Análisis semanal 547: A tres meses de las elecciones en Venezuela: una democracia que se niega a morir (30 de abril de 2024)

Año: 
2024

 

Actualidad electoral

La historia política venezolana es tan compleja como su actualidad misma; casos de corrupción, tiranía, autoritarismos, crisis sociales y económicas resultan ser la constante en este Estado, el cual desde hace varias décadas puede afirmar no vivir una democracia en pleno. No obstante, este año 2024 vislumbra el renacer del ejercicio democrático y el poder recuperarse de tantos golpes que ha tenido que afrontar en años recientes.

Cuando se menciona este país sudamericano, pocas veces se relaciona con la palabra “democracia”; sin embargo, se infiere la existencia -casi escasa- de restos de lo que fue en algún momento para el pueblo venezolano gozar plenamente de este privilegio. Desde 2013, año en que fallece Hugo Chávez, Venezuela es gobernada por Nicolás Maduro, quien fuera mano derecha de Chávez hasta su deceso y quien se posicionó como candidato presidencial una vez este falleció. Maduro, de 61 años, con tres periodos presidenciales al mando, una fuerte pérdida de legitimidad y varios atentados a la institucionalidad venezolana, así como una crisis política-social-económica que parece no cesar y un exilio de compatriotas ocasionado por sus decisiones en materia nacional e internacional, se aferra a seguir en el poder.[1] Empero, esta vez, y en la otra cara de la moneda, se encuentra una oposición más fuerte y organizada, en comparación con la de las tres elecciones que ha enfrentado Maduro desde el 2013.

Es así como, debido al cierre de inscripciones electorales del día 23 de abril, y de cara a las elecciones del próximo 28 de julio del presente año 2024, el pueblo venezolano tiene la posibilidad de cobijarse nuevamente bajo el manto de la democracia que, aún golpeada, sigue sin darse por vencida, mientras los ojos de todo el orbe ven con expectativa lo que pueda pasar, rogando porque el resultado esté amparado bajo los principios de transparencia y legalidad, y definir si Maduro continúa o si la oposición logra dar la sorpresa. Cabe señalar de igual manera que no son solamente unas elecciones presidenciales en Sudamérica, sino que son unas que tienen el foco del Sistema Internacional encima, entendiendo que existen muchos intereses económicos y comerciales de por medio por parte de las grandes potencias.[2]

Inesperada oposición

Ahora bien, ¿quién es la candidatura presidencial de la oposición? En primera instancia, la ficha de apuesta era la ex diputada opositora María Corina Machado, ingeniera, activista y política de 57 años, quien hasta hace meses era la llamada a derrocar, por la vía electoral, a Nicolás Maduro y compañía. No obstante, la Contraloría General de la República (CGR) la sancionó el año anterior, justo después de su postulación, inhabilitándola por quince años a cargos públicos por “haber sido participe [sic] de la trama de corrupción orquestada”[3] cuando le dio su apoyo a Juan Guaidó hace unos años atrás. Pese a los intentos por apelar esta sanción, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ratificó la decisión a finales del año anterior[4], a pesar de la escandalosa cifra de adeptos que recibió en las elecciones primarias de la oposición, 92 % de los votos totales[5]. En suma, Machado contaba con el apoyo unánime de quienes pretenden quitar del poder a Maduro.

Debido a la sanción mencionada, la oposición recurrió a una segunda opción: Corina Yoris, una académica venezolana de 80 años, quien en gran parte de su vida ha sido una ardua opositora del gobierno venezolano. Sin embargo, otra vez volvió a fracasar el intento opositor de situar una candidatura de renombre, en esta ocasión debido a un fallo en la inscripción, el cual no fue atendido por el Consejo Nacional Electoral (CNE), tal y como se denunció formalmente por parte del partido de la candidata, Vente Venezuela, en todos sus medios oficiales. [6]

Prácticamente como última opción y en el límite de tiempo, se inscribió y oficializó a Edmundo González, diplomático e internacionalista de 74 años, exembajador de Venezuela en Argelia en los noventa bajo el mandato de Carlos Andrés Pérez y en Argentina durante los primeros años del mandato de Chávez; asimismo, fue ministro de Relaciones Exteriores, igual en la década de los noventa. [7] Pese a su considerable carrera política, no estaba en los planes iniciales de la oposición, pero dadas las circunstancias mencionadas, termina siendo la apuesta del bando opositor.

Una democracia que se niega a morir

Dicho todo el contexto, es vital comprender la trascendencia que estas elecciones presidenciales poseen para el país sudamericano. Maduro busca su segunda reelección, lo que representa su tercera gestión presidencial consecutiva, evidenciando una nula alternabilidad en el poder, y ocasionando, como mencionan Levitsky y Ziblatt (2018) en su texto How Democracies Die, una erosión de la democracia, la cual es prácticamente imperceptible en Venezuela, ya que aunque se gocen elecciones para decidir la presidencia, actos como los atentados a la legitimidad de los poderes de la República, son claras afectaciones a la democracia venezolana.[8]

No obstante, por otro lado, la oposición venezolana, ha quedado debiéndole a la población en los últimos procesos; un ejemplo siendo el auge y declive del que era presidente del congreso en 2019, Juan Guaidó, quien fue portada de periódicos y revistas internacionales, pero que no duró mucho tiempo siendo tendencia debido a su poca estructuración y sus improvisaciones.[9]

De momento, a falta de poco más de tres meses para las elecciones, las encuestas arrojan un claro descontento con Maduro (80 % de la población caracteriza de mala la gestión del mandatario), pero también evidencian una clara insatisfacción con la oposición (48 % de la población no se considera chavista, pero tampoco opositora); es decir, la población no confía ni en el gobierno, ni en la gente que quiere sacar del poder a Maduro, entonces ¿qué desea la población? La respuesta es sencilla: solucionar la crisis económica (43 % de la población considera que es el mayor problema actual del país) y firmar un acuerdo entre el gobierno, la oposición, sectores sociales y comunidad internacional con el fin de darle una solución a la crisis económica (56 % de la población encuestada lo desea).[10]

Reflexión final

Independientemente de la posición político-ideológica, es necesario, como civiles, personas académicas y analistas priorizar la neutralidad ante una situación tan compleja, que no es solo la típica y vaga dualidad izquierda-derecha. Se debe buscar entonces el bienestar de un pueblo atacado por muchísimos años, incluso décadas, desde el siglo anterior, de políticos tiranos y corruptos; y que, como evidencian los datos mencionados anteriormente, el mismo pueblo está cansado y pide cambios, independientemente si es por medio del oficialismo o la oposición.[11]

Bien se sabe que todas las acciones políticas que se toman en Venezuela repercuten en el Sistema Internacional, a tal punto que, inclusive, existen sanciones y bloqueos debido a decisiones del pasado, ya que desde 2019 se reporta una crisis socioeconómica sin precedentes, la misma que ha involucrado a las potencias mundiales.[12] Por lo que, actualmente, y de cara a las elecciones de julio, Venezuela, como Estado, necesita la fiscalización internacional para poder lograr unas elecciones transparentes y legales con el fin de lograr así volver a disfrutar de la plenitud que solo el ejercicio democrático puede dar.

Notas


[1] Moleiro, Alonso y Quesada, Juan Diego, «Nicolás Maduro, 11 años después: poco popular, pero cómodo en el poder», El País, 17 de marzo de 2024, acceso el 20 de abril de 2024,  https://elpais.com/america/2024-03-18/nicolas-maduro-11-anos-despues-poco-popular-pero-comodo-en-el-poder.html

[2] Malamud, Carlos y Nuñez, Rogelio, «La crisis de Venezuela y el tablero geopolítico internacional», Real Instituto Elcano 24 (2019), (51): 1-11, https://media.realinstitutoelcano.org/wp-content/uploads/2021/11/ari24-2019-malamud-nunez-crisis-venezuela-tablero-geopolitico-internacional.pdf

[3] EFE, «Tribunal Supremo de Venezuela ratifica inhabilitación a María Corina Machado», BLU Radio, 26 de enero de 2024, acceso el 20 de abril de 2024,  https://www.bluradio.com/mundo/tribunal-supremo-de-venezuela-ratifica-inhabilitacion-a-maria-corina-machado-cb20

[4]«El TSJ rechaza dos acciones contra la inhabilitación impuesta a María Corina Machado», Acceso a la Justicia, acceso el 20 de abril de 2024, https://accesoalajusticia.org/tsj-rechaza-dos-acciones-contra-inhabilitacion-impuesta-maria-corina-machado/

[5] EFE, «Tribunal Supremo de Venezuela ratifica inhabilitación…».

[6] «Corina Yoris: Con el impedimento de mi inscripción dejan a todo el país sin opción», Vente Venezuela, acceso el 20 de abril de 2024,  https://www.ventevenezuela.org/2024/03/25/corina-yoris-con-el-impedimento-de-mi-inscripcion-dejan-a-todo-el-pais-sin-opcion/

[7] CNN Español,  «¿Quién es Edmundo González Urrutia, el candidato de la Plataforma Unitaria en Venezuela?», CNN Español, 22 de abril de 2024, acceso el 22 de abril de 2024, https://cnnespanol.cnn.com/2024/04/22/edmundo-gonzalez-quien-es-candidato-oposicion-venezuela-orix/#:~:text=Se%20gradu%C3%B3%20de%20internacionalista%20en,del%20Grupo%20de%20Trabajo%20Seguimiento

[8] Steven Levistky y Daniel Ziblatt, How Democracies Die (Broadway Books, 2019).

[9] Manuel Sutherland, «Venezuela: ¿por qué volvió a fracasar la oposición?», NUEVA SOCIEDAD 282 (2019): 4-14, https://nuso.org/articulo/venezuela-por-que-volvio-fracasar-la-oposicion/

[10] DatinCorp. (2024). Estudio Cohesión-Política (Febrero 2024).

[11] Ibíd.

[12]  Malamud, Carlos y Nuñez, Rogelio, «La crisis de Venezuela»,  1-11.