El disgusto de la población de Paraguay en contra del abuso del poder y la manipulación de las leyes del Estado para la prolongación de la tiranía ha marcado la vida de los paraguayos a lo largo de los años. El pasado de Paraguay carga en sus hombros la reminiscencia de la dictadura de Stroessner, la más larga de América Latina, la cual fue caracterizada por la utilización del orden jurídico como uno de los principales instrumentos de dominación, acompañado de la intención por parte del gobierno basada en el sometimiento a las leyes por medio de la opresión.
La sombra de un gobierno de casi 35 años de represión, donde se dio la concentración de los poderes del Estado en un solo hombre, quien asumió el poder por medio de la Presidencia de Paraguay, y quien fue nombrado a este cargo como parte de un acuerdo con el Partido Colorado, bajo el respaldo de Epifanio Méndez Fleitas, con el objetivo de estructurar toda una maquinaria jurídica en conjunto con otros altos mandos de la Asociación Nacional Republicana, aun persiguen la actualidad de este país. Esta dictadura electa bajo altos mandos estuvo marcada por las persecuciones políticas en contra de la oposición, cobijando estos ataques de represión haciendo señalamientos bajo la etiqueta de comunistas a los grupos en contra de su gobierno. Un régimen que en la práctica se caracterizó por su fascismo y su totalitarismo represor en contra de opiniones diferentes sin segregar grupos, ya que las persecuciones eran indiscriminadas por edad, sexo, inclinaciones políticas e inclusive religiosas. Un régimen que al pueblo paraguayo le ha sido difícil de suprimir en su memoria a lo largo de los años.
Uno de los movimientos más marcados que corresponden al entendimiento de la historia del pueblo de Paraguay es la Institucionalización formalizada de la dictadura Stronista, la cual da comienzo en 1955 cuando se pone en vigencia la Ley N°294 de Defensa de la Democracia, ley que permitía a este régimen de acusar de comunista a cualquier opositor, y de obligar a los funcionarios a denunciar a supuestos opositores o de lo contrario podían también ser acusados. En conjunto con El Estado de Sitio y la Ley 209 de Defensa de la Paz Publica y Libertad de las personas, la cual viola los principios fundamentales de los derechos humanos sancionando la libertad de reunión, asociación y expresión lo que corresponde a una contradicción hacia el título de esta misma ley.
Instituyendo la imposición de la delación de estas leyes, la dictadura de Stroessner eliminó toda aquella señal de oposición que quedaba dentro de las organizaciones políticas en vigencia. Esto no solo por las muchas destituciones de cadetes u oficiales y congresistas, sino también del mismo Epifanio Méndez Fleitas quien le había ayudado a ingresar al poder en un primer lugar. La manipulación indiscriminada de nombramientos también fue parte de lo que después pasó a denominarse como El Terrorismo del Estado sistematizado.
La legalidad de la represión vigente:
La legitimación de carácter legal de la represión hacia la oposición y hacia el pueblo en sí mismo es una característica aparentemente repetitiva a lo largo de la historia de Paraguay. Esto debido a que en la actualidad no se aleja mucho de las realidades históricas de ese tirano gobierno. El aseguramiento de un gobierno bajo una legitimación caracterizada por el legalismo, por medio de las leyes como instrumentos de subyugación, es lo que podemos apreciar bajo los últimos hechos ocurridos en Paraguay los últimos meses. Es sabido ya entonces que no es la primera vez en Paraguay que se hace una manipulación de las leyes constitucionales para modificar reglamentos internos con el objetivo de dar pie al tratamiento de enmiendas electorales, ya que en 1977 se dio la perpetuación del poder durante el tercer periodo de la dictadura de Stroessner en base a una reforma de corte institucional que establecía que el presidente electo podía ser reelecto indefinidamente (Art. 173).
Fenómenos similares están ocurriendo en la actualidad con el pueblo paraguayo debido a la búsqueda de una reelección por parte de Horacio Cartes, luego de que veinticinco senadores dieran su aprobación a la modificación de tres artículos del reglamento interno del Senado, esto con el único objetivo de dar marcha al tratamiento de la enmienda para la aprobación de una reelección. Las ansias indisimuladas de ser reelecto por parte del actual Presidente han causado furia en los ciudadanos, haciendo que se levanten en contra del abuso del poder y la manipulación de las leyes para el beneficio de los mandos políticos, tal y como se levantaron en el pasado. Nuevamente el pueblo ha demostrado abiertamente su disgusto al abuso del poder.
La impunidad, la corrupción y la falta de capacidad de dialogo por parte del presente gobierno ha violentado y cercenado las libertades de los ciudadanos, no solamente por delimitar la participación de los sectores impidiendo una gobernabilidad en el disenso por las múltiples suspensiones de las garantías constitucionales, sino también por hacer castigo físico de quienes se alcen contra los poderes constituidos bajo la represión, la detención, y atentando con la vida de los ciudadanos en medio de las protestas; todo esto de manera legal.
¿No es acaso esto modelar un legalismo represivo basado en un orden jurídico coercitivamente conminatorio? Un legalismo plasmado de represión que coloca a la ciudadanía paraguaya en situaciones de miedo volviéndolos más vulnerables bajo la dominación del estado, tal y como sucedió en aquellos días oscuros de la dictadura de Stroessner, dentro de las garras de un sistema jurídico y legislativo manipulado de manera sistemática.
El pueblo de Paraguay ya no aguanta más. Se levanta en contra de su gobierno:
El 31 de marzo del 2017 se da el Asalto del Congreso de Paraguay, en donde un grupo de manifestantes se presentaron en el edificio donde se estaba llevando acabo el Congreso de Paraguay, prendiendo fuego al edificio luego de que se diera la aprobación de un proyecto de enmienda constitucional para habilitar la reelección presidencial. El malestar ciudadano se dio después de que este proyecto de enmienda fuera aprobado en una sesión donde faltaba la presencia de 20 legisladores, y el Presidente de la Cámara de Representantes. Reformar la Constitución y permitir la reelección para una continuidad del poder por parte de Cartes después del 2018 da como consecuencia reacciones fuertes por parte de la ciudadanía.
La represión por parte del Estado ha causado la muerte del joven Rodrigo Quintana dirigente, del PLRA, asesinado por parte de la policía de Paraguay durante un procedimiento policial. Además del disparo a quema ropa contra el diputado Edgar Acosta durante las protestas en las inmediaciones del Congreso Nacional.
A consecuencia y buscando soluciones políticas, Horacio Cartes, actual presidente de Paraguay, hizo un llamado a los demás Poderes del Estado, tomando en cuenta a partidos políticos y a la iglesia, para llamar a un supuesto diálogo y a un consenso tras la crisis que genera en este momento su indisimulada ambición por una reelección. Sin embargo, lo hace sin renunciar a inclinarse por esta pretensión reeleccionista. Recurrir a la violación de las libertades públicas y a los derechos fundamentales de los ciudadanos es aparentemente una forma de gobernar por parte del actual Presidente, pero la lucha sigue vigente.
La tensión va en aumento y opositores del interior del país se están incrementando, y buscan reforzar la presente protesta en contra del prolongamiento de un gobierno no deseado por parte de la ciudadanía que lucha en contra de un constante eslogan de dictadura disfrazado de democracia.
Referencias Bibliográficas
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Color, ABC. Cronología Del Terror - Especiales - ABC Color. Abc.com.py. N.p., 2017. Web. 4 Apr. 2017. Recuperado de:
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"Así Dispararon Al Diputado Édgar Acosta". N.p., 2017. Web. 5 Apr. 2017. Recuperado de:
http://www.ultimahora.com/momento-que-antimotines-disparan-al-diputado-edgar-acosta-n1074793.html
"Una Persona Muere Tras Ingreso De La Policía Al PLRA". Ultima Hora. N.p., 2017. Web. 5 Apr. 2017. Recuperado de: