Introducción
Las elecciones en Ucrania, que debían suceder a más tardar el pasado mes de marzo, no fueron celebradas debido a la imposibilidad sustentada por la ley marcial vigente en el país.[1] Esta ley se extendió hasta el próximo 13 de mayo tras el voto a favor de 335 diputados de la Rada Suprema, nombre con el que se conoce al Parlamento ucraniano, de un total de 450 miembros que conforman la Cámara.[2]
Alrededor de hace cinco años Volodymir Zelensky fue electo presidente con un apoyo sin precedentes, emparejado a una mayoría parlamentaria, gracias a las promesas de reforma hechas en campaña; lo que, en tiempos de guerra, le han permitido una amplia capacidad de maniobra en el proceso de toma de decisiones.
Sin embargo, la importancia de quién y cómo se elegirá a la cabeza del Ejecutivo ucraniano posee implicaciones evidentes, más allá de la relevancia interna que dicha clase de procesos por sí solos conllevan.
Articulación del análisis
De acuerdo con Kimmage, existen múltiples conflictos ocurriendo simultáneamente en Ucrania y alrededor del propio desarrollo de la invasión rusa.[3] Uno de ellos siendo la colisión entre los intereses de Estados Unidos y Rusia, estableciendo consecuencias globales en el orden internacional; otro siendo el conflicto presentándose entre Ucrania y Rusia, al mismo tiempo que Europa despliega sus políticas como bloque frente al régimen ruso.[4]
Asimismo, la agresión rusa iniciada desde la anexión de Crimea en 2014 ha galvanizado el apoyo público en Ucrania hacia las tendencias de aproximarse cada vez más a Occidente. Primeramente con la elección de Petro Poroshenko, quien se auto proclamaba como un firme proponente de la integración con la Unión Europea y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y luego con la llegada al poder de Zelensky en 2019, interpretada como una señal del profundo resentimiento hacia la clase política establecida y su discontinua batalla contra la corrupción y la oligarquía ucraniana.[5]
Previo a la invasión a gran escala por parte de Rusia en 2022, las encuestas mostraban opiniones divididas con respecto a la opción de ser Estado miembro de la Unión Europea y la integración a la OTAN. Más de la mitad de las personas encuestadas, donde no se incluyeron a los residentes de Crimea y los territorios en disputa del este del territorio, apoyaban la entrada a la Unión Europea, mientras que entre un 40 % y 50 % estaban a favor de unirse a la OTAN.[6]
Sin embargo, a pesar de los contrastes, días después de la invasión en 2022 el presidente Zelensky le solicitó a la Unión Europea aceptar a Ucrania en un proceso de admisión abreviado -que igualmente podría tardar varios años-, mientras que en septiembre del mismo año introdujo una solicitud formal de integración a la OTAN, que igualmente no se observa factible en el corto plazo.[7]
Estos eventos podrían interpretarse como un acierto político para Zelensky, pues a pesar de los matices en la opinión pública con respecto a ambos proyectos antes del inicio de la guerra, una encuesta realizada en enero del presente año reveló que el 69 % de los ucranianos confía en el presidente Volodymir[8].
Ahora bien, las elecciones solamente pueden celebrarse seis meses después de la finalización de la ley marcial[9], pues esta prohíbe cualquier tipo de elecciones mientras esté activa. Con la situación de guerra y la incertidumbre relacionada en crecimiento, se vuelve casi imposible predecir el momento adecuado para levantar la ley marcial, y por ende la fecha a realizar las elecciones nacionales.
Lo que es certero es que no existirá un retorno hacia el statu quo anterior: Ucrania transitará por grandes cambios.[10] De acuerdo con Kagarlitsky, al hablar sobre Rusia y cómo todos los ex-súbditos de la URSS y la ex Rusia imperial poseen la tendencia de iniciar reformas radicales o revoluciones luego de la pérdida de una guerra, no podría esperarse nada menos de una Ucrania victoriosa, o en su defecto no capitulada.[11]
En el corto plazo, se vislumbra que, a pesar de la alta popularidad de Zelensky, existe la posibilidad de dirimir cómo proseguir a través del Tribunal Constitucional, pues este es el único órgano que interpreta la Constitución y comprueba si otras leyes se ajustan a ella. Pero solo el presidente, el Gobierno, el Tribunal Supremo, un grupo de 45 diputaciones o el Comisario de Derechos Humanos del Parlamento pueden recurrir a dicha institución.[12]
A pesar de esta opción, representantes de diversas fuerzas políticas, incluyendo a la oposición, han declarado no tener la intención de recurrir al Tribunal Constitucional y recuerdan el acuerdo entre partidos de no organizar elecciones hasta el fin de la ley marcial.[13] En consecuencia, la continuación de Zelensky en el poder se establece como la situación más probable en el corto y mediano plazo, entre tanto la línea del frente se haga tangible y predecible, y al tiempo de que el Estado ucraniano logre garantizar la seguridad en determinadas zonas del país de importancia estratégica.[14]
Apuntes finales
En conclusión, cuando se celebren las elecciones en Ucrania, estas ostentarán un profundo significado en el debate de cómo avanzar hacia los objetivos geopolíticos del país, ya que existe un cierto grado de consenso político hacia dónde apuntar: la Unión Europea y la OTAN. Los retos que estarán en la palestra son varios: Ucrania tiene un Estado débil que crea espacios en los que la extrema derecha puede llevar a cabo actividades represivas no controladas por el Estado, en algunos casos con el apoyo de elementos de los servicios de seguridad ucranianos. Para el 2020, el 40 % de las fuerzas militares de Ucrania (un total de 102 000 miembros) eran milicias paramilitares de extrema derecha, armadas, financiadas y entrenadas por Estados Unidos, Inglaterra, Canadá, Francia y Suiza, con miembros de 19 nacionalidades.[15] En paralelo, se ha de discutir por qué parece evidente que no se desea prescindir de los neonazis para defender Ucrania, así como tampoco Putin pretende hacerlo con los neonazis rusos.[16]
Al tiempo de gestionar la competencia entre las oligarquías ucranianas[17], así como establecer qué tipo de país ha de surgir de la guerra. Propuestas como la del portavoz y asesor derivado del ejército Oleksiy Arestovych, quien apoya la superación de las divisiones entre el este y el oeste, entre los rusoparlantes y los ucranianos; y quien señala la necesidad de apropiarse de la lengua rusa como lengua de la identidad ucraniana, de promover la cultura rusa en Ucrania y de dar esperanza a los rusos que quieren vivir y trabajar en Kiev.[18]
Sin embargo, las elecciones que podrían alimentar las esperanzas de Ucrania o representar una amenaza existencial dependiendo del resultado son las del 5 de noviembre del presente año en Estados Unidos. Estas, sin lugar a dudas, tendrán una repercusión central en el devenir de los múltiples conflictos expuestos al inicio, presentándose así como otro de los grandes retos en el horizonte para Volodymir Zelensky.
Notas
[1] Burdyga, Igor. «Ucrania: ¿es posible votar en tiempos de guerra?», DW, 10 de abril de 2024, acceso el 15 de abril de 2024, https://www.dw.com/es/zelenski-una-opci%C3%B3n-leg%C3%ADtima-en-ucrania-incluso-sin-elecciones-presidenciales/a-68790284
[2] Europa Press Internacional, «El Parlamento de Ucrania extiende la ley marcial hasta el 13 de mayo», Europa Press, 6 de febrero de 2024, acceso el 15 de abril de 2024, https://www.europapress.es/internacional/noticia-parlamento-ucrania-extiende-ley-marcial-13-mayo-20240206145421.html
[3] «Russia, Ukraine, and Global Instability, With Michael Kimmage», Council on Foreign Relations, acceso el 15 de abril de 2024, https://www.cfr.org/podcasts/russia-ukraine-and-global-instability-michael-kimmage
[4] Ibíd.
[5] «Ukraine: Conflict at the Crossroads of Europe and Russia», Council on Foreign Relations, acceso el 15 de abril de 2024, https://www.cfr.org/backgrounder/ukraine-conflict-crossroads-europe-and-russia#chapter-title-0-9
[6] Ibíd.
[7] Ibíd.
[8] Burdygar, «Ucrania: ¿es posible votar en tiempos de guerra?»
[9] Savio, Irene, «Ucrania o cómo gestionar una democracia en guerra», elPeriódico, 23 de febrero de 2024, acceso el 15 de abril de 2024, https://www.elperiodico.com/es/internacional/20240223/ucrania-como-gestionar-democracia-guerra-98248915
[10] Fuentes, Federico, «Guerra, represión y disidencia en la Rusia de Putin», Nueva Sociedad Septiembre-Octubre, N°301 (2022): 113, https://www.nuso.org/articulo/301-guerra-represion-disidencia-rusia-putin/
[11] Ibíd, 116.
[12] Burdygar, «Ucrania: ¿es posible votar en tiempos de guerra?»
[13] Ibíd.
[14] «Sobre la democracia en Ucrania, una conversación con Olha Aivazovska», Le Grand Continent, acceso el 15 de abril de 2024, https://legrandcontinent.eu/es/2024/03/09/sobre-la-democracia-en-ucrania-una-conversacion-con-olha-aivazovska/
[15] Pradas Sánchez-Arévalo, Roberto, «Guerra Y mistificación: A propósito de la reedición de “Rusia Frente a Ucrania: Imperios, Pueblos, energía”, de Carlos Taibo». Dialektika: Revista De Investigación Filosófica Y Teoría Social 5, 12 (2023): 55. https://doi.org/10.51528/dk.vol5.id88
[16] Ibíd, 53.
[17] Fuentes, «Guerra, represión y disidencia en la Rusia de Putin», 112.
[18] Ibíd.