Análisis semanal 549: Elecciones en Reino Unido: entre el anticipo de una derrota histórica para los Conservadores y el regreso de los Laboristas (06 de mayo de 2024)

 

Originalmente, las elecciones generales en Reino Unido se tenían que haber celebrado a más tardar el 2 de mayo de 2024, coincidiendo así con elecciones municipales en Londres y en algunas otras partes del país. Sin embargo, tras un panorama de incertidumbre en el que, según los estudios de opinión pública, se puede anticipar una derrota histórica para el Partido Conservador, el líder del partido y primer ministro, Rishi Sunak, tomó la decisión de no convocar las elecciones y esperar hasta octubre de 2024 o enero de 2025 para su celebración, apoyado en un cambio de ley por parte de Boris Johnson que permite retrasar hasta por ocho meses la convocatoria a elecciones, en medio de los cuestionamientos del Partido Laborista y de los otros partidos de oposición. De esta forma, se propone el presente análisis, el cual tiene como propósito analizar las implicaciones de esta decisión, así como también desarrollar una aproximación a las dinámicas del sistema electoral británico y a los estudios de opinión pública sobre las preferencias de voto de la población británica.

El sistema político y electoral británico

El gobierno de Reino Unido funciona bajo un sistema democrático de monarquía parlamentaria; esto significa que el Rey Carlos III desempeña un papel de representación oficial del país como jefe de Estado, mientras que el primer ministro, Rishi Sunak, ejerce como jefe de gobierno de forma conjunta con otras 23 personas que ocupan distintos cargos en las secretarías de Estado. Asimismo, la función legislativa recae en Parlamento Británico (The King in Parliament), siendo este de tipo bicameral, donde la Cámara de los Comunes es elegida por medio de sufragio universal directo, mientras que la Cámara Alta o de los Lores no se elige por medio de votaciones, sino que es ocupada por los obispos de mayor de edad de la iglesia anglicana de Inglaterra, así como por personas que ocupan cargos hereditarios y por nombramiento del Rey, con consejo del primer ministro.[1]

Normalmente, las elecciones en Reino Unido se celebran cada cinco años. Aun así, la persona que ocupa el puesto de primer ministro, con aprobación del Parlamento, puede anticipar las elecciones generales en el momento que sea considerado conveniente. El sistema electoral que se utiliza es el llamado «mayoría por simple por circunscripción», en donde cada escaño de la Cámara de los Comunes representa una circunscripción, las cuales son delimitada según el espacio geográfico y la cantidad de población, de forma tal que en cada una de estas divisiones resulte electa la candidatura que haya obtenido una mayor cantidad de votos, sin establecer ningún tipo de barrera o cantidad de votos mínimos.[2]

En las elecciones se eligen a un total de 650 personas que integran el Parlamento, quienes a su vez representan a la población de cada circunscripción electoral de los cuatro países que conforman el Reino, divididos de la siguiente forma: Inglaterra 533, Escocia 59, Gales 40 e Irlanda del Norte 40.[3] Al ser un sistema parlamentario, para que alguno de los partidos políticos gane las elecciones y pueda formar gobierno necesita conseguir al menos un total de 326 escaños. En caso de que ningún partido alcance esta cifra, se podrán formar coaliciones entre los partidos políticos para lograr conseguir esta cantidad de puestos. En el momento que se alcance esta mayoría, la persona que ocupa el liderazgo del partido político se convierte automáticamente en primer ministro y recibe una invitación por parte del Rey Carlos III para que forme un gobierno en su nombre. Las secretarías de Estado son ocupadas también por personas que resultaron electas como parlamentarios/as.[4]

Sistema de partidos políticos en Reino Unido

El sistema de partidos político británico es predominantemente bipartidista; si bien en el parlamento hay representación de nueves partidos distintos, el Partido Conservador y el Partido Laborista agrupan el 86 % de los escaños, siendo las principales fuerzas políticas del país, además de que cuentan con un amplio recorrido histórico. El Partido Conservador, popularmente conocido como «Tories», es uno de los partidos políticos más antiguos del mundo, fundado en 1834. Desde entonces ha sufrido una serie de transformaciones ideológicas y estratégicas. Sus posturas se basan principalmente en la promulgación de políticas económicas liberales, la defensa de la propiedad privada y posicionamientos conservadores ante temas sociales.[5] Este partido ha estado en el poder desde el año 2010, y desde entonces ha ganado cuatro elecciones generales y cinco personas han ocupado el puesto de primer ministro. Entre las figuras históricas se encuentran: Winston Churchill, Margaret Thatcher, David Cameron, Theresa May y Boris Johnson.

Mientras que el Partido Laborista surgió en el año 1900 como una representación política de las personas trabajadoras y los sindicatos, con el propósito de promover políticas de justicia social, igualdad económica y derechos laborales, así como la defensa del sistema de salud pública, la educación pública, el bienestar social y la redistribución de la riqueza. En plano ideológico ha sufrido varias transformaciones, posicionándose desde un socialismo más tradicionalista hasta algunas posiciones más centristas.[6] Actualmente, el partido es liderado por Keir Starmer, y desde que perdieron las elecciones en el 2010 no han logrado llegar de nuevo al poder. Entre algunas de sus figuras se encuentran: Harold Wilson, Tony Blair y Gordon Brown. Por su parte, entre algunos otros partidos políticos británicos se encuentran: Partido Nacional Escocés, Sinn Féin y Plaid Cymru, los cuales son principalmente partidos políticos independentistas de Escocia, Irlanda del Norte y Galés, respectivamente, y mantienen posturas mucho más radicales.[7]

Elecciones y opinión pública

Uno de los principales motivos por el cual el primer ministro Sunak ha decido retrasar la convocatoria a elecciones generales es porque la mayoría de estudios de opinión pública realizados en Reino Unido anticipan una derrota histórica en las elecciones generales para el Partido Conservar. Tal y como se muestra en la Figura 1, desde noviembre de 2021 el Partido Laborista ha tenido considerable aumento en el respaldo electoral por parte de la ciudadanía británica, lo que anticipa que este partido podría conseguir aproximadamente 400 escaños en el parlamento, mientras que los conservadores solamente obtendrían 155 asientos. Dicho desenlace significaría la pérdida de 210 puestos, tras la histórica victoria de Boris Johnson en las elecciones de 2019 cuando consiguió 365 puestos.[8]

Figura 1. Intención de voto para las elecciones generales en Reino Unido (enero 2020-abril 2024)

Fuente: Elaboración propia con datos de YouGov (abril 2024)

Este descontento de la ciudadanía con el Partido Conservador y el panorama de incertidumbre que se vive a lo interno del partido está marcado por distintas aristas, que se vienen presentando desde hace varios años, tales como la renuncia de Boris Johnson en 2022, luego de haberse declarado culpable de realizar varias fiestas y romper el confinamiento por la pandemia del COVID-19. Asimismo, el partido generó un sentimiento de desconfianza luego del fugaz gobierno de Liz Truss, quien tan solo duró un mes en el cargo. Desde entonces, el liderazgo del partido fue asumido por Rishi Sunak, que a pesar de haber logrado una leve estabilidad política, sigue teniendo una baja calificación en los estudios de opinión que evalúan su desempeño. Otro de los factores que genera el descontento entre la población es la salida del Reino Unido de la Unión Europea, ya que no ha traído los efectos que prometían los conservadores, y más bien muchos sectores productivos y sociales de la economía británica se han visto afectados.[9]

Reflexión final

El retraso de las elecciones generales en el Reino Unido no solo refleja lo complejidad de las interacciones políticas, sino también la intensa conexión que existe entre la voluntad popular y la toma de decisiones en el gobierno y a lo interno de los partidos políticos. La posibilidad de una derrota histórica para el Partido Conservador refleja un cambio en las preferencias de la ciudadanía británica, basado en un deseo de transformación o al menos una revisión de las políticas ejecutadas y los actuales liderazgos. Este no es un fenómeno aislado que se presenta a nivel local, sino también forma parte de las nuevas tendencias globales que buscan una reevaluación de los sistemas políticos establecidos y la demanda de una mayor responsabilidad y eficacia gubernamental. La incertidumbre y el descontento de la ciudadanía con los partidos políticos son elementos que se deben abordar con seriedad, a través del diálogo, recordando que la democracia es un proceso continuo que requiere de la participación informada y activa de la sociedad para su fortalecimiento y legitimidad.