Análisis político No.15. Paz o Barbarie: Encrucijada con el ELN en Colombia, Análisis al proceso de paz 2023 (25 de octubre, 2023)

Año: 
2023

Introducción

El Ejército de Liberación Nacional, abreviado como ELN, es una guerrilla insurgente colombiana que ha dejado una profunda huella en la historia política y social de Colombia. Fundado en 1964, este se ha erigido como un actor fundamental en el marco del prolongado conflicto armado que ha asolado a Colombia durante décadas. Su lucha armada, orientada por una ideología de izquierda vinculada al foquismo guevariano y la teología de la liberación, ha involucrado una serie de actividades que han trascendido el campo militar, incluyendo secuestros, ataques contra la infraestructura y su participación en actividades relacionadas con el narcotráfico y la minería ilegal. A lo largo de su existencia, el ELN ha buscado la creación de un estado socialista en Colombia y ha mantenido un conflicto armado con el gobierno colombiano y otros grupos insurgentes y paramilitares.

En este contexto, resulta esencial analizar el surgimiento, desarrollo y evolución del ELN, así como su influencia en la política y la sociedad colombiana. Este artículo tiene como objetivo proporcionar una visión panorámica de la historia del ELN, desde su fundación en Anorí, departamento de Antioquia, su consolidación en el noroeste colombiano, hasta los esfuerzos actuales por alcanzar una paz duradera con el gobierno entrante colombiano, el cual ha cobrado relevancia bajo la presidencia de Gustavo Petro. Lo anterior, con la reanudación de los diálogos de paz, y la inclusión de Venezuela como país garante y el cese al fuego.

El artículo explorará el rol del Comité Nacional de Participación como un mecanismo para la inclusión de la sociedad civil en las conversaciones de paz. Además, se explorarán las dimensiones ideológicas que han dado forma a esta organización guerrillera, incluyendo la influencia del sacerdote Camilo Torres y su enfoque en la teología de la liberación. En síntesis, el presente análisis busca proporcionar una comprensión del ELN, desde sus raíces ideológicas hasta su papel en la política colombiana, y examinar las perspectivas actuales para la paz en Colombia en el contexto de las negociaciones en curso entre el gobierno y el ELN.

Génesis del  ELN

La ideología y los objetivos del ELN no siempre han sido muy claros en el espectro académico, esto por diversas razones: primero, es una guerrilla descentralizada y con un carácter sumamente localista. Esta guerrilla se divide en frentes armados, los cuales “corresponden a un área estratégica (unidad social, económica y cultural) de la cual depende el diseño de la acción política y militar, que denota una organización de tipo federal en el interior del grupo guerrillero”[1]. Su actuar siempre parte de las dificultades y problemas locales, sus reclamos suelen ser de carácter fuertemente particular, partiendo de las comunidades locales y su relación con las demás fuerzas de facto en la zona. Esto se debe principalmente a la descentralización del estado colombiano en el último cuarto del siglo XX, descentralización que permitía la acumulación de mayores recursos administrativos en cada unidad regional. [1]

La respuesta a los procesos de descentralización que vivió el Estado colombiano a partir de los 80, fue un cambio en el énfasis del discurso de la guerrilla y especialmente del ELN: se pasó de priorizar la toma de poder nacional, para enfatizar el control y el ejercicio del poder en los niveles regionales y locales sin que esto quiera decir abandono de la perspectiva nacional.[2]

Dado esto, se empezó a buscar un enfoque de empoderamiento regional que buscara centros de recursos materiales a través de todo el país. El desarrollo de vías de comunicación, la expansión de la explotación de minas y petróleo, efectuó como catalizador para este despliegue regional a gran escala. Las zonas de mayor conflictividad (Mapa 1) coinciden con el desarrollo de este tipo de actividades, principalmente la bonanza minera y petrolera, sin por esto desestimar otro tipo de actividades lucrativas.“Cada zona y cada departamento tienen un interés estratégico para cada grupo irregular, en función de su ubicación geográfica y de las ventajas militares que puedan derivar de él, de la presencia de recursos económicos que puedan ser potencialmente objeto de depredación o de su importancia política”[3].

El localismo de esta guerrilla es especialmente notable también en el sentido de las luchas sociales que enarbola, pues su dispersión rural hace que los problemas de cada comunidad empiecen a tener un peso más significativo en su actuar. La búsqueda de bases populares en estos nuevos centros de conflicto transformaría las dinámicas profundamente “Si bien el accionar de la organización seguía dependiendo del foco guerrillero, se buscó que su proceso de crecimiento se centrara en el empoderamiento de las luchas sociales que se daban en las regiones, lo cual requería que los frentes, como estructuras político-militares, articularan lo militar con un trabajo político de masas”[4].

Mapa 1

La horizontalidad de su comando es una de las consecuencias de este tipo de prácticas, resultando así en una variedad heterogénea de ideologías políticas y reivindicaciones sociales, las cuales partían del ingreso de nuevos agentes a las filas de la organización. La integración  de militantes rurales, urbanos y religiosos impulsó una nueva manera de acción política, que a diferencia de las organizaciones más centralizadas y jerárquicas, este grupo guerrillero  impulsó una versión federalizada de guerrilla. Nótese que la primera reunión nacional del ELN no sería sino hasta 1983, donde se confirma este modelo[5]. No se puede encerrar fácilmente en grandes coordenadas que den todo el esquema de la actividad política de esta guerrilla. Pero, de manera histórica, sí es posible ver unas prácticas constantes y un legado que frecuentemente se reclama como propio.

De primera mano, siendo su origen plenamente ligado a la Revolución cubana, su principal inspiración es el foquismo guevarista que había triunfado en Cuba. Esta teoría, de carácter puramente vanguardista, planteaba que las revoluciones en los países subdesarrollados podían ser llevadas a cabo sin importar las condiciones preindustriales de estos. Esta tesis se contrapone a la tesis marxista ortodoxa, la cual dice que una revolución proletaria sólo se puede llevar a cabo en un país que posea un modo de producción capitalista plenamente desarrollado. En la década de los 60s, cuando esta teoría tiene más fuerza, pues la revolución cubana acababa de triunfar y definiría la ruta a seguir,  muchos países subdesarrollados -como Colombia- poseían pequeñas industrias nacionales y su población era mayoritariamente rural, por lo que encajaba con en el escenario no-prototípico que señalaba el foquismo. En palabras de su ideólogo, Ernesto Guevara “No siempre hay que esperar a que se den todas las condiciones para la revolución; el foco insurreccional puede crearlas”[6].  La revolución cubana sería un modelo transportable a los escenarios de los demás países latinoamericanos, que en estas condiciones llevarían una revolución análoga. La adopción de esta tesis tendría grandes consecuencias:

El triunfo de la Revolución cubana en 1959, trajo aún mayores cambios para la izquierda colombiana. Entre las transformaciones más importantes estuvieron: 1) la formación de una "nueva izquierda", fuera del Partido Comunista Colombiano (PCC) y de las FARC, que abogaba por formas alternativas de llegar al poder, en especial por la vía armada ofensiva; 2) la influencia de su método de guerra "foquista" en guerrillas como el ELN y 3) el vuelco, ya iniciado en los años cincuenta, hacía el análisis de "la realidad nacional" para llevar a cabo la revolución en el país.[7]

Esta teoría vanguardista fue ampliamente acogida por los grupos insurgentes latinoamericanos, quienes dispuestos en la ruralidad más periférica, empezaron a concebir al campesino,  y no al obrero, como su principal preocupación y sujeto político “El "foquismo" implementado en Cuba buscaba crear núcleos guerrilleros en zonas campesinas que se propusieron iniciar un proceso de insurrección. Este modelo privilegiaba el trabajo político-militar rural sobre el urbano”[8]. El ELN concebía la lucha armada, como una lucha que integraba a los habitantes rurales de los sectores periféricos del país, y que la revolución se podía ejecutar por una vanguardia armada organizada con un programa revolucionario. “Al implementar tácticas foquistas y abstencionistas, el ELN aspiró a consolidar un gran poder militar rural donde el guerrillero-campesino era el principal sujeto político y las ciudades representaban el último paso para la insurrección final”[9]. Este fenómeno se repitió incontablemente en distintos países subdesarrollados en el marco de la Guerra Fría, y en este sentido, esta guerrilla manifestaba claramente el espíritu de la época.

Por otra parte, el rasgo más identificativo y distintivo del ELN fue su adhesión a la Teología de la liberación,[2]  una corriente de pensamiento teológica que tiene sus raíces en la realidad latinoamericana. Fuertemente influenciados por el Padre Camilo Torres, el ELN acogería esta parte del pensamiento del sacerdote, quien llegaría a ser uno de sus mayores exponentes en Colombia. Esta teología se basa fundamentalmente en la interpretación del mensaje bíblico como un mensaje de liberación de los pueblos, y la cristiandad como una fuerza liberadora de toda opresión.

“La teología de la liberación se autocomprende como teología fundamental, y se ocupa de repensar el contenido de la revelación, pero no en abstracto, sino en su concreción histórica (...) descubriendo en los pobres el verdadero rostro de Dios”[10]. La liberación en este pensamiento, es un proceso tanto terrenal como espiritual, en el que el cristiano debe actuar activamente en pos de los oprimidos. La liberación es una tarea cristiana, en el sentido en el cual el mensaje de Cristo es una invitación a la libertad y a la destrucción de las cadenas. Es tanto promesa escatologica, como realización física que posibilita la primera. “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos” (Lc, 4, 18).

Esta teología pone en el centro de su preocupación una visión integral del ser humano, que contempla la complejidad de la experiencia humana como multidimensional, y como realizada concretamente en la historia. El anhelo de liberación de los pueblos oprimidos y explotados es un designio salvífico de Dios, es necesario para crecer en Fe y en conciencia espiritual.  No es un simple materialismo que busca la distribución de recursos entre la población, “No se trata simplemente de desarrollar ciertas posibilidades para que los hombres tengan más. Se trata de cambiar radicalmente aquellas estructuras injustas que impiden a los hombres ser más[11]. [3]

El mensaje de liberación es uno que se concibe sobre todo como libertad positiva, lo que significa que no solo deben existir la falta de restricciones opresivas que impidan desarrollarse libremente (libertad negativa), sino que además deben existir unas condiciones materiales que lo permitan. Por condiciones materiales que lo permitan, se entiende la garantía de la satisfacción de las necesidades básicas de supervivencia y de bienestar integral. Implica comida y techo, pero también educación, integración social, etc. Solo así el hombre puede desarrollarse en plenitud de sus potencialidades, lo que quiere decir que puede desarrollar libremente (en este sentido positivo) los proyectos que mejor le parezca para su vida. “Por un lado la liberacion es concebida como superacion de toda esclavitud, por otro como vocacion de hombres nuevos, creadores de un mundo nuevo”[12]. Con esta libertad lo que se produce es el camino de la creación de un hombre nuevo “Creado a semejanza de Dios en la justicia y santidad de la verdad” (Ef., 4, 24). La ruptura con la opresión implica la posibilidad de poder realizarse a imagen de Dios, pues teniendo los medios necesarios es capaz de proyectar su futuro en vocación a su Fe. Su realización desde su temporalidad es aquello que le permite empezar a vivir en la vida nueva en Cristo. Lo realmente cristiano es la concepción del hombre nuevo como hombre libre de espíritu, que liberado del pecado y de la muerte como hijo de Dios, ama a su prójimo y en él se reconoce a sí mismo.

Camilo Torres también insistió en otro aspecto fundamental de este pensamiento, que es la opción de la iglesia por los pobres. Esta opción quiere decir fundamentalmente que la labor terrenal de la iglesia solo puede tener como sujeto central a los pobres y oprimidos, pues aquellos heredarán el reino de los cielos. La iglesia tiene el imperativo ético de ser “pobre entre los pobres”, y la misión ministerial debe estar entregada a los más débiles de la tierra. La realización de esta voluntad, la plantea Torres, junto con su relación con la revolución, de la siguiente forma:

“Al analizar la sociedad colombiana me he dado cuenta de la necesidad de una revolución para dar de comer al hambriento, de beber al sediento, vestir al desnudo y realizar el bienestar de las mayorías de nuestro pueblo. Estimo que la lucha revolucionaria es cristiana y sacerdotal. Solamente por ella  podemos realizar el amor que los hombres deben tener a sus prójimos”.[13]

A día de hoy, aunque por tradición histórica los elementos mencionados sean fuertemente diferenciables al ELN, hay que recordar, como se dijo en un principio, que la localidad y territorialidad de su accionar han transformado profundamente su corpus ideológico. Hoy se levantan banderas de feminismo, de reivindicacion de las comunidades indigenas, de lucha antiracista, y demás banderas progresistas, en las mesas de diálogos de paz por gran parte de la militancia de la guerrilla. Con la pluralidad de frentes guerrilleros, también han venido una pluralidad de luchas sociales que se han ido incorporando. El ELN ha carecido de un mando unificado y de una dirección ideológica formal toda su existencia, sus postulados no nacen de la ciencia social sino de la labor espontánea. Tras 50 años de conflicto, también parece que su objetivo vanguardista de la toma del poder no parece demasiado actual, y las acusaciones de la transformación de los diferentes frentes en señoríos de la guerra, amenazan la credibilidad en un programa claro.

El proceso de paz actual brinda la oportunidad de que, al escuchar la participación activa de las comunidades, quede más claro un bosquejo de su identidad ideológica. Esto repara en el claro hecho de que llamar a las comunidades organizadas a un gran diálogo nacional es ya una gran declaración ideológica: la idea de una presentación de los problemas sociales por medio de su espontaneidad. 

Contexto político de la conformación del ELN

El ELN surge en el período histórico colombiano conocido cómo la “violencia”, un período que abarca del año 1946 a 1978, el cual fue marcado por los enfrentamientos belicistas de parte del bipartidismo de la época. Entre los simpatizantes del partido liberal y conservador, durante este se desarrollaron pugnas en las zonas rurales, las cuales escalaron a los centros urbanos. A pesar de no ser una guerra civil se dio muerte a más de 170.000 civiles, dejando bajas de 15.000 rebeldes muertos (1948-1958), 1300 soldados y 800 policías muertos (1950-1960), y entre 3000 y 5000 paramilitares conservadores muertos. [14]

Este periodo estuvo caracterizado desde la instigación por parte de los partidos a la eliminación de su adversario político. En el escenario político público colombiano la costumbre fue atacar a los opositores mediante el lenguaje, la pertenencia a una facción política se había convertido en una cuestión de seguridad, y se culpaba a los opositores de todos los problemas del país. Los discursos políticos a menudo comienzan con palabras de tolerancia, pero luego se considera justificado atacar a los oponentes, creando así una imagen negativa del oponente.[15] Los medios de comunicación se utilizaban como herramienta para mantener el poder e influenciar en las ideas de la ciudadanía. A través del debate se establecieron normas sobre cómo se debían hacer las cosas y contra quién se debía dirigir la hostilidad.[16]

Aunque la rivalidad partidista era una de las principales razones del uso de la violencia, otros factores, como el racismo, el aislamiento regional, las cuestiones étnicas y los factores socioeconómicos, también influyeron en la justificación de la violencia gubernamental. La justificación de la violencia se aplicó a muchos grupos diferentes, incluidos trabajadores, sindicalistas, opositores al gobierno y aquellos percibidos como amenazantes. Términos como "comunista" o “ateo” se utilizaban de manera vaga para describir a cualquiera que se oponga al status quo.[17]

El enfrentamiento entre partidos dio lugar a la formación de un “enemigo interno”, que  cualquiera podía percibir como una amenaza a la estabilidad política. Se detuvieron ilegalmente a los sospechosos, se llevaron a cabo ejecuciones arbitrarias y se utilizó la tortura de forma indiscriminada.[4]

Aún así, el punto más álgido de la violencia sucede el 9 de abril de 1948 en Bogotá, tras el asesinato del líder populista y de corte liberal Jorge Eliécer Gaitán, en lo denominado como “Bogotazo”. Su muerte provocó una ola de ira entre la gente, lo que desembocó a su vez en una oleada de violencia, saqueos y disturbios en la ciudad. El Bogotazo simboliza el inicio de La Violencia y representa el profundo descontento y polarización en Colombia.[18]

El presidente a cargo durante ese tiempo, Mariano Ospina Pérez (el cual fungió de 1946 a 1950) enfrentaba tensiones políticas y sociales cada vez mayores entre liberales y conservadores. Aunque no se le atribuye haber incitado directamente a La Violencia, su presidencia fue un período de inestabilidad política que contribuyó al conflicto.

Esto desencadenó en que Gustavo Rojas Pinilla, general del ejército colombiano, diera un golpe de estado en 1953 y asumiera el poder de manera dictatorial. Durante su régimen intentó acabar con “La Violencia” mediante medidas autoritarias, su gobierno fue criticado por violaciones de derechos humanos.[19] También fundó la Alianza Nacional Popular (ANAPO) en 1957, un movimiento político que buscaba representar una alternativa a los partidos tradicionales.

Posteriormente, con el inicio de la campaña del "Frente Nacional", sucedió un punto de no retorno luego de la dictadura de 1953-1957. Debido a una convulsión política que se produjo entre los partidos Liberal y Conservador, se encaminó en sus términos[5]  a poner fin a La Violencia y establecer la unidad nacional. Se llevó a cabo el denominado Pacto de Sitges, el cual estableció un sistema de rotación presidencial, en el que las dos partes acordaron alternarse en el poder durante 16 años, asegurando una transición pacífica. Alberto Lleras Camargo, líder de la facción liberal, y Laureano Gómez,  líder de la facción conservadora, fueron figuras clave en las negociaciones.

Similar a otros casos de transiciones a la democracia como en el caso de Venezuela, Chile y Colombia, esto significó un pacto entre la élite, y una  democracia concertada, derivada de negociaciones entre los líderes de las religiones mayoritarias en defensa de los partidos liberales y conservadores. Fue diseñado y aceptado por estos partidos como una salida a la situación dual que amenazaba su estatus dominante: La violencia partidista asoló el país desde la década de 1940, así como los esfuerzos del dictador Gustavo Rojas Pinilla por mantener el poder buscando la reelección.[20]

Esto condujo a políticas represivas que, a su vez, crearon una “criminalización desproporcionada de la desobediencia civil” durante un período en el que la dominación estatal generó como consecuencias las restricciones de libertades personales y civiles.[21] Aunado a ello, las nuevas influencias ideológicas derivadas del marxismo tanto en universidades como en los círculos de la intelectualidad, conllevo a un nuevo interés por la formación de nuevas guerrillas como medida por la marginalización de las fuerzas políticas contrarias a los partidos tradicionales y otras insatisfacciones sociales buscadas mediante cambios radicales en la sociedad colombiana. Esto influyó en la formación de guerrillas ampliamente conocidas en el panorama colombiano como fueron el M-19, la FARC-EP y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Cronología del accionar del  ELN

El surgimiento del ELN se da en el contexto de la revolución cubana y la Guerra Fría, en la misma diversos pensadores colombianos llegaron al país insular entre 1960 y 1962, de ahí se  destacan figuras como Victor Medina Moron,  Ricardo Lara Parada, Heriberto Espitia, Fabio Vásquez, auspiciados por el régimen cubano y las figuras del Ernesto “Che” Guevara y Fidel Castro, quienes tenían como intención romper el aislamiento de la isla y que estudiantes latinoamericanos conocieran de primera mano el proceso revolucionario.[22]

Una vez regresaron a Colombia, iniciaron sus operaciones en 1963 en el departamento del Santander, en su capital Bucaramanga y la ciudad de Barrancabermeja, de gran importancia por su industria petrolera. Estas zonas eran estratégicas debido a sus particularidades geográficas al ser una zona montañosa, por la valía del río Magdalena, además contaban con una densidad poblacional nueva de campesinos de recursos escasos. En el tema académico, la Universidad Industrial de Santander sirvió como recinto para un posterior desarrollo intelectual más amplio del movimiento.[23]

En enero de 1965, se conforma el Manifiesto de Simacota en el cual se exponen las ideas principales del grupo, el rol la lucha del pueblo mediante el uso de la violencia para la conquista del poder del estado, diferenciándose entonces de otras guerrillas de carácter liberal o autodefensas campesinas. La figura de Camilo Torres, mencionada previamente fue crucial, un sacerdote y sociólogo, fundador de la facultad de sociología de la Universidad Nacional de Colombia, impulsó dentro de la agrupación la teología de liberación, buscando aglutinar el marxismo junto con el cristianismo para desarrollar de manera práctica ciertos dogmas cristianos junto con las comunidades de base.[24]

Uno de los momentos clave en la historia del ELN fue la muerte de Camilo Torres Restrepo en la derrota de Patio Cemento el 15 de febrero de 1966. Su presencia en el movimiento enriqueció su discurso político, pero su pérdida fue un duro golpe. La operación militar comandada por el Alvaro Valencia Tovar, amigo de la infancia de Torres Restrepo, el cual tenía una amplia formación proveniente de haber formado parte de distintos conflictos bélicos, tales como la guerra de Corea como parte del “Batallón Colombia”, y siendo parte de las Fuerzas de Emergencia de las Naciones Unidas en la Crisis de Suez en 1956.[25] Por lo que podía representar el padre Camilo, decidió [6] esconder el cadáver del mismo para evitar que se generara algún tipo de peregrinación. De 1966 a 1973, el ELN creció lentamente y enfrentó en mayoría desafíos internos, disputas de poder y reagrupaciones en la organización.

La organización se consolidó hasta cierto punto y surgieron tensiones entre la política y la estrategia militar, así como entre las zonas urbanas y rurales. Además, se hizo mención de la lucha por el liderazgo entre Fabio Vásquez Castaño y Víctor Medina Morón, que influyó en la consolidación del movimiento.[26] A pesar de los desafíos, el ELN logró crecer y operar en tres frentes en las provincias de Antioquia, Bolívar y Santander. Parte de su crecimiento se debe a secuestros y extorsiones por parte de compañías petroleras, así como a operaciones de sabotaje contra fuerzas de seguridad y comunidades locales.

El ELN sufrió duros golpes en 1972, con la emboscada de Canelos y la Operación Anorí, también a cargo del militar Alvaro Valencia Tovar. Bajo el gobierno de Misael Pastrana, se movilizó una enorme fuerza militar para destruir a la guerrilla, dejando más de cien combatientes muertos y su capacidad de combate drásticamente reducida. Con Fabio Vásquez Castaño obligado a abandonar el país por problemas de salud, el liderazgo del ELN pasó a Manuel "Cura" Pérez, figura clave de la teología de la liberación.[27] La organización incluye tres frentes bajo su liderazgo, esto significó la reagrupación en otros espacios del país, además del uso de la zona fronteriza con Venezuela, la cual permitía evadir al gobierno colombiano y también enriquecerse del contrabando de gasolina y otros artículos.

A medida que avanzaba la década de 1980, el ELN buscó converger con otras fuerzas guerrilleras minoritarias como el PRT y  MIR-Patria Libre. En junio de 1987, estas fusiones dieron origen a la Unión Camilista Ejército de Liberación Nacional (UC-ELN). La Coordinación Guerrillera Simón Bolívar (CGSB) se creó en septiembre de 1987 con el objetivo de encontrar convergencia a nivel nacional.

Durante la década de los 1980 y 1990, se dio la entrada de diversas compañías petroleras internacionales a la zona de los Llanos Orientales colombianos, esto resultó en oportunidades lucrativas para los ingresos ilegales, especialmente a través de actividades de extorsión. Para la organización ha desempeñado un papel especialmente importante en este sentido la empresa alemana Mannesmann, cuyas actividades regionales incluyen la construcción y operación del oleoducto Caño-Limón-Coveñas. Tras el secuestro de los ejecutivos de la empresa, se habría firmado un acuerdo con el ELN en el que pagaba al grupo un pago periódico para que no atacara oleoductos ni secuestró a ejecutivos.[28]

Con la llegada de César Gaviria a la presidencia en 1990, se inició un proceso de cambio político en Colombia y se convocó una Asamblea Constituyente nacional. Si bien algunas facciones guerrilleras, como el M-19, el EPL y el PRT, optaron por la desmovilización y buscar una solución política al conflicto, las negociaciones con las FARC y el ELN no resultaron en un acuerdo de paz en ese momento.[29]

A pesar de muchos intentos de diálogo, especialmente en Cravo Norte, Caracas y Tlaxcala, la posibilidad de paz con el ELN continuaba siendo esquiva.[30] El ELN había consolidado su posición armada con miles de combatientes y enfrentaba una creciente violencia por parte del paramilitarismo, representado por las Fuerzas de Defensa Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU) y las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Esto creaba una situación insostenible, la cual frustraba aún más las negociaciones.

Después[7]  de la desmovilización de la FARC-EP posterior al proceso de paz durante el gobierno de Juan Manuel Santos en 2016, la presencia en zonas de la guerrilla antes mencionada se intensificó enfrentando a grupos paramilitares como el Clan del Golfo para dominar la minería ilegal, las rentas por secuestro, narcotráfico y extorsión. Actualmente está presente en zonas rurales de regiones como el Bajo Cauca y el Norte de Antioquia; también en los departamentos de Chocó, Nariño, Arauca, Norte de Santander, Casanare, Vichada, Cauca, Bolívar, Risaralda, Cesar y La Guajira.

En años recientes y a propósito de evidenciar su poderío, el ELN ha ejecutado atentados en tres grandes ciudades. El 27 de enero de 2018 atentó contra la estación de Policía de San José, en Barranquilla —6 policías muertos y 42 heridos—. El 17 de enero de 2019, como se referenció antes, hizo explotar un carro bomba al interior de la Escuela de Cadetes, en Bogotá —99 víctimas, entre esas 22 cadetes muertos—. Y en 7 de febrero del mismo año, tras la voladura de una torre de energía en Medellín, en el barrio La Cruz, se encontró una bandera de la guerrilla.[31]

Proceso de paz y cese al fuego

En los años 1980 y 1990, se llevaron a cabo los primeros intentos de procesos de paz entre el Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional. Estos esfuerzos de paz se caracterizaron por conversaciones exploratorias y acercamientos que buscaban poner fin al conflicto armado entre el Estado colombiano y el ELN. Durante esta época, se creó la Comisión de Paz en 1984 para explorar la posibilidad de conversaciones de paz con el ELN y otros grupos armados. Se lograron acuerdos temporales de tregua y cese al fuego en algunas regiones de Colombia, lo que permitió un respiro en la violencia y brindó oportunidades para el diálogo y las negociaciones. Sin embargo, estos esfuerzos de paz enfrentaron dificultades significativas. Hubo falta de confianza mutua, continuidad de las hostilidades en algunas áreas, diferencias ideológicas y políticas, y la complejidad de abordar las causas profundas del conflicto. A medida que avanzaban los años 90, las conversaciones de paz con el ELN enfrentaron dificultades adicionales, lo que llevó al cierre de algunos de estos esfuerzos de diálogo.

Desde 1998 hasta 2002 se dieron los Diálogos del Caguán, estos fueron un proceso de negociación de paz en Colombia que tuvo lugar entre el Gobierno y las FARC. Estas conversaciones se desarrollaron en San Vicente del Caguán, una zona que se conoció como la "Zona de Distensión", y que pretendía ser un espacio neutral, brindando garantías a los guerrilleros, junto con un importante reconocimiento de mando sobre ciertos sectores del país.  El entonces presidente Andrés Pastrana buscó esta iniciativa de paz en respuesta a la presión internacional y el deseo de poner fin a la violencia.

En este contexto, el ELN buscó unas aproximaciones en mesas exploratorias sobre una posible paz. La agenda de negociación abordó temas clave como la reforma agraria, la participación política de las guerrillas, el narcotráfico y el fin del conflicto armado.Finalmente, el proceso colapsó en febrero de 2002 cuando el Gobierno colombiano rompió las negociaciones y retiró el reconocimiento de la Zona de Distensión. El conflicto armado en Colombia se reavivó con mayor intensidad tras el colapso de los Diálogos del Caguán, y continuó durante varios años antes de que se retomaran los esfuerzos de paz en el país. A pesar de su fracaso, estos diálogos sentaron un precedente importante en la búsqueda de la paz en Colombia y demostraron los desafíos inherentes a la resolución de un conflicto de larga data.

En junio de 2014, se anunció formalmente el inicio de un proceso de paz entre el Gobierno y el ELN, siguiendo el ejemplo de las conversaciones que ya se estaban llevando a cabo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). En 2015, se realizaron conversaciones exploratorias y se estableció el marco y la agenda para el proceso de paz en La Habana. A lo largo de los años, las conversaciones de paz con el ELN experimentaron avances y retrocesos. Se lograron acuerdos parciales en temas como la participación de la sociedad civil en el proceso de paz. En marzo de 2016, se anunció un acuerdo de desescalamiento que condujo a un cese al fuego bilateral temporal, diseñado para reducir la violencia y crear un ambiente propicio para las negociaciones de paz. Este cese al fuego comenzó en octubre de 2016 y duró 102 días.

El 30 de marzo de 2016, se firmó un Acuerdo Marco para la negociación, estableciendo las bases para las conversaciones de paz formales, la agenda conformada para ese momento constaba de 6 temas; participación de la sociedad en la construcción de paz; democracia para la paz; transformaciones para la paz; víctimas; fin del conflicto e implementación. 

A finales de 2018, el proceso de paz con el ELN pasó a ser responsabilidad del presidente Iván Duque, quien asumió la presidencia en agosto de 2018. En febrero de 2019, después de un ataque con coche bomba en Bogotá atribuido al ELN, el presidente Duque suspendió oficialmente las conversaciones de paz y exigió la entrega de líderes del ELN buscados por la justicia, marcando un punto de quiebre en las conversaciones.

En la actualidad, el presidente electo Gustavo Petro reanudó los diálogos de paz con el grupo guerrillero, dando importantes pasos como la reanudación de Venezuela como país garante y un cese al fuego desde el 9 de junio de 2023. Cabe destacar que el presidente es reconocido por haber sido miembro activo de la guerrilla M-19, por participar en el proceso de desmovilización de esta organización, y por su participación en la elaboración de la constitución de 1991 (resultado del proceso mencionado).

El ELN, a diferencia de otras guerrillas las cuales han negociado con el gobierno colombiano, no es una organización del todo jerárquica. Al ser federada, sus decisiones son producto del consenso de consultas a lo interior de la organización, a través de Congresos Nacionales.

El 27 de abril se dio a cabo el acuerdo de México, el cual presentaba una visión común para la paz, la cual pretende la superación del conflicto armado mediante transformaciones tanto políticas, sociales, culturales y ambientales. La agenda está conformada por 6 puntos, los cuales incluyen: la participación de la sociedad en la construcción de la paz, democracia para la paz, transformaciones para la paz, víctimas, fin del conflicto armado y Plan General de Ejecución[8]  de los acuerdos entre el Gobierno nacional y el Ejército de Liberación Nacional – ELN. Finalmente las organizaciones acompañantes serán el Representante Especial del Secretario General de la ONU en Colombia y de la Conferencia Episcopal de Colombia, y los países garantes serán Alemania, España, Suecia y Suiza. Así como los antes mencionados Mexico, Venezuela, así como Cuba, Noruega y Chile.[32]

En el cuarto ciclo de negociaciones entre el gobierno y el ELN, , iniciado este agosto, se ha puesto como prioridad la evaluación del cese al fuego entre las dos partes y de la instalación del Comité Nacional de Participación. Creado para recoger las propuestas de la sociedad civil durante la negociación, según lo acordado en el primer punto de la agenda de paz, es la forma institucional con la cual se pretende la participación popular en las negociaciones de paz. En este panorama, se tienen grandes expectativas sobre el desarrollo de estas conversaciones y su posible desenlace en una desmovilización.

Conclusión

El surgimiento y desarrollo del Ejército de Liberación Nacional en Colombia tuvo lugar en un contexto político y social marcado por décadas de violencia, polarización política y descontento social. La historia del ELN está ligada a las luchas políticas y la violencia bipartidista que caracterizaron al pueblo colombiano en el siglo XX. El movimiento guerrillero fue impulsado por factores como la radicalización política y el aislamiento regional, la lucha de clases, el racismo, y la influencia de la ideología marxista y la teología de la liberación.

A lo largo de su historia, el ELN ha experimentado períodos de crecimiento, desafíos internos, cambios de liderazgo y enfrentamientos con gobiernos y grupos paramilitares. A pesar de muchos esfuerzos en procesos de diálogo y paz, la organización continúa operando y manteniendo presencia armada en varias regiones de Colombia. El proceso de paz con el ELN ha sido un camino tortuoso y ha encontrado importantes obstáculos, pero también ha producido avances notables en la resolución del conflicto. La reciente reanudación de las negociaciones de paz y un alto el fuego bajo el liderazgo del Presidente Gustavo Petro brindan una nueva oportunidad para encontrar una solución pacífica al conflicto armado. La participación de la sociedad civil en el proceso de paz es un ingrediente esencial para construir una paz duradera.

El Acuerdo de México y el programa de paz establecen un marco para abordar las causas fundamentales del conflicto, y los Estados garantes y las organizaciones que los apoyan juegan un papel importante en el proceso de paz. A medida que avanzan las negociaciones, hay grandes expectativas de que el ELN eventualmente se desmovilice y logre una paz duradera en Colombia.

 

Anexo 1. Entrevista a Olimpo Cardenas

Comunicador popular, director de prensa alternativa y miembro de La Mesa Social para la Paz y Comité Nacional de Participación

¿Cuál ha sido su rol en el proceso de paz con el ELN[9] ?

Yo llevo muchos años en la actividad social y popular, yo soy un dirigente político, soy militante de una organización social desde hace 32 años, tal vez, estaba muy joven y me incliné en este mundo por mi formación, dentro de una familia muy humilde tuve una formación alrededor de la solidaridad y de la convivencia de barrio con vecinos y, sobre todo, con la formación del hogar muy dado hacia el servicio y la solidaridad con todo el mundo.

Entonces eso tiene mucho que ver y luego un profundo rechazo por la forma como viví y como viven muchos colombianos y colombianas, la extrema pobreza y creo que todo eso me formó en una idea de que había que cambiar eso.

Cuando tuve mi primer empleo, como obrero, me incliné por ayudar a la gente sin saber que existían sindicatos, sin saber que eso era una labor. Podía ser un líder y me sentía bien haciéndolo, cambié de trabajo, en donde llegué a trabajar había un sindicato muy fuerte, muy poderoso, que fue en el sector bancario.

Y bueno, eso para mí fue haberme encontrado con eso, me di cuenta de que eso era lo que yo quería hacer y pues también inmediatamente los dirigentes sindicales, se dieron cuenta de que yo estaba muy interesado y por supuesto rápidamente me se acercaron a mí a ganarme para esta lucha para ese mundo sindical y desde ahí en adelante pues recibí toda clase de formación social, política, económica.

Debo decir que en esa época que yo entré el sindicalismo era todavía mucho más militante, más fuerte y las fuerzas políticas eran muy organizadas, de manera que cuando uno entraba a trabajar en una fuerza política, de verdad había una exigencia a nivel de la formación, de la lectura y de trabajo popular.

Uno no solo trabajaba la parte sindical, sino que adicionalmente tenía trabajo social y popular en las comunidades, en el barrio, etcétera. Todo eso fue muy importante para darme cuenta que será definitivamente lo que yo quería hacer en la vida y luego estudié derecho y luego me hice comunicador popular, porque también me empecé a preocupar mucho por qué pasaba, a preguntarme por qué sucedía, pues, que en el mundo, a pesar de todas las injusticias y las desigualdades y que tenían que luchar para cambiarla.

Entonces, el tema ideológico me jaló un poco esas preguntas y la filosofía. Todo me hizo preguntarme mucho eso, pues también encaminé un esfuerzo ya personal para construir una propuesta de comunicación popular que es periférica. Actualmente yo soy director de una prensa alternativa que pueden encontrar en las redes, pero también es una prensa escrita que sale cada tres meses y cuyo trabajo periodístico es dedicado fundamentalmente a recoger la situación de la periferia social.

Y, bueno, ya con todo esto, pues ya mayorcito, como dicen ustedes los jóvenes, pues ya me inclinó, digamos, con las cosas más serias, las más comprometidas a pensar en que se puedan hacer muchas cosas para cambiar el país, ya no solo la vida de los trabajadores y las trabajadoras, ya no solo el tema es la comunicación popular para ayudar a que la gente piense de otra manera, sino también a mirar cómo se participaba en espacios donde el movimiento social pudiera poner a jugar sus propuestas porque el movimiento social y popular en Colombia es muy politizado, tiene mucha capacidad, pero ha sufrido mucho el genocida.

Colombia es el primero y a veces el segundo país del mundo con mayor asesinato de dirigentes sindicales y más de 3.500 dirigentes sindicales han sido asesinados en Colombia y bueno, y según el informe de la Comisión de la verdad, cerca de un millón de colombianos y colombianas han perecido en los últimos 70 años a manos principalmente del terrorismo de Estado, del paramilitarismo, de los mismos agentes del Estado y, bueno, ha sido un genocidio oculto y está oculto justamente detrás de algo que en Colombia todos repetimos y aceptamos sin hacer valoraciones profundas y decir que todo eso es responsabilidad del conflicto interno, armado interno y eso es todo y es nada.  Entonces es un costal muy grande en donde caben el genocidio, el sicariato, el terrorismo de Estado, los crímenes, los falsos positivos, por ejemplo, porque los falsos positivos no son resultado del conflicto armado.

Ustedes no se habían puesto a pensar en eso, pero los falsos positivos tienen que ver con el conflicto armado. O sea, no tiene nada que ver con el conflicto armado, sencillamente que el Estado quería mostrar resultados de que estaba ganando la lucha contra la insurgencia y empezó a matar a cualquiera que se le atravesara por el camino. Jóvenes como ustedes, muchachos de los barrios, los pelados que fumaban marihuana en las esquinas.

Cualquier chico o chica se lo llevaban con un engaño y lo mataban, y decían que había sido en el conflicto, entonces no está bien que aceptemos que eso es de conflicto armado, porque eso no fue el conflicto armado. Ellos, en realidad, no eran insurgentes y no perdieron la vida enfrentados a bala o plomo con las fuerzas militares, si se dan cuenta, o los dirigentes sindicales, sicarios, o gente como Garzón, el humorista y eso. También se le atribuye al conflicto armado y qué tiene que ver si él era un periodista y humorista que tenía otra forma de mostrar la realidad de la vida, ¿no? Y entonces, pues lo matan y lo matan dentro de su carro y sicariado y luego sabemos que fue el ejército y unos sicarios.

Entonces, no tiene por qué quedar dentro del conflicto armado. Entonces hay cientos de miles de colombianos colombianos que están como víctimas del conflicto armado, pero en realidad no fueron víctimas del conflicto armado. Es decir, de lo que claramente es un conflicto armado en donde los actores armados se enfrentan a plomo, pues realmente es una cantidad muy ínfima comparativamente con lo que ha sido el genocidio que ha provocado el mismo estado.

Entonces, eso lo hago como un triángulo, porque todo eso es lo que a mí me ha marcado, y ya desde mi militancia social y popular, empecé a trabajar fuerte el tema de derechos humanos, yo soy defensor de derechos humanos también y empecé ya a participar en la promoción de la paz, desde lo que llaman la sociedad civil, que también es discutible el concepto, pero vamos a aceptarlo por ahora, que desde la sociedad civil entramos a decir nosotros también tenemos que ver en esto.

Y justamente a poner otro debate frente a que el problema de la paz no era solo un problema de resolver el conflicto contrainsurgente, sino que era un asunto de injusticia social, económica, política, ambiental, cultural y también armada, pero que es un componente mucho más grande, que no es solamente resolver el asunto de las armas.

Porque ya está más que demostrado, que no es eso, ahí negociaron con la FARC, la guerrilla más grande de América y lejos estamos de alcanzar la paz. Al contrario, se empezó un nuevo genocidio contra los firmantes de paz que ya van en 380 asesinatos y que la mayoría ellos se sabe también quién los provoca, y más de 1500 asesinatos de líderes y lideresas sociales, desde que se firmó la paz.

Entonces, es un asunto que hay que revisar con más detenimiento. Cerrando esta primera pregunta, desde hace más o menos unos diez años, en medio de los últimos procesos de paz, pues, entre ayudar a formar un movimiento que llamó La Mesa Social para la Paz, para participar en los procesos de diálogos y negociaciones con la FARC y con el ELN, porque esos dos procesos se dieron en el gobierno de Santos al mismo tiempo. No al mismo tiempo, pero no en una sola mesa.

Entonces, a partir de ahí, ya estoy más metido de cabeza, entiendo más el asunto, he conocido los actores de la guerra, he conocido a los gobernantes, me he sentado con muchos de ellos, también con los insurgentes, a entenderlo y más, a comprender de qué se trata el tema. Y bueno, por eso estoy allí. Entonces hoy soy director del periódico Periferia, militante, el Congreso de los Pueblos, que es mi organización social y política. Soy asesor de la Unión Sindical Obrera, que es el sindicato más importante y más antiguo del país, sindicato de Petróleos y ahora soy miembro del Comité Nacional de Participación en la mesa de diálogos entre el Gobierno y el Ejército de Liberación Nacional.

Contexto Historico

  • ¿En qué coyuntura histórica surgen el ELN como agrupación?

El Ejército de Liberación Nacional es una guerrilla que, como todas las guerrillas en Colombia, surgen de una razón política y social. Colombia tuvo una práctica, la oligarquía colombiana, la élite que ha manejado este país, ha tenido una práctica demasiado perversa y eso ha pegado en la concepción política e ideológica y es que cada que ha visto, ha observado, ha sentido que tiene un fuerte adversario desde el punto de vista intelectual, académico y teológico-político, y ve amenazado el poder, inmediatamente reacciona de manera violenta. Y para dar unos elementos más inmediatos a nivel histórico, pues para no irme tan lejos, el origen más cercano es el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán en 1948. Este asesinato se hace a una persona con esas características que acabo de decir. Un abogado penalista formado en Italia, entre otras cosas, alumno de Enrico Fermi. Fue un hombre muy inteligente, regresa al país muy jovencito, pero ya es un hombre que pesa mucho en la política en Colombia y es un hombre muy querido a nivel popular.

Incluso algunos dicen que es socialista y va a ser seguro ganador de la presidencia. Con su muerte, surge una verdadera revolución, una insurrección popular que empezó en Bogotá y que se le conoce como el Bogotazo, el 9 de abril de 1948 y hasta hoy se conoce que pues es asesinado por la élite conservadora de ultraderecha, y con apoyo de los Estados Unidos. Eso genera esa insurrección popular, pero luego esa insurrección popular conocida como el Bogotazo, se extiende a todo el país y dura diez años. Y eso se conoce como la época de la violencia. En Colombia todo el tiempo es la época de la violencia, pero a esa época en concreto se le conoce como la época de la violencia. Históricamente en los libros siempre, si ustedes buscan en Google también, época de la violencia la que les va a aparecer es esa época y el origen es el asesinato de Gaitán.

Ese asesinato de Jorge Elías Gaitán produce las primeras guerrillas que no fueron marxistas-leninistas, sino que fueron guerrillas liberales, porque la violencia consistió en que los liberales se insurreccionaron por el asesinato de su máximo líder y los conservadores que estaban en el poder se dedicaron a matar liberales con el apoyo del Estado y del Gobierno que era conservador. Y esto fue algo que produjo 300.000 muertos en esos diez años. Y esos 300.000 muertos fueron gente muy humilde y, especialmente, gente campesina porque realmente la violencia se extendió fue a lo rural, porque Colombia en ese momento era un país 70% rural.

O sea, realmente la gente vive en el campo, las ciudades aún eran muy precarias y muy pequeñas. Entonces, ese es el antecedente primario del origen del ELN y de la FARC-EP. Allí nacen en ese período de la violencia, los pájaros, algo así como los paramilitares de esa época, que eran salvajes, despedazaban a unas personas, violaban a mujeres, cortaban a los niños en los pedazos, bueno, eran unas cosas bárbaras y eso lo hacían contra los liberales, entonces los liberales forman unas primeras organizaciones muy precariamente armadas que se conocían como autodefensas campesinas.

Eso eran verdaderas autodefensas campesinas, porque eran campesinos netos que estaban en su finca cultivando y pues llegaban a matarlos. Entonces su primera reacción fue ya no correr, ya no irse, ya no desplazarse, sino organizarse y con sus escopetas de cacería, con sus machetes, con sus armas muy domésticas, pues tratar de enfrentar a los que llegan a matarlos, entonces ahí hubo las autodefensas campesinas, las verdaderas, no las autodefensas de hoy en día, que son paramilitares, que trabajan directamente con el Estado. Y luego, si ya cuando la guerra avanza más, entonces nacen las guerrillas liberales.

Y son guerrillas liberales porque el Partido Liberal Colombiano las financia, las apoya. Porque la guerra entre liberales y conservadores, que son los dos partidos que han dominado los 216 años de este país, se han repartido entre ellos dos el poder. Entonces, nacen en jaque de realidad liberales, pero en el año 53 o 54, un militar que es el único militar que ha sido presidente en este país, y que fue un ensayo para tratar de disuadir la violencia,  Gustavo Rojas Pinilla. Y este señor llamó a esa guerrilla liberal a negociar la paz, y la guerrilla le creyó, hicieron un acuerdo de paz, se llamaron las guerrillas liberales del llano, cuyo líder máximo era Guadalupe Salcedo.

Estas guerrillas firmaron la paz y ahí viene lo que siempre va a pasar. No les cumplieron el acuerdo y los mataron, mataron a sus máximos líderes. Ese es el precedente y el antecedente más inmediato, porque uno de esos campesinos que estuvo en esas guerras, en las autodefensas, y luego en las guerrillas liberales, que era el famoso y conocido Manuel Marulanda Vélez alias “Tirofijo”, pues ese personaje, que es un jovencito de 18 años en esa época, es quien, años después, va a ser el fundador de la FARC.

Y son también unos jovencitos de las guerrillas liberales y unos estudiantes que se van para Cuba, con el sueño del Che y el sueño de Fidel, se van a Cuba a preparar, a organizar una guerrilla para luego regresar a la zona de San Vicente de Chucurí en Santander, donde encontraron antiguos guerrilleros liberales y se afincó entonces con un grupo de jóvenes urbanos de la Universidad Industrial de Santander, y de otros lugares del país. Entre jóvenes, estudiantes, urbanos y campesinos de la zona de San Vicente crean el Ejército de Liberación Nacional. Ahora, y con una participación muy activa de unos curas españoles y otros colombianos que practicaban la teología de la liberación, y uno muy conocido en Colombia, que fue Camilo Torres Restrepo, intelectual y académico, pero revolucionario que terminó en la fila del ELN, que era fundador de la Teología de la Liberación. Entonces ahí nace el ELN.

Entonces, los antecedentes son la violencia, el asesinato de Gaitán, la violencia que se creó durante diez años, y finalmente, después de que termina esa violencia con un acuerdo entre liberales y conservadores en 195y, esos liberales y conservadores, las élites, después de haber generado un genocidio de 300.000 personas, 300.000 colombianos y colombianas, entonces, pues les quedó muy fácil hacer un acuerdo político, es decir, no nos matemos más.

Hacen un acuerdo en España en Benidorm al que llamaron el Frente Nacional. Entonces, en el año 56 hacen ese acuerdo y dicen cuatro años ustedes y cuatro años nosotros. Y entonces, es en ese marco que el ya existente Partido Comunista, los Partidos Socialistas ya de izquierda, ahora sí, marxistas-leninistas, y los procesos sociales y populares empiezan a movilizarse muy fuerte en contra de esa práctica, una práctica totalmente excluyente, en donde nadie podía aspirar al poder político, porque ya eso estaba repartido entre liberales y conservadores.

Cuatro años usted, cuatro años. Entonces, del 58 al 62, le tocó a un conservador, perdón, a un liberal, del 62 al 66, a un conservador, Guillermo León Valencia, abuelo de una señora que hoy es una terrible, senadora de ultraderecha, que se llama Paloma Valencia, que son de la zona del Cauca. Ese señor, al ver que estaban proliferando los procesos rurales organizados por comunistas y cooperativas de este tipo, y que, por otro lado, se movía las cosas en otros lugares del país, en las zonas rurales, entonces mandó a bombardear esas zonas, diciendo que no iba a permitir repúblicas independientes en Colombia.

Y de ese bombardeo surgen las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC, en mayo de 1964. Y al mismo tiempo, empezaban los movimientos de esos jóvenes estudiantes, urbanos, campesinos y algunos curas insurgentes en la zona de San Vicente, y en julio, el 4 de julio, hacían su primera marcha y fundaron el Ejército de Liberación Nacional, es decir, la FARC y el ELN nacieron en 1964 con tres meses de diferencia.

El 1 en mayo, FARC, y el otro en julio, el ELN. Ese es el origen del ELN. Desde entonces, con una visión más latinoamericana, más cubana, más pro-cubana, mientras que la FARC ya eran de una visión más de la Unión Soviética, más comunista y más con una visión marxista-leninista, mientras que el ELN un poco más guevarista y más de la teología de la liberación.

Listo. Y siguiendo un poquito con esta pregunta, el ELN en su conformación histórica, de a dónde le llega toda esta teoría de la liberación. O sea, nos encontramos en un contexto en el que aparecen un montón de grupos guerrilleros que se van formando, con el sueño cubano, con toda esta influencia que en toda Latinoamérica se hacía sentido. ¿Por qué específicamente, de dónde vienen estos elementos constitutivos de estructura de la teología de la liberación que serán como su marca, su marca más distintiva. La teología de la liberación es una concepción muy latina, muy latinoamericana.

Realmente es Camilo Torres Restrepo, uno de los intelectuales que desarrolla esas ideas y esas ideas se extienden por Perú, se extienden por Brasil, muy de la mano con la educación popular, digamos que toma mucha fuerza en la iglesia de los pobres, entre los franciscanos, y los jesuitas, y empieza a tomar fuerza, incluso en Europa.

Camilo Torres Restrepo, que es un joven colombiano muy capaz intelectualmente, hijo de una familia adinerada, pero con concepciones avanzadas liberales, él se enrola en el seminario y allí empieza a desarrollar una capacidad política muy grande y un amor por los pobres. Él se va a estudiar a Lovaina en Europa. Él es profesor, a los 28 años ya es profesor de allá, es un hombre que habla perfectamente el francés, que habla el inglés y que está aquí, y cuando regresa a Colombia, viene absolutamente inspirado por las ideas socialistas, pero también sorprendentemente él desarrolla unas ideas propias y más o menos empieza a generar un sincretismo que es muy especial. Hasta ahí nadie había hablado, un radicalismo marxista donde, por supuesto, materialista cuestionador del idealismo y lo que hace Camilo Torres Restrepo, es decir, no.

Nosotros los cristianos también tenemos el deber de hacer la revolución. El dijo muchas frases, ustedes pueden encontrar, si lo buscan, muchas frases de Camilo Torres y van a encontrar una que es bárbara que empieza en los debates de la política con él, él con los marxistas, los marxistas con él y entonces le dice, pues no nos pongamos a distraernos en discusiones bizantinas de si el alma es mortal o inmortal, concentrémonos en entender que el hambre es mortal. Entonces, preocupémonos por lo que nos une, fue otra frase de él. Preocupémonos por lo que nos une y no por lo que nos separa. Busquemos la articulación, busquemos la unidad popular. Entonces, él empieza a afincar ideas muy profundas, revolucionarias y empieza a llamar, No importa que usted sea marxista y yo sea cristiano, pero si los dos estamos de acuerdo con cierta revolución, juntémonos. Entonces él es un hombre que empieza a compartir sus ideas con todo el mundo, con los comunistas, con los trotskistas, pero también con los liberales y con los conservadores. Y como era un hombre que tenía ascendencia en la clase alta, tenía espacios de distribución con estos liberales y con estos conservadores de esa época.

Y, claro, él empiezan a perseguir, él empieza a generar un movimiento que se llama Goldconta y empieza a generar toda una escuela latinoamericana y en el mundo se extiende la idea y la propuesta de la teología, la liberación, y entonces empiezan a llegar curas a Colombia y esos curas dicen que quieren entrar a la guerrilla, a luchar por los pobres. Entonces, claro, antes de eso, Orlando Fals Borda y otros intelectuales de la época se empiezan a acercar a Camilo, y fundan la Facultad de Sociología en la Universidad Nacional de Bogotá. Es decir, era gente de mucho peso intelectual y de mucho respeto. Entonces, ya no tenían peso acá no solo en Colombia, sino en toda América, incluso en Europa. Entonces, y en Centroamérica también las ideas de la teología de la liberación se extendieron, y ya también hubo curas revolucionarios en la guerra de Centroamérica. Entonces, ese es el origen y también, pues hay toda una escuela alrededor de la teología de liberación, que fueron alimentados obviamente, por muchos otros curas de otros países.

Actualidad

  • ¿Cuál ha sido el modo de operar del ELN?
  • ¿Cómo ha estado conformada la estructura interna del ELN en los últimos años?

El ELN es una guerrilla clásica. Su forma de operar es en pequeños grupos, no es un ejército, ni pretende ser un ejército. El ELN ha sido desde siempre y mantiene su forma de operar como una guerrilla. Eso quiere decir, en grupos pequeños y ellos lo llaman Frente de Guerra, ellos estaban ubicados históricamente, casi siempre en los mismos lugares donde se afianzaron desde su nacimiento, que es la zona nororiental de Colombia, en el Catatumbo, en la zona de Santander, los dos Santanderes del norte y del sur, y en Arauca que es la zona en donde tiene mayor fuerza. Y esto, porque en esa zona llegaron por allá de los años 70 era por primera vez que llegaban campesinos y campesinas de todo el país, personas también de algunas ciudades y se organizaron, digamos que lo que ocurre ahí es un proceso muy diferente, muy interesante, y es que ahí no llega la guerrilla, sino que llega la gente de la comunidad y se organiza,

Entonces la comunidad en la que más o menos pare, le da nacimiento a la insurgencia y allá pues estuvieron los curas y todo este cuerpo. Hay todo un desarrollo muy interesante, y por eso es una zona que tiene ese árbol político, económico, donde tiene fuerza y mucha raíz la que está en el Chocó, en la zona del Pacífico, está en el suroccidente de Colombia, en varios lugares, en todo lo que es el Cauca, el valle, en Ariño, estuvo mucho tiempo en la zona de Antioquia y en el eje cafetero y en el Tolima, bueno, estamos más o menos en ocho o nueve zonas muy conocidas de este país y su forma de trabajar, pues como también vienen de mucha escuela, de la teología de la liberación, pues es una forma de trabajar muy de cerca con las comunidades y en un relacionamiento. En principio, es un relacionamiento, digamos, no sé cómo nombrarlo, cómo muy cuidadoso, el tratamiento en la zona donde desarrolla su proceso insurgente es más o menos difícil, está directamente con la comunidad.

También desde sus orígenes y por tener mucho militante universitario y algunos ya habían terminado su carrera. Entonces, también, mucho intelectual y académico, digamos, las ideas del ELN también encontraron, entonces, un nido en la intelectualidad y la academia, a y, por supuesto, en el sector religioso, de donde precisamente hay muchas escuelas en el catolicismo, especialmente, y entonces, obviamente, muchos seminaristas de eso, pues también defienden sus escuelas, ¿No? Pues lo que decía ahora, los jesuitas, los franciscanos, estudiantes, entre ellos también tienen sus debates y muchos de ellos también ven una opción en la militancia y en defender esas ideas alrededor de los pobres.

Entonces, eso quiere decir que aquí se ha dicho y puede ser que el ELN tiene un arraigo que no es el de la guerrilla militar exclusivamente, sino de una insurgencia que tiene cabida en muchos escenarios de la vida social y política del país. El ELN se desarrolló en zonas, su sonido principal es la zona del Magdalena Medio santandereano. Entonces, muy rápido las ideas de las luchas obreras, y esto es clave porque acá en Colombia la gente piensa al revés, porque la obligación y los medios de comunicación, le han hecho pensar al revés, más o menos creen que es que la guerrilla adoctrinó a los obreros del sector petrolero y a los campesinos de la zona del Magdalena Medio y a los estudiantes del Magdalena Medio y a los profesores del Magdalena Medio, de Santander, y no es al revés, es que todas las ideas obreras que, por supuesto, nacieron, Tres o cuatro, cinco años antes de que naciera el ELN, pues ya que fueron los que desarrollaron toda una idea y unas propuestas y una defensa y una lucha alrededor del petróleo, porque fue en esa zona en donde se encontró el primer espectáculo en Colombia.

Es el discurso, la formación y la lucha obrera, la que impregna de conocimiento sobre ese sector y que adopten como una bandera más la lucha por la soberanía energética y por qué no las transnacionales o las multinacionales extranjeras del petróleo, no se llevaran el petróleo de Colombia dejando solo muerte opresión y pobreza, sino que también debía haber un desarrollo autónomo propio alrededor de esa importante fuente de ingresos energéticos y económicos, por supuesto, en el país. Entonces, alrededor de eso se ha levantado toda una práctica del ejército de liberación nacional alrededor de la exigencia de la soberanía energética y algunos de sus desarrollos de acción insurgente, como una forma de generar un debate en el país, pues seguirá decir algo así como que se riegue el petróleo en Colombia y no se lo lleven para el extranjero. Esto como una forma de generar un debate político y económico alrededor del principal ingreso para el país. Entonces, claro, esto tiene amigos y enemigos y, por supuesto, seguir haciendo un debate, que a mi juicio es un debate desenfocado totalmente, porque los mayores depredadores de la naturaleza salen a señalar al ELN como uno de los principales responsables de los daños ecológicos y ambientales, y pues eso está muy lejos de la realidad.

No están ni lejos, porque obviamente los daños ambientales, los generan mayoritariamente. En las prácticas del capitalismo, en las prácticas consumistas del capitalismo y, por supuesto, dentro de su estado, el que el mundo entero sea petróleo dependiente, depende de los combustibles fósiles. Eso no es solo colombiano, es el mundo entero. Y Colombia, obviamente, estando dentro del capitalismo, pues también es una economía dependiente de los combustibles fósiles, el gas, el petróleo y también del carbono, entre otras cosas. Pero, por ejemplo, nunca se habla del daño terrible a la Guajira y al César a través de la explotación de carbono, que fue prácticamente un regalo permanente a las transnacionales que extraen el carbón colombiano, dejando un daño incalculable, que eso si no lo muestran. Así lo ha abierto más grande el mundo, en la cual se han sacado millones y millones de toneladas de carbono que generan un doble daño, el daño del hueco que deja la explotación, la cantidad de agua que se desperdicia y el daño que hace en el ambiente, en donde quiera que se quema este carbono. Y así podríamos pues hablar de algo que sí, ahora es muy fácil encontrar y medir el daño ambiental que ha hecho los combustibles fósiles en el mundo entero y que tienen al borde del colapso, el clima. Entonces es más o menos una parte de lo que es el debate con el ELN y otro debate, que es igual de doble moral, pues es el del narcotráfico.

En este momento preciso, en esta coyuntura precisa donde los narcotraficantes, los paramilitares y los militares, están hablando en la jurisdicción especial para la paz, la jurisdicción especial para la paz, que surge el acuerdo de paz entre la FARC y el Gobierno de Juan Manuel Santos, pues hoy están dando sus frutos en el sentido de que están acudiendo a esa jurisdicción, miles de militares que están confesando su relación con los paramilitares, su relación con el genocidio, su relación con los falsos positivos y, por supuesto, dentro de eso entran en su relación con el narcotráfico que es el que financia la guerra, no solamente la guerra paramilitar, sino la guerra del mismo Estado y, por supuesto, la guerra de las insurgencias también.

Ahí se habla a nivel de una economía de la guerra y no de un proceso narcotraficante. Narcotraficante son la mayoría de líderes, narcos paramilitares, y en este momento, por ejemplo, el clan del golfo, que es la mayor organización, narcoparamilitar del país y el pasado gobierno y este gobierno de Uribe se ha reconocido por su relación estrecha con los más conocidos, los más fuertes, narcotraficantes. Este país, incluido la certeza que tenemos en este país de saber que Álvaro Uribe ha sido un narcotraficante, desde hace muchas décadas, su padre fue un narcotraficante o, por lo menos, le lavaron mucho dinero al narcotráfico.

Y Uribe privilegió y facilitó y respaldó el crecimiento del narcotráfico de Pablo Escobar. Cuando fue alcalde de Medellín fue un facilitador de que se pudieran hacer todas las pistas clandestinas. ¿para qué? Para que las legales pudieran salir toneladas de coca y entrar también los insumos. Entonces, digo esto porque se plantea también que las insurgencias se financian del narcotráfico. Y pues aquí eso es una verdad, pero es una verdad que la gran mayor cantidad de exportación de droga (En lo que Colombia es una potencia mundial), pues se hace a través de los principales aeropuertos, lo ayudaba a hacer la policía, como ves, cómo están los videos en el gobierno de Duque. Los pilotos personales de Uribe y de Duque, cayeron con su avioneta llena de coca.

El embajador de Uruguay, Sanclemente, en el gobierno de Duque, a las afueras de Bogotá, tenía una finca contra el laboratorio de cocaína, la vicepresidenta de Duque y que fue ministra de Defensa de Juan Manuel Santos y que muy a la vista de todos, ella y su esposo tenían relación con Memo Fantasma, otro narco paramilitar muy reconocido. Es decir, ellos están untados y sin embargo, hacen poca postura.

Entonces, el problema de la cocaína es un problema mundial y es un problema de las élites colombianas, de manera que cualquiera que quiera mantener una guerra y quiera mantener un ejército y quiera mantener un grupo armado seguro debe cuidar las rentas del narcotráfico como una economía de la guerra. Un pedacito que le falta eso, es que el ELN dice que ellos viven de los peajes y de las rentas de la coca, pero que ellos no son ni sembradores de coca ni narcotraficantes, es decir, ellos no la procesan, ellos cobran peajes al paso de la coca en los territorios donde están. Eso lo han reconocido allí, y también en sus estatutos y en su régimen interno, sus leyes internas de suficiencia están prohibido la práctica del narcotráfico. Entonces, ellos siempre se han defendido de esas acusaciones.

  • ¿Existe la posibilidad de generar la paz con una agrupación tan descentralizada?

Bueno, digamos que los que estamos en esto, pues siempre añoramos un sueño nuestro, la paz. Lo que pasa es que uno ya es un hueso duro de roer, ya nosotros somos, estamos muy, ya muy viejos para creer en cuentos de hadas y en comerse los cuentos de los medios masivos de comunicación, porque ya sabemos de quién son, ya tenemos claro quién financia la guerra, ya tenemos claro que son mucho más muertos los que produce el mismo sistema que la confrontación armada.

Es más, unos datos que se pueden ver son las muertes violentas en Colombia, ascienden a más de 20.000 por arma de fuego, por violencia callejera, por riñas, por violencia intrafamiliar, por delincuencia común. Imagínense eso, más de 20.000. Y los muertos que genera el conflicto armado como se lo dije al principio, o sea, en confrontación, digamos, en guerra, plomo, insurgencia, paramilitares, bandas del ejército, que eso no es una suma que no son ni 1000 muertos. Entonces, eso tiene que generar un debate más profundo, cuando uno dice si la paz es posible, por supuesto que la paz es posible, pero la paz es posible si hay una transición hacia otro modo de producción, es decir, hacia otro sistema.

Dentro del capitalismo, la base es prácticamente imposible, porque el capitalismo tiene un origen de la riqueza que es una fuente, la fuente de la riqueza del trabajo y la naturaleza, y esas dos están colapsadas totalmente por el sistema. Cada vez el sistema quisiera que la gente trabajara gratis, que la pudiera explotar hasta el descubrirla hasta lo máximo y no pagarle y quitarle todos sus derechos y todas sus cuentas. No hay, sino que ver las estadísticas de los 90 para acá, en el caso de América Latina, y el 70 para acá en el caso de Europa y es con el modelo neoliberal. Y ese mismo modelo neoliberal, que es una forma de acumulación extrema, terrible del capitalismo, pues mira dónde nos llevó, la misma ONU y los científicos de la Unión Europea, plantean que al planeta le pueden quedar 50 años, la forma económica le hizo un hueco a la capa de zona, se está calentando el planeta, si llegan a subir en dos grados el clima del planeta. Se acabó. Y entonces pudieran faltar unos 50 años para que eso suceda. Entonces, ¿con base en eso? Pues ya mira, bueno, lo que está pasando, lo mismo con Rusia, China lo que ya son la conformación del BRICS. Ahora con 11 países poderosísimos, con una economía fortísima, con una capacidad militar y gigantesca, que ya no le tiembla y no le hace ni cosquillas, la OTAN y los Estados Unidos. Entonces, eso, eso aquí en Colombia, la gente cree que nosotros somos como una isla aparte, Colombia juega en el ajedrez de la geopolítica mundial. Entonces, aparte de eso, Colombia sí es uno de los países más complejizados en su conflicto interno.

Pero ya dijimos, es un conflicto interno que incluye un asunto de desigualdad económica terrible, que incluye un asunto de explotación del medio ambiente terrible, y los ríos están, no gustó nada porque aquí ninguna transnacional o una empresa emocional no tiene lío en acabar con un período y echarle todos los desechos ahí y echarle todo el veneno de la industria de la minería y tirarle todo, darse un río en el mar, entonces eso es una situación crítica, en materia de educación, en materia militar. Este país es uno de los países que tiene una fuerza militar enorme y se le ha entregado durante décadas la parte más alta del presupuesto. Entonces, una fuerza militar es gigantescas consumen, pero que además narcotraficante, pero que financiaron el paramilitarismo, pero que además era sino si es terrible. Entonces, uno no puede ser ingenuo por más que uno tenga el cerdo de la paz. Entonces, la paz sí es posible, pero si hay un acuerdo nacional, un acuerdo de París, donde a los riesgos, a los empresarios también les duela el país.

También quieren el país y también les preocupan los demás colombianos y colombianas. Colombia es un país con más de 20 millones de personas en extrema pobreza y eso es una situación terrible.  Entonces, eso no es la guerra contrainsurgente o la guerra insurgente. Eso es un problema de este modelo y del sistema que entiende que así es que se llenan ellos de plata, o sea, la plata que le hace falta a los pobres porque la tienen los ricos, eso es un asunto de las matemáticas. Entonces, sí hay posibilidad, por eso los que estamos en esto nos metemos de fondo, porque seguimos creyendo hasta el final, que hay posibilidad de que por fin alguna parte de esa élite comprenda y está sucediendo en algunas partes que algunos gremios y algunos empresarios. Han considerado y lo han dicho públicamente y les ha costado mucho que lo digan, que sí hay que hacer algo.

Entonces, sí hay una suerte de revolución cultural en donde empecemos a entender que hay que cambiar el sistema, que hay que apostarle al país y que hay que cuidarlo y que hay que pensar un poco más colectivamente, pues hay posibilidades de paz. Entonces la paz, por eso decimos, no es un asunto de las armas, la paz es un asunto económico, social, político, cultural, ambiental. Aparece con las mujeres, y si no, no es paz, la paz es con los indígenas, la paz con los negros y negras, la paz con los estudiantes, las familias, es otra cosa. Por ejemplo, ese aspecto también se ve en la educación. El sistema institucional no piensa en una educación pública y gratuita, pues los jovencitos y jovencitas no van a poder entrar a la universidad, sino que se van a enrolar en los grupos criminales, paramilitares, guerrilleros ¿No es cierto? Algunos, pues, la mayoría. Entonces, todo el sistema hay que mirarlo y todo eso se está discutiendo.

Es un momento muy interesante porque el país sí está dando un vuelco, porque la primera vez, la primera en la historia de este país, por primera vez, sube al gobierno, al gobierno de un presidente que no es ni liberal ni conservador. Y nunca ha estado mirando en partidos ni liberales conservadores. El resto de la totalidad, todos, y serían parte del partido liberal y conservador. Es decir, el Frente Nacional del que les hable ahora, que fue entre el 58 y el 74, realmente ha perdurado desde el 58 hasta nuestros días, pues hasta Duque. Y ocurrió algo extraordinario, pero eso algo extraordinario no es algo bajado del cielo o de la espontaneidad, es la lucha y la movilización de este pueblo, histórica también, que le ha costado miles y miles de muertos. De verdad, la explosión de tres estallidos sociales seguidos en 2019, una investigación diferente, ¿o no? Pero antes de eso, de unos paros agrarios que se dieron entre el 2018 y 2020, poderosísimos cierto, el estallido también estudiantil, marchas y unas peleas gigantescas masivas que dio el movimiento estudiantil y los campesinos, los profesores, es decir, este es un país de lucha que ha querido cambiar eso. Entonces, eso genera un vuelco y ese hueco trae un presidente que es diferente y es un presidente que claramente está hablando de reformas que apuntan hacia donde estoy planteando. Y ese presidente lanzó una propuesta de paz diciendo: -No, venga, nos tenemos que sentar a hablar todos. Todos los candidatos, o sea, las bandas de Alcalá de Medellín, los de la oficina de Envigado, los de las bandas acá en Bogotá, los de las bandas de Bucaramanga. Es decir, todas las bandas, todos los paracos, todos los narcotraficantes, todo el mundo que tenga fierros y esté organizado, tiene que entrar en el proceso de discusiones sobre la paz.

Y eso es lo que se llama hoy en día la paz total. Y entonces, con base en eso, obviamente se paró el dijo: “Unos son actores criminales de alto impacto y con eso vamos a hacer procesos de sometimiento. Y miramos pues, cómo se negocian los asuntos jurídicos, y otros van a ser procesos diálogos de paz, político con grupos políticos. El proceso de negociación con el ELN, en donde se va a dar próximamente con el EMC, que es el Estado Mayor Central de la FARC, y otros con las disidencias, y algunas que están más envueltas en otras cosas.

Bueno, pero esa es la realidad hoy, pero no es una realidad, sí, como decir no, esto es que toda esa gente se entrega a los fierros y se acaba el problema. Es que toda esa gente entregue los fierros, pero el país cambie, los políticos dejen de robarse la plata, los empresarios dejen de financiar la guerra y se dediquen a dar empleo y empleo digno, no empleo basura, y todo el mundo empecemos a pensar en que el se debe construir de otra manera.

Entonces, la línea del ELN histórica en todos los procesos desde que empezó a negociar por allá, de los años 90, el ELN siempre ha planteado que los acuerdos de paz no son el Estado y ellos, y la guerrilla, o sea, ellos dicen que para el ELN, la base consigue con la participación de la sociedad y si no, no es posible, porque tiene que ser como un compromiso de todo el mundo, y todo el mundo tiene que decir qué es lo que considera que es la paz. Y después de que diga, ¿qué es lo que considera que es la paz? Entonces, métele el hombro y ayude a construirla. Esa es la concepción de ellos y, por ejemplo, el tema de la participación siempre ha estado presente en los diálogos del ELN con los diferentes gobiernos que son más o menos nueve veces que ha intentado negociar con diferentes gobiernos.

Y entonces siempre dicen lo mismo. Y fíjense una cosa, siempre los gobiernos se han negado. ¿le tienen pánico a la participación? Porque saben que la gente, pues todos queremos que cambien las cosas para mejorar, no que le regalen a uno, como dice Paloma, Valencia o el uribismo, que es que el problema es que nos regalan, ¿no? Y qué somos, cómo es que dicen, mantenidos, ciertas cuentas, ¿no? El problema es que ellos se roban todo el dinero y multimillonarios y se roban las tierras y mandan matar a los campesinos y son narcotraficantes, y pues andan diciendo que a nosotros nos gusta ser mantenidos del estado entonces es difícil porque quizás la gente cambie de parecer.

Es un poquito complicado, pero hoy, paradójicamente, por primera vez en la historia, pues hay un miembro de la ultraderecha sentado en la mesa de diálogo de paz con el ELN, y las otras mesas que se están impulsando van a tener gente diferente, gente del poder, que tienen que sentarse ahí y empezar a pensar también cuál es el país que hay que hacer. Ellos saben que tienen que hacer cosas porque están actuando mal, pero ya miren lo que ha pasado, sino más el gobierno ha intentado hacer unas reformas y lo del establecimiento, es decir, los que tienen el poder no han permitido, sí, entre ellos los medios de comunicación masiva, que le pertenecen a los grupos más poderosos del país. Tienen un relato que genera malestar, que genera guerra y que defiende a los bandidos, como defienden a Luis Carlos Sarmiento Angulo, que claramente fue quien se entregó en Estados Unidos, y dice: -Yo sí robé de Odebrecht, pero no pasa nada, eso no fue noticia.

Pero entonces, si esa gente no pone su parte, pues difícilmente va a haber un gran acuerdo nacional, como se está planteando en la mesa de diálogo con ELN, una alianza por la paz y una visión diferente de la paz. Una visión común de Paz que ya toda la sociedad colombiana comprenda que eso no se resuelve con que las guerrillas entreguen las armas porque ya eso ocurrió. Ya ha ocurrido durante 70 años que las guerrillas entregan las armas y lo que hacen es que los matan y no cumplen los cuentos. Entonces, eso es lo que está pasando. Ahora bien, hay un ambiente y una esperanza.

¿Por qué? Porque ahí se está, de a poquito a poco se está sentando junto a sus grupos armados de diferente índole y el gobierno va muy avanzado. Han llegado muchos acuerdos y ahora mismo estamos en un proceso de diseño de la participación. Estamos diseñando un modelo y un plan de participación para que la mayor parte de los colombianos y colombianas puedan decir qué es lo que quieren del país, hacia dónde es que queremos caminar.

  • ¿Qué garantías poseen los futuros excombatientes?
  • ¿Cómo se puede evitar lo sucedido con los excombatientes con el M-19 o FARC-EP?

Sí, esta es una opinión muy personal, la que voy a dar, las garantías. Hay que darlas desde este mismo momento. De hecho, este fin de semana tuvimos reunión plenaria, la tercera plenaria Nacional del Comité Nacional de Participación y tuvimos un debate alrededor de eso. Porque los que estamos participando, decimos, bueno, ¿y cuáles son las garantías para nosotros? Porque todo el mundo sabe que en Colombia hablamos de paz, de transformaciones, de lucha social y popular, pues tenemos, más o menos, la lápida en la espalda. Y si uno se mueve hacia las regiones, que tú lo decías ahora, usted lo dijo, pues este es un país de regiones, y es en las regiones donde más se materializa esa dificultad y ese conflicto, y ese modelo extractivista el cual genera mucha violencia.

Las garantías, una garantía por lo menos que es la más importante, es montar el paramilitarismo. Y esa es una tarea que es demasiado monumental porque es que el paramilitarismo está extendido en los 32 departamentos de Colombia y lo extendió una visión política, ideológica, que es la ultraderecha, uribista, y tienen todas las garantías, ellos sí, para extender esos grupos. Entonces hay que exigirles a los financiadores del paramilitarismo que desmonten ese modelo de guerra. Porque si ese modelo de guerra no se desmonta, pues ninguno de los que queríamos que cambie el país lo vamos a poder hacer democráticamente, a través de participación, a través de movilización, a través de protesta, a través de elecciones, a través de consultas populares, a través de muchas formas democráticas.

Lo que uno quiere es cambiar el país de forma neutral, ¿Verdad? Culturales, etcétera. Pero ellos tienen clara la película, ellos no quieren ceder a sus privilegios. Ese es un elemento central de la narrativa. Y luego, ya nos dimos cuenta de que después de la firma del acuerdo, uno diría hoy que esta gente debe haber sido feliz después de que lograron que la FARC se desmovilizó y entregó las armas. Usted se dio cuenta, ¿no? No quedaron felices, convencieron al país de que Santos le había entregado el país a la guerrilla, que se había entregado el país a la FARC, y el que ganó fue Duque, gobernaron en el país y lo dejaron en la ruina, se robaron todo y mataron gente, porque en el período de Duque mataron gente, que ustedes no se imaginan la cantidad de gente que mataron y narcotraficaron a ojos vistos. Y volvieron trizas como habían dicho la paz. Entonces, ese tema es un tema que una cosa es que uno románticamente se quiera comer un cuento de otra cosa, es que no hablemos en serio, hablemos en serio y hablemos de qué garantías hay para que se pueda exponer un proceso de diálogo, de negociación, pues unas garantías para los que firmaron.

Pero fíjate que la pregunta pronto no es, ¿no está bien enfocada? Pues, hay derecho a hacerla, pero mal viene era que garantiza la implementación de los acuerdos. Porque en últimas, los insurgentes no dicen, no, yo firmé, el acuerdo fue para mí, para que me den taxi, casa, carro beca y me pongan a vivir. bueno, eso lo dice también, ¿no? Que como era posible que le pagaran un mínimo a los ex-guerrilleros, ¿eh? ¿Quién genera todas esas narrativas? Esas narrativas son construidas, son preconstruidas por los medios de comunicación que les pertenecen a ellos. Entonces, esas, por ejemplo, otra garantía. Fíjate, hablando de eso, los medios de comunicación deberían generar, construir una narrativa de paz, una narrativa de formación, de reconstrucción del país, de tránsito hacia otra cosa, mejor, de conciliación, pero no, ellos juegan un papel demasiado perverso. Entonces, eso está dentro de las garantías.

Pero yo me temo, y por eso decía que es una visión muy particular, que no está bien que el acuerdo de paz se concentre en la expectativa de cuándo el ELN entrega las armas. ¿cuándo el EMC entrega las armas? ¿cuándo es que la disidencia entrega las armas? No. Incluso las armas cuecen y las entregan. Como en otros procesos de paz en el mundo, no van a integrar las armas, como en Filipinas, como los zapatistas. Los zapatistas nunca han tenido las armas y se quedan con ellos, lo que pasa es que no las usan. Las armas se pueden dejar de usar. ¿Y cuándo las dejan de usar? Cuando van viendo que los acuerdos se están cumpliendo.

Bueno, entonces debería, y hay modelos. Eso no es pecado decirlo. Como no es pecado, lo que está pasando es que en Colombia se está discutiendo en cómo financiar al ELN, para que el ELN no secuestren, no extorsionen, para que el ELN no cobre vacuna. Entonces, ¿de qué se financia el ELN? Entonces, ¡ay, descarado! ¿Estás diciendo que entonces tenemos que pagarles a esos terroristas, fascineros, es decir, de los medios que vienen con ese discurso. Depende de venirse con el discurso de decir, bueno, si hay alguien que mientras tanto, con tal de que ellos no ejerzan violencia, pues es listo, pues mientras negocian, pues tienen que comer esos 2.000, 3.000, 5.000 hombres que tengan. Deben tener unos recursos para poder mantenerse, porque yo no han negociado.

Como que no hay una concepción que diga, pues yo prefiero pagar antes de que se sigan matando, yo prefiero pagar antes de que sigan haciendo daño. Esa narrativa hay que desarrollarla. Y eso le corresponde o nos corresponde a todo el mundo, principalmente a los que manejan los grandes medios de comunicación y a los que tenemos procesos sociales y populares que nos corresponde desarrollar la comunicación popular y trabajar fuertemente en esos nuevos relatos y en esa nueva hegemonía. Una hegemonía que hace colectividad, de guerra, de muerte, de división, de individualismo, etcétera. Entonces, esas son las garantías que en realidad se necesitan aquí.

  • ¿Cómo ha sido la inserción de los sectores populares en el proceso de paz?
  • ¿Qué medidas se han tomado para garantizar la inclusión y la participación de las víctimas en las negociaciones?

Las comunidades tienen más claro el tema de la visión de paz. Las comunidades organizadas, porque hay que pensar que hay que distinguir entre las comunidades organizadas y las comunidades no organizadas. Las comunidades organizadas tienen el privilegio de tener en sus procesos, pues todo debate alrededor de la alfabetización política. Entonces, en promedio, un campesino, una campesina que tiene organización política, ustedes van a hablar con una persona ilustrada, campesino, una campesina, así no tenga mucha formación académica, le van a saber explicar toda esta problemática. Entonces, con ellos y ellas no hay mucho que entender.

Y ellos y ellas tienen claro que siempre sus luchas son para construir paz, pero otra visión de paz. Y cada vez que hay procesos de paz, entran sin ningún problema a hacer parte de los procesos y a apoyarlos. Pero también tristemente son los que más reciben la violencia, porque a las comunidades que más apoyan los procesos de paz son las a las que más ha golpeado el paramilitarismo. Y también la fuerza militar. Esas comunidades siempre están en los procesos de paz, siempre porque la anhelan mucho y siempre ven una esperanza ahí. Y está la otra parte de la Colombia, que es la gente del común, que es día a día, respira porque tiene que respirar, camina porque tiene que caminar y no se preguntan nada sobre los problemas del país, o sencillamente le hacen caso a los medios de comunicación. Y más o menos repiten lo mismo. Desplomen, ya sabes, con eso. Y la salida tiene que ser militar y mano dura contra ellos. Entonces repiten mucho los discursos y las narrativas de las que comentaba ahora.

Pero también eso ha cambiado por fortuna. Y el hecho de lo que sucedió en la última lección del presidente, pues ya demuestra un país que dice, siempre ganamos y es mejor pensar en un país en paz un poco diferente con otras cosas. Y entonces esas narrativas vienen perdiendo peso las narrativas oficialistas y van ganando peso unas nuevas narrativas. Y es después el mayor empeño que hay que hacer. Pero históricamente, pues hay un nutrido grupo social y popular y también mucha ONG y mucho grupo político que le apuesta a la paz. Eso sí, con diferentes visiones, ¿no? Vaya, hay algunos que dicen, sí, el tema es el desarme, un modelo que se llama DDR (Desmovilización, desarme, y reinserción) es el modelo clásico mundial.

O sea, lo único que le importa es que la insurgencia del grupo se pueda desmovilizar y no que se vea verdaderamente lo que quiere, porque es que existen, cuál es su reclamo, y es peor cuando una insurgencia dice, yo no quiero nada para mí. El ELN ni siquiera está pidiendo puestos en el congreso ni nada. El ELN está diciendo, hablen con la sociedad y armemos un país bien chevere. Y después de eso, ahí sí se habla de las armas.

Si el país se mete en eso y se olvida un poquito de eso de las armas y la dejará partido, es posible un acuerdo con esa insurgencia y es posible que el país de un salto cualitativo hacia algo diferente. Entonces, esa ha sido la participación. Sí, es fuerte, siempre que hay procesos de paz, organizamos muchos escenarios para impulsar y para ayudarla.

Comunidad internacional

  • ¿Cuál ha sido el papel de la comunidad internacional en el proceso de paz con el ELN?
  • ¿Qué tipo de apoyo ha recibido de organizaciones internacionales, gobiernos extranjeros u otros actores regionales?

Bueno, si hablamos de los organismos internacionales multilaterales y eso ONU, OEA, embajadas, países garantes, Colombia siempre ha tenido una participación fuerte de esas instancias. Ahora mismo la mesa con el ELN tiene cinco países garantes y otros países que llaman países amigos y meten plata para financiar esos procesos, esta España, Noruega, Suiza, Cuba, Venezuela, Alemania. Bueno, hay una cantidad de países que juegan su rol, México, Chile, bueno, pero sí hay una cantidad de países que sirven de sede, se ofrecen, decían, aquí para ayudar.

Pero digamos que uno se queda también con la pregunta de qué pasó entonces con el acuerdo con la FARC que estaba muy rodeado de la comunidad internacional. Y él acuerdo que se firmó con la FARC quedó registrado en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Si eso es así, pues las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas debe haber tenido un papel mucho más preponderante en el momento en que vio que empezaron a asesinar firmantes de paz, y en el momento en que vio en el que se empezó a desconocer el acuerdo. Pero nosotros vimos a la ONU que mantuvo las relaciones con el gobierno nuevo tranquilamente y nunca hubo una sanción, un llamado de atención de esos lacónicos que hacen las Naciones Unidas. Muy de la diplomacia. Ahí recomendamos, les llamamos la atención que presten más atención, que están notando mucho líder, pero de ahí, a decir, acuérdense que hay un acuerdo firmado y que ustedes tienen que implementarlo, pues no, eso no se dio.

Hoy están los procesos de paz muy rodeados de la comunidad internacional. Hay que mirar con reojo y con lupa que unos de esos tienen la mayor intención de ayudar, otros tienen intereses, esperando que los territorios desaparezcan las armas para que ellos puedan entrar a hacer explotación minero-energética especialmente. Mirarlo con un punto de vista crítico, ¿no? No, no es que sea pesimista en todo, pero yo prefiero ser una persona que no falsee en mi propia convicción. Yo conozco muchos de ellos que quieren, ¿Sí? Ya se dio también el paramilitarismo en Colombia y la práctica y el apoyo que tuvo el Estado es porque el modelo extractivista tenía que entrar sí o sí a las buenas o las malas y entró de los territorios, y pues depredan el medio ambiente.

Eso no se ha acabado, al contrario, en este momento hay una guerra por este tema energético y es una guerra mundial y nuestros países son muy ricos en materiales, en fuentes, en recursos o en bienes, minero-energéticos. Entonces eso nos hace una víctima de la guerra global, de la geopolítica, de jugar como una ficha para la revolución. Entonces, eso, pues, sí, ahí están, ahí están, ahí están, y también hay brigadas. Bueno, ahí hoy es internacional. También hay cooperación internacional y por supuesto, hay lo más bonito que es la lucha del internacionalismo de los pueblos, también organizada y popular, es que también quieren ayudar en esto de la construcción de paso.

¿De donde nace el Comité Nacional de Participación?

El Comité Nacional de Participación es fruto de un acuerdo, de un acuerdo muy importante porque es la primera vez que un gobierno acepta hablar de participación y no solo acepta hablar de participación, sino acepta hacer un acuerdo y firmar un acuerdo para que haya participación. Y cumplir. Es decir, aquí pasó algo extraordinario. Y es que el gobierno de Petro, va a reconocer la agenda que traía el anterior gobierno, con el gobierno de Santos, esa es una agenda de seis puntos, cuyo primer punto es la participación de la sociedad en la construcción de paz. Y el gobierno electrónico en esto, tú le hacemos a esa agenda y esa agenda tiene cinco puntos más, que es la democracia. ¿Cuál es la democracia ética para la paz? ¿Cuáles son las transformaciones para la paz, el problema de las víctimas, el problema de las armas,  la dejación de las armas, el fin de las guerras, y el tema de la implementación. Entonces, esos seis puntos en el gobierno de Petro, le firmo eso, sigamos con esa agenda. Y entonces llegaron a firmar un acuerdo el 10 de marzo del 2023 en México.

Y ese acuerdo es muy importante, y es importante que ustedes lo encuentren fácilmente en Internet, yo se los envío, yo los tengo frecuentemente actualmente. Ese acuerdo firma un preámbulo y en ese preámbulo reconocen los problemas del país, o sea, los diferentes problemas del país. O sea, que este gobierno también tiene una visión que coincide con la visión del movimiento social y popular y que coincide también con la visión que tiene el ELN de la paz, es decir, que no es un problema solo de las armas. El problema, como hemos dicho, es económico, social, político, cultural, ambiental y armado. Se firma en un preámbulo. Y ese preámbulo lo firman las dos partes, eso es muy importante, porque los dos están reconociendo que Colombia tiene problemas, muchos problemas, y que esos problemas son los que generan la violencia y la guerra, y entonces dicen que se debería empeñar el esfuerzo en un gran acuerdo nacional, que es lo que se está trabajando ahora, que se debería empeñar en una gran alianza por la paz y que se debería hacer esfuerzo por ganar en una visión común de paz, que todo el país tenga una visión común de Paz. Cual visión común es esa de la que estamos hablando, que es un asunto integral. Y luego desarrollaron la agenda. A cada punto le pusieron un objetivo. Y textualmente dijeron que la participación iba a ser el corazón de todo el proceso de paz, algo sumamente importante. Es decir, no solo los tres primeros puntos, sino toda la agenda, se tiene que llegar a un acuerdo, pero con participación de la sociedad. Entonces, hay que consultar a la sociedad todos los escenarios para saber qué es lo que quiere y específicamente, en ese acuerdo del 10 de marzo, el acuerdo de México, dice que los tres primeros puntos van de la mano y se tienen que desarrollar a través de un proceso de participación. Los tres primeros puntos son, entonces, participación en la construcción de paz, el punto de democracia para la paz, entonces, transformaciones para la paz. Y luego salieron hacia Cuba y en el tercer ciclo llegaron a un acuerdo el 9 de junio en Cuba. Y ese acuerdo de Cuba desarrolló el anterior acuerdo de México y entonces ahí nació el Comité Nacional de Participación.

Y lo que le dijeron al Comité Nacional de Participación fue, confórmese un Comité Nacional de Participación para que impulse la participación de la sociedad. ¿Y cómo lo va a hacer? Lo va a hacer en cuatro etapas.La primera etapa de seis meses es exclusivamente para el diseño de la participación, del modelo y el plan de participación. Y entonces ese comité está compuesto por 30 organizaciones y un total de 81 personas que hacen parte de esas organizaciones. ¿Y quiénes son las organizaciones? Las organizaciones históricas que le han apostado a la paz, que le han metido movilización y que también le han puesto muchas víctimas a la guerra. Entonces están todos los procesos sociales populares y hay un número importante también de gremios de los empresarios y del gobierno. También está la otra parte representada en menor cantidad, porque el acuerdo vivo que tenía que ser, la mayoría tenía que ser los históricamente excluidos. Ese es el origen del Comité Nacional de Participación. Es un acuerdo, está escrito, se definió, consta de 81 personas y tiene cuatro etapas, entonces la de diseño. Luego ese diseño es para que la gente pueda participar, ojalá la mayor cantidad y esté incluido, ojalá todo el mundo que nadie vaya a decir, a mí no me tuvieran en cuenta. Luego, la segunda etapa es una etapa de diagnóstico de la democracia, del modelo económico y del régimen político colombiano. Es decir, hay gente que tenemos derecho a decir todo lo que no nos gusta de este país en materia de democracia, ¿y cuál debería ser entonces la democracia? ¿Qué debería tener este país para poder llegar a una paz? Y la tercera etapa es la etapa de la construcción de propuestas de transformación. Es decir, si hemos dicho que el país está lleno de problemas, entonces, ¿Cuáles son las transformaciones concretas que hay que llevar a cabo para que el país transite hacia la paz? Entonces, no son cualquier propuesta, o sea, no es decir hoy que chevere que la educación sea gratuita y pública, sino que tiene que decir cómo sería, cuánto vale eso, de dónde sale la plata y, más o menos, hacer una propuesta política pública. Entonces, el proceso es muy interesante y la cuarta etapa es la sistematización del proceso. O sea, todo eso tiene que estar escrito bien aterrizado, y eso se convertiría en algo así como en una plataforma de lucha política, una plataforma política de transformaciones para que la defienda del país y para que en la mesa de negociaciones, pues miren a ver cómo es que van a implementar eso. Y eso terminaría en el 2025. Entonces fíjense que tiene sentido que en ese momento se viene ya el siguiente gobierno. Hay que saber si los que vienen con la intención de respetar todo el proceso de participación en todo el proceso de paz.

Conclusiones

  • ¿Cuáles considera que son los mayores desafíos que enfrentará el proceso de paz con el ELN en el futuro?
  • ¿Cómo se plantea abordar la sostenibilidad a largo plazo de los acuerdos alcanzados en el proceso de paz?

Serían tres cosas, una fundamental es que tiene que haber un desmonte de la concepción paramilitar para resolver el asunto de la guerra y de la violencia. La oligarquía, la burguesía de este país, tiene que considerar seriamente si quiere dejar de financiar todas las formas de guerra , de promoverlas y de financiarlas. Segundo, tiene que cambiar la concepción comunicacional que afianza toda la ideología y la hegemonía de la guerra y la hegemonía de la explotación del capital sobre los seres humanos y sobre la naturaleza.

Y tercero, que es la que podría ser la más compleja, es cómo logramos entrar en un proceso profundo de transformación de la mentalidad de los colombianos y las colombianas, para que comprendan que esa tarea les corresponde a ellos y a ellas y a nadie más, que ellos y ellas son fundamentales en el compromiso de cambiarse el chip de la victimización, de cambiarse el chip, de la salida de la guerra, de cambiarse el chip, del enriquecimiento fácil, del enriquecimiento ilícito, y empezar a considerar entonces que si se puede construir otro país, diseñarlo y trabajar para construirlo. Eso es necesario. Entonces, un gran acuerdo nacional. Ese gran acuerdo nacional es un reto y no es una cosa sencilla. Hay muchos intereses en que esto no suceda. Entonces, esos son los mayores retos que tenemos y son retos de carácter ideológico, fíjense, es ideológico, es decir, cambiar el chip, cambiar la mentalidad, y para eso se necesita el tema de la educación, el tema de la comunicación, el tema de la comunicación, el tema de la educación y un poco el cambio de las narrativas hegemónicas por una narrativa de unas nuevas hegemonías que elaboren, desarrollen unos nuevos valores que tienen que ver más con la solidaridad, con la colectividad y con la equidad, con la visión de la necesidad de la equidad en la sociedad.

Notas


[1] Luis Miguel Buitrago Roa y Miguel Esteban Suárez Gutiérrez, “Historia de la interacción político-militar entre guerrillas colombianas, 1964- 2015”, Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura 44.2 (2017): 199-225.

[2]  Alejo Vargas, “Una mirada analítica sobre el ELN”. En: Controversia, N.o 17 (1998), p. 109.

[3] Alfredo Rangel, Dinámica Reciente de la Confrontación Armada en Cundinamarca (Bogotá : Coarcas Editores, 2005), 1.

[4] Alejo Vargas, “Una mirada analítica sobre el ELN”. En: Controversia, N.o 17 (1998), p. 109.

[5] Mario Aguilera, “ELN: entre las armas y la política", Nuestra guerra sin nombre, coords. Francisco Gutiérrez Sanín, María Emma Wills y Gonzalo Sánchez (Bogotá: Norma, 2006) 208-266.

[6] Ernesto Guevara, La Guerra de Guerrillas (Chile, CEME - Centro de Estudios Miguel Enríquez - Archivo Chile, 2004), 4.

[7]  Luis Miguel Buitrago Roa y Miguel Esteban Suárez Gutiérrez, “Historia de la interacción político-militar entre guerrillas colombianas, 1964- 2015”, Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura 44.2 (2017): 199-225.

[8] Idem.

[9] Idem.

[10] J.J. Tamayo, Para comprender la teología de la liberación (Navarra, Editorial verbo divino, 1991), 57.

[11] Eduardo Pironio, “Teología de la liberación”  Teología: revista de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica Argentina, N. 17 (1970): 10.

[12] Idem

[13] Camilo Torres, Cristianismo y Revolución (México, Ediciones Era, 1972), 376.

[14] Villamizar, Juan Carlos (2018). «Elementos para periodizar la violencia en Colombia: dimensiones causales e interpretaciones historiográficas». Ciencia Política 13 (25)

[15] Puerta Henao, Catalina M. (2008). “DISCURSO POLÍTICO Y VIOLENCIA EN COLOMBIA. O CÓMO SE CONSTRUYE UN ENEMIGO 1949-1980.” En El Código Penal de 1980: sus antecedentes y contextos mirados desde la política criminal colombiana, 1-32. Antioquia: Universidad de Antioquia.

[16] Puerta Henao, Catalina M. (2008). “DISCURSO POLÍTICO Y VIOLENCIA EN COLOMBIA. O CÓMO SE CONSTRUYE UN ENEMIGO 1949-1980.” En El Código Penal de 1980: sus antecedentes y contextos mirados desde la política criminal colombiana, 1-32. Antioquia: Universidad de Antioquia.

[17] Idem

[18]Ríos Sierra, Jerónimo. 2017. Breve historia del conflicto armado en Colombia. N.p.: Catarata.

[19] Idem

[20] Duque Daza, Javier. (2019). “El Frente Nacional revisitado: el cambio institucional en Colombia y sus efectos no previstos.” (Reflexión Política 21, no. 41 (julio), 110.

[21] Cartagena, Catalina. (2016). “LOS ESTUDIOS DE LA VIOLENCIA EN COLOMBIA ANTES DE LA VIOLENTOLOGÍA.” Diálogos Revista Electrónica de Historia 17 (1), 63-88.

[22] Villamizar Herrera, Darío. (2017). Las guerrillas en Colombia: una historia desde los orígenes hasta los confines.  Penguin Random House Grupo Editorial.

[23] Villamizar Herrera, Darío. (2017). Las guerrillas en Colombia: una historia desde los orígenes hasta los confines. Penguin Random House Grupo Editorial.

[24] Ríos Sierra, Jerónimo. (2017). Breve historia del conflicto armado en Colombia: Catarata.

[25]  Idem

[26] Idem

[27] Villamizar Herrera, Darío. (2017). Las guerrillas en Colombia: una historia desde los orígenes hasta los confines. Penguin Random House Grupo Editorial.

[28] Ellis, Evan. 2021. “El fortalecimiento de las actividades del ELN (Ejército de Liberación Nacional) en Colombia y Venezuela.” REVISTA FUERZA AÉREA-EUA Segunda Edición.

[29]  Idem

[30] Idem

[31] Aristizábal Grajales, Yénifer. (2019). “El mensaje «oculto» de las acciones del ELN.” Universidad de Antioquia. https://www.udea.edu.co/wps/portal/udea/web/inicio/udea-noticias/udea-noticia/!ut/p/z1/xZVLU8IwEID_ih44ZrJ9Eo4VEQYRUCiPXpyYBgm2SYEA4q-3HQ-OMFAcJ2MOec3ut4_sZHGEJziSdCteqRZK0iQ_TyP_mdTqthW40AHf9SHw-65XtZvOcAR4fCBwb3kQPDb63WGv3r9t2zi6RB9OjAAu0z8hMGiU6o9whCMmd.

[32] Naciones Unidas, Consejo de Seguridad “Anexo de la carta de fecha 27 de abril de 2023 dirigida a la Presidencia del Consejo de Seguridad por el Secretario General” (4 de mayo de 2023)

Referencias bibliográficas

Aristizábal Grajales, Yénifer. (2019). “El mensaje «oculto» de las acciones del ELN.” Universidad de Antioquia. https://www.udea.edu.co/wps/portal/udea/web/inicio/udea-noticias/udea-noticia/!ut/p/z1/xZVLU8IwEID_ih44ZrJ9Eo4VEQYRUCiPXpyYBgm2SYEA4q-3HQ-OMFAcJ2MOec3ut4_sZHGEJziSdCteqRZK0iQ_TyP_mdTqthW40AHf9SHw-65XtZvOcAR4fCBwb3kQPDb63WGv3r9t2zi6RB9OjAAu0z8hMGiU6o9whCMmd.

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