Potencias internacionales

A mediados del año 2011 Estados Unidos de América continúa siendo la potencia número uno del sistema internacional, mientras que China ha desplazado a Japón hasta el tercer lugar y se coloca como la segunda economía del mundo. Sin embargo, tanto en los Estados Unidos como en la Unión Europea y Japón hay señales de una posible nueva recesión que afectaría la salud de la economía mundial.
 
El esquema bipolar propio de la Guerra Fría, en el que los Estados Unidos compartía el liderazgo del global con la Unión Soviética, ha sido sustituido por un sistema más flexible en el cual el poder estadounidense en alianza con Europa, Japón y Australia, entre otros, se mueve ahora en un contexto de varios centros de poder, tanto político como económico.
 
Los Estados Unidos vienen saliendo de su más severa recesión desde la crisis de 1929 del siglo pasado. La gran recesión del 2008 no significó el "fin de la historia" ni el colapso del "imperio" como lo proclamaron los profetas del desastre, pero tampoco fue una simple reiteración de los ciclos de expansión/ recesión que han caracterizado a la economía mundial. Ni reiteración de ciclos ni fin de la
historia. Fue la primera gran recesión del globalismo, fase superior del capitalismo.
 
La recesión económica estadounidense que terminó oficialmente en junio del 2009 se internacionalizó golpeando paradójicamente especialmente a las economías más desarrolladas (Europa y Japón). Por el contrario, algunas de las economías en vías de desarrollo (Brasil, Perú y Paraguay, por ejemplo) capearon mejor la adversidad y hasta obtuvieron altas tasas de crecimiento en dicho período. Pero ahora nuevamente hay señales de estancamiento y hasta de una nueva recesión, y mientras las bolsas caen en Wall Street, Europa, Asia y Medio Oriente, las autoridades financieras latinoamericana corren para blindar a sus países frente a una eventual contracción de proporciones globales.
 
Además de los Estados Unidos como potencia hegemónica, sigue presente en el escenario la Unión Europea, que no es un estado, ni una potencia, sino un bloque de estados entre los que destacan potencias tradicionales como Alemania, Inglaterra, Francia e Italia. Es una unión de países desarrollados y democráticos en aprietos y en alerta por las crisis de Grecia, Irlanda, Portugal, Italia y España.
Y están asimismo los BRIC, que tampoco son un estado, ni una potencia, pero sí una especie de bloque en formación de potencias emergentes, integrado por Brasil, Rusia, India y China.
 
Los BRIC presentan características similares entre sí como son el inmenso territorio, la gran población, la enorme cantidad de recursos naturales, cierta estabilidad política y económica y gran crecimiento económico.
 
Han realizado reuniones multilaterales y en algunos casos coordinan sus políticas exteriores. Tres de ellos son asiáticos y uno latinoamericano, con muchas diferencias entre sí, tanto ideológicas como culturales. Por ejemplo las diferencias entre China y la India son colosales.
 
Han cambiado el concepto de bloque, antes referido a cercanía geográfica e ideológica y ahora más relacionado con intereses económicos y comerciales comunes. A pesar de la lejanía geográfica de Brasil con los otros miembros del bloque ahora sus integrantes se han trazado como meta la negociación de un mercado común BRIC. A veces se ha incluido a África del Sur entre dicho bloque y actualmente hay dudas respecto de incluir a Rusia debido a que sus tasas de crecimiento se han venido debilitando en los últimos años y asimismo se baraja el posible ingreso de nuevos miembros entre los que se menciona a países como Turquía.
 
En síntesis, durante la administración del Presidente Barak Obama, a pesar de la recesión, la frágil recuperación y la eventual caída en una segunda recesión y en el marco de un sistema internacional con los BRIC en ascenso, los Estados Unidos continúan siendo la potencia número del mundo globalizado, gracias a sus propias fortalezas y a su sistema de alianzas en Europa, Asia, América, África y Oceanía. Pero el papel de los BRICS tiende a ser cada vez más relevante y protagónico y el eje de la economía mundial se desplaza desde el Atlántico hasta el Pacífico. El siglo XXI parece perfilarse como el siglo del Pacífico. Y según el pensamiento de John Naisbitt: " Mi mensaje de una sola palabra para el siglo XXI es: Asia."