Análisis semanal 550: De una distopía a la realidad: los ojos del mundo se fijan en la Met Gala al mismo tiempo que Israel bombardea Rafah (22 de mayo de 2024)

Breve contexto

Este 6 de mayo se llevó a cabo un espacio de diálogo entre Israel y Hamas, fomentado por Egipto y Qatar, con miras a beneficiar a la población palestina, de manera puntual a aquella ubicada en la zona de Rafah, que pese a ser un corredor humanitario fue tomado por tropas terrestres israelíes. Las fuerzas armadas israelíes evitaban el ingreso de la ayuda humanitaria desde el sur al interior de Gaza, a la vez que impedían el paso. Sin embargo, para horas de la tarde del mismo día, se dio paso atrás en el acuerdo por parte de Israel, que a la vez alarmó a la población de ataques, pues para horas de la mañana del 7 de mayo ya se escuchaban las detonaciones de múltiples proyectiles a lo largo de Rafah.[1]

Según informa France 24, tanques israelíes retomaron el corredor a primeras horas del 7 de mayo, a lo que Joseph Borrell, representante de la Unión Europea, advirtió al ejército israelí que dichas acciones provocarán una crisis humanitaria, ya que en la ciudad de Rafah es donde se encuentra la mayor parte de la población internamente desplazada y actualmente acorralada. Pese a ello, el ejército de Israel presentó continuos bombardeos en la zona.[2]

Es entonces cuando se empieza a manifestar la crisis, pues en cuestión de horas se dio un desplazamiento de aproximadamente 47 500 personas que se encontraban refugiadas en Rafah, lo que es más de la mitad de todas las desplazadas al interior de Gaza y que no tienen la capacidad de huir. El número de personas desplazadas al interno ascendió a 80 000[3]. Sin embargo, surge la incógnita sobre hacia dónde podrán desplazarse, cuando los “espacios seguros”, denominados corredores humanitarios, están siendo tomados por el ejército israelí, lo cual no hace más que vulnerar el principio de neutralidad, seguridad y desmilitarización que ampara a las personas que acuden a los corredores humanitarios.[4]

Los ojos del mundo

En el mismo planeta, solo que en un distinto hemisferio, mientras se daban estos bombardeos continuos, asedios y miles de personas atrapadas sin posibilidades de recibir ayuda y refugiarse, en el Museo Metropolitano de Arte de la ciudad de Nueva York, se daba la celebración de la edición de 2024 de la Met Gala. En tanto se desplegaba la glamurosa alfombra por la que iban a desfilar múltiples celebridades, desde la Universidad de Columbia, a tan solo unos kilómetros de distancia, se coordinó una manifestación por parte del estudiantado con el objetivo de captar la atención de los múltiples medios de comunicación que cubrían la actividad, llamando a concientizar en los titulares acerca de la situación que se está viviendo en Palestina. No obstante, se hizo presente la fuerza policial, ya que oficiales trataron de detener la manifestación propalestina, que concluyó en múltiples arrestos de personas manifestantes.[5]

Fuente: Fotografía de la Met Gala 2024.

Como si fuese ficción se llevaron a cabo estos acontecimientos; sin embargo, dicho foco de la atención mediática —tanto antes como durante el elegante evento— no fue novedoso: el pasado 11 de febrero de 2024, misma fecha en la que se jugó el Super Bowl LVIII en el estado de Nevada, Israel realizó un ataque en “espacios seguros” de Rafah en Gaza. Los espacios seguros, concretamente mezquitas y hospitales, refugiaban a población civil gazatí herida y a desplazados internos. Como corolario, el ataque resultó en la muerte de más de 100 personas.[6] Es evidente el patrón en el que se ejecutan esta serie de ataques, mientras los ojos mediáticos apuntan hacia otro lado como si de una cortina de humo se tratase.

Análisis desde Boff

Para dar abordaje a estos acontecimientos se utilizará el desarrollo teórico de Leonardo Boff, teólogo y filósofo brasileño. Plantea que la naturaleza humana reside en el cuidado, y afirma que la armonía se rompe cuando un ser humano da pie al sometimiento y deslegitimación del otro; se lleva a cabo un proceso de sometimiento en el que un ser humano deslegitima primeramente a otro de su valor como individuo, quitándole así la capacidad de existir como un sujeto presente, con el cual se puede llevar a cabo un diálogo. Una vez efectuado este proceso de revocación de legitimidad se puede cosificar al otro ser humano, o dicho de otro modo, se puede convertir a la persona en objeto para, como el resto de las cosas, ser explotado, sometido y dominado[7].

La relevancia de esta teoría reside en la crítica que surge a partir de su contraste con los hechos mencionados, pues desde hace años se ha llevado a cabo en múltiples medios la propagación de sesgos y estereotipos que provocan un sentimiento de otredad para la población palestina y árabe en general[8], lo que aunado con la falta de atención a la crisis que se está viviendo en Gaza, hace que el tema se coloque en segundo plano, pues los titulares se llenaban de los atuendos de alta costura que vestían las celebridades, mientras a las cercanías del Museo Metropolitano se llevaban a cabo las detenciones de manifestantes propalestina.

Conclusiones

En síntesis, la realidad que se está viviendo en Gaza es un proceso de deshumanización hacia la población civil palestina, brutalmente bombardeada por el ejército israelí. Por ese motivo el Presidente de la República de Colombia, Gustavo Petro, rompió relaciones diplomáticas con el estado de Israel, a la vez que realizó una acusatoria pública: "Aquí frente a ustedes, el Gobierno del cambio, el presidente de la república informa que mañana se romperán las relaciones diplomáticas con el Estado de Israel,  por tener un Gobierno, por tener un presidente genocida".[9]

En vista de ello, y en lo que respecta al derecho internacional, es necesaria la toma de medidas en virtud de los civiles gazatíes lo antes posible, pues a medida que avanza el conflicto la maniobrabilidad para gestionar la problemática se torna cada vez menor. Por ello es necesario que se dé importancia y visibilidad a la crisis que contabiliza más 150 000 personas expulsadas de sus hogares, 80 000 desplazadas internas, quienes aproximadamente 47 500 se refugian en Rafah, y que ha costado la vida de más de 21 000 personas[10], entre ellos niñas y niños (los números de las víctimas se limitan a la fecha en la se realizó el presente análisis).