Análisis semanal 584: Ha caído el régimen: análisis de la caída de Bashar Al-Assad y el futuro de Siria (16 de diciembre de 2024)

Introducción

La República Árabe de Siria es un estado de Medio Oriente, clasificado por la gran parte de la comunidad internacional como un régimen sangriento y brutal.^[1]  Bashar Al Assad, el líder derrocado, fue acusado constantemente por emplear armas químicas y atacar conscientemente objetivos civiles.^[2] El informe de 2017 de Amnistía Internacional, Human Slaughterhouse, evidenció las violaciones sistemáticas a los derechos humanos que se producían bajo el mandato de Al Assad. Esta extensa lista incluía desde homicidios, torturas, hasta numerosas desapariciones forzadas. Además, se demostró el uso de armas de diverso calibre, mismas que producían un ataque indiscriminado sobre objetivos de la sociedad civil.^[3]

Precisamente por estos hechos el descontento social era una constante en la dinámica sociopolítica de Siria. Desde el 2011 se desató una guerra civil a gran escala, misma que alteró considerablemente la región, involucrando a potencias mundiales y devastando al país. Se estima que más de doce millones de personas tuvieron que emigrar de sus hogares y aproximadamente medio millón de personas murieron producto del combate.^[4]

¿Qué pasaba en Siria antes de derrocar a Al Assad?

Hafez Al-Assad tomó el poder de Siria en 1971, dando inicio al régimen autocrático de los Assad, hasta su muerte en el 2000. Debido a este suceso Bashar Al Assad, relevó a su padre en el poder. Inicialmente fue considerado como un reformista, razón por la que los sirios creyeron que sería el camino inicial para la transición democrática.^[5] Los sucesos de las protestas del 2010-2011, generaron una inestabilidad generalizada en la región. Siria no sería la excepción. Diversos manifestantes exigían la destitución del presidente, un verdadero estado democrático, así como garantías como la justicia social, libertad y dignidad.^[6]

A raíz de estos hechos, en el 2015, Rusia decidió colaborar con el presidente Bashar Al-Assad. Las Fuerzas Armadas rusas se dedicaron a atacar objetivos de ISIS y a cualquier grupo rebelde al gobierno de Assad. En consecuencia, Rusia desplegó efectivos militares para proteger sus dos bases: la base aérea de Hmeymim y la base naval de Tartus, así como para brindarle apoyo al régimen.^[7] . Un par de años después, en el 2013, diversos personeros de la ONU, desplazados al lugar, otorgaron evidencia sobre el uso de armas químicas, tanto por el régimen como por los grupos rebeldes. De esta manera se potenció a la comunidad internacional para argumentar que se estaban cometiendo crímenes de guerra y lesa humanidad. En contraposición, el discurso oficial del gobierno afirmaba que era para atacar objetivos terroristas.^[8]

Bajo este panorama, la República Árabe de Siria se considera un Estado fallido. Según Zartman, un Estado fallido es aquel que no puede satisfacer las necesidades básicas de su población ni de la comunidad internacional; es decir, un Estado que no puede brindar seguridad, justicia, educación, entre otros.^[9] En ese orden de ideas, Thürer asevera que los Estados fallidos tienen problemáticas internas y endógenas que alteran la estructura de poder, causando desintegración y desestructuración estatal.^[10] Estas condiciones son visibles en las dinámicas de Siria.

Grupos rebeldes: ¿quiénes derrocaron a Bashar Al-Assad?

Si bien existe un amplio panorama de grupos insurrectos que lucharon por derrocar al régimen de Bashar Al-Assad, en las últimas semanas facciones concretas han acaparado la atención de la comunidad internacional: (i) Hayat Tahrir al Sham (HTS), (ii) Fuerzas Democráticas de Siria (FDS) y (iii) Ejército Nacional Sirio.

Hayat Tahir al Sham (HTS)

Este grupo es uno de los más polémicos de los rebeldes sirios. Hayat Tahrir al Sham, es decir, la Organización para la Liberación del Levante, es una organización salafista opositora al régimen de Bashar Al Assad. Su comienzo se remonta al año del 2011, siendo fundados como una filial del Al Qaeda. Un cambio de paradigma se generó en el 2016, cuando su líder, Abu Mohamed al Jolani, rompió los lazos con esta organización terrorista.^[11]

Al ser cercano a Al Qaeda y al mismo Estado Islámico, su papel dentro del sistema internacional sigue siendo polarizador. Mientras Estados Unidos lo considera como una organización terrorista, otros países como Reino Unido, lo consideran como proscrito.^[12]

La principal misión de HTS es derrocar al régimen de Al Assad. Sus métodos son diversos, incluyendo desde ataques suicidas hasta la guerra de guerrillas. Notablemente han intentado obtener legitimidad institucional, mediante el gobierno de Salvación Nacional de Siria, un Estado autoproclamado desde el 2017. Además, les permitió conseguir el apoyo de actores internacionales, como Turquía.^[13]

Fuerzas Democráticas de Siria

Este grupo es una coalición liderada por sirios y kurdos, apoyados por Estados Unidos y fuertes rivales de Turquía.^[14] Asimismo, esta coalición mantiene cooperación directa con Estados Unidos, tanto en el aspecto militar, político como económico.^[15] Ser aliados de los EE.UU., no significa necesariamente que se apegan a la moralidad o al derecho. Según Amnistía Internacional, todas las partes involucradas en el conflicto sirio, han realizado acciones ilegítimas contra población civil, violentando innumerables derechos. ^[16]

Dentro de las Fuerzas Democráticas de Siria, se encuentran diversos subgrupos. En primera instancia se encuentran las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), quienes han luchado constantemente contra los grupos de ISIS, en la región siria. Asimismo, este grupo tiene su homólogo femenino, la YPJ, es decir, las Unidades de Protección de la Mujer. Finalmente, otra rama de las Fuerzas Democráticas de Siria es el Consejo Militar Siriaco (CMS), es un grupo compuesto principalmente por creyentes cristianos sirios, es decir, asirios.^[17]

Un aspecto importante es que las Fuerzas Democráticas Sirias no revelan información respecto a sus tropas, no se conoce con exactitud el tamaño de las mismas y mucho menos el número de bajas que han contabilizado hasta el momento.^[18]

La rivalidad con Turquía ha permitido que sean declaradas, por este Estado, como fuerzas de ataque terrorista en la región. En diversas ocasiones, se han enfrentado contra el ejército turco y contra el Ejército Nacional de Siria, en el norte de Siria.^[19]

 Ejército Nacional Sirio

Esta organización es un grupo paramilitar conformado en el 2017. ^[20]Anteriormente era conocido como Ejército Libre de Siria, es una especie de contrapeso a las fuerzas kurdas. ^[21]

Se encuentran compuestos por árabes, turcomanos y kurdos que no comparten ideología con el separatismo kurdo. Han realizado alianzas con el HTS, aprovechando operaciones militares para ampliar el control en la zona norte de Siria. ^[22]

Este grupo rebelde se considera abiertamente pro Turquía, siendo muchas veces ayudado por este estado, el cual apoyó la última ofensiva, logrando controlar amplias zonas del norte de Siria. ^[23]

¿Cómo estos grupos derrocaron a Bashar Al-Assad?

Los factores que permitieron a los grupos rebeldes a derrocar al régimen son diversos, pero si algo debe reconocerse es su habilidad para leer el panorama internacional, tanto de la región como el global. En primera instancia, los rebeldes aprovecharon la debilidad de los aliados del gobierno de Bashar Al-Assad, es decir, Hezbolá, Irán y Rusia. Los dos actores más cercanos, Hezbolá e Irán se encuentran enfocados en su guerra contra Israel. En el caso concreto de Hezbolá, es necesario destacar que el asesinato de su líder, Hassan Nasrallah, debilitó considerablemente las estrategias de ofensiva. ^[24]

. Por su parte, Rusia mantiene el enfrentamiento contra Ucrania y las tensiones políticas con Occidente. Esto dificulto a estos actores ha intervenir de manera oportuna, en salvaguarda de los intereses de la dictadura^[25].

En segundo lugar, el ejército sirio estuvo mucho tiempo liderado por las fuerzas de Hezbolá o fuertemente influenciado por Rusia, esto creó una incapacidad real de atender conflictos y una notable pérdida del liderazgo. Ahora bien, el ejército tampoco contaba con la capacidad material para atender una revuelta, carecían de armamento, suministros básicos y presentaban grandes indicios de corrupción. ^[26]

Finalmente, el factor que más influyó en la caída del régimen fue un fortalecimiento desmedido de los grupos rebeldes. Estos grupos formaron una especie de coalición, aunado al constante entrenamiento militar, lo que permitió que tomaran ciudades claves en muy poco tiempo. Inicialmente tomaron la ciudad de Hama, posteriormente Daraa en el sur, hasta que el 8 de diciembre tomaron triunfantes la capital de Siria, Damasco.^[27]

El futuro de Siria

Al considerar el futuro de Siria se deben poner algunas características sobre la mesa. Es necesario recordar que el gobierno sirio fue derrocado por diversos grupos rebeldes, algunos con ideologías muy discrepantes. Según Maturana, HTS y el Ejército Nacional Sirio han presentado una muy larga relación dicotómica, se han percibido como rivales, pero a la vez amigos. Esto generaría el primer dilema, saber la capacidad de ambos grupos insurgentes para poder cooperar, lejos del derrocamiento de Assad.^[28]

Un factor relevante es la diversidad de Siria. En Siria existen muchas personas de diversas denominaciones tanto religiosas como ideológicas, mismas que podrían verse vulneradas por los grupos rebeldes. Si bien, el líder de HTS, Abu Mohammed Al-Jolani, determinó que el país tendrá un futuro más pluralista y democrático, muchos de sus seguidores no lo consideran oportuno. De cierta manera, todavía existe un vínculo ideológico entre esos rebeldes y Al Qaeda.^[29] Es necesario mencionar que, durante la administración de HTS, en Idlib, se mantuvo un estricto control para combatir a otras agrupaciones militares y a críticos internos. Consecuentemente se produjeron protestas constantes, contras los métodos catalogados como autoritarios.A pesar de ello, se debe destacar que Hayat Tahrir al Sham no ha impuesto ningún tipo de filosofía salafista.^[30]

El politólogo sirio Joseph Daher, considera que los sirios deben tener mucha cautela antes de depositar la confianza en alguno de los grupos rebeldes. Además, afirma que si bien, HTS intenta parecer un actor moderado y racional, su fundamentación es autoritaria.  Posteriormente, agrega que el hecho de poder ejercer libertad de culto, no significa naturalmente, la capacidad de participar en el proceso de toma de decisiones, es decir, poseer derechos políticos.  Un ejemplo claro de esta línea argumentativa, es como HTS cerró a las organizaciones que abogaban por una igualdad de género en la región. ^[31]

El poder sería una problemática que estos grupos rebeldes deben definir lo más pronto posible. Según el experto en Oriente Medio, Thomas Juneau, la lucha contra la dictadura de Assad era la cohesión que le daba sentido a la oposición. Si bien el HTS es el que ha ocupado mayoritariamente la atención de la comunidad internacional, los grupos de FDS y el Ejército Nacional Sirio no estarían dispuestos a renunciar a sus logros. Esta inestabilidad, podría llevar al país a fragmentarse en tres estados completamente diferentes, regidos por estos grupos .^[32]

Si bien el panorama aún es muy convulso, existe una preocupación justificada de la comunidad internacional. Los dilemas que acarrea el derrocamiento de Assad, han despertado la atención de la comunidad internacional, la Unión Europea emitió un comunicado en donde solicitaba a los líderes de los grupos rebeldes a evitar escenarios como los de Irak, Afganistán y Libia. Además, demostraban la necesidad de respetar la integridad territorial de Siria, su soberanía y las instituciones públicas^[33]