Análisis semanal 581: Un vistazo a cómo la crisis por la DANA en Valencia pone en evidencia desacuerdos en el sistema (25 de noviembre de 2024)

Introducción

      La Comunidad Valenciana en España, en compañía de otras comunidades vecinas, se vio enormemente golpeada por la DANA, ocurrida este pasado 29 de octubre, causando pérdidas tanto materiales como humanas y se prevé que pasará a la historia como una de las catástrofes más costosas y destructivas de la historia reciente en el país.

       Este artículo pretende brindar una explicación de cómo sucedió esta crisis, contextualizar a nivel político, así como también se busca visibilizar cómo la gestión llevada a cabo por los gobiernos a cargo ha causado el descontento en muchos, ha debilitado la imagen de los presidentes de estos gobiernos, y ha evidenciado desacuerdos dentro del sistema, los cuales son acusados de entorpecer el manejo de la crisis.

Explicación de la catástrofe

La Depresión Aislada en Niveles Altos, conocida como DANA por sus siglas, es una borrasca profunda que se origina por el choque de masas de aire frío en las capas altas de la atmósfera y que al combinarse con temperaturas altas en el Mar Mediterráneo generan lluvias extremas. Este proceso climático incrementa la humedad en el ambiente, lo que produce lluvias intensas y sostenidas.[1] En esta ocasión golpeó en gran manera a la región de Valencia en España, así como a otras zonas como Castilla-La Mancha y Andalucía este pasado mes de octubre, provocando a su paso grandes inundaciones, deslizamientos y pérdidas materiales, lo que provocó cierres y daños en carreteras, escuelas, etc., así como centenas de pérdidas humanas. Se reporta que dicha crisis pasará a la historia reciente de España como una de las más destructivas y costosas.[2]

Según datos de la Base Europea de Condiciones Meteorológicas extremas, se estima que algunas localidades de Valencia, como Chiva, recibieron alrededor de 320 mm de lluvia en un plazo de cuatro horas, cuando se había registrado una media de 77 mm durante todo el mes, lo que permite dimensionar lo destructivas que estas lluvias han alcanzado a ser.[3]

Aunado a esto, muchos científicos afirman que los fenómenos meteorológicos extremos en la región son cada vez más frecuentes debido al cambio climático. Los meteorólogos creen que el calentamiento del Mar Mediterráneo, que aumenta la evaporación del agua, desempeña un papel clave en la intensificación de las lluvias torrenciales. Ernesto Rodríguez Camino, meteorólogo superior del Estado y miembro de la Asociación Meteorológica Española, dijo que eventos de este tipo, que antes se producían con muchas décadas de diferencia, ahora son más frecuentes y su capacidad destructiva es mayor.[4]

Respuesta de autoridades y gobiernos

Ante esta crisis muchas víctimas apuntan a que hubo un mal manejo por parte de las autoridades. Echando un vistazo a los eventos de manera cronológica, la principal crítica es que según muchos habitantes de Valencia, estos no recibieron una alerta clara sobre la crisis sino hasta las 20:00 horas, cuando la crisis ya estaba tomando lugar. Según un reporte de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), los hechos se dieron de la siguiente forma:

Entre las 17:00 y las 18:00 horas ya se habían activado las alertas hidrológicas por desbordamiento del barranco del Poyo, río Magro, río Júcar y la presa de Forata, pues se conocía que la situación era muy grave. Así pues, diferencian tres bloques temporales en el Cecopi, que comenzó a las 17:00 horas de la tarde del 29 de octubre: minutos antes de las 17:30 horas, cuando se empezó a plantear la gravedad de la situación e incluso se alertó de la probabilidad de ruptura de la presa de Forata y se puso encima de la mesa el desalojo de la población de la zona; la interrupción de la reunión entre las 18:00 y las 19:00 horas; y su reanudación a partir de las 19:00 horas. Es precisamente en este momento, sobre las 19:10 horas cuando se comienza a debatir, según la Aemet, sobre la posibilidad de lanzar la alarma ES-Alert a la población y se barajan las opciones de enviar un mensaje de confinamiento, recomendar subir a las plantas altas de los edificios, prohibir la circulación o de emitir algunas recomendaciones sobre esta. Finalmente, la alerta masiva se envió a las 20:11 horas de ese día.”[5]

A su vez, existen quejas sobre cómo se manejó el ingreso de ayuda proveniente de distintos países, ya que por ejemplo, en el caso de El Salvador, el presidente Nayib Bukele declaró que tenía preparados efectivos y suministros listos para partir rumbo a Valencia, pero durante una conferencia de prensa realizada en Costa Rica, comentó que la ayuda no estaba siendo aceptada, por lo que se la ofreció a Costa Rica con el fin de ayudar a las zonas afectadas en el país por el paso del Huracán Rafael.[6]

Contextualización política

Valencia es una de las 17 comunidades autónomas con las que cuenta España, razón por la cual existe cierto nivel de autonomía de esta comunidad en ciertos temas con respecto a las políticas del gobierno central en Madrid. La Comunidad Valenciana cuenta con Carlos Mazón del Partido Popular (PP) como presidente, mientras que en el gobierno central de España se encuentra Pedro Sánchez del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Ambos partidos cuentan con marcadas diferencias ideológicas, siendo el PSOE un partido socialdemócrata, con una visión más centrada en la defensa y promoción de políticas más inclusivas, con intereses cómo igualdad social, la justicia fiscal, etc. Por su parte, el PP es un partido de corte más conservador y aboga por una visión encaminada hacia políticas referentes a la reducción del gasto público, economía de mercado, etc.[7]

Muchos opinan que estas marcadas diferencias entre ambos partidos podrían ser una de las razones por las que ambos presidentes no han mantenido una buena comunicación, y más bien han hecho acusaciones sobre cómo el otro es más culpable de la respuesta que la Comunidad Valenciana ha obtenido, lo que muchos traducen que se ha convertido como un campo de batalla para estos dos partidos:[8]

Esto tiene que parar de una vez. Mazón y Sánchez tienen que ser conscientes de que la escalada en la que están empeñados sólo les lleva a ambos, a las instituciones y al ejercicio mismo de la política al descrédito. Las contradicciones son enormes. Cuanto más denuncia el Gobierno de Sánchez los graves errores cometidos por el de Mazón, más queda en evidencia su propio fallo al no declarar desde el primer momento el estado de emergencia y haber asumido las competencias. Cuanto más intenta Mazón achacar esos errores al Gobierno central, más queda patente su propia incapacidad para manejar la situación y su equivocación al no haber sido él mismo el que pidiera esa declaración del estado de emergencia. Ambos gobiernos se retroalimentan, lo que les hace perder la confianza de los ciudadanos.[9]

Deterioro de legitimidad

En las últimas semanas se ha hecho público el descontento por parte de la población afectada, dado que afirman que ha primado una mala gestión tanto del gobierno de Pedro Sánchez, como del presidente de la Comunidad Valenciana Carlos Mazón. A raíz de lo anterior, se ha pedido a través de manifestaciones la dimisión de ambos de sus cargos y a su vez exigen “justicia para las víctimas”, así como “ayuda para los afectados”.[10]

Ante esto, Mazón declaró que no va a negar los fallos, disculpándose con aquellos que sintieron que su ayuda no había llegado o que no había sido suficiente. Respecto a la petición de su renuncia, rechazó la misma, afirmando lo siguiente: “Si no soy capaz de liderar la recuperación que necesita Valencia, voy a asumir las consecuencias políticas personalmente, no optando a la reelección [en 2027]”. Mazón también señaló a Sánchez y a sus ministros, acusándolos de “esconderse tras una trinchera de interpretaciones competenciales normativas, para no hacer autocrítica de su gestión o falta de ella”, y añadió: “Creo que se trata de que todos asumamos la responsabilidad de que llegue lo que necesitamos”. A Mazón se le atribuye el haber estado desaparecido en horas cruciales durante el día del desastre.[11]

En un inicio el manejo de esta crisis también causó grande daños en la imagen de la corona española, y es que unos días después del paso de la DANA, la reina Letizia y el rey Felipe Vl, junto con Pedro Sánchez, recibieron abucheos, gritos en los cuales se les llamaba asesinos, e incluso fueron cubiertos con barro durante su paso por el lugar por la llegada tardía de la ayuda.[12] Los reyes de España optaron por volver a la zona afectada unos días después de lo ocurrido, donde por lo contrario fueron recibidos con aplausos y se les agradeció el interés por volver a la zona. Locales opinaron que les parecía bien esta segunda visita, y sienten que la responsabilidad de lamentablemente gestión recae en Sánchez y Mazón.[13] Algunos expertos comentan que existe poca claridad respecto a la gestión por parte de los distintos actores. Lo cierto es que esta crisis ha expuesto diversos fallos en el sistema de dicho país, tanto en gestión como en comunicación entre poderes, fallos que son hoy reprochados por los afectados, y que debilitan la imagen política de los responsables.