Análisis semanal 512: Guerra en Ucrania ¿El principio del fin o la prolongación del inercial desgaste? (28 de agosto de 2023)

El gobierno ucraniano liderado por Volodímir Zelenski -apoyado simbólica y materialmente por Occidente- dio inicio el 8 de junio^[1] a la contraofensiva militar cuyo objetivo principal se posiciona en la liberación de los territorios ocupados por Rusia desde su invasión en febrero del 2022, e incluso la recuperación de la península de Crimea anexada por Rusia en 2014.

Actualmente, durante el cumplimiento de la décima semana de la contraofensiva, los resultados de esta están siendo debatidos por variedad de medios de comunicación, así como las propias partes involucradas en el conflicto. Esto se evidencia con las propias declaraciones de un alto oficial militar ucraniano quien expuso la imposibilidad de establecer conclusiones aún. A pesar del exitoso avance a través de líneas rusas fuertemente defendidas el 26 de julio en el sector sur de Zaporiyia y, desde entonces haber consumado modestos avances en otras dos áreas, lo cuál, a criterio del oficial ucraniano, de momento, no puede cambiar el panorama general^[2].

Las fuerzas ucranianas están haciendo frente a una combinación letal de minas, drones, misiles de largo alcance, helicópteros de ataque; entretejidos en líneas preparadas durante al menos 6 meses por los rusos para defender el embate de la milicia ucraniana^[3].

En adición, otras fuentes militares, como el retirado general australiano Mick Ryan, indican que el diseño ruso de sus líneas de defensa en la zona “es más complejo y mortal que cualquier otra cosa experimentada por cualquier ejército en aproximadamente 80 años”^[4].

Sin embargo, es importante balancear dichas afirmaciones con otros análisis que presentan incluso, la posibilidad de que Ucrania se vea favorecida en tanto la situación del conflicto se mantenga desenvolviendo como una guerra de desgaste, atascada en los actuales puntos de intercambio bélico.

En consecuencia de la limitada capacidad militar, en comparación a Rusia, Ucrania tiene el potencial de beneficiarse, pues en el contexto actual, de acuerdo con el jefe del Estado Mayor de Defensa de Reino Unido, el almirante Sir Tony Radakin,  su subdivisión de la contraofensiva en operaciones de “caza” (ataque a los centros de logística rusos), “estirar” (uso de drones como sondas y tácticas de engaño) y, de “golpe” (el despliegue de brigadas nuevas hacia campos de minas y las principales líneas rusas), el ejército ucraniano se encuentra en actividades de “caza” y “estirar”. Por tanto al momento de transicionar a las acciones de “golpe” deberá elegir cuál eje estratégico le ofrecerá la mayor ventaja en el terreno^[5].

Será en lo escenarios, ya sea si las fuerzas ucranianas deciden lanzarse sobre Melitopol (lo cual partiría en dos a las fuerzas rusas), o dirigirse al Donbás a través de Bajmut, donde se podría materializar los beneficios de la resistencia y actual contraofensiva ucraniana. Pues dependerá de si las tropas rusas pueden establecer una resistencia ordenada, permutando desde posiciones expuestas hacia líneas más defensivas, o si debido al liderazgo errante, en combinación al exhaustivo combate, los soldados rusos rompen sus filas^[6].

Cuando la fase de “golpe” se encuentre vigente, la medida en la cúal evaluar tanto la efectividad de la estrategia de desgaste ucraniana, así como de la cadena de mando de Rusia, será justamente cuál devenir habrá concluido de los dos anteriormente expuestos^[7].

Comentario Final

A pesar de que la resistencia de Ucrania sorprendió a gran parte de la opinión pública global en febrero de 2022, ya no causa asombro alguno no solo el hecho de transitar el embate ruso, sino que tampoco es noticia que actualmente es la parte que lleva la batuta en el conflicto. Claro está, gran parte de estos hitos es por el apoyo simbólico, bélico, financiero, logístico y militar que las potencias de Occidente han brindado a Ucrania.

Sin embargo, hay que señalar que las propias potencias han tenido sus dividendos del conflicto. Por una parte al brindar los armamentos no sólo reciben aprobación por parte de sus electores, sino además datos y evaluaciones sobre cómo estos se desenvuelven en los campos de batalla, lo cual proporciona información valiosa sobre el rendimiento de sus armas en comparación a las del ejército ruso.

Asimismo, el conflicto ha traído consigo la oportunidad de ver dentro de las tramas de poder de Rusia, donde incluso solo el hecho de que Ucrania haya prolongado la guerra, podría haber significado la exacerbación de las pugnas por poder, como así la rebelión de Prigozhin en contra de los altos mandos del Ministerio de Defensa de Rusia, lo evidenció.

Por último, fuera de los dos actores inmediatos en el conflicto, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), es una de las grandes victoriosas de la confrontación. Sobre todo en Estados Unidos, donde durante la anterior administración de Donald Trump, fue no solo puesta en duda, sino también calificada de obsoleta. En las circunstancias presentes, solo un grupo limitado de personas en cargos de liderazgo, se atreverían a realizar argumentos similares con respecto a la OTAN.