Análisis semanal 475: (Ciber)protestas contra la política “Cero Covid” en China: una breve aproximación (02 de enero de 2023)

Año: 
2023

 

En este artículo breve, se pretende analizar las protestas y ciberprotestas contra la política del “cero covid” en China, las cuales han tenido mayor presencia en los últimos meses del año 2022. Dicha política ha llegado a su fin, por lo cual es pertinente analizar, en el marco del sistema político chino, la relación de las protestas con la toma de decisiones políticas. Para esto, se utilizan referencias tanto de fuentes periodísticas occidentales como de publicaciones en redes sociales de Weibo e Instagram por parte de la ciudadanía digital China.

Estudiantes sosteniendo papeles blancos para protestar contra la censura. Beijing

La política “Cero COVID” en China ha sido aplicada desde la proliferación del virus SARS-CoV-2 en la ciudad de Wuhan, la cual implicaba una serie de medidas como cuarentena obligatoria, cierre de negocios, edificios y residencias civiles, así como empresas, fábricas y centros comerciales. Asimismo, se estipulaba la aplicación de pruebas masivas, regulación de entrada y salida a ciudades y aislamiento total de personas portadoras del virus. Todo esto para cumplir con el objetivo de mantener al mínimo los contagios y muertes. [1]

El presidente Xi Jinping ha promovido esta política como parte de sus decisiones como líder frente a la comunidad internacional en el manejo de la pandemia. De esta forma, su imagen se ve inevitablemente ligada a los resultados estadísticos de salud pública. Así pues,

De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud, desde el inicio de la pandemia se han registrado en China unos 9,6 millones de casos confirmados de la enfermedad y unas 30.000 muertes asociadas a la misma. Unas cifras muy bajas cuando se comparan con los 97 millones de casos y un millón de fallecidos registrados durante el mismo período en Estados Unidos, un país que tiene una cuarta parte de la población de China. [2]

Con estos datos, es pertinente ver cómo los resultados en China de la implementación de medidas sanitarias han demostrado la efectividad de estas medidas para mantener los contagios y muertes controlados. Evidentemente, no es un asunto menor, pues la protección de la salud pública es un derecho fundamental establecido en la Constitución China.

Trabajador en labores de desinfección de automóviles. Yongkang, Zhejiang, China

Ahora bien, aunque las medidas hayan demostrado ser efectivas en términos estadísticos, su larga duración y poca flexibilidad han generado otros problemas que también son importantes de mencionar.

Los confinamientos de edificios y comercios implicaban una reducción en la oferta de bienes y servicios, así como la paralización de algunos de ellos. Muchas personas aisladas no tenían acceso a alimentos, productos médicos y otros servicios de necesidad cotidiana. Asimismo, la salud mental en los confinamientos se vio seriamente afectada, por no omitir también la economía internacional, dado que se hubo interrupciones en la cadena de suministros mundial. [3]

A raíz de lo anterior, se han producido múltiples protestas y manifestaciones tanto en espacios físicos como virtuales de la población China. Uno de los catalizadores de una ola de protestas fue el accidente ocurrido en Urumqi, Xinjiang, donde una comunidad, con mayoría de habitantes de la etnia Uyghur, sufrió un incendio el cual tuvo como consecuencia la muerte de personas por el confinamiento obligatorio y la poca agilidad en los procesos de atención a la emergencia por parte de los bomberos.

Entre los días del 25 al 27 de noviembre se suscitaron 27 protestas en 15 ciudades de China para exigir justicia por el incidente de Urumqi. Asimismo, se contabilizaron, en total, 688 protestas a lo largo del país. [3] Según el artículo 35 de la Constitución de China: <<Los ciudadanos de la República Popular China tienen libertad de expresión, de prensa, de reunión, de asociación, y libertad para hacer desfiles y manifestaciones>>. [4] Esto contradice algunas narrativas occidentales sobre la pasividad de la ciudadanía china ante sus gobernantes. No obstante, también es cierto que varias de estas protestas han sido interrumpidas por despliegues policiales y que han resultado en el arresto de ciudadanos, gran parte de ellos estudiantes universitarios.

En este sentido, los manifestantes han utilizado las plataformas de redes sociales chinas como Weibo para viralizar material audiovisual y comentarios respecto a las protestas. Es sabido que las autoridades chinas tienen potestad de censurar mensajes en dichas redes, sin embargo, los últimos acontecimientos han provocado una cantidad muy grande de interacciones que se han sobrepasado los límites de los controles.

“Primero, le temen al discurso, luego al texto, luego a los papeles en blanco, ahora incluso a las señales de tráfico. Ellos le temen a todo, entonces ¿por qué nosotros les tememos a ellos?”

“Es momento para hacer un llamado a la libertad de los manifestantes! Gracias a estos chicos jóvenes podemos ir a casa a salvo, sin necesitar ser transportados a los hospitales de cabina”

Asimismo, personas chinas, incluyendo aquellas que están en el extranjero, han generado cuentas en Instagram en donde comparten información sobre las protestas, siendo un espacio que escapa a la censura del gobierno chino. Cuentas como northern_square, citizensdailycn y whatsup_beijing poseen miles de seguidores.

Perfil de whatsup_beijing

Así pues, la cantidad de ciberprotestas en donde se ha criticado la política del “cero covid” han sido tan numerosas y han ocupado tan diversos espacios que es difícil mantener la censura. “Las personas jóvenes son inteligentes y saben cómo ingeniárselas en las redes sociales para publicar material”. [5]

Ahora bien, ¿cómo podemos tratar de entender estos fenómenos desde el marco del sistema político chino? Patricia Holkemeyer, en su libro: “Sistema Político Chino” menciona dos conceptos que pueden relacionarse someramente con dichos eventos. El primero es la <<perspectiva científica del desarrollo>, la cual tiene que ver con la idea de que las instituciones y la innovación, tanto empresarial como técnica y social, deben promover los derechos e intereses de la ciudadanía. Este concepto fue introducido a la Constitución China en el año 2007 [6]. En este sentido, la perspectiva científica tiene que ver con la capacidad institucional de hacer frente a un riesgo tal como el virus SARS-CoV-2 y proteger el derecho a salud de la ciudadanía, por su parte, el “desarrollo” puede situarse en el marco internacional, en tanto un Estado que logre mitigar efectivamente las consecuencias de una pandemia tiene capacidades para considerarse un país desarrollado. No está demás decir que la competencia frente a potencias como Estados Unidos en este tema es algo que preocupa al gobierno chino.

Ahora bien, que esta sea la aplicación de una <<perspectiva científica del desarrollo>> no implica necesariamente que las decisiones tomadas hayan sido absolutamente científicas. De hecho, las decisiones en una coyuntura pandémica pueden utilizar el conocimiento científico, pero estas siempre tendrán carácter político, de tal forma que siempre van a haber afectaciones sea en la salud, en lo económico o en lo social, entonces, la responsabilidad de las autoridades recae en buscar balances o priorizar un área sobre otra.

Dicho esto, el segundo concepto es llamado <<sociedad armoniosa>> y fue propuesto por el expresidente Hu Jintao como una forma de explicar la legitimidad del gobierno al mismo tiempo que dote de estabilidad al país y a las demandas de la ciudadanía. Este concepto deriva de la filosofía de Confucio, por lo que apela a sentidos de moralidad y cultura china. [7] Con esto, es de esperar que sectores de las autoridades y sociales tengan resistencia a las protestas y manifestaciones, en tanto se percibe que estas alteran el orden público y la armonía que debe existir en la sociedad. Este pulso de los manifestantes, por tanto, no es solamente contra las autoridades, sino que es un conflicto con los propios valores y principios del sistema político y cultura china que evidencia la complejidad del fenómeno, complejidad que suele ser invisibilizada por enfoques que se centran únicamente en la acción gubernamental y la deslindan del pueblo chino y su imaginario.

Después de esta explicación, es pertinente observar cómo la presión de las (ciber)protestas han logrado agitar a las autoridades, de tal forma que la política “cero covid” ha sido dejada de lado, sin omitir que aún seguirán existiendo medidas para controlar los contagios y muertes asociadas a la enfermedad. Esto evidencia también que, en el marco del sistema político chino, las presiones y pulsos entre la acción ciudadana y la acción gubernamental existe y orienta las decisiones.

Notas

[1] Ramzy, Austin. (2022) La política china de “cero covid”: esto es lo que significa. The New York Times. Recuperado de: https://www.nytimes.com/es/2022/09/11/espanol/china-cero-covid.html

[2] BBC. (2022) China levanta algunos confinamientos: cómo el país se quedó atrapado en su política de covid cero y por qué las vacunas son su talón de Aquiles. Recuperado de: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-63816404

[3] Ídem

[4] Constitución de China (1982) Recuperado de: https://www.constituteproject.org/constitution/China_2004.pdf?lang=es

[5] Mullin, Larry. (2022) How Zero COVID protests broke through china’s internet censorship. The Diplomat. Recuperado de: https://thediplomat.com/2022/12/how-zero-covid-protests-broke-through-chinas-internet-censorship/

[6] Holkemeyer, Patricia. (2015) Sistema Político Chino: Más allá de los estereotipos. Editorial UCR: San José, Costa Rica. San José: Editorial UCR

[7] Ídem