Este lunes 18 de mayo de 2015, los ministros de Relaciones Exteriores de los 28 países miembros de la Unión Europea decidirán si siguen adelante con una política europea de carácter militar en respuesta a la crisis de migración que actualmente se está desencadenando en el Mediterráneo. Esto significa que Europa ha decidido no visualizar la crisis migratoria que actualmente está sobrellevando como una crisis humanitaria, sino como un problema de seguridad para la región, dado que todo indica que esta política será aprobada. El modelo de la política de seguridad europea para atacar el problema de migración en el Mediterráneo, el cual ya ha cobrado la vida de más de 1800 personas, se basa en el plan Atlanta llevado a cabo por la Unión Europea en las costas de Somalia en el año 2012, en conjunto con las autoridades de este país, y el sector de navegación comercial mundial, para combatir a piratas que atacaban a las embarcaciones que pasaban por la costa somalí (BBC, 2015b). Por lo tanto, se está visualizando la actual crisis, no como una crisis que tiene múltiples causas y cuya solución no es simple, sino que tiene que ser resuelta tomando en cuenta todas las causas de la crisis de forma integral, y buscarles a cada una su solución. Por el contrario, la Unión Europea está viendo la crisis de forma reduccionista y simplista, sin realmente asumir su responsabilidad en la creación de la misma (Moya, 2015), al buscar una solución simplista y parcial, la mano dura.
La nueva política europea de respuesta a la crisis migratoria que vive la región tiene por nombre EUNAVFORD MED, “y tendrá sus cuarteles generales en Roma y será comandada por el contraalmirante italiano Enrico Credenino” (Abellán, 2015). La iniciativa surgió luego de una Cumbre en Bruselas de la Unión Europea para tratar precisamente la situación migratoria que se está desencadenando en las aguas del Mediterráneo. Esta Cumbre tuvo por resultados la triplicación del presupuesto del programa Tritón, en el Mediterráneo, como del programa Poseidón, en el mar Egeo, los cuales son programas de vigilancia y rescate de refugiados en estos mares (El País, 2015). Además, esta cumbre se planteó un plan de ingreso de migrantes por cuotas en los países de la Unión Europea, hasta llegar a la cifra de 20.000 personas (BBC, 2015a), el cual además de controversial es un plan que realmente no resuelve, como todos los descritos anteriormente, la crisis que se ha desarrollado en el Mediterráneo.
De todos los programas europeos en respuesta a la crisis anteriormente descritos, el más preocupante es la iniciativa militar que busca responder a la crisis de una forma represiva. El programa EUNAVFORD MED se divide en 3 etapas, las cuales son: la primera trata sobre la recopilación de inteligencia sobre las redes de tráfico de personas y patrullaje en aguas internacionales, la segunda etapa consiste en la búsqueda e inspección por parte de los ejércitos integrantes de la Unión Europea de los barcos sospechosos de traficar personas en el Mediterráneo, esto en aguas internacionales. Finalmente, la tercera etapa, posiblemente la más controversial, requiere de la aprobación del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) para ser llevada a cabo. Esta etapa consiste en patrullar de la misma forma que en la segunda etapa, las aguas territoriales de Libia, e incluso, utilizar todos los medios necesarios con el objetivo de inhabilitar los barcos utilizados en el tráfico de personas.
Tanto las autoridades libias como Rusia se han opuesto a la implementación de esta tercera etapa de este programa de respuesta militar europea a la crisis migratoria. No obstante, el plan del programa cambió su redacción, y dejo de utilizar la palabra “destrucción” en cuanto a los barcos de las redes de tráfico de personas en Libia, por una redacción que implica lo mismo, aunque de forma indirecta: “todas las medidas necesarias contra un barco o activos relacionados, incluido deshacerse de ellos o hacerlos inservibles” (Abellán, 2015). Se cambió precisamente la redacción para suavizar la oposición rusa al desarrollo del programa, y evitar con ello un veto de este país en el Consejo de Seguridad de la ONU, todo con el objetivo de conseguir el aval necesario de este órgano de la ONU para poder llevar a cabo el programa.
El desarrollo de este programa, y el ímpetu con que la Unión Europea lo está promoviendo, demuestra que Europa no ha reconocido verdaderamente su papel como uno de los principales actores causante de esta crisis migratoria, la cual involucra a miles de personas que solo buscan huir de los conflictos de sus países en búsqueda de un futuro mejor. Al parecer la Unión Europea se le ha olvidado que fue, junto con los Estados Unidos, la que llevó a cabo una intervención militar en Libia para derrocar en 2011 a Muammar el Gadafi, trayendo con ello la inestabilidad al país, el desmantelamiento de su Estado, y la populación de redes de tráfico y trata de personas por todo el país. Pero no sólo en Libia, también en Siria, de forma indirecta, financiando y armando a grupos de oposición al régimen de Bashar al Assad, ha introducido el conflicto en el país, el cual ya cumple su quinto año desde que inició.
Estos conflictos y muchos otros que se desarrollan actualmente alrededor de las fronteras europeas han sido los que han desencadenado esta crisis migratoria, que más que un problema de seguridad, como bien se ha dicho anteriormente (Moya, 2015), es una crisis humanitaria por la cual Europa debe tomar su responsabilidad. No obstante, pareciera ser que Europa evita, a toda costa, tomar su responsabilidad en el asunto, y atacar integralmente esta crisis, con respuestas viables que traigan consigo la solución integral de las causas sociales que han desencadenado la crisis. Pareciera más bien todo lo contrario, ya que, aunque si bien las autoridades europeas dicen que no planean traer efectivos militares a tierra de Libia (BBC, 2015b), lo cierto es que su respuesta a la crisis es una fórmula que combina represión con placebos o paliativos.
La destrucción, o cualquier forma eufemística con que se le quiera llamar, de los botes de tráfico de personas no significa que las redes que incurren en estos actos no encuentren otras formas de llevar a cabo su negocio, ya que hay que recordar que estas redes lucran con la necesidad de las personas de huir de los conflictos. Por lo tanto, este programa, como tampoco ninguno de los otros programas europeos, se plantea la verdadera solución a esta crisis, sino que por el contrario lo que busca es evitar que las consecuencias negativas de la crisis lleguen a Europa, por más que ya lo están haciendo. En el tanto en que Europa no despierte de su negación colectiva por su participación en las causas que han desencadenado esta crisis, se seguirán implementando este tipo de proyectos y programas represivos, sin que se pueda vislumbrar en el corto plazo una verdadera solución a la problemática, mientras que los que más sufren son los que buscan huir de la guerra y el conflicto en búsqueda de un mejor futuro para sí mismos y sus familias.
Fuentes consultadas
Abellán, L. (2015). La UE aprueba hoy la misión militar contra las mafias en Libia. Periódico El País Internacional. [en línea] [consultado el 18 de mayo de 2015]. Disponible en: http://internacional.elpais.com/internacional/2015/05/18/actualidad/1431939481_084438.html.
BBC. (2015a). EU to back ‘boat destroyer’ mission in Mediterranean. [en línea] [consultado el 18 de mayo de 2015]. Disponible en: http://www.bbc.com/news/world-europe-32776688.
BBC. (2015b). Migrant crisis: EU cuota plan to take 20.000 refugees. [en línea] [consultado el 18 de mayo de 2015]. Disponible en: http://www.bbc.com/news/world-europe-32719014.
El País Internacional. (2015). Afrontar la emergencia. Editorial. [en línea] [consultado el 18 de mayo de 2015]. Disponible en: http://elpais.com/elpais/2015/04/23/opinion/1429816128_622571.html.
Moya, S. (2015). Tragedia en el Mediterráneo: es tiempo de asumir responsabilidades. Análisis semanal. Observatorio de la Política Internacional (OPI). [en línea] [consultado el 18 de mayo de 2015]. Disponible en: http://opi.ucr.ac.cr/node/405.
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