Análisis semanal 59: Primarias presidenciales en Estados Unidos: el reflejo de una sociedad (2 de mayo de 2016)

Año: 
2016

 

En momentos en que las primarias presidenciales en Estados Unidos se están aclarando (1), con un casi proclamado candidato presidencial republicano por un lado, y con una posible candidata presidencial demócrata por el otro—aunque todavía existen posibilidades para Bernie Sanders—, la necesidad de reflexionar sobre el significado de esta contienda presidencial tan inusual en este país se hace necesario. Las primarias presidenciales han venido mostrando una serie de sorpresas inusitadas a lo largo de su desenvolvimiento, evidenciando con ello cambios profundos y silenciosos que se venían generando en el sistema político estadounidense. Por lo tanto, la contienda presidencial estadounidense de 2016 es un reflejo de cambios más profundos dentro de la sociedad norteamericana, que muestran en ciertos aspectos tendencias preocupantes.

Se podría decir que es desde el campo republicano en el que los momentos sorpresivos han sido más frecuentes y significativos, sin ánimos de menospreciar los cambios que se han evidenciado desde el campo demócrata. Una de las primeras sorpresas que ofreció el campo republicano fue la pronta y desapercibida salida de uno de los que en algún momento se creyó que sería el más fuerte contendiente para ser candidato republicano, Jeb Bush (2). No solo Jeb Bush provenía de una de las familias más poderosas de los Estados Unidos, sino que también contaba con todo el apoyo del establishment republicano, sin embargo este no logró simpatizar con el electorado, provocándole una dura y vergonzosa derrota en la campaña republicana.

Si esto fuera todo se podría decir que más que un cambio en la escena social y política estadounidense, esto es un simple reflejo de un político incapaz de mostrarse atractivo ante el electorado. Sin embargo, este no es el caso. Todos los políticos típicos del establishment republicano sufrieron, tarde o temprano el mismo desenlace fatal de Bush. Es el caso de Marco Rubio, discípulo de Jeb Bush, y que, aunque en la primeria republicana logró conseguir algunas victorias, lo cierto es que se vio completamente derrotado ante los políticos que el liderazgo nacional republicano no sólo no apoya, sino que hasta observa con recelo y desdén, como lo son Donald Trump y Ted Cruz.

Mientras por un lado Ted Cruz ha implementado un discurso altamente conservador, reaccionario y completamente neoliberal, Donald Trump ha utilizado mensajes políticos xenófobos, machistas y neoliberales, con un alto contenido de populismo. Cualquier político que se desempeñe en una democracia educada posiblemente tendría dificultades para atraer al electorado si utilizara este tipo de discurso, entonces, ¿por qué en Estados Unidos sucede lo contrario?

Un estudio llevado a cabo por el Pew Research Center de los Estados Unidos permite responder a esta pregunta (3). Este estudio demuestra cómo las personas con mayor nivel educativo en los Estados Unidos se han decantado por posiciones políticas que se posicionan más hacia la igualdad de derechos, una repartición justa de la riqueza, y un papel más activo del Estado en esta repartición, mientras que las personas con menores niveles educativos por el contrario han tomado posturas políticas conservadoras en cuanto a lo religioso y cultural, y neoliberales en cuanto a lo económico. En un paísen donde sólo una pequeña minoría logra llegar a los niveles educativos más altos, gracias a un modelo educativo que ha degenerado en un sistema de reproducción de desigualdad en vez de movilidad social, fenómenos como Donald Trump empiezan a cobrar sentido.

Ahora se entiende porqué Donald Trump ha logrado conseguir tanto apoyo electoral a lo largo del país, dado que las grandes mayorías en los Estados Unidos no pueden acceder a la educación superior, y son estas las que más se ven perjudicadas por un economía en recuperación, cuyos niveles de desigualdad están aumentando significativamente. No obstante, esto no explica por qué Donald Trump es un fenómeno del campo republicano y no del demócrata.

El mismo estudio mencionado anteriormente responde a esta cuestión. El sistema político estadounidense, dominado por un bipartidismo, ha sufrido un grado de polarización a lo largo de los últimos 20 años, provocando que el Partido Republicano profundice su discurso socialmente conservador y económicamente neoliberal, mientras que el Partido Demócrata por su lado ha consolidado un discurso ideológico socialmente liberal y económicamente más socialdemócrata. Con esto el Partido Republicano ha atraído a los sectores más religiosos del país, a los sectores con menor escolarización, así como a los sectores más privilegiados—aunque estos tienen amplia presencia en ambos partidos. Por otra parte, el Partido Demócrata ha apelado a los sectores más educados, la clase media, así como a ciertos sectores privilegiados. Con lo anterior se entiende entonces cómo Donald Trump surge en el Partido Republicano, mientras que un socialdemócrata como Bernie Sanders lo hace en el Partido Demócrata.

Otro aspecto de importante mención que arroja el estudio del Pew Research Center es que existe una diferenciación ideológica entre generaciones. Mientras que los jóvenes están optando por posturas más progresistas, las generaciones más adultas están tomando refugio en posturas más conservadoras. Esto no sólo demuestra porqué Bernie Sanders ha obtenido tan amplio apoyo de los jóvenes estadounidenses, sino que también es una muestra más de los cambios que están sucediendo dentro de la sociedad estadounidense.

Las nuevas generaciones en este país norteamericano se están cuestionando el modelo político, económico y social que han desarrollado y consolidado las generaciones anteriores.La crisis mundial del 2008 y una lenta recuperación económica mundial, así como el aumento de la desigualdad dentro de este país y a nivel global, entre muchos otros factores internos y externos—como los sistemas educativo y de salud públicos deficientes, por ejemplo—, le han aportado incentivos a las nuevas generaciones para girar hacia posturas más progresistas.

Todas estas transformaciones que ha sobrellevado la sociedad estadounidense a lo largo de las últimas décadas se han conjugado en las primerias presidenciales actuales para convertirlas en un suceso político sui géneris dentro del escenario político tradicional estadounidense. Aunque estos cambios eran observables anteriormente, por ejemplo con Barak Obama como candidato presidencial, lo cierto es que nunca fueron más visibles como ahora. Si bien estos han permitido traer sobre la mesa temas fundamentales para la sociedad de los Estados Unidos, también han permitido que se desencadenara un fenómeno político preocupante tanto para el futuro del ámbito nacional como internacional.

La disputa entre Hillary Clinton y Bernie Sanders en la bandera demócrata se ha perfilado como una lucha entre un modelo de hacer política tradicional, cooptado por las élites políticas y económicas, versus un modelo de política más justo y equitativo. Sin embargo, con la posibilidad cada vez mayor de que los candidatos presidenciales sean Hillary Clinton y Donald Trump, Estados Unidos se estaría debatiendo entonces entre el mismo modelo de política tradicional, versus un modelo populista, impredecible, y lo más probable, socialmente degenerante. Todavía las cosas no están del todo definidas, por lo que esta lucha presidencial puede aún mostrar nuevas sorpresas.

Notas  

(1)   Andrews, W., Bennet, K. y Parlapiano, A. (2016). 2016 Delegate Count and Primary Results. The New York Times. [en línea]. [consultado el 02/05/16]. Disponible en: http://www.nytimes.com/interactive/2016/us/elections/primary-calendar-and-results.html?ref=politics

(2)   Moya, S. (2015). Análisis semanal 2: Bush 3.0 la pesada herencia familiar. Observatorio de la Política Internacional. [en línea]. [consultado el 02/05/16]. Disponible en:http://opi.ucr.ac.cr/node/357.

(3)   Pew Research Center. (2016). A Wider Ideological Gap Between More and Less Educated Adults. [en línea]. [consultado el 02/05/16]. Disponible en:http://www.people-press.org/2016/04/26/a-wider-ideological-gap-between-more-and-less-educated-adults/.

 

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