La reciente decisión del Servicio Fitosanitario del Estado -instancia dependiente del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG)- de cerrar la frontera a algunos productos alimenticios de importación como el aguacate mexicano, las manzanas chilenas, las papas de Canadá y Estados Unidos, el kiwi de Italia y el frijol rojo de Centroamérica, ha generado una controversia que ilustra diferencias importantes entre el equipo de gobierno.
En el caso del aguacate, la decisión se tomó alegando el riesgo de que se extienda en el país la enfermedad Sunblotch, que afecta a las plantaciones mexicanas. Esta decisión ha generado una disputa entre este ministerio y el Ministerio de Comercio Exterior (COMEX). Para el titular de este último ministerio, Alexander Mora, en la decisión del Servicio Fitosanitario del Estado no se tomaron en cuenta potestades legales que tendría COMEX, y que le daban derecho a asumir un rol protagónico en el proceso previo a la decisión. Otros sectores, como la Cámara de Exportadores e Importadores de Productos Perecederos de Costa Rica (CEIPPCR) y la organización Consumidores de Costa Rica, han acusado al MAG de asumir “políticas proteccionistas”. Para el ex ministro de Comercio Exterior, Fernando Ocampo, la medida podría incluso generar una protesta ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) (1). En general, las críticas locales apuntan a que se estaría pasando de un modelo de apertura comercial a uno “proteccionista”.
La medida también ha generado reacciones en el exterior: el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) de México cuestionó el sustento técnico de la medida y se han producido también protestas verbales por parte de Canadá.
Por otro lado, el ministro de Agricultura y Ganadería Luis Felipe Arauz ha insistido en que la decisión tiene un carácter estrictamente técnico: “para evitar que los productos importados amenacen la salud de personas, animales, o plantas”. “Es una política agrícola de primer mundo y no la tercermundista que se aprobaba en el pasado”, añadió el Ministro (2).
El tema del aguacate no representa la primera divergencia entre el equipo de gobierno en temas de comercio exterior. En el pasado el Ministro Mora se manifestó en contra de la pretensión del MAG de elevar a rango constitucional la soberanía alimentaria (propuesta que se incluye en el Plan Nacional de Desarrollo “Alberto Cañas Escalante”), y es claro que desde COMEX tampoco se vio con buenos ojos que el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC) decidiera aplicar una salvaguardia para limitar la importación de arroz pilado desde Argentina y Uruguay para proteger la producción nacional.
Estas controversias revelan dos hechos importantes. El primero, a todas luces evidente, es una inquietante falta de comunicación dentro del gabinete del presidente Luis Guillermo Solís. Falta de comunicación que tarde o temprano dará lugar a incongruencias serias en materia de comercio exterior. El segundo elemento es una cuestión de fondo, y que tiene que ver con orientaciones o visiones de mundo muy distintas respecto a lo que debe ser nuestra relación comercial con el mundo. Desde COMEX, y dando continuidad a la orientación seguida durante las administraciones Arias y Chinchilla, el ministro Alexander Mora defiende posiciones aperturistas que apelan a un seguimiento estricto de las políticas y disposiciones de la OMC. Desde el MAG, el ministro Arauz parece más preocupado por la defensa de la producción nacional, la reducción de la pobreza rural, y el “derecho a decidir la política de producción de alimentos en una forma soberana” (3).
¿Cómo se va a dirimir esta diferencia “doctrinal”? Aunque las tesis del MAG son más cercanas a lo que han sido históricamente las posiciones del partido de gobierno y del mismo presidente Solís antes de llegar a Casa Presidencial, es previsible que la presión que ya han empezado a ejercer sobre el gobierno los sectores afines al aperturismo podría terminar inclinando la balanza hacia sus posiciones. Si hay una marcada continuidad entre la política económica de esta administración con los gobiernos pasados, la política comercial no parece ser la excepción.
Notas
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