico que presenta el académico chileno Tomassini[1] sobre las características y flaquezas que se han derivado del instrumental práctico-metodológico que han moldeado la formulación de la PE de los Estados.

Ideas retomadas y ampliadas por Valenzuela[2] que permiten comprender los preceptos y lentes teóricos de mayor incidencia en el análisis de la realidad internacional. No obstante, el meollo de la discusión recae sobre dicha problemática, ¿cómo debe construirse la política exterior?, ¿como un estudio de la realidad internacional con respuestas inmediatas, mas no perdurables en el tiempo a partir de la teoría, o, como un análisis interméstico de la realidad?

Resultando imperante construir propuestas metodológicas hacia una política exterior costarricense que requiere replantear su rumbo, sus principios y valores -conocidos discursivamente pero desconocidos prácticamente- y sus medios de acción.

ii. ¿por qué?

La política exterior de los Estados se ha convertido en un elemento transversal para el desarrollo de un país, esto tanto para los desafíos y compromisos internacionales como para los asuntos nacionales en el marco de un sistema económico mundial interconectado, y una coyuntura internacional donde es menos viable los conflictos y las acciones bajo coacción o fuerza. Sin embargo, existe una disonancia latente que ha perdurado en el tiempo, esta es la desvinculación de la PE de las políticas y estrategias nacionales, por ende, la reducción de lo exterior al ejercicio consular o al manejo de los conflictos coyunturales, provocando un rezago práctico y metodológico en materia de PE.

Tomassini[3] complementa la desvinculación de la PE de los asuntos nacionales y agrega que otra fuente transversal del rezago corresponde a “...la tradicional separación que existe entre el gobierno y la sociedad civil en los países latinoamericanos por comparación con las fluidas relaciones que se observan entre ambos segmentos en los países avanzados” (p.498-499). Esto como un elemento arraigado a la cultura política societal y a aspectos estructurales periódicos de la región latinoamericana.

Aunado a esto añade que “...en muchos países latinoamericanos no siempre estuvo tan clara en el pasado la necesidad de formular políticas externas definidas, activas y sofisticadas”[4]. Rescatando que la PE en algunos países estaba orientada hacia el estudios o mitigación de conflictos pasados -tomando en cuenta la magnitud y cantidad vividos en la segunda mitad del siglo XX-, otras estaban supeditadas a ocasiones y clivajes particulares, ya que no se consideraba la PE como un elemento de utilidad para el desarrollo del país[5].

En el caso costarricense, Carlos Cascante[6] destaca que

la sociedad costarricense, como se ha ido estudiando en trabajos incipientes sobre la materia, existe algún interés por lo internacional, pero este no es elevado salvo en temáticas específicas vinculadas fundamentalmente en la relación con Nicaragua. De tal forma, se considera que el Ministerio de Relaciones Exteriores no trae grandes complicaciones en el ámbito interno para su titular, pese a la relevancia que para el país tiene su imagen internacional para componentes más pragmáticos como los flujos de inversión, comercio y cooperación. (párr.3)

No obstante, las constante modificaciones y fragmentaciones en el sistema internacional han realzado la necesidad de contar con una PE activa que responda a los intereses nacionales. Para este caso, se recalca el primer factor expuesto por Tomassini al considerarlo el causante de los principales cambios en materia de política exterior y política internacional a la luz de las últimas décadas, dicho factor es la

...creciente complejidad del escenario internacional en un mundo interdependiente: la tendencia hacia una relativa fragmentación del poder político mundial[...]han forzado a todos los países del mundo a desenvolverse en un conjunto de escenarios más diversificados, a incluir entre sus intereses externos un mayor número de temas cada vez más entrelazados, y a interactuar con un mayor número de actores, muchas veces de una naturaleza muy diversa de la de aquellos que dominaron la vida internacional en el pasado[7].

Tomando susodicho contexto como base, aparece un debate de suma importancia que se ha desarrollado a nivel académico y político, el cual es la metodología y orientación de la política exterior en los albores de una sociedad complejamente interconectada -referenciando a Keohane y Nye-. ¿Debe ser una metodología de carácter teórico enfatizando su margen principalmente internacional, o, de carácter práctico por medio de un enfoque integral reafirmando sus alcances intermésticos?

En primer lugar, la realidad nacional e internacional no está constituida de hechos únicos y aislados que corresponden exclusivamente a insumos socio-estatales, por lo que resulta imperante la comprensión de la realidad nacional e internacional bajo supuestos teóricos que faciliten su lectura. Ante esto, reafirmando la pertinencia teórica de diversos enfoques de la interdependencia compleja y del realismo para analizar la realidad internacional -con la salvedad de los aspectos estructurales que resultan poco apegados para comprender la coyuntura del sistema internacional-, es necesario reconocer el desenvolvimiento del panorama político como un articulado de insumos societales, internacional, transnacionales y hasta de actores/as con legitimidad en la comunidad internacional (Valenzuela, 2013)[8]. A partir de esto Snyder & Diesing[9] subrayan que “...el sistema internacional y el sistema doméstico abarcan set[s] diferentes de factores estáticos que contraen y dan forma al proceso dinámico de la negociación interestatal y a la dinámica interna de toma de decisiones.”

De aquí desprende el cambio de enfoque de pasar de analizar únicamente a los Estados como actores unitarios del cual emana el poder en el sistema internacional, a entender la realidad del sistema internacional y de los Estados mismos como un conglomerado de intereses, actores y decisiones que confabulan ante un nuevo paradigma de gobernanza y/o acción. 

No obstante, los insumos teóricos no deben verse como elementos unívocos en la construcción de la política exterior, debido a que los tiempos actuales y las condiciones de Costa Rica en el sistema internacional ameritan la ejecución de  la política exterior desde una visión de política pública, articulando los entes ministeriales, la participación ciudadana y un vacío impostergable en Cancillería, un conjunto de pautas, principios y valores y acuerdos gubernamentales que direcciones la política exterior bajo intereses nacionales con mira al desarrollo. Con el fin de construir una política exterior sólida y congruente con la realidad nacional, evitando así paralelismos entre las funciones del servicio exterior con respecto a las funciones de los demás entes gubernamentales, ya que una política exterior de un Estado reducida al análisis teórico y sin relación con su política interna, resulta en un perro-gato al que se refería Sartori.

Esta crispación se ve palpable desde las incongruencias hechas por Cancillería o el Gobierno de turno en los casos del posicionamiento del país en torno al conflicto bélico en Irak, la ambigüedad entre el reconocimiento a Juan Orlando Hernández y Juan Guaidó, las relaciones diplomáticas y comerciales con China contrariando el principio de paz y democracia como ejes de la política exterior, etc. Al no poseer pautas que guíen el accionar del país en la comunidad internacional, sin desapegarse de los intereses nacionales. (Costa Rica en alianza contra Iraq, 22 de marzo del 2013[10]; Costa Rica reconoce triunfo de JOH y llama a los hondureños a dialogar, 23 de diciembre del 2017[11]; EE. UU.: País relegó derechos humanos por dinero de China, 4 de marzo del 2011[12] & Costa Rica reconoce a Juan Guaidó como “presidente interino de Venezuela”, 23 de enero del 2019[13])

iii. ¿Cómo?

De la mano con la idea anterior, Gonzalo Facio desde su vasta experiencia en el servicio exterior recalca que:

Para una potencia menor, la política exterior no es sino un medio para complementar los fines que se propone realizar mediante su política interna. Como Costa Rica no es una potencia de primer orden, su política exterior no es autónoma, sino complementaria. A través de ella debemos buscar lo que nos salta para avanzar es en las grandes metas que nos hemos impuesto alcanzar en nuestra vida interna. Por eso es sostenido reiteradamente que la política exterior de Costa Rica debe ser una proyección lógica de su política interna[14]. [subrayado propio]

Una agenda común de los intereses nacionales, pero además que articule las prácticas políticas-institucionales apegadas a los principios y valores que han sido discursivamente periódicos en la política exterior son vitales, ya que un recurso de poder con que cuenta el país en el concierto de las naciones es la legitimidad y solidez de su sistema democrático. Por lo que la coherencia entre los principios y la praxis son necesarios para hacer uso de esta especie de soft power -referenciando a Nye-[15]. Donde,

...ningún país puede decir que el mundo no le concierne. [por lo que] Costa Rica debe entender cuál es el papel que desempeña en la escena internacional y decidir cuál es el que desea jugar en lo sucesivo, aplicando políticas que se adecúen a esos objetivos[16].

Objetivos que se construyen mediante la articulación de los entes gubernamentales -articulación política exterior-política interna- con miras a la construcción de agendas políticas que respondan a los planes nacionales de desarrollo, mediante agendas comunes que lleven consigo las características institucionales, históricas y culturales, aunado a una interpretación de la realidad internacional en manos de un servicio exterior institucionalizado, respetado y sólido. En suma, la reestructuración de la política exterior no se da por medio de cambios de personal, sino por el instrumental teórico-metodológico en el cual se apega el accionar.

Notas


[1] Tomassini, L. (1988). El análisis de la política exterior. Estudios Internacionales, Año 21, No. 84. Disponible en http://www.jstor.org/stable/41391289

[2] Valenzuela, P. (2013). Elementos para el análisis de la formulación de la política exterior. Instituto de Asuntos Públicos. Universidad de Chile.

[3] Tomassini, L. (1988). Op. Cit.

[4] Ibid. p. 500.

[5] Ibid.

[6] Cascante, C. (9 de enero del 2019). La encrucijada de política exterior de Costa Rica: un análisis más allá de una renuncia. Observatorio de la Política Internacional, Universidad de Costa Rica - Universidad Nacional. Recuperado de: https://opi.ucr.ac.cr/node/1278

[7] Tomassini, L. (1988). Op cit. p. 500.

[8] Valenzuela, P. (2013). Op. Cit.

[9] 1977, p.31; citado en Valenzuela, 2013, p.8.

[10] Costa Rica en alianza contra Iraq. (22 de marzo del 2013). La Nación. Recuperado de: https://www.nacion.com/el-mundo/costa-rica-en-alianza-contra-iraq/G3JOX4FQHNH7HFJV4XTML4QJ3U/story/

[11] Costa Rica reconoce triunfo de JOH y llama a los hondureños a dialogar. (23 de diciembre del 2017). El Heraldo. Recuperado de: https://www.elheraldo.hn/eleccioneshonduras2017/1137434-508/costa-rica-reconoce-triunfo-de-joh-y-llama-a-los-hondure%C3%B1os-a

[12] EE. UU.: País relegó derechos humanos por dinero de China. (4 de marzo del 2011). La Nación. Recuperado de: https://www.nacion.com/archivo/ee-uu-pais-relego-derechos-humanos-por-dinero-de-china/NZLPSTCYE5DQ3C6VL66YPGAHNM/story/

[13] Costa Rica reconoce a Juan Guaidó como “presidente interino de Venezuela”. (23 de enero del 2019). El País. Recuperado de: https://www.elpais.cr/2019/01/23/costa-rica-reconoce-a-juan-guaido-como-presidente-interino-de-venezuela/

[14] Facio, G. (2015). Evolución de la política exterior de Costa Rica. Relaciones Internacionales, 88(2), 19-38. Recuperado a partir de http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/ri/article/view/7036

[15] Altman, J. (s.f). Los primeros pasos de la política exterior costarricense en el interconectado mundo del siglo XXI.  Anuario Internacional CIDOB. Recuperado de: http://anuariocidob.org/los-primeros-pasos-de-la-politica-exterior-costarricense-en-el-interconectado-mundo-del-siglo-xxi/

[16] Ibid.