Análisis semanal 96: Los avatares del JCPOA: la lucha entre la desconfianza y el interés (12 de diciembre de 2016)

Año: 
2016

 

La reincorporación de Irán a la economía internacional sigue enfrentando obstáculos producto de la desconfianza y la persistencia de tensiones entre esta nación y algunas potencias occidentales. La decisión del Senado de los Estados Unidos de prolongar la "Iran Sanctions Act" (ISA) es vista desde Teherán como una amenaza al acuerdo nuclear alcanzado entre el P5+1 y la República Islámica de Irán en julio de 2015, conocido por sus siglas en inglés como JCPOA (Joint Comprehensive Plan of Action). Dicho acuerdo implica que Irán limitará significativamente su programa nuclear a cambio de la remoción de sanciones impuestas por Estados Unidos y otra naciones occidentales.

De acuerdo a Washington, las sanciones del ISA "no tienen relación" con el JCPOA, pero más autoridades iraníes consideran que el ISA "rompe el espíritu" del JCPOA, una posición que comparte también China, uno de los firmantes de este acuerdo multilateral.El ministro de asuntos exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, afirmó en al capital china hace unos días que "no debía permitirse que ninguna parte tome acciones unilaterales que violen el acuerdo nuclear" (1). Irán ha reiterado una y otra vez haber cumplido con las responsabilidades que le impone el acuerdo, pero igualmente ha afirmado su derecho a tomar las medidas "que estime necesarias" para responder a las sanciones del ISA.

Por otro lado, las relaciones con otro país firmante del JCPOA, Reino Unido, también se han complicado en los últimos días debido a las declaraciones de la Jefa de Gobierno británica Theresa May, quien, en el marco de una reunión del Consejo de Cooperación del Golfo en Manama, afirmó que "tenía muy claro la amenaza que Irán representaba para la región, debido a sus politicas" (2). La reacción iraní no se hizo esperar: el presidente del Comité de Relaciones Exteriores y Seguridad Nacional del Majlis (Parlamento), Alaeddin Boroujerdi, afirmó que su país "podría revertir" las relaciones con Reino Unido, restablecidas apenas el año pasado. Las declaraciones de May ciertamente implican un deterioro -al menos temporal- de la relación bilateral, pero deben entenderse en el marco del interés británico en asegurarse la voluntad de los países del CCG, y fundamentalmente, proteger los jugosos contratos de venta de armas a estas naciones. Mientras se tensan las relaciones entre Irán y EE.UU. y Reino Unido, Teherán continúa su acercamiento con muchas naciones del mundo con las que anticipa una expansión significativa de las relaciones comerciales. Durante su viaje a China, Javad Zarif afirmó la semana pasada que las relaciones entre ambos países "no tenían límite". En efecto, los vínculos económicos entre ambos países parecen sumamente prometedores. El presidente chino Xi Jinping ya había visitado Teherán en enero pasado, ocasión en la que firmó una serie de acuerdos encaminados a alcanzar una desarrollo de las relaciones económicas bilaterales estimado en US$600 mil millones de dólares en diez años. Durante la visita, China manifestó su apoyo a la incorporación de Irán a la Organización de la Cooperación de Shanghai (OCS). 

Pese al clima de desconfianza que priva entre algunos de los firmantes del JCPOA, es poco probable que esta histórico acuerdo diplomático sea revertido. Simplemente los intereses mutuos -especialmente económicos- son muy poderosos para echar marcha atrás. Prueba de ello es el acuerdo de compra de 80 aviones suscrito entre Irán y la empresa estadounidense Boing, y que supera los US$16.000 millones de dólares. Nadie dijo que reconocerse como socios económicos o incluso políticos sería fácil. Será más bien un proceso largo e intrincado cuyos beneficios se asomaron tras un período largo.

Notas

(1) China warns against obstruction of Iran nuclear deal. Iran Daily, 6 de diciembre de 2016.
(2) Iran threatens to reverse diplomatic relations with England. Tehran Times. 10 de diciembre de 2016.