Análisis semanal 34: Centroamérica respira y sangra (5 de octubre de 2015)

Año: 
2015

 

La primera mitad del año 2015 ha dejado un complejo saldo para los y las centroamericanas: por un lado, buena parte de las sociedades de la región han despertado de su letargo y hemos sido testigos de multitudinarias protestas en Guatemala, Honduras (1) y Nicaragua (2), movimientos todos que comparten su indignación y malestar por el grado de penetración de la corrupción que carcome el Estado. Por otra parte en Panamá, importantes figuras de la administración Martinelli enfrentan procesos judiciales (3), los cuales parecen empezar y acabar en la figura del propio expresidente, quien no pisa suelo panameño desde principios de año. El Salvador se ha visto azotado por olas de violencia homicida, las cuales desbordan las páginas de los diarios del país y reafirman el alto precio que sigue cobrando la guerra contra el narcotráfico en la región. Finalmente, la falta de consensos en torno al tratamiento del tema fiscal en Costa Rica plantea sombríos panoramas para el futuro del país, en tanto continuar evadiendo una reforma fiscal, de la que se viene discutiendo desde hace ya varios años (4), puede minar las capacidades de uno de los Estados de la región que se ha caracterizado por mantener altos índices de desarrollo humano, a pesar de la creciente desigualdad que se ha agravado en la última década.

Debilidad estructural. A pesar de responder a contextos y circunstancias específicas, las coyunturas antes esbozadas evidencian una misma problemática que aqueja a los Estados centroamericanos: la marcada debilidad estructural. Este elemento, señalado de manera consistente y enfática por el Estado de la Región en sus informes sobre desarrollo humano sostenible en Centroamérica (5), respalda la tesis de que Estados con bajos ingresos y limitadas capacidades, en contextos de un bloqueo institucional que no permite dar respuesta a las demandadas ciudadanas, se constituyen en una fórmula para el desastre.

Poderes fácticos. Aunado a la debilidad que limita e impide una acción estatal efectiva, existen en la región actores que no conocen fronteras de ningún tipo, al tiempo que actúan desde, contra y/o por encima de la institucionalidad del Estado de Derecho. Llamados poderes fácticos o informales, esta categoría abarca grupos empresariales, carteles de la droga, medios de comunicación masiva, así como élites político-partidarias y hasta líderes religiosos, los cuales persiguen agendas propias desde esquemas de suma cero, es decir, que todo aquello que beneficie a otros grupos, me perjudica en igual proporción. Estos actores, que muchas veces actúan desde las sombras, lejos de la mirada pública, son clave para entender el momento histórico que vive la región: su rol en los procesos políticos y sociales que vive Centroamérica se ha vuelto en muchos casos determinantes, al punto que pueden definir procesos electorales, moldear la opinión pública, vetar iniciativas gubernamentales e incluso generar situaciones de crisis.

Un alto en el camino. Frente al sombrío panorama que se asoma, existen importantes ventanas de oportunidad para Centroamérica, una de ellas la integración regional. El carácter transnacional de los desafíos que enfrenta la región hace evidente la necesidad de una respuesta que apele a esfuerzos concertados y esquemas que superen lo nacional, más que a iniciativas aisladas e individuales de poco impacto. A pesar del escepticismo de (algunas) élites políticas, la integración se constituye en el camino para dar respuestas integrales y efectivas a situaciones tales como el crimen organizado, el cambio climático, o la inserción en las dinámicas globales del comercio, las cuales se constituyen en retos determinantes para el futuro de Centroamérica.

No obstante,hay rayos de esperanza para la región. Los movimientos de protesta ciudadana que tienen lugar en Ciudad de Guatemala, Tegucigalpa y Managua, nos recuerdan no solo el rol fundamental que puede jugar la ciudadanía sobre los asuntos públicos, sino el carácter indispensable de esta participación en cualquier democracia. La articulación de este malestar generalizado en demandas y acciones concretas se constituye quizá en su principal desafío, pero es reconfortante pensar que esto no es otra cosa que el inicio del despertar de Centroamérica.

Notas

(1) Elías, J. & J. Meléndez. 2015. Una ola de protestas sacude Guatemala y Honduras. En El País. 14 de junio  Disponible en: http://internacional.elpais.com/internacional/2015/06/14/actualidad/1434303266_370487.html.

(2) Buitrago, L. 2015. “Miércoles de protesta” continúan a pesar de atentado. En La Prensa. 9 de setiembre. Disponible en: http://www.laprensa.com.ni/2015/09/09/politica/1898737-miercoles-de-protesta-continuan-a-pesar-de-atentado.

(3) Polanco, R. 2015. Corrupción, peculado y escuchas ilegales en la agenda de justicia. En La Prensa. 30 de junio. Disponible en: http://www.prensa.com/politica/Corrupcion-peculado-escuchas-ilegales-justicia_0_4243075851.html.

(4) Cambronero, N. 2011. Pacto Solís-Chinchilla fractura Alianza. En La República. 15 de setiembre. Disponible en: https://www.larepublica.net/app/cms/www/index.php?pk_articulo=50736.

(5) Programa Estado de la Nación. 2011. Cuarto Informe Estado de la Región en Desarrollo Humano Sostenible. San José. Programa Estado de la Nación. Disponible en: http://www.estadonacion.or.cr/estado-de-la-region/region-informe-actual2011.

 

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