Análisis semanal 480: Sobre el triángulo de Litio (30 de enero de 2023)

Año: 
2023

 

Contextualización

La agenda internacional actual está marcada por temáticas relacionadas con el medioambiente y los retos que este enfrenta. La transición energética  impulsada en foros de alcance global, pasa por la renuncia de las industrias al uso de combustibles fósiles y sus derivados. En su lugar se ha impulsado el empleo de energías que tengan un menor impacto negativo en el ambiente. Para alcanzar ese objetivo los mercados internacionales han puesto el foco de atención en el litio, una materia prima utilizada en los procesos productivos de baterías instaladas en bienes finales como teléfonos celulares, computadoras portátiles, vehículos eléctricos, entre otros[1].

A su vez, las grandes potencias internacionales se enfrentan ante una enorme premura por hacerse de un flujo constante de este elemento químico, que le garantice a sus respectivas industrias los insumos necesarios para liderar la economía mundial. En efecto, el litio se ha convertido en un instrumento central del juego geopolítico a grandes escalas; es precisamente en esas instancias donde América Latina debe aprovechar sus condiciones naturales para impulsar su desarrollo y posicionarse en el escenario global.

Como señala Federico Nacif, desde finales del siglo pasado, la evolución en la producción mundial del litio ha propiciado una creciente participación de la región en este mercado (particularmente países sudamericanos)[2]; esto se debe al denominado “Triángulo del Litio”. Se trata de una zona desértica en las altitudes de los Andes donde convergen las fronteras entre Bolivia, Chile y Argentina[3]. Precisamente involucra los salares de Uyuni, Atacama y Hombre muerto respectivamente, donde  algunos estiman que se encuentra el 75% del litio del mundo[4]; otros sostienen que alberga alrededor del 60% de las reservas del planeta[5].

Además, cabe señalar que el incremento sostenido en la demanda por el litio a nivel internacional ha propiciado un fuerte crecimiento en la producción de este commodity. Govind Bhutada demuestra, en un artículo para el Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) que la producción pasó de ser 9.5 mil toneladas en 1995, a 106 mil toneladas en 2021[6]. Esos datos se traducen en un incremento de 11.16 veces en la oferta de este metal en el lapso de 26 años; es decir un aumento de 1116% de la producción. En esta línea de ideas, cabe rescatar que para el 2021 el mayor productor de litio fue Australia con un 52.3% de participación; le siguieron Chile y China con 24.5% y 13.2% respectivamente[7]. Como muestran los datos, tanto Bolivia como Argentina tienen una gran oportunidad para aumentar su presencia en este mercado, para así en conjunto con Chile sacar el máximo provecho a la mayor reserva de litio conocida en el planeta.

Elementos geoestratégicos

Como se apuntó anteriormente, la carrera geopolítica entre las grandes potencias por asegurarse el acceso al “oro blanco” en el “Triángulo del Litio” no es secreto para nadie. Los líderes occidentales han emprendido esfuerzos importantes por ganarle el pulso a China en la región. Ello no es sorpresa considerando que este último, siendo el tercer productor mundial, es el comprador de cerca del 90% de las exportaciones australianas, así como detenta el 60% de la capacidad de refinar litio para la producción de baterías[8]. En este entendido resaltan eventos como la reciente visita del Canciller alemán Olaf Scholz a Chile, y las manifestaciones de autoridades militares estadounidenses en torno a la región.

En cuanto al primero, Markus Daniel Meier argumenta que la crisis derivada de la invasión rusa en territorio ucraniano ha propiciado un aumento de la necesidad de diferentes países por acercarse a América Latina[9]. El debilitamiento de las relaciones con Rusia ha obligado a buscar nuevos sitios de los cuales importar recursos energéticos. Además, el analista considera que los países de la región deben de considerar crear lazos comerciales con Europa sobre el gigante asiático pues existen grandes coincidencias culturales entre nuestros países. Paralelamente, la potencia germana ve en la costa pacífica latinoamericana una oportunidad de participación más directa en las disputas geopolíticas que existen a lo largo de ese océano[10]. Por su parte, Oliver Dalichau también sostiene diversas ventajas para los países sudamericanos. Secundando a Meier, argumenta que el predominio de la democracia es un motivo clave para buscar alianzas con Europa antes que China; más aún, recalca que la estabilidad económica de Alemania puede ser un factor determinante para el desarrollo de América Latina[11].

En cuanto al segundo evento, es evidente el trasfondo geoestratégico que observa Estados Unidos en la región. En este sentido, la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson, ha comentado que ese país tiene un fuerte interés por las reservas de recursos naturales presentes en América Latina[12]. Destaca las reservas de petróleo en países como Guyana y Venezuela, el Amazonas que contiene cerca del 31% de agua dulce del planeta. También recalca que China obtiene aproximadamente el 36% de su alimento proveniente de la región, así como las reservas de litio que resultan fundamentales para la industria tecnológica[13]. Por tanto, se comprende que para Estados Unidos la zona de América Latina es una ineludible cuestión de seguridad nacional. Un espacio donde debe prevalecer la intervención de esa potencia occidental, por encima de China y cualquier otro Estado que busque amenazar la hegemonía norteamericana en el continente.

Reflexiones sobre las oportunidades y retos para América latina

Históricamente, la región latinoamericana ha sido relegada a un segundo lugar dentro del desarrollo a nivel mundial. Las grandes economías e influencias políticas han hecho y deshecho a gusto, sin tomar en consideración la voluntad de los pueblos locales. Se trata de una constante presión extractivista que busca generar el mayor provecho para las potencias, en perjuicio de los Estados Nacionales que ven violentada su soberanía[14]. Sin embargo, el escenario actual ofrece la posibilidad de romper con ese patrón histórico.

Como apuntó Dalichau, la transición energética es una necesidad real, y consecuentemente el litio latinoamericano es cada vez más estratégico[15]. Esto supone un mayor músculo de negociación a la hora de firmar acuerdos comerciales para la explotación del litio en la región; garantizar mejores términos contractuales que velen por los intereses de los países ante la agobiante presión de las grandes compañías extranjeras. No obstante, no se debe olvidar que los tres vecinos sudamericanos que componen el “Triángulo del Litio” tienen esquemas jurídicos distintos, por lo que un solo modus operandi que aplique para los tres casos es complejo de alcanzar. Bolivia ha apostado por nacionalizar la materia prima, restringiendo su explotación al Estado[16]; Chile está más inclinado al método de contratos público-privados para la extracción del litio, y Argentina sostiene el enfoque más libre en el que no interviene la autoridad estatal central[17].

Ahora bien, los potenciales daños al ecosistema que derivan de esta industria extractivista, resultan un eje de negociación fuerte para estos países. Como se apunta en el trabajo de Mathias Ebert, la extracción de litio conlleva mucho consumo de agua[18]. Ello representa una amenaza importante para las poblaciones locales, así como para sus estilos de vida. No sería sorpresa que las industrias acaparen el recurso hídrico para abastecer sus necesidades, privando a las personas de su consumo diario básico. Por ello se debe exigir garantías medioambientales que protejan la calidad de vida de estas personas en el largo plazo. Así como de buscar y poner en práctica proceso menos invasivos, que permitan aprovechar la riqueza de esas áreas geográficas[19].

Finalmente, un punto de discusión ineludible es la designación de tareas dentro del proceso productivo. Las economías latinoamericanas son reconocidas por su fuerte componente de exportación de commodities. Esto es, extraer la materia prima e inmediatamente enviarla a países con industrias consolidadas que emplean ese producto para producir diferentes bienes de consumo final que generan mayores réditos que la exportación del mineral. A su vez, Benjamin Gedan comenta que el mundo requiere 6 veces la cantidad de litio que es producido hoy día[20]. Tomando lo anterior en consideración, los países de la región tienen la posibilidad de industrializar más el proceso local para aumentar las ganancias producto de la producción de litio.

En ese sentido, Gabriel Márquez presidente de Jujuy Litio Sapem resalta la importancia (inclusive a nivel geopolítico) que sostiene el dar valor agregado localmente al litio para sacarle mayor provecho en el mercado internacional[21]. Empero, y como es de esperarse, a las potencias no les interesa que se le dé valor agregado localmente. No les conviene por diversas razones: en primer lugar porque automáticamente se encarece el producto, lo que se traduce en mayores costos para ellas[22]. En segundo lugar, y quizás más importante aún, una creciente industria dentro de países que históricamente han sido dependientes de las economías internacionales supone el fortalecimiento de mercados internos, haciéndolos así menos susceptibles al acontecer global.

Los años por venir, están fuertemente permeados por oportunidades clave para los países del “Triángulo del Litio”. Fundamental será que ellos busquen adecuar la industria local del “oro blanco” a las imperativas medioambientales y las necesidades poblacionales; astuto será que implementen procesos que favorezcan su crecimiento económico, maximizando ganancias, sin sucumbir ante los intereses de potencias extranjeras.

Notas

[1] Bustos, Élida. 2014. El triángulo del Litio. Latin trade Enero-Febrero 2014, p. 14. Latin Trade (Edicion Español) Ene/Feb 2014 by Latin Trade Group - Issuu

[2] Nacif, Federico. 2019. El litio sudamericano: recurso estratégico y vinculación tecnológica. Realidad económica, 328, pp. 9-25. Vista de El litio sudamericano: recurso estratégico y vinculación tecnológica (iade.org.ar)

[3] Bustos, Élida. 2014. Op cit.

[4] Ibid.

[5] Mathias, Ebert. 20 de junio de 2021. La nueva fiebre del oro en los Andes. DW Documental. [Video]. YouTube. (51) Litio - La nueva fiebre del oro en los Andes | DW Documental - YouTube

[6] Govind, Bhutada. 5 de enero de 2023. This chart shows which countries produce the most lithium. World Economic Forum. This chart shows more than 25 years of lithium production by country | World Economic Forum (weforum.org)

[7] Bp. 2022. Bp Statistical Review of World Energy|71st edition. Statistical Review of World Energy 2022 (bp.com)

[8] Govind, Bhutada. 5 de enero de 2023. Op cit.

[9] FRANCE 24 Español. 31 de enero de 2023. Olaf Scholz de gira por América Latina: las intenciones de Alemania en la región. [Video]. YouTube. (51) Olaf Scholz de gira por América Latina: las intenciones de Alemania en la región - YouTube

[10] Ibid.

[11] Ibid.

[12] Diario Público. 24 de enero de 2023. Sin disimulos: la insoportable fijación de EE.UU. en los recursos de Latinoamérica. [Video]. YouTube. (51) Sin disimulos: la insoportable fijación de EE.UU. en los recursos de Latinoamérica - YouTube

[13] Ibid.

[14] Nacif, Federico. 2019. Op cit.

[15] FRANCE 24 Español. 31 de enero de 2023. Op cit.

[16] Bustos, Élida. 2014. Op cit.

[17] Nacif, Federico. 2019. Op cit.

[18] Mathias, Ebert. 20 de junio de 2021. Op cit.

[19] Ibid.

[20] CNN en Español. 27 de agosto de 2022. ¿Cómo varios países de América Latina pueden aprovechar las reservas de litio? [Video]. YouTube. (51) ¿Cómo varios países de América Latina pueden aprovechar las reservas de litio? - YouTube

[21] Mathias, Ebert. 20 de junio de 2021. Op cit.

[22] CNN en Español. 27 de agosto de 2022. Op cit.