Análisis semanal 565: Elecciones del Parlamento Europeo 2024: Polarización política y desafíos para la unidad de la UE (12 de agosto de 2024)

Enmarcando el proceso electoral

Las elecciones del Parlamento Europeo de 2024 se llevaron a cabo en un momento crítico para la Unión Europea, marcadas por desafíos económicos, tensiones geopolíticas, y una creciente desconfianza y escepticismo hacia las instituciones democráticas.^[1] En este análisis se abordará cómo estos factores influyeron en los resultados electorales y qué implicaciones tienen para el futuro de la Unión Europea (UE). Con un aumento significativo de la participación de aproximadamente 8 %^[2] respecto a las elecciones de 2019, las elecciones de 2024 no solo reflejaron las preferencias políticas de los ciudadanos europeos, sino que también indicaron un posible cambio en la dirección política de la UE.

Historia

El Parlamento Europeo se originó en 1952 como la Asamblea Común de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA). Posteriormente,con la expansión de la integración europea esta asamblea se amplió para incluir a las nuevas Comunidades Europeas formadas por diferentes tratados, finalmente en 1962 la asamblea se convertiría en el Parlamento Europeo. En 1979 se realizaron las primeras elecciones directas, marcando un hito en la democratización del Parlamento Europeo, desde entonces, el Parlamento ha experimentado un crecimiento significativo en términos de miembros y competencias, reflejando la expansión de la Unión Europea y el fortalecimiento de sus funciones legislativas y de supervisión ^[3] .

Elección y Composición Actual del Parlamento Europeo

Las diputaciones al Parlamento Europeo se eligen mediante sufragio directo cada cinco años, desde las primeras elecciones en 1979. En las elecciones de 2024, se eligieron 720 diputados, un incremento respecto a los 705 de la legislatura anterior, en parte debido a la redistribución de escaños tras la salida del Reino Unido y ajustes demográficos. Cada país tiene una representación proporcional decreciente, con un mínimo de seis y un máximo de 96 escaños. Los eurodiputados se agrupan por afinidades ideológicas en lugar de por nacionalidades, reflejando un sistema político transnacional que busca representar los intereses diversos de los ciudadanos europeos ^[4]

El Desarrollo de las Elecciones y los Resultados Electorales

Los debates electorales se centraron en temas como la crisis energética que ha afectado la Unión Europea tras el inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania. La inflación consecuencia de esta crisis y del aumento del coste de los servicios convirtió la pobreza y la crisis del coste de la vida en una prioridad para los votantes en las elecciones europeas de junio, según una encuesta del Eurobarómetro.^[5]

La inmigración es otro de los temas importantes en el debate electoral y en la sociedad europea, el discurso de antiinmigración tradicionalmente utilizado por la ultraderecha ha comenzado a ser utilizado actualmente, por parte del centro político, en particular por partidos de centroderecha que han gobernado durante mucho tiempo a los estados miembros de la UE con el fin de atraer a votantes. Los datos del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR, por sus siglas en inglés) demuestran que la preocupación por la inmigración resuena entre los electores europeos de mayor edad. El 16% de los mayores de 70 años la consideran el principal problema.^[6]

El cambio climático es también un tema relevante, según encuestas el debate podría sumar casi 74 millones de votos en la elecciones. La población joven es el grupo poblacional que más interés demostró sobre el tema, incluso considerándolo más crucial que otros.^[7]  Los conflictos geopolíticos, en especial el de la guerra en Ucrania, ocupan un lugar destacado entre las preocupaciones de los electores europeos. Según datos del Eurobarómetro más de tres cuartas partes del electorado apoya una política común de defensa y seguridad. Además la mayoría aprueba el envío de equipamiento militar a Ucrania y las sanciones a Rusia.^[8]

Los resultados de 2024 reflejaron un Parlamento con variedad de posiciones ideológicas. La coalición verde-socialdemócrata emergió como el mayor bloque, aunque sin una mayoría absoluta. Los partidos de centroderecha sufrieron una ligera pérdida, mientras los partidos populistas y euroescépticos consolidaron su presencia, aunque sin alcanzar los niveles esperados. Algunas coaliciones aumentaron sus escaños y otras perdieron una gran cantidad de estos.

Conformación del Parlamento Europeo 2024

Fuente: Datos facilitados por Verian para el Parlamento Europeo

La delegación alemana en esta elección se convirtió en el actor más importante del Partido Popular Europeo (PPE) de Ursula von der Leyen con 29 escaños. También Alemania domina al Partido Verde mucho más pequeño, pero con una importante representación en el Parlamento ^[9]. Emanuel Macron obtuvo 13 escaños en la UE, lo que le convirtió en dominante dentro del grupo liberal Renew. Aun así, Macron fue derrotado por el partido de extrema derecha Agrupación Nacional de Marine Le Pen, lo que lo obligó a convocar elecciones legislativas anticipadas en Francia, que se realizaron entre junio y julio 2024.^[10]

La agrupación oficialista de derecha nacionalista de "Fratelli d'Italia", que gobierna desde hace 18 meses en Italia, surgió en las elecciones europeas como la principal fuerza de ese país. Los cristianodemócratas asumen el liderazgo y el PiS pierde algunos escaños en Polonia. Por otro lado, en España el Partido Popular fue el ganador de las elecciones europeas con 22 escaños. Además los socialistas del presidente de gobierno, Pedro Sánchez, lograron mantenerse con 20 curules, mientras el partido de ultraderecha VOX subió de cuatro a seis escaños ^[11]

Implicaciones y Perspectivas Futuras

Los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo (PE) representa un giro de Europa hacia partidos conservadores y de extrema derecha, lo que repercutirá en gran manera en la política interna y externa de la Unión Europea (UE). Al consolidarse el Partido Popular Europeo como la mayor fuerza política en el parlamento, la reelección de Ursula von der Leyen como presidenta de la Comisión Europea es casi segura, así como la continuidad de las políticas actuales con un giro un poco más conservador.^[12]

Además, el avance de los partidos de extrema derecha y euroescépticos se vuelve notable, con los escaños obtenidos por la Agrupación Nacional de Francia y el Fidesz de Hungría, la presencia de será un impedimento para la formulación de políticas y la creación de coaliciones. Esta nueva conformación en el parlamento europeo sugiere  una probable ralentización de los esfuerzos de integración y reforma en la UE, así como a un endurecimiento de las políticas migratorias y un posible debilitamiento de las legislaciones ambientales bajo el Pacto Verde Europeo.^[13]

Esta nueva conformación podría impactar el ámbito internacional, al disminuir la capacidad de la UE para mantener una política exterior cohesiva, afectando su papel en conflictos como la guerra en Ucrania, y en sus relaciones con potencias como China y Estados Unidos. Además, considerando la línea ideológica de las principales coaliciones es posible que las políticas comerciales de la UE se tornen más proteccionistas y las cooperaciones en temas climáticos sufran un retroceso.^[14]

Conclusiones

Las elecciones al Parlamento Europeo de 2024 representan un cambio crucial en la dirección política de la Unión Europea, reflejado en él un aumento en la participación ciudadana y un viraje hacia partidos conservadores y de extrema derecha. Este cambio no solo refleja las preocupaciones actuales de los votantes, como la crisis energética, la inflación, y la inmigración, sino también una reacción frente a la creciente desconfianza hacia las instituciones democráticas.

El fortalecimiento del Partido Popular Europeo y el avance de partidos euroescépticos han modificado el equilibrio de poder en el Parlamento, lo que podría ralentizar los esfuerzos de integración y reforma dentro de la UE. A nivel internacional, estas dinámicas dentro del parlamento plantean un posible retroceso en la influencia de la Unión Europea en cuestiones globales, especialmente en su capacidad para mantener una política exterior cohesiva.

El análisis de los resultados electorales destaca la creciente polarización en Europa y la necesidad de que la UE se adapte a estas nuevas realidades políticas. El camino que tomará Europa hacia adelante estará definido por la capacidad del Parlamento para gestionar estas tensiones internas y encontrar un equilibrio entre las diversas fuerzas políticas, lo que será determinante para el futuro de la integración europea y el papel de la UE en el mundo.