Aumento de tensiones en Medio Oriente tras ataques a bases militares y la muerte de soldados estadounidenses en Jordania
La región de Medio Oriente se ve envuelta en una creciente espiral de tensiones, marcada por una serie de eventos críticos que han capturado la atención internacional. El domingo, 28 de enero, un ataque con drones en el noreste de Jordania resultó en la muerte de tres soldados estadounidense y dejó al menos 34 heridos. La Resistencia Islámica en Irak, una coalición de milicias respaldadas por Irán, se atribuyó la responsabilidad del ataque, elevando la preocupación sobre la presencia de fuerzas estadounidenses en la región. La base militar atacada, conocida como ‘Torre 22’, se encuentra estratégicamente ubicada en el punto más noroeste de Jordania, cerca de las fronteras con Siria e Irak.
El presidente Joe Biden responsabilizó a grupos respaldados por Irán del ataque, calificándolo como el primero mortal contra las fuerzas estadounidenses desde el inicio del conflicto entre Israel y Hamas en octubre. Biden prometió una respuesta decidida, subrayando la gravedad del incidente y la necesidad de que las personas responsables rindan cuentas. En respuesta a las acusaciones, Irán negó su participación en el ataque, argumentando que los grupos armados están respondiendo a los crímenes de guerra y el genocidio perpetrado por Israel en Palestina. La retórica entre EE.UU. e Irán se intensifica, añadiendo una dimensión diplomática a la crisis en desarrollo.
Paralelamente, el conflicto en Gaza entre Israel y Hamas continúa, con más de 26 mil personas palestinas muertas desde que inició el conflicto el 7 de octubre. La respuesta militar de Israel ha generado más de 150 ataques contra bases estadounidenses en Irak y Siria, según datos del gobierno norteamericano. Este contexto agrega una capa adicional de complejidad y peligro a la región con grupos armados utilizando diversas estrategias para expresar su oposición al apoyo estadounidense a Israel.