Análisis semanal 489: Encuentro entre Sánchez y Meloni: Restricción a la movilidad humana en Europa (03 de abril de 2023)

El miércoles 5 de abril de 2023 tuvo lugar en Roma el primer encuentro bilateral entre el presidente español, Pedro Sánchez, y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. Este encuentro se produjo cinco meses después de que Italia se convirtiera en el primer país europeo que en la actualidad ha optado por acoger a la extrema derecha y el conservadurismo, tras una serie de acuerdos entre las coaliciones de centro-derecha que compitieron en las elecciones bajo un lema de compromiso cuyo discurso se centraba en el "interés nacional" para mantener a Italia como un socio confiable para Europa y para la alianza atlántica [1].

Este contexto sitúa los objetivos que se resaltaron en el primer encuentro entre ambos mandatarios. Puesto que el propósito de la reunión fue sentar las bases para un posible pacto europeo sobre migración y asilo, así como señalar la necesidad de abordar la ‘migración irregular’, establecer sinergias entre España e Italia, negociar con los países de origen de las personas migrantes y solicitar recursos económicos a la Unión Europea.

Se puede observar que el presidente español se reunió con Meloni para destacar los puntos y objetivos comunes entre ambos países. No obstante, resulta peculiar cómo el gobierno de Pedro Sánchez ha adoptado políticas que comparten similitudes con las de la ultraderecha italiana, a pesar de que la línea ideológica de su partido se perfila dentro de la socialdemocracia. A pesar de ello, esto no lo exime de coincidir con el gobierno italiano en que la “migración irregular es un problema europeo que requiere una respuesta europea” [2]. En ese sentido, se enfatizó la necesidad de establecer sinergias y colaborar con los países de origen y de tránsito, así como la importancia de hablar sobre temas de cooperación. Que de hecho, según palabras de Sánchez, "los objetivos de este tema están alineados, pues Italia y España comparten la necesidad de establecer sinergias en este ámbito" [3].

Esta dialéctica de buscar la colaboración con los países de origen en la externalización de la gestión de las fronteras a terceros países ha llevado a discutir el concepto de "La Europa fortaleza" [4]. Que además, coincide con la reciente aprobación de la ley italiana que limita el número de rescates que pueden hacer las ONG en alta mar, lo que ha permitido este fenómeno sobre “las devoluciones en caliente” en las fronteras. Resulta más que claro, pero es evidente que muchas organizaciones humanitarias han denunciado que estas prácticas son contrarias al derecho internacional, ya que el código es incompatible y pone en peligro a las personas vulnerables [5].

A partir de aquí, es posible especular que el establecimiento de una sinergia entre las ideas del gobierno español e italiano podría servir como un ejemplo preocupante de acercamiento a posturas cada vez más restrictivas en el ámbito migratorio. Es cuestionable que las afirmaciones del presidente español sugieran una posible colaboración con el gobierno italiano, ya que esto podría alejarse de las bases de la línea ideológica que el presidente español supuestamente busca en su discurso político.

Mientras que en el caso de la dirección política del gobierno de Giorgia Meloni, se puede ver que en la política exterior se ha reforzado la línea del expresidente Draghi, mientras que en materia económica sigue la vía del consenso neoliberal, atacando la renta básica y los derechos de los trabajadores. Aunque cuenta con el apoyo de un bloque de pequeña burguesía, llegando a colaborar en la aprobación de reformas fiscales que benefician a grandes y pequeños evasores fiscales, lo que va en contra del “interés nacional” y del discurso propio de Meloni [6].

Observación final

Resulta interesante analizar las dinámicas de los gobiernos, ya que aunque parecen representar una continuidad en su línea ideológica, su accionar político comienza a alejarse de su propio discurso. En el caso del gobierno español, por ejemplo, se afirma por un lado: buscar la colaboración con los países de origen de las personas migrantes que llegan al territorio español. Sin embargo por el otro: resulta cuestionable que el gobierno de Sánchez esté de acuerdo con la ley italiana que limita el número de rescates que pueden realizar las ONG en alta mar. Es evidente que el compromiso con las políticas destinadas a reducir la desigualdad, la discriminación y a los grupos desfavorecidos ha pasado completamente a segundo plano en el accionar político del gobierno.

En otro orden de ideas, el gobierno de Georgia Meloni se presenta como un caso de estudio para toda Europa, ya que representa lo que podría ser la extrema derecha y la ultraderecha en todo el continente. En términos claros, sus políticas favorecen: el consenso neoliberal y atacan los derechos de los trabajadores más la asistencia a los más pobres.

Esto podría ser un tema interesante para los estudios de política internacional, ya que muestra cómo los gobiernos de diferentes partidos ideológicos pueden llegar a acuerdos que parecen ir en contra de su ideología. Esto sugiere que la ideología es a veces solo un escudo político para encuadrar discursos, más que una guía para la acción gubernamental. Cosa que el filósofo alemán Theodor Adorno [7] argumentó, sobre como el concepto de ideología ha evolucionado a medida que las relaciones de poder han cambiado, puesto que en el pasado se requería de relaciones de poder opacas y mediadas, pero la sociedad actual se ha vuelto demasiado transparente para eso o en otras palabras nos hemos vuelto más permisivos al respecto.

Por lo tanto, el desafío actual debe ser repensar las relaciones de poder bajo un contexto de transparencia, en el que prevalezcan las relaciones de poder inmediatas. La ideología se está utilizando para justificar el poder en un contexto en el que ese mismo poder es cuestionable y debe ser legitimado mediante una reflexión sobre su coherencia entre el discurso y la acción. Para entender las relaciones de poder contemporáneas, no basta con analizar la asimetría de fuerzas, sino que también es importante comprender cómo se satisfacen actualmente las demandas de validez y legitimidad [8].

Por lo tanto, es fundamental reflexionar sobre las graves consecuencias que pueden tener las posturas extremas en materia migratoria para los derechos humanos y el respeto al derecho internacional. En lugar de profundizar en políticas que estigmatizan a las personas migrantes, los gobiernos deberían promover un enfoque basado en los derechos humanos y la cooperación internacional para abordar efectivamente los desafíos migratorios que enfrenta Europa y el resto del mundo.