Análisis semanal 468: Qatar 2022: la pelota sí se manchó (14 de noviembre de 2022)

Año: 
2022

 

Cada 4 años el orbe se paraliza alrededor de la fiesta del futbol mundial, las esperanzas de millones de personas en diferentes contextos están sobre los hombros de seleccionados nacionales que disputan el certamen más importante en términos futbolísticos; y a poco más de un mes para que inicie otra Copa del Mundo, es necesario traer a colación todo lo que amarga la realización de ésta.

La Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), al ser el máximo ente del fútbol a nivel mundial, se encarga de velar por la elección de las sedes para la realización de las copas mundiales en todas sus variaciones, por lo que, hace doce años, en el 2010, después de una ola de casos de corrupción dentro del órgano, así como las múltiples críticas por lo que fue la Copa del Mundo en Sudáfrica de ese año, se decidieron las sedes para las competiciones de 2018 y 2022.

Elección de Qatar como sede

Históricamente la elección de las sedes para la Copa del Mundo ha sido un tema controversial, desde la primera ocasión cuando el campeonato se decide realizar en Uruguay y esto atrajo el malestar de las selecciones europeas, posteriormente, para 1934, cuando se organiza en Italia, todas las selecciones sudamericanas declinan su participación a excepción de Brasil [1].

Sin contar, además, la ardua lucha para la realización de mundiales en tierras norteamericanas, africanas y asiáticas; por decir, Oceanía que se ha propuesto en varias ocasiones y no logra el cometido aún, y Centroamérica, subcontinente que tan siquiera ha sido tomado en cuenta para la realización de mundiales mayores masculinos.

Ahora bien, dado el contexto, después de Sudáfrica 2010 y la ola de casos de corrupción dentro de la FIFA, las candidaturas fueron presentadas, estás estaban conformadas por: Estados Unidos, Corea del Sur, Japón, Australia y Qatar. Sin embargo, la federación catarí idearía un plan para lograr ser anfitriona, el cual consistió en aliarse con las selecciones del golfo pérsico, con la Real Federación Española de Fútbol, que, a su vez, contaba con el apoyo de dos de los clubes más grandes del mundo como el FC Barcelona y el Real Madrid CF, además, de tener como emblema a la leyenda Zinedine Zidane [2].

Por consecuencia, aunque con un baño de críticas, la FIFA decidió otorgarle la organización de la fiesta del fútbol, a Rusia para 2018, y a Qatar en 2022, dos países cuyas características en el ámbito de los Derechos Humanos, son más que cuestionables.

Identidad nacional y cultura futbolística

La cultura futbolística de Qatar es casi nula, su historia con el fútbol, al igual que su historia como Estado Soberano, se remonta a 1971, cuando después de lograr la independencia del Reino Unido, se afilia a la FIFA la Asociación de Fútbol de Qatar, que fungía desde 1960 como ente rector del deporte rey en el territorio, pero sin la oficialidad. Sus páginas más doradas fueron escritas en 1981 cuando en la Copa del Mundo Sub-20 logra el subcampeonato, incluyendo un gane contra las potencias Brasil e Inglaterra, resultados que generarían la creación de identidad nacional, más aún, tomando en cuenta, que derrotaron y dejaron fuera de la competición a la selección que representaba al Reino Unido.

Asimismo, al pasar los años, y siendo aún un emirato pobre, no el paraíso multimillonario que es hoy en día logra mediante la organización de una Copa del Mundo Sub-20 que los ojos de las personas amantes del deporte vuelvan a verles, pues en 1995, la FIFA y el mundo del fútbol tienen el primer acercamiento con Qatar.

Del Emirato pobre al país más rico del mundo

Si bien es cierto, desde antes de su independencia, la economía catarí ha dependido en su gran mayoría del petróleo y el gas, no fue hasta la década de 1990 que éstos se convertirían en la arista más vital del día a día económico en Qatar [3].

Cuando la Copa Mundial Sub-20 de 1995 se disputa, el emirato apenas daba pequeños pasos para llegar a ser lo que es ahora, pero tuvo que esperar hasta 2013 para ser considerado el país más rico del mundo, esto con la llegada del Emir Tamim bin Hamad Al Thani, sucesor de su padre [4]. Sin embargo, para llegar a tener esa denominación, Qatar tuvo dos ases bajo la manga durante el proceso: Al Jazeera y Qatar Airways.

Con fundación en 1995, Al Jazeera es la cadena televisiva y de comunicaciones más importante, no solo de Qatar, sino, de todo Medio Oriente. Su reputación no era la mejor, pues incluso se transmitían entrevistas con personajes terroristas como Osama Bin Laden. Por consiguiente, para los años venideros el gobierno impulsó un cambio de imagen para Al Jazeera, siendo en 2006 cuando se expandiría y crearía su versión en inglés, y en 2013 creando una plataforma virtual enfocada en redes sociales con un público más juvenil. En la actualidad el círculo del Emir Al Thani sigue manejando la cadena a gusto y utilizándola como propaganda.

Asimismo, la aerolínea Qatar Airways, financiada también con dinero del gobierno, ha adquirido prestigio y credibilidad a nivel internacional, tal es el punto que fue considerada como la mejor del 2021. La empresa tiene aproximadamente una década ligada al mundo del futbol, patrocinando equipos, competiciones oficiales de la FIFA y siendo un pilar fundamental para el gobierno catarí.

Es así como el emirato pasó de ser un país pobre de Medio Oriente que disponía de pocos recursos económicos, a ser ahora, uno de los países más ricos del mundo, que goza de un clima sociopolítico envidiable y es, para muchas personas, ejemplo de cómo crecer y desarrollarse.

Derechos Humanos en Qatar

El respeto a los Derechos Humanos no es algo de lo que Qatar precisamente deba estar orgulloso. Escudándose en su cultura, en sus costumbres y tradiciones, este país de Oriente, violenta día a día los derechos básicos -más adelante se ahonda en las violentaciones en torno a la realización del Mundial- que toda persona por su condición de ser humano tiene.

Se puede empezar mencionando las faltas a la libertad de expresión, las mordazas impuestas por el gobierno a sus detractores, que, pese a que las leyes señalan que sí puede existir oposición, ésta es prácticamente nula, ya que la libertad de reunión es muy limitada [5].

De igual manera, el sistema de tutela en el que viven muchas mujeres convierte a Qatar en un Estado con ideas machistas y misóginas. Este sistema consiste en que la mujer, por su sola condición de mujer, debe estar atada socialmente a un hombre, quien puede ser un familiar como su padre, hermano o abuelo, o bien, su esposo; este hombre es el encargado ante la ley y la sociedad de velar por las decisiones que la mujer tome, sean éstas: casarse, estudiar o viajar, por decir ejemplos. Todo esto sin mencionar, que, el optar por puestos gubernamentales o atención médica reproductiva es casi un imposible [6].

Aunado a lo anterior, la migración es un tema que no se maneja pertinentemente en Qatar, las pésima condiciones laborales para migrantes le convierten en un país que no promueve derechos básicos para personas que huyen de sus países con el fin de buscar una mejor calidad de vida, pero terminan igual o hasta peor.

Sportwashing de Qatar

El término anglosajón sportwashing, literalmente traducido al castellano como lavado deportivo, tiene algunos años de ser acuñado, empero, no se conoce con exactitud quién y cuándo fue explicado por primera vez. Uno de los primeros escritores que utilizó este término para analizar la elección de Qatar como sede de la Copa del Mundo, es el profesor universitario y exfutbolista inglés Simon Chadwick, quien desde el 2018 es un fiel detractor de Qatar como organizador [7].

Para Chadwick, y muchas otras mentes académicas, el lavado deportivo ocurre cuando un país con un historial poco o nada ejemplar pretende lavar su reputación mediante el deporte [8]. Entendido lo anterior, el caso de Qatar, fuera de críticas y desde una perspectiva de mercadeo, es un plan maestro; ya que, desde mucho antes de la elección, con premeditación o no, se inició el proceso de sportwashing.

Inicialmente, en su afán de llevar la fiesta del fútbol a países en vías de desarrollo, la FIFA le otorga la realización del Campeonato Sub-20 de 1995; análogamente, la Qatar Stars League, la liga doméstica catarí, atraería a sus tierras a futbolistas de talla mundial tales como los goleadores argentinos Claudio Pol Caniggia y Gabriel Omar Batistuta, el campeón mundial español Xavi Hernández, el también campeón del mundo pero brasileño, Romario, la leyenda del Real Madrid, Raúl González, el capitán de la Italia campeona, Fabio Cannavaro, los hermanos De Boer y el mexicano Marco Fabián. Lo anterior es solo por mencionar algunos ejemplos de futbolistas que siendo estrellas internacionales jugarían en Qatar, otra evidencia del sportwashing.

Como se mencionó anteriormente, para seguir el patrón de este lavado deportivo, la aerolínea Qatar Airways contabiliza, aproximadamente, una década inserta en el mundo del fútbol; ya sea como patrocinador principal, saliendo en camisetas y estando presente en estadios de equipos de calibre mundial, como el FC Barcelona, Boca Juniors, AS Roma, Bayern München, Chapecoense, por citar algunos.

Igualmente, la aerolínea patrocina competiciones oficiales de la FIFA, ejemplo de ellas son las competiciones de equipos y de selecciones de las confederaciones continentales, tales como: Copa Libertadores, Concacaf Champions League, las eliminatorias de Concacaf y Conmebol, entre otras.

Además, la relación estrecha que existe entre Qatar y el equipo más mediático de la actualidad, el Paris Saint Germain (PSG), fortalece la teoría que implica el lavado deportivo catarí; y es que, en 2011 la Oryx Qatar Sports Investments, empresa accionarial fundada en 2005, compró las acciones del equipo parisino, desde entonces el club ha logrado fama a nivel mundial. Actualmente, es gracias a la inyección económica de esta empresa, que a su vez se financia con dinero del gobierno de Al Thani, que el PSG pudo adquirir a Neymar y a Messi [9].  Es decir, indirectamente, dos de los mejores futbolistas son caras del sportwashing catarí.

Sportwashing para afuera, esclavitud para adentro

El proceso de lavado deportivo del cual ahondé en líneas anteriores no cambia en lo absoluto las barbaridades que se cometen a lo interno del emirato. No son solo los malos tratos a la mujer, el irrespeto a la libertad de expresión o las condiciones laborales para las personas migrantes; sino, además, a la gente que ha trabajado en la construcción de estadios y nueva infraestructura de cara al Mundial de este 2022. Incluso, desde hace diez años, se hablaba de esclavitud en Qatar; pues el laborar en las construcciones de la Copa del Mundo es y ha sido un martirio [10].

Para aquel entonces, 2012, se hablaba de que docenas de nepalíes estaban siendo obligados a trabajar forzosamente en las construcciones, alegaban que se les debía el pago de meses, el acceso al agua estaba prácticamente negado, e incluso, se les habían confiscado los pasaportes [11].

Lastimosamente, las condiciones no cambiaron en diez años, y con la Copa del Mundo a la esquina, es mundialmente conocida la situación. Según datos de Amnistía Internacional, 1.7 millones de personas migrantes fueron contratadas para trabajar, sin embargo, las condiciones nunca fueron las óptimas y sufrieron de situaciones de vida nefastas, hacinamiento en las viviendas, retención de pasaportes, retrasos salariales, pagos miserables, trabajo forzado y amenazas de muerte [12].

A pesar de las violentaciones mencionadas, a la FIFA esto le importa poco, pues desde ya se habla que la Copa del Mundo va a ser la más cara de toda la historia, y que el ente va a percibir una cantidad multibillonaria en ganancias; y para Qatar, el negocio recae no solo en lo económico, sino, además, en el reconocimiento mundial y su consagración como una ascendente potencia mundial.

La pelota sí se manchó

Una vez allá por el 2001, un jugador amado por unas personas y odiado por otras, mencionó en su discurso de despedida como profesional: «el fútbol es el deporte más lindo y más sano del mundo. Porque se equivoque uno, no tiene que pagar el fútbol. Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se mancha»

El fútbol, ese deporte que une naciones, que funde corazones en abrazos, que no discrimina clase social, sexo o color de piel, el deporte rey, ese hoy está de luto; y debe estarlo por mucho tiempo, pues la fiesta más importante está manchada con la sangre de los trabajadores muertos por las condiciones laborales en las construcciones de estadios, está manchado con las bofetadas amparadas en la ley que reciben las mujeres en Qatar, está manchado con la angustia de las familias migrantes que huyeron a Qatar buscando mejores condiciones y terminaron secuestradas trabajando para el gobierno. Sí, la pelota sí se manchó, y es una mancha sangrienta, machista y terrorista.

Galeano, un amante empedernido del fútbol, dijo una vez: «El juego se ha convertido en espectáculo, con pocos protagonistas y muchos espectadores, fútbol para mirar, y el espectáculo se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos del mundo, que no se organiza para jugar sino para impedir que se juegue» [13]. Y cuánta razón tenía, hoy el fútbol fue arrebatado de quienes sufren con pasión su juego, y se le fue dado a un país sin tradición futbolística que busca limpiar su reputación pero que esclaviza personas.

Como latinoamericano que desde pequeño ha visto en el fútbol un refugio, no quiero hacer como la leyenda Eric Cantona, quien ha afirmado, no verá la Copa del Mundo; sin embargo, tampoco puedo cegarme de las evidentes violentaciones a los Derechos Humanos que existen detrás de la fiesta más importante para el mundo del fútbol. Y sí, la pelota sí se manchó; y es una mancha sangrienta, machista y terrorista.

Notas

[1] L'Italia di Pozzo. "La historia de la Copa del Mundo 1934". Actualidad RT, 2005. https://actualidad.rt.com/mundial/historia/1934

[2] Mariani, Mauro. "¿Por qué se juega el Mundial 2022 en Qatar? ¿Cómo ganó la sede?" Sporting News, 21 de septiembre de 2021.

[3] Martínez, Patricio. "Qatar, un pequeño gigante". Programa Universitario de Estudios sobre Asia y África.

[4] Íbid.

[5] Moya Mena, Sergio. "Catar: un país dos caras". Reportes del CEMOAN, n.º 39 (2022).

[6] Íbid.

[7] Chadwick, Simon. "Sport-washing, soft power and scrubbing the stains". Asia & The Pacific Policy Society, 24 de agosto de 2018.

[8] Íbid.

[9] Redacción Depor. "El ‘caso Mbappé' y la eliminación ante el Madrid son claves: Qatar evalúa vender al PSG". DEPOR, 11 de abril de 2022.

[10] Sports The Guardian. "Revealed: Qatar's World Cup 'slaves'". Guardian.

[11] Íbid

[12] Amnesty International. "QATAR, LA COPA MUNDIAL DE LA VERGÜENZA". Amnesty.org. Consultado el 3 de octubre de 2022.

[13] Galeano, Eduardo. El fútbol a sol y sombra. 5a ed. Madrid, España: Siglo XXI de España Editores, 2015.