Análisis semanal 476: Colombia no renueva su flota de cazas… por ahora (08 de enero de 2023)

Año: 
2023

 

Las Fuerzas Armadas de Colombia son uno de los aparatos militares más grandes y competentes de América Latina, ubicándose, en muchos aspectos, por encima de países que ostentan mayor capacidad en equipamiento militar.

Colombia se ha destacado por la voluntad de impulsar la profesionalización y la adquisición de equipos que suplan las necesidades perentorias. Sin embargo, este país se ha visto en las últimas décadas abocado a la guerra contrainsurgente, situación que ha llevado a no priorizar la adquisición de material estratégico, siendo pocos los esfuerzos para adquirir equipo de cara a un conflicto regular contra una amenaza extranjera. Este es el caso de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC).

Una convergencia política y comercial con Israel a finales de los años ochenta posibilitó que el país adquiriera 13 aviones de combate Kfir. Más adelante, en 2008, ambos países acordaron la adquisición de otros 24 aviones Kfir. Con el paso de los años, estos aviones recibieron actualizaciones de parte de Israel, lo que les permitió, entre otras cosas, que se adaptaran radares Elta EL/M 2032, misiles Rafael Derby y Python V, y cascos inteligentes.[1] Hacia el año 2019, 23 aviones Kfir permanecían operativos, pero para el año 2022, la cantidad se había reducido a la mitad[2], pues su vida útil se acababa en diciembre de 2023.

El Ministerio de Defensa empezó a recibir ofertas y cuatro empresas participaron en la puja por reemplazar la flota de los Kfir: Lockheed Martin de Estados Unidos con su F-16; Saab de Suecia con el Gripen E/F; Dassault Aviation de Francia con el Rafale C/F3 y Eurofighter de España con el Typhoon C.16. Finalmente, y tras una “evaluación técnica detallada, analizando todos los términos logísticos, así como costo, eficacia y eficiencia”, la FAC se inclinó por la adquisición de 16 aviones Rafale, que tendrían un costo de €2.500 millones de euros. Los Rafale C/F3 son aviones caza con una serie de capacidades denominadas “Omnirole”, que incorporan aspectos como defensa y superioridad aéreas, reconocimiento, orientación, dinámica, interdicción de precisión aire-tierra, ataques anti barcos, disuasión nuclear, entre otros.[3]

Aunque era un hecho conocido el poco tiempo de vida útil que le quedaba a los Kfir, la decisión de adquirir una nueva flota de aviones caza con un costo tan alto, generó una pequeña tormenta política en el país. Opositores y partidarios del presidente Gustavo Petro se manifestaron en contra de la compra. Roy Barreras, su aliado y presidente del Congreso afirmó que “los jóvenes del país no marcharon por aviones de guerra, sino por justicia social”, en referencia a la movilización social que caracterizó los últimos años de gobierno del ex presidente Duque. Hasta el hijo del presidente, Nicolás Petro rechazó la compra: “no estoy de acuerdo con la compra de aviones de combate. Todo para la paz, nada para la guerra”.[4] Efectivamente, para un gobierno que había pregonado en campaña la “paz total”, la justicia social y la disminución del poder de las fuerzas armadas[5], la compra de este sofisticado equipo militar se presentaba como compleja y difícil de justificar.

Más allá de una decisión política, sería un tecnicismo el que finalmente impediría, al menos temporalmente, el proceso de renovación de la flota de la FAC. El dinero que se utilizaría provenía de un acuerdo con el Consejo Nacional de Política Económica y Social (CONPES), máximo organismo nacional de planeación, que asesora al Gobierno sobre el desarrollo económico del país, durante la Administración del expresidente Duque. Sin embargo, el documento perdió vigencia legal el 31 de diciembre de 2022.[6]

Estas circunstancias obligan a la FAC a un retiro gradual de los Kfir que supondrá, no obstante, un proceso de mantenimiento de los mismos que estará a cargo de la empresa Israel Aerospaces Industries y que tendrá un costo de US$6.2 millones de dólares.

Por el momento, el presidente Petro no se verá obligado a tomar una decisión sobre la renovación de la flota de cazas. Hay circunstancias que han venido a quitar presión sobre la necesidad de sustituir a los Kfir, por ejemplo, la mejora sustancial de las relaciones con Venezuela, país con el que Colombia ha tenido tensiones militares relevantes en los últimos años y que dispone de una flota de al menos 20 aviones caza Sukhoi Su-30 y de unos 20 F-16.

Sin embargo, a mediano plazo su gobierno no podrá eludir la decisión de invertir en la renovación de la flota. Dos factores parecen evidentes. En primer lugar, Colombia sigue enfrentando una amenaza fuerte del narcotráfico y las perspectivas de la “paz total” con los grupos guerrilleros que se mantienen en armas es todavía incierta. En segundo lugar, el establishment militar colombiano sabe que un entorno geopolítico menos amenazante no justifica que los equilibrios regionales se alteren en detrimento de Colombia. En definitiva, tardo o temprano, el realismo terminará imponiéndose sobre cualquier otro criterio.

Notas


[1] Anuario Latinoamericano de la Defensa 205. Madrid: Grupo Efefa.

[2] Méndez, Alicia. Una flota de 16 casas Rafale C/F3 se plantea para reemplazar los Kfir. El Tiempo, 22 de diciembre de 2022.

[3] Ibid.

[4] Ibid.

[5] Rivas, Santiago. El reemplazo del Kfir en Colombia: un análisis de las opciones. Pucara Defensa. Recuperado de https://www.pucara.org/post/el-reemplazo-del-kfir-en-colombia-un-análisis-de-las-opciones

[6] ¿Por qué Colombia finalmente no comprará los cazas Rafale para reemplazar sus Kfir? Sputnik. Recuperado de https://sputniknews.lat/20230104/por-que-colombia-finalmente-no-comprara-los-cazas-rafale-para-reemplazar-sus-kfir-1134304167.html