Análisis semanal 529: Del león indomable al león amigable con la casta: la improvisación provoca que Milei se alíe con el macrismo de cara al balotaje en Argentina

 

Primera ronda

A lo largo del presente año, desde el mes de enero, el Observatorio ha realizado una labor de seguimiento al acontecer político electoral en tierras argentinas. De inicio se preveía que este 2023 conllevaría uno de los procesos electorales más reñidos y mediáticos de los últimos tiempos en la región latinoamericana, esto debido a la crisis económica que atraviesa Argentina, la dualidad entre el macrismo y el kirchernismo, así como la aparición de una figura tan polémica como Javier Milei. Sin embargo, ni siquiera las personas más expertas en el tema, pronosticaban la serie de hechos sucedidos que repercutieron en el panorama que hoy se plantea.

El 23 de octubre anterior, después de dos meses de campaña electoral posterior a los resultados de las elecciones primarias, el pueblo argentino dictaminó mediante la vía democrática que decidirá a quien presida el país en una segunda ronda electoral. El economista oficialista, actual ministro de Economía, representante de la coalición peronista Unión Por La Patria, Sergio Massa, salió vencedor con un 36.38% del total de votos válidos, lo que se traduce en 9 millones 645 mil 983; mientras que el excéntrico economista libertario Javier Milei, sonado ganador de las elecciones primarias, obtuvo 7 millones 884 mil 336 votos, lo que es el equivalente al 29.98% del total [1].

Por su parte, las otras tres candidaturas que complementaban la elección sumaron en total poco menos de 8 millones de votos, que fueron repartidos en -aproximadamente- 6 millones de la candidata del macrismo, Patricia Bullrich, de Juntos Por El Cambio, casi 2 millones de Juan Schiaretti el candidato de la coalición peronista no kirchnerista y los 700 mil de Myriam Bregman del Frente de Izquierda. Se contabiliza aquí también que entre votos nulos y en blanco se sumaron 779 025, más que los contabilizados por Bregman, y se contó con un abstencionismo de poco más del 20% del padrón electoral[2].

Estos resultados no solo fueron sorpresivos por el gane de Sergio Massa, el debacle considerable que sufrió Milei en comparación con lo proyectado después de las primarias, la pérdida estrepitosa del macrismo con una Patricia Bullrich que tenía servida en bandeja de plata su presidencia; sino también que fue un resultado completamente “rompe encuestas”, en virtud de que de las dieciséis casas encuestadoras que pronosticaron esta primera ronda, únicamente dos acertaron el ganador, no obstante, todas preveían la segunda ronda electoral pero no necesariamente con la dupla de candidatos correcta [3].

De la sorpresa a la improvisación

Ahora bien, pese que se mencionó anteriormente que los resultados fueron sorpresivos, no era de extrañarse ver a la fórmula de Javier Milei y Victoria Villarruel disputando la presidencia en una segunda ronda; la sorpresa recae en el gane del actual ministro de Economía, justamente de un país que atraviesa una crisis económica. Entonces, ¿por qué se habla de sorpresa e improvisación en el bando liberal? Precisamente por los resultados, el apoyo y el respaldo con el que contó Massa y el peronismo kirchnerista en esta primera ronda.

El bando liberal sale muy debilitado de la primera ronda electoral, evidentemente no esperaban llegar en segundo lugar, mucho menos detrás de Massa, incluso vaticinaban un gane[4]. Por esa razón, a poco menos de tres semanas para el balotaje, Milei ha empezado a buscar el respaldo y el apoyo de quien más criticó en su campaña: la casta política.

Parece ser que el león salvaje dispuesto a tomar control del país y exiliar -políticamente- a toda la casta, es ahora, un león amigable dispuesto a conversar con esa misma casta, que tanto criticó, con el fin de ganar apoyo y poder así combatir a Massa. Lo anterior se ejemplifica en la ya pública adhesión tanto del expresidente Mauricio Macri, a quien en su momento catalogó como “fascista” y “repugnante”, como de la excandidata, que hace escasas semanas tachó de “montonera asesina” [5], Patricia Bullrich. Inclusive, el mismo Milei, mediante su cuenta oficial de la red social Twitter, la cual ha sido pieza vital en su campaña, publicó una foto en la que se observa un león abrazando a un pato, entendiéndose la adhesión por la personificación de él como un león, y la de Bullrich como un pato debido a su apodo por su nombre Patricia.

@JMilei. Twitter, 25 de octubre.

Mientras Milei improvisa, Massa arrasa

Contrario a las acciones que suceden en los adentros de la Libertad Avanza, el cuartel de Unión Por La Patria vive uno de los mejores momentos de toda la campaña electoral a lo largo del año. Sergio Massa toma protagonismo en los medios de comunicación argentinos, Javier Milei brinda polémicas declaraciones en las que hasta se especula de un brote psicótico en vivo y la adhesión de Bullrich no le sienta para nada bien a quienes votaron por Milei, y, todo esto ocurre en medio de la primera encuesta de cara a la segunda ronda que fue publicada por Proyección Consultores [6].

Dicha encuesta le otorga la victoria a la fórmula presidencial Unión Por La Patria de manera amplia, con un 44.6% contra un posible 34% de Milei y compañía. Pese al margen de error del 2.5%, esta casa encuestadora acertó la dupla de candidaturas que hoy están en la segunda ronda. Asimismo, esta encuesta pronostica que los votos de las otras tres candidaturas serán repartidos entre ambas coaliciones y no se dividirán según las adhesiones que éstas hagan; es decir, del total de los votos que contabilizó Bullrich, tanto Milei como Massa percibirán adeptos, no sólo Milei como se tenía pensado.

Además, esta encuesta menciona que un flujo importante de votantes de Milei en primera ronda cambiará el voto para la segunda ronda, también se enfatiza en lo vital que puedan llegar a ser las personas indecisas y a quienes más allá de las diferencias con Massa, les atemoriza un eventual gane de Milei.

Futuro incierto

No obstante, ya se evidenció que lo que digan las redes sociales y las encuestas importa poco o nada una vez están oficializados los resultados electorales. De ahora en adelante, de cara a las pocas semanas que quedan de aquí al 19 de noviembre, Massa y Milei tienen la complicada tarea de mantener a su electorado, ganar los adeptos de Bullrich, Schiaretti y Bregman, y, sobre todo, convencer a quienes todavía la indecisión les gana.

De igual modo, ambos deben aprovechar el sentimiento de votar en contra ya sea de uno o de otro. Es decir, Milei debe intentar convencer de votar para frenar una gestión más del oficialismo; mientras que Massa deberá motivar que el voto para él no significa la continuidad del oficialismo, sino, más bien, evitar que una figura tan peligrosa para la democracia como Milei llegue al poder.

Notas