Estados Unidos recibirá nueva presidencia en enero de 2025, en donde tomará juramento la persona elegida para suceder a Joe Biden, luego de que este culmine su actual mandato de 4 años. Tras las elecciones de noviembre de 2024, será Donald J. Trump quien pronuncie la frase “Juro solemnemente que ejerceré fielmente el cargo de presidente de Estados Unidos, y hasta el límite de mi capacidad, preservaré, protegeré y defenderé la Constitución de Estados Unidos”, cuatro años después de haber dejado el cargo al ser derrotado por Joe Biden en las elecciones de 2020.
Trump, quien fue presidente en el periodo 2017-2021, logró vencer a Kamala Harris, aspirante demócrata, en unas elecciones que fueron observadas por el ojo mundial y que estuvieron marcadas por la turbulencia, la sustitución de la candidatura demócrata en medio de la campaña, discursos polarizantes y una gran presencia pública de artistas y empresarios de renombre intentando volcar el imaginario colectivo en pro de una candidatura u otra.
Este artículo pretende analizar cómo se dio la victoria del Partido Republicano y su candidato, posibles implicaciones que ello podría tener para la población latina migrante, y una breve explicación sobre el funcionamiento del sistema electoral estadounidense, en tanto este posee ciertas características propias.
¿Cómo funciona el sistema electoral en Estados Unidos?
El sistema electoral estadounidense posee particularidades un tanto distintas a otros sistemas en el mundo, ya que este comprende diferentes prácticas que se han institucionalizado debido a su carácter histórico. Debido a esas particularidades es que algunas personas no logran comprender del todo la manera en la que se elige presidencia en Estados Unidos, tal vez por la costumbre a las metodologías propias, o tal vez porque es un sistema complicado en sí mismo. Debido a ello, parece interesante (y hasta importante) comprenderlo.
Las elecciones presidenciales en Estados Unidos, similar a otros países, cuentan con distintas fases, siendo la primera de ellas las asambleas electorales, que se dividen en dos tipos y refieren a la forma en la que se pasa a ser elegido como candidato del partido político:
- Las primarias: Los votantes emiten sus preferencias de manera anónima en una votación secreta. Los resultados determinan cuántos delegados se asignan a cada candidato.[1]
- Caucus: Se realizan reuniones entre miembros de cada partido donde los participantes pueden votar de manera secreta o dividirse en grupos según el candidato que apoyan. El número de delegados asignados se basa en los votos recibidos en estas reuniones.[2]
Seguidamente se tienen las convenciones nacionales, que son organizadas por los partidos políticos, y en estas se seleccionan de manera oficial tanto a los candidaturas presidenciales como a sus vicepresidencias. Si ninguna persona obtiene la mayoría de delegados en las convenciones nacionales se dan la convención contenciosa, donde los delegados eligen a una nominación; pero si en dicha convención tampoco se da con una persona ganadora, se realiza una convención negociada, en la cual, al finalizar este proceso, el partido debe tener elegida a una candidatura a la presidencia y vicepresidencia.
Finalmente, el primer martes de noviembre cada cuatro años se llevan a cabo las elecciones generales. Martínez ilustra con claridad el proceso de votación:
Aunque la mayoría de las personas votan en el día de las elecciones, se puede votar antes en persona en la oficina estatal o local de elecciones. De igual forma, en algunos estados se puede realizar el voto a través de correo al enviar una boleta que previamente otorga el estado. Cada Estado tiene un periodo diferente para realizar este tipo de votación. Todos los votantes deben realizar su registro y conseguir una tarjeta de registro de votante. El proceso es diferente en cada Estado.[3]
Durante este periodo electoral se eligen no solo el cargo de presidencia y vicepresidencia, sino que también se eligen los puestos de la Cámara de Representantes, la cual se compone de 435 miembros, además de un tercio del Senado, el cual cuenta con un total de 100 miembros. Estas elecciones de carácter legislativo se dan cada dos años, en medio del mandato vigente en el momento, así como de manera conjunta con las elecciones generales.[4] De igual manera, se escogen a los gobernadores de cada estado y a las legislaturas estatales, las cuales desempeñan un rol similar al de la Cámara de Representantes y el Senado, pero en cada estado, desempeñando así un rol esencial en la creación de políticas públicas que respondan a las problemáticas específicas de estos. Por último, se eligen más funcionarios estatales y locales como alcaldes, consejeros, comisionados municipales, fiscales de distrito y jueces.
Ahora bien, a diferencia de otras democracias en el mundo, Estados Unidos cuenta con elecciones en las que el voto no lleva directamente a una candidatura a la presidencia. Es decir, el ganador no se determina a partir de quién obtuvo una mayoría de votos, sino que es un Colegio Electoral el encargado de elegir al ganador con base en los votos obtenidos por el candidato en cada estado. Tomando como ejemplo a la candidata por el Partido Demócrata Kamala Harris, cuando una persona le da su voto, este no va directamente para la candidata, sino que es un voto para las representaciones de ella ante el Colegio Electoral, las cuales son las encargadas de votar a su favor.
Para obtener la presidencia, el candidato debe alcanzar como mínimo un total de 270 votos electorales de los 538 en juego, pero ¿cómo se obtienen estos votos electorales? Estos se logran por los estados que logre ganar cada candidato, ya que cada uno cuenta con una cantidad determinada de votos electorales. La mayoría de estos estados, a excepción de Maine y Nebraska, tienen un sistema de “el ganador se lo lleva todo”, lo que significa que aunque ambos candidatos ganen una fuerte cantidad de votos en un estado, quien obtenga más se lleva todos los votos electorales de ese estado.
En cuanto a los estados, por su parte, si bien históricamente algunos estados posicionan más su voto a favor de un partido u otro, como es el caso de estados como New York o California, cuyo voto suele inclinarse a favor del Partido Demócrata, o Texas y Florida, que tienen una tradición de voto más a favor del Partido Republicano, logrando así que la intención del voto en estos sea más predecible, existen otros estados, conocidos como swing states o estados péndulo, que no muestran un posicionamiento firme. Estos suelen variar en cada periodo electoral y se han convertido en objetivos claves para los candidatos cada cuatro años, quienes destinan recursos extraordinarios en campaña para atraer a los votantes.
Durante estas elecciones se pronosticaba que la contienda se decidiría entre siete estados: Pensilvania, Georgia, Wisconsin, Nevada, Arizona, Michigan y Carolina del Norte. De manera conjunta, estos estados representan un total de 93 votos electorales.[5] Según las predicciones de muchos analistas, el gane de estos estados resultaba clave para ambos candidatos, debido a la intención de voto mostrada en las encuestas, las cuales se mostraban un tanto reñidas.[6]
¿Quiénes votaron por Trump y quiénes por Harris?
Como se notó, la victoria de quien asuma la presidencia de Estados Unidos no depende del número de votos de la población en general, sino que se deriva fundamentalmente del resultado de los votos del Colegio Electoral. No obstante, es de interés analizar cómo se comportó el voto de la población, en tanto esta empuja la decisión de quienes les representan en el Colegio Electoral. En tal aspecto, observar quiénes votaron por Trump o Harris en términos de género, edad, nivel educativo e incluso grupo étnico, y compararlo con elecciones anteriores, además de observar la posible variación de preferencias en cuanto a los estados (o al menos los considerados estados péndulo), podría vislumbrar cómo ha variado el voto estadounidense.
Según las últimas encuestas publicadas por AP News, Donald Trump obtuvo aproximadamente 76 414 580 votos, superando a la candidata demócrata en más de dos millones y medio de votos.[7] Esto se refleja, además, en los votos del Colegio Electoral, donde Harris obtuvo 226 votos, quedando 86 votos por debajo de Trump, quien se consagró presidente electo al alcanzar 312 votos, superando por mucho el umbral de los 270 necesarios para erguirse como próximo inquilino de la Casa Blanca.[8] Sin embargo, si se observan las encuestas desagregadas por sexo, color de piel o nivel educativo, es de sumo interés observar cómo varía cada una de estas categorías, otorgando “mayores” ventajas a uno u otro en distintos grupos.
En el caso del tono de piel, por ejemplo, la población afroestadounidense dio su voto en más de un 85 % a Kamala Harris, volviéndose el grupo poblacional que más se volcó hacia la candidata demócrata, mientras que Trump obtuvo solamente un 12 % del caudal de votos de este sector. Los hispanos/latinos se posicionaron en un 56 % hacia Harris, y las personas asiáticas americanas en un 53 % también hacia Harris, en contraste con el 45 % y 38% de tales poblaciones, respectivamente, para Trump. Y en el caso de personas blancas, fue la única población que se volcó en mayoría hacia Trump, logrando capitalizar el 55 % de los votos de tal población, mientras que Harris se quedó con el 43 %.[9]
En términos de nivel educativo, se encuentra que un 57 % de la población con estudios universitarios se inclinó por Harris mientras Trump alcanzó el 41 % del mismo grupo. En contraste, la población sin estudios universitarios optó por Trump en un 54 %, encima del 44 % que apoyó a Harris. Dichas cifras son muy similares a la desagregación por género, en la cual Harris selló el 54 % del voto femenino, mientras que Trump el 54 % del voto masculino. Finalmente, al observar los grupos etarios, Harris se llevó más del 50 % de votos en los grupos de 18 a 44 años de edad, así como en los superiores a 65 años, al mismo tiempo que Trump volcó a su favor a la población entre los 45 y 64 años de edad.[10]
Bajo tales datos, se logra observar que Kamala Harris logró capitalizar la mayoría de votos de varios sectores; de hecho, según los datos consultados, de trece variables, Harris ganó en ocho, entonces ¿cómo es que Trump logró superarla en más de dos millones y medio de votos, si solo la superó en cinco sectores? Para ello, es de importancia analizar la composición de la población estadounidense.
Para analizar solo en términos, por ejemplo, de etnia, según los datos de censos expuestos en la United States Census Bureau, las personas negras/afro, asiáticas, latinas, además de otras etnias no especificadas, rondan un número aproximado de 155 millones de habitantes, mientras que solo las personas blancas superan los 200 millones de habitantes.[11] En términos de población, los blancos superan en más de 40 millones a las otras etnias, así que con solo haber ganado en más del 50 % el voto blanco, y añadido al voto que le dieron otras etnias, Trump completa un número superior a los votantes de Kamala, aun cuando se haya llevado la mayoría en distintas etnias.
Lo mismo sucede con el voto de personas con estudios universitarios y sin ellos, en el que Harris superó a Trump dentro de la población con grado universitario, mientras que Trump la superó dentro de la población sin tal grado. Yendo a los datos de United States Census Bureau, la población con grado universitario apenas supera el 36 %, lo cual significa que la población sin tal cualidad es superior al 60 %[12]. Tales cuestiones llevan a afirmar que si bien Harris logró conquistar una relativa mayoría en una mayor cantidad de variables o grupos, Trump alcanzó a aquellos con mayor densidad poblacional, sectores decisivos dentro de la acción del voto. Tal conquista es lo que provoca que Trump logre superar en número de votos a su contrincante e imponga su resultado sobre la acción de los distintos sectores.
Por otra parte, es de importancia observar que la candidata demócrata no logró obtener el apoyo que tuvo Biden en su momento, por lo contrario, perdió caudal de votos en sectores que en principio pudieron haberla respaldado más y, con ciertas posibilidades, le hubieran dado una victoria dentro del voto popular. Harris, si bien logró tener mayoría en distintos sectores, como se ha establecido, esto no le valió la victoria popular. Esto se debe, en cierta manera, a la fuga de votantes que tuvo en comparación con sus antecesores, por lo que es de interés observar la variación de apoyo que obtuvo el Partido Demócrata en distintos sectores durante las elecciones de 2020 con Biden y las elecciones 2024 con Harris, e incluso las elecciones de 2016 con Clinton como aspirante.
Haciendo una doble desagregación por género y color de piel, Harris creció tres puntos porcentuales dentro de la votación de las mujeres blancas, obteniendo un 47 % sobre el 44 % que había apoyado a Biden en la campaña de 2020. En el caso de los hombres de este mismo segmento, creció un punto porcentual en comparación con Biden, quedando en 39 % de este grupo. Y en general dentro de la población blanca (eliminando la desagregación por género) creció en dos puntos porcentuales sobre Biden en 2020, posicionándose en un 43 %.[13] De igual forma, creció dentro de las mujeres negras, obteniendo el 92 % dentro de este sector sobre el 90 % de Biden.[14]
Por último, al observar el nivel de estudios de los votantes, Harris también creció dos puntos porcentuales en comparación con 2020 dentro de la población con grado universitario, obteniendo el 57 % de los votantes de esta variable. Así pues, la aspirante demócrata logró un crecimiento sobre su antecesor Joe Biden en algunos sectores, al menos en términos mínimos, pero es necesario observar dónde hubo fuga de votantes.
Dentro de la población sin estudios universitarios perdió cuatro puntos porcentuales, según las encuestas a pie de urna, pasando de un 48 % de apoyo en este sector en las elecciones de 2020, a un 44 % para el proceso de 2024. La misma densidad que perdió dentro del voto masculino, que también pasó de un 48 % de apoyo al Partido Demócrata a un 44%. Mientras que dentro del voto femenino perdió tres puntos porcentuales, pasando de un 57 % a un 54 % en cuatro años.[15] Asimismo, dentro de los sectores donde perdió apoyo, el más estrepitoso es el voto latino, donde Harris perdió más de diez puntos porcentuales respecto con Biden en 2020, pasando de un 65% de apoyo, a un 53%, otorgando un crecimiento a Trump en igual proporción, quien pasó de percibir el apoyo de este sector en un 32 % en 2020 a un 45 % en 2024.[16]
En tal aspecto, aunado al hecho de que los sectores con mayor densidad poblacional se decantaron en mayoría hacia Trump, la derrota de Harris también se puede explicar desde la fuga de votos que sufrió en casi todos los sectores. De haber logrado mantener ese apoyo dentro de la población, habría logrado mantener al menos un empate relativo, creando una mayor presión sobre el Colegio Electoral.
A este punto, válido es preguntarse por qué se dio esta baja en los apoyos al Partido Demócrata, en tanto no es un solo sector el que se distanció en algún nivel de tal opción, sino que varios. Inicialmente el voto de las personas jóvenes fue, tal vez, de las estocadas más fuertes que sufrió la agrupación demócrata, ya que Harris, si bien mantuvo más de la mitad de los votos de este grupo, no logró que se decantaran por su campaña al igual que como lo hicieron por Biden, o incluso por Hillary Clinton en su momento. Las razones a las que apuntan los analistas es al empleo y la economía, factores que resienten, principalmente, a los hombres menores de 45 años. Justamente, los votantes hombres latinos y negros aseguraron que la economía estadounidense está en un momento crítico, en mal estado, o incluso en niveles “pobres”, lo que resiente sus bolsillos y su seguridad económica[17].
En contraste, el discurso de Trump surtió un efecto de atracción provocado, en cierta forma, por una especie de regresión lineal en el imaginario colectivo. Diversas personas comparan su situación durante el gobierno de Trump y el gobierno de Biden y, por ejemplo, personas dentro de la clase obrera sienten que estaban en mejor posición cuando Trump recortó impuestos a pequeñas empresas durante su primer mandato. A su vez, tres de cada diez personas en Estados Unidos afirman que su economía se ha visto rezagada, afirmación que previamente era defendida por una de cada diez personas.[18]
Ahora, si bien tal respuesta se da en contra del gobierno de Biden, afecta a Harris en su calidad de vicepresidenta, lo cual se asocia a una figura que pudo haber hecho algo durante los cuatro años de administración para calmar esto. En tal sentido, la candidatura de Harris se vio, para algunos, como una posible continuidad de la era Biden, de manera que la baja popularidad del presidente repercutió en la aprobación de Harris. Analistas mencionan que Harris no logró desligar su imagen de la de Biden, tal vez por miedo a ser asociada con una imagen desleal, pero que de haber logrado imponer una imagen más propia, con una marca más suya, proponiendo un “gobierno de Kamala” más que un “gobierno de la vicepresidenta de Biden”, posiblemente hubiera logrado empujar al electorado a apoyarla[19].
A juicio propio, diría que esa incapacidad de desligarse de Biden pudo, en alguna medida, haberla usado a su favor, invocando logros de la administración que tal vez dentro de la ciudadanía no son conocidos, pero que le hubiesen dado una imagen de relativa buena gestión. Tal es el caso de los índices de empleo que durante la era Trump crecieron en casi siete millones de puestos, pero que durante la era Biden crecieron en aproximadamente 16 millones.[20] Esto, al Harris ser vicepresidenta, pudo haber sido un anclaje dentro de su discurso, de manera que no debía meramente desligarse de Biden, pero aún así hubiese logrado crear una imagen más positiva de sí misma.
Kamala Harris quedó en un limbo entre crear una imagen propia y seguir ligada a la administración Biden. No pudo decidirse entre una u otra opción, y quizá eso fue lo que la debilitó. Posiblemente, de haber elegido entre una u otra, habría generado mayor apoyo; como se dijo, resaltando los logros de la administración Biden. O desligarse de su antecesor y creando una imagen con marca propia, posicionándose como una persona con capacidad de acción y decisión independiente.
Hacia los últimos días de campaña, además, centró su discurso en atacar a Trump más que en imponer su imagen[21], de manera que se vio como una persona sin capacidad de debate, una persona que a falta de ideas, acude al ataque. Esto, lejos de mostrarla como una líder firme, provocó el efecto contrario, lo cual le costó los votos de, principalmente, quienes se decantan por una opción en los últimos días.
Implicaciones del triunfo de Trump para la población latina migrante
Para entender las implicaciones de la victoria republicana en la población latina migrante, es necesario observar el discurso que el presidente electo ha sostenido desde su anterior mandato, pues dicho discurso parece haberse intensificado para este nuevo periodo electoral. Inicialmente, se puede cuestionar qué llevó a que el discurso de Trump se intensificara. Si bien se sabe que la migración y la economía en Estados Unidos son temas de alta relevancia, la percepción negativa de cómo la administración Biden lidió con esta materia fue una gran desventaja para los demócratas, situación que Trump supo aprovechar, enfocándose en el impacto que ha provocado en la clase trabajadora estadounidense.[22]
Bajo este horizonte, las declaraciones puntuales de Trump sobre la migración han llegado a ser promesas claves para su campaña, dado que propone reducir la migración por medio de la frontera sur y aumentar las deportaciones en gran manera. Para llevar a cabo estas deportaciones también pretende acabar con políticas de Biden como “CBP One”, la cual se centra en prestar asilo por medio de una aplicación telefónica en la que se agendan citas y demás trámites, programa del cual se beneficiaron más de 800 000 personas, así como el programa de parole humanitario para los migrantes de Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití del que se han visto beneficiadas más de 500 000 personas.[23]
Entre las propuestas más controversiales de la campaña está la aplicación de la Ley de Enemigos Extranjeros, que solo se ha aplicado en tiempos de conflicto, como la Segunda Guerra Mundial, para llevar a cabo una deportación de personas que provenían de Alemania, Japón e Italia, y aunque la ley autoriza la deportación de las personas que no son nacionales, solo se puede llevar a cabo si hay una declaratoria de guerra. No obstante, bajo el discurso que maneja Trump se visualiza a la población inmigrante como delincuente que busca propagarse en el país.[24] O en sus palabras:
En Venezuela, los crímenes se han reducido un 72%. ¿Saben por qué? Sacaron a los criminales de Caracas y los pusieron a lo largo de su frontera, y les advirtieron de que, si volvían, los liquidarían. Ahora tenemos que vivir con estos animales, pero no por mucho tiempo”.[25]
Bajo la visión del mandatario reelecto, EE.UU. es un país que se ve ocupado por pandillas de migrantes regulares e irregulares, por lo que se necesita expulsar a estos “criminales” y poner en marcha políticas que limiten el ingreso de estos al país.[26] Las consecuencias que se pueden dar por estas propuestas serían notoriamente negativas para la población latinoamericana.
Por ello, tras la reelección de Trump para este 2024 desde Latinoamérica se observa con incertidumbre sobre cuáles serán las acciones concretas y consecuentemente las implicaciones de la política migratoria de la administración entrante, pues se prevé que acaben con múltiples políticas que benefician mayoritariamente a la población latina migrante. Se estima que podría perjudicar a casi once millones de personas por medio de deportaciones. Además, la anulación de políticas públicas existentes pondría en riesgo programas como la Consideración de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en inglés), que se enfoca en la concesión de permisos de residencia y de trabajo a niños que llegaron de forma irregular al país, beneficiando a 580 000 personas aproximadamente; el Estatus de Protección Temporal (TPS por sus siglas en inglés), que protege a más de 300 000 personas principalmente de El Salvador, Honduras y Haití; el parole humanitario; y el recientemente lanzado programa Manteniendo a las Familias Unidas.[27]
Para finalizar, según EFE Noticias, la política exterior de esta administración probablemente no tenga como prioridad las relaciones diplomáticas con Latinoamérica, sino que se enfocará en medidas proteccionistas; a raíz de esto, se prevé que las relaciones con la mayoría de países en la región podrían experimentar avances únicamente en temas de interés directo para Estados Unidos como migración y explotación de recursos fósiles. En síntesis, el discurso de Trump se ha intensificado y le ha permitido aumentar su popularidad, enfocándose en la promoción de medidas conservadoras para abordar temas que impactan directamente la clase trabajadora estadounidense, como la economía y la migración.[28]
Notas
[1] Alonso Martínez, «¿Cómo funcionan las elecciones en Estados Unidos? El proceso explicado paso a paso», EL PAÍS, 20 de agosto de 2024, acceso el 15 de noviembre de 2024, https://elpais.com/us/2024-08-20/como-funcionan-las-elecciones-en-estados-unidos-el-proceso-explicado-paso-a-paso.html
[2] Alonso Martínez, «¿Cómo funcionan...».
[3] Alonso Martínez, «¿Cómo funcionan...».
[4] «Elecciones legislativas y elecciones intermedias», USA GOV en Español, acceso el 19 de noviembre de 2024, https://www.usa.gov/es/elecciones-legislativas-elecciones-mitad-del-mandato
[5] «Voto indirecto, Colegio Electoral y ‘swing states’: ¿cómo funcionan las elecciones presidenciales en Estados Unidos?», Infobae, 04 de noviembre de 2024, acceso el 15 de noviembre de 2024,
[6] «¿Cómo van las encuestas en EE.UU?», EL PAÍS, 25 de octubre de 2024, acceso el 19 de noviembre de 2024, https://elpais.com/internacional/elecciones-usa/2024-10-26/asi-van-las-encuestas-en-ee-uu.html
[7] «Election 2024», AP News, s.f., acceso el 17 de noviembre de 2024, https://apnews.com/hub/election-2024
[8] «Resultados de las elecciones presidenciales de Estados Unidos», Reuters, 19 de noviembre de 2024, acceso el 19 de noviembre de 2024, https://www.reuters.com/graphics/USA-ELECTION/RESULTS/zjpqnemxwvx/
[9] «El gráfico que muestra cómo fue el voto por género, edad, raza y nivel educativo que le dio el triunfo de Trump en las elecciones en EE.UU.», BBC News Mundo, 06 de noviembre de 2024, acceso el 17 de noviembre de 2024, https://www.bbc.com/mundo/articles/cgl4z1wpgz9o
[10] «El gráfico que muestra...».
[11] «Race and Ethnicity», United States Census Bureau, acceso el 18 de noviembre de 2024, https://data.census.gov/profile/United_States?g=010XX00US#populations-and-people
[12] «Race and Ethnicity».
[13] María Ramírez, «¿Qué ha pasado? Quién ha votado a Trump y por qué», elDiario.es, 06 de noviembre de 2024, acceso el 16 de noviembre de 2024, https://www.eldiario.es/internacional/pasado-votado-trump_129_11797133.html
[14] María Ramírez, «¿Qué ha pasado?...».
[15] María Ramírez, «¿Qué ha pasado?...».
[16] María Ramírez, «¿Qué ha pasado?...».
[17] Matt Brown, Fernanda Figueroa, Hannah Fingerhut y Linley Sanders, «Jóvenes negros e hispanos votaron por Trump por economía y empleo. Aquí el cómo y por qué», Los Angeles Times, 11 de noviembre de 2024, acceso el 18 de noviembre de 2024, https://www.latimes.com/espanol/eeuu/articulo/2024-11-11/jovenes-negros-e-hispanos-votaron-por-trump-por-economia-y-empleo-aqui-el-como-y-por-que
[18] Matt Brown, Fernanda Figueroa, Hannah Fingerhut y Linley Sanders, «Jóvenes negros e hispanos...».
[19] Courtney Subramanian, «Por qué perdió Kamala Harris las elecciones de EE.UU.: ¿una candidata con flaquezas o una campaña condenada al fracaso?», BBC News Mundo, 07 de noviembre de 2024, acceso el 19 de noviembre de 2024, https://www.bbc.com/mundo/articles/cn8g18mr7d5o
[20] Jake Horton, «7 gráficos que comparan el estado actual de la economía de EE.UU. con la del gobierno de Trump», BBC News Mundo, 04 de septiembre de 2024, acceso el 16 de noviembre de 2024, https://www.bbc.com/mundo/articles/c3vxypvv26go
[21] Courtney Subramanian, «Por qué perdió Kamala Harris…».
[22] Gerardo Lissardy, «Trump vs Kamala Harris: ‘El discurso duro del republicano encajó bien con la imagen de macho que intenta proyectar y eso le gusta a mucha gente’», BBC News Mundo, 06 de noviembre de 2024, acceso el 18 de noviembre de 2024, https://www.bbc.com/mundo/articles/c5yr29g5pg2o
[23] Rebecca Santana, «Trump advierte que si gana las elecciones expulsará a migrantes que llegaron bajo programas de Biden», Los Angeles Times, 26 de septiembre de 2024, acceso el 18 de noviembre de 2024, https://www.latimes.com/espanol/politica/articulo/2024-09-26/trump-advierte-que-si-gana-las-elecciones-expulsara-a-migrantes-que-llegaron-bajo-programas-de-biden
[24] José Luis Ávila, «Trump invoca la ley de enemigos extranjeros para los inmigrantes: ‘Tenemos que vivir con estos animales, pero no por mucho tiempo’», EL PAÍS, 15 de octubre de 2024, acceso el 16 de noviembre de 2024, https://elpais.com/us/2024-10-16/trump-invocaria-la-ley-de-enemigos-extranjeros-para-deportar-inmigrantes-tenemos-que-vivir-con-estos-animales-pero-no-por-mucho-tiempo.html
[25] José Luis Ávila, «Trump invoca la ley...».
[26] Eric Bradner y Kate Sullivan, «Trump describe a EE. UU. como un país ocupado en un oscuro mensaje de cierre centrado en la inmigración», CNN en Español, 05 de noviembre de 2024, acceso el 17 de noviembre de 2024, https://cnnespanol.cnn.com/2024/11/05/donald-trump-mensaje-cierre-trax
[27] Patricia Caro, «Lo que viene con Trump para los latinos: deportaciones masivas, no más parole ni DACA y otras amenazas», EL PAÍS, 07 de noviembre de 2024, acceso el 17 de noviembre de 2024, https://elpais.com/us/2024-11-07/lo-que-viene-con-trump-para-los-latinos-deportaciones-masivas-no-mas-parole-ni-daca-y-otras-amenazas.html.
[28] María Isabel Moreno, «Trump no tendrá a Latinoamérica en el centro de sus políticas», EFE, 09 de noviembre de 2024, acceso el 18 de noviembre de 2024, https://efe.com/mundo/2024-11-09/trump-latinoamerica/