"Hoy, la Corte Suprema no solo revirtió casi 50 años de precedentes, sino que relegó la decisión más intensamente personal que alguien puede tomar a los caprichos de políticos e ideólogos: atacar las libertades esenciales de millones de estadounidenses", Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes.
El Fallo Roe V Wade ha sido uno de los hitos históricos más importantes de todo el continente americano. Esa decisión de la Corte Suprema de 1973 significó un avance para los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, tras declarar el aborto como un derecho constitucional.
El impacto fue toda una oleada en materia de género, y representó un banderín en la carrera del movimiento sexual feminista surgido desde la década de los sesenta, que dio a las mujeres el derecho a decidir, la libertad y autonomía sobre sus cuerpos, pero sobre todo, puso fin a una brecha, aún existente en América Latina, que impedía a las mujeres de estratos sociales vulnerables acceder al aborto, mientras que las mujeres blancas adineradas, podían pagar para que su interrupción fuese legal bajo la categoría de aborto terapéutico.
Recorrido histórico
Para la década de 1960, existía la posibilidad de aplicar abortos terapéuticos, sin embargo, todo dependía de la voluntad del médico. Muchas mujeres tenían que ir ante un comité de doctores, todos hombres, y solicitar el aborto terapéutico, no eran tratadas correctamente, eran juzgadas les decían que no era responsabilidad de ellos enmendar los errores de ellas, o incluso se le imponía la esterilización a cambio de realizar el aborto (1).
Pero si se trataba de una mujer blanca y rica, probablemente se podía acceder al procedimiento llamado aborto terapéutico, aunque fuese aborto libre. Para el personal médico, la diferencia entre el aborto terapéutico y el aborto libre, eran $300, y ser mujer blanca (2).
El aborto seguía siendo ilegal y muy invisibilizado. Sin embargo, el tema tuvo un papel protagónico cuando, en 1962, una mujer llamada Sherri Finkbine -hija de una presentadora de televisión-, mamá de 4 hijos, estaba embarazada de un bebé deseado, pero había consumido un medicamento que contenía Talidomida. El doctor le recomendó abortar por las complicaciones médicas de esta sustancia, la cual impedía el desarrollo de brazos y piernas fetales. Ella sentía la necesidad de que conocieran su historia, para que otras mujeres en esa posición tuvieran la oportunidad de hacerlo, pero una vez se hizo público su caso, el Hospital local le negó el aborto, y no encontró ningún lugar en el país que le realizara el procedimiento médico. Finkbine tuvo que viajar hasta Suecia a realizar el aborto, el doctor que atendió su caso indicó que el feto no tenía piernas, y tenía solo un brazo (3). Esto llamo la atención de la gente, y el tema empezó a viralizarse en diversos movimientos sociales.
En 1962, el American Law Institute (ALI), una respetada organización de jueces, abogados, y profesores de derecho, propuso un nuevo enfoque legal para el aborto. El proyecto fue un "código penal modelo" propuesto para legalizar lo que generalmente se conoce como abortos terapéuticos. Estos son abortos que, a juicio de un médico, están justificados debido a una condición que afecta la salud física o mental de la mujer o el desarrollo del feto, o porque el propio embarazo resultó de un acto delictivo (4).
En un estudio científico, la Dra. Calderone, estimó que el aborto terapéutico no era una de las principales razones de la realización de los abortos, pero situaciones como la de Sherri Chessen Finkbine habían comenzado a persuadir a los líderes de las profesiones conservadoras del derecho y la medicina de que era hora de relajar las viejas restricciones, al menos para los abortos que podrían considerarse terapéuticos. La propuesta del instituto demostró ser influyente en el primer movimiento de reforma del aborto. En poco tiempo, 12 estados flexibilizaron su prohibición del aborto existente y adoptaron total o parcialmente la recomendación de ALI. Dichos Estados fueron: Colorado, Carolina del Norte y California en 1967; Maryland y Georgia siguieron en 1968; Arkansas, Delaware, Nuevo México, Kansas y Oregón se unieron en 1969; y Carolina del sur y Virginia siguieron en 1970 (5).
A pesar del avance, en realidad el enfoque de ALI, se enfocaba en proteger legalmente a los médicos que hacían las intervenciones, y no en los derechos de las mujeres sobre sus propios cuerpos.
En 1965, la Ley Comstock fue abolida en Connecticut por la Corte Suprema de Justicia, porque, según el derecho de privacidad, el Estado no podía intervenir en los asuntos íntimos de las parejas. A partir de ello, las parejas de casi todos los estados estadounidenses tuvieron la oportunidad de acceder a métodos anticonceptivos de manera legal, -los cuales eran considerados obscenos por le ley Comstock vigente desde 1886- (6).
Ya para 1970, New York, Alaska, Hawai y Washington permitieron el aborto libre, dando un paso importante de cara a la legalización del aborto a nivel nacional.
El 1 de julio de 1970, el clero de New York abrió la primer clínica para abortar. La clínica hizo más de 100 abortos diarios durante 13 meses, hasta que otras clínicas abrieron. Fue el primer paso radical. La mujer podía abortar hasta los dos primeros semestres, no debía dar explicaciones a nadie, era su decisión. Haciendo enojar a la Iglesia Católica (7).
Fallo Roe V Wade
Sarah Weddington y Linda Coffee, dos recién graduadas de Derecho de la Universidad de Texas, se habían dedicado a estudiar el aborto como un derecho constitucional. Ellas fueron las representantes ante este caso. Ambas abogadas habían reclutado a tres demandantes: un matrimonio, Marsha (8) y David King; y Norma McCorvey, soltera y embarazada de 21 años. McCorvey ya había tenido dos hijos y había renunciado a la custodia de ambos; esta vez, ella quería un aborto. En la demanda, los King se convirtieron en Mary y John Doe, y Norma McCorvey se convirtió en Jane Roe. El acusado, Henry Wade, era el fiscal de distrito de Dallas (9).
Las abogadas presentaron el caso en el tribunal federal de Dallas el 3 de marzo de 1970. El 17 de junio, un panel de tres jueces acordó por unanimidad que la ley de Texas violaba el “derecho fundamental de la mujer a elegir si tener hijos”. El tribunal dijo que la ley era inconstitucional y vaga, ya que no dejaba claro si el personal médico debía asumir consecuencias legales al realizar abortos terapéuticos en casos de embarazos muy riesgosos para la vida de las mujeres.
Pero, aunque fallaron a favor de Jane Roe, los jueces desestimaron a Mary y John Doe del caso, porque carecían de un interés suficientemente concreto en el resultado. Y el tribunal, adhiriéndose a the federal policy of non-interference with state criminal prosecutions (“la política federal de no interferencia con los procesos penales estatales”), se negó a emitir una orden que prohibía al estado aplicar la ley en el futuro (10). Jane Roe fue el primer caso a llegar a la Corte Suprema.
La abogada Sarah Weddington recuerda: "iniciamos una demanda colectiva para que se protegiera a las mujeres embarazadas ahora y en el futuro por si querían abortar. Yo tenía 26 años, y me convertí en la primer mujer joven en argumentar ante la Corte Suprema sobre el aborto" (11).
Coffee y Weddington manifestaron ante la Corte “no pedimos a la Corte que determine que el aborto es bueno ni deseable en ninguna situación. Vinimos a luchar por el derecho de la mujer a decidir si continuará con el embarazo” (12). El trabajo de ambas abogadas fue excepcional. Linda Greenhouse, apunta que ellas “argumentaron ante nueve hombres, ancianos y de mediana edad. Era una Corte conservadora, había cuatro jueces nombrados por Nixon. Aunque el aborto no era un tema político, era un problema médico y social” (13).
Sarah Weddington recuerda: "Un juez me preguntó ¿cuándo cree que se inicia la vida humana? Y yo contesté: “su señoría, no intentamos determinar ese momento. No hay respuesta para eso. Las religiones tienen respuestas diferentes, pero no hay un estándar legal que diga: en este momento, el feto es humano. La pregunta es quién decide esa decisión, ¿es la mujer? ¿O el Gobierno? Mi postura es que no le corresponde al Gobierno" (14).
Con el trabajo arduo realizado por ambas abogadas, por miles de mujeres y por los movimientos feministas a lo largo del país, en 1973 la Corte Suprema falló a favor de Roe, legalizando el aborto hasta la semana 27, y el aborto terapéutico permitido hasta la semana 40.
La Corte se dividió en 7 a 2: Byron White y Willian Rehnquist disintieron. El fallo convirtió el aborto en un asunto privado, los Estados no aprobarán leyes en contra salvo para los últimos meses de embarazo “cuando se aprobó lo de Roe, todos se sorprendieron. Fue un cambio radical, todo quedó en manos de la mujer, y abolieron las leyes. Ya no podrían aprobarse leyes contra el aborto, al menos no directamente. Era un derecho constitucional” (15).
El aborto como botín político
A pesar de que el aborto se ha convertido en los últimos años en un botín político, la periodista jurídica, Linda Greenhouse afirma que antes de los 80s el aborto no era un asunto partidario, ni había que ser provida para ser republicano.
En la elección de 1980 – según el historiador Randall Balmer (16) - el aborto se convierte en un asunto político, y, sobre todo, republicano. Jerry Falwell (17) vio en el evangelismo la base de un movimiento político. Quiso organizar a los votantes evangelistas que, hasta entonces, no habían estado activos. Falwell y la derecha conservadora identificaron a Ronald Reagan como el candidato que presionaría para que se cumpliera su plan social conservador. Pero lo que hizo a los líderes evangélicos estar interesados en la política es que la Biblia mencionaba la separación de razas, y varias academias segregacionistas estaban solicitando la exención de impuestos. El Tribunal de distrito dictaminó que, si una organización que discriminara o segregara racialmente, no podía solicitar excepción de impuestos. Ese fue el catalizador de que la derecha conservadora evangélica comenzara a militar en la política.
De manera que, su interés no radicaba en la promoción de valores acorde a sus creencias religiosas ni a su cosmovisión, sino que la actividad política se había convertido en la única vía para evadir impuestos, y el aborto fue el tema ideal para entrometerse en el mundo partidario.
El estratega político, Paul Weyrich, quien fomentaba la elección Reagan, fue quien impulsó el aborto como catalizador. Él reconocía el potencial electoral de los votantes evangelistas, pero necesitaba un tema popular que atrajera a los votantes religiosos en general. Fue astuto al darse cuenta de que el racismo evidente no servía a gran escala. Al ver la gran cantidad de personas que se movilizaba mediante el apoyo religioso, Weyrich dijo: “¡lo encontramos! El aborto nos servirá como tema político (18).
Ronald Reagan ganó las elecciones tiempo después. Es así como el aborto empezó a ser utilizado como un botín político-electoral en Estados Unidos, y empezó a surgir efectos positivos para la movilización conservadora a nivel internacional.
Uno de los primeros pasos para mantener el orden conservador republicano, fue seleccionar a personas que compartieran las mismas opiniones dentro de la Corte Suprema. Fue así como el entonces presidente Reagan nombró a Sandra Day O’Connor como nueva jueza, siendo la primer mujer en la historia estadounidense de ocupar ese cargo en 1981. En ese momento, O’Connor se había autoproclamado públicamente como partidaria del movimiento provida (19). Sin embargo, la jueza votó, finalmente, a favor de Roe V Wade.
Pero ese avance no podía verse como la victoria absoluta. Poco a poco el movimiento en contra del aborto empezó a movilizarse para frenar los procedimientos a como diera lugar. Fue así como Randall Terry creó en 1986 la operación rescate (Operation Rescue (20)), una movilización casi militar que tuvo como principal propósito cerrar las clínicas en las que se realizaban abortos en Estados Unidos. Troy Newman, su presidente, encabezó la movilización de personas para que se apoderaran de las clínicas, las cerraron, y las han utilizado como sus oficinas.
El movimiento en contra del aborto seguía en pie, y cada vez tenía más fuerzas. Cuando George W.H. Bush fue legislador en 1971, fue conocido por dar apoyo a Planned Parethood, cuando asumió la presidencia en 1989, se pensaba que mantendría el apoyo a que las mujeres pudieran elegir, sin embargo, tuvo una postura más firme en contra del aborto que su antecesor Reagan.
Fue entonces cuando Roe corría más riesgo, ya que Bush se encargó de colocar a jueces conservadores ante la Corte Suprema (21). Pero el movimiento feminista a favor del aborto seguía movilizándose y haciendo que el derecho continuara vigente.
En 1992 se dio a conocer el caso Casey V Planned Parethood. Se pensaba que ese sería el final de Roe; sin embargo, se hizo una re-interpretación del acceso al aborto, dejando la libertad de que los estados pudieran decidir si aplicar métodos de convencimiento a las mujeres para que se arrepintieran de aplicar el aborto. La administración Bush pidió a la Corte Suprema que estuviera a favor de limitar el derecho al aborto.
La Corte sentenció (22) que "Incluso en las primeras etapas del embarazo, el Estado puede dictar normas y regulaciones diseñadas para animarla a saber que hay argumentos filosóficos y sociales de gran peso que se pueden hacer valer a favor de continuar el embarazo hasta el final, y que existen procedimientos e instituciones para permitir la adopción de niños no deseados, así como un cierto grado de asistencia estatal si la madre decide criar al niño ella misma" (23).
Este fallo no solo mantuvo el aborto como derecho constitucional, sino que reflejó los puntos de vista de los defensores y opositores movilizados del derecho al aborto, incluso más que en Roe V Wade en 1973. Pero, a diferencia de Roe, Casey permitió que el gobierno regulara el ejercicio de ese derecho desde el comienzo del embarazo en aras de proteger la vida potencial— siempre y cuando la regulación no imponga una “carga indebida” en la decisión de una mujer. Ya no se hablaba de la privacidad, sino de la libertad de la mujer (24).
“Las mujeres que no pueden tomar sus propias decisiones sobre si tener o no bebés están esclavizadas porque el Estado reclama la propiedad de sus cuerpos y el derecho de dictar el uso que se les debe dar”. Margaret Atwood, creadora de la novela distópica The Handmaids Tale.
Nulidad de Roe V Wade
El 24 de junio de 2022, la Corte Suprema de Estados Unidos anuló el fallo Roe V Wade. Con ello, pone fin no solo a casi 50 años de legalización del aborto en el país, sino que presenta un escenario desolador para el avance y cumplimiento de los derecho sexuales y reproductivos de las mujeres.
La nulidad del fallo por parte de la Corte Suprema fue dada por 5 de los 6 jueces.
Clarence Thomas fue nominado por George H.W. Bush en 1991, y Samuel Alito por Bush hijo en 2005. Casualmente, Alito fue abogado del Gobierno de Reagan -el primer gobierno en la historia estadounidense en colocar el aborto como un botín electoral-. En una ocasión, Samuel Alito manifestó que el aborto no era un derecho constitucional; Thomas, por su parte, ha sido un gran a crítico y ha generado acciones para su anulación.
Neil Gorsuch (2017), Brett Kavanaugh (2018) Y Amy Coney Barrett, (2020), fueron nombrados por Donald Trump, quien fue un presidente que, dese campaña electoral, se manifestó contrario al aborto: "Los jueces que voy a nombrar serán 'provida', tendrán una inclinación conservadora". (25) Barret, también ha manifestado su posicionamiento en contra del aborto, desde antes de su nombramiento como jueza.
Ahora bien, con la nulidad de Roe V Wade, la legalización del aborto deja de ser un derecho constitucional, y se convierte en una decisión de cada estado. No obstante, como la historia lo ha demostrado, el país norteamericano tiene Estados con índoles extra conservadoras, lo cual demuestra que el acceso a clínicas y servicios sean cada vez más restrictivos.
Si la Corte Suprema dice que la Constitución no garantiza el derecho al aborto, se podría promulgar una enmienda constitucional para extender ese derecho. Pero el proceso de enmienda de la Constitución de EE.UU. comienza con una propuesta que cuenta con el apoyo de dos tercios de ambas cámaras del Congreso o con una convención convocada por dos tercios de los estados. La ratificación de una enmienda requiere el apoyo de las tres cuartas partes de las legislaturas estatales o las tres cuartas partes de las convenciones en cada estado (26).
Otra de las preocupaciones es que, algunos Estados como Missouri, han intentado legislar en contra de que las mujeres se trasladen a otros Estados a abortar. En Texas, un conjunto de políticos conservadores, piden sanciones para las empresas que cubran los costos de los empleados que viajan fuera del estado para hacerse un aborto (27). Esta traba afectará, en mayor medida, a las mujeres de estratos sociales más vulnerables, dando la oportunidad de viajar para acceder al servicio, solo a quienes pueden pagarlo.
Además, es posible que se restrinja el envío de píldoras para el aborto con medicamentos, lo que hace el panorama aún más restrictivo. “Texas actualizó el año pasado su prohibición anterior de enviar píldoras abortivas por correo para convertirlo en el tipo de delito que justificaría la extradición. Los estados azules han respondido con medidas que prohibirían a sus autoridades estatales cooperar con tales solicitudes de extradición.” (28)
En mayo del presente año se divulgó un borrador de la anulación. En ese momento, tras la incertidumbre, 16 estados reafirmaron su compromiso con seguir manteniendo la legalización y el acceso a los servicios abortivos para todas las personas que lo requieran. Esos Estados son: California, Colorado, Connecticut, Delaware, Hawaii, Illinois, Maine, Maryland, Massachusetts, Nevada, New Jersey, New York, Oregon, Rhode Island, Vermont, Washington y Ciudad de Washington (29).
Sin duda alguna, y como lo ha demostrado la historia, las mujeres y personas gestantes con vulnerabilidad social serían las más afectadas por esta decisión. Según con la mayor red de clínicas de salud reproductiva de Estados Unidos, Planned Parenthood, al menos 36 millones de mujeres de edad reproductiva, y otras personas con capacidad de gestar, pueden quedarse sin acceso al aborto.
“Las consecuencias de esta devastadora decisión recaerán en gran medida sobre las personas que ya enfrentan las mayores barreras para acceder a la atención médica, debido al legado de racismo y discriminación, incluyendo las comunidades negras, latinas e indígenas, las personas de bajos ingresos, las personas LGBTQ+, inmigrantes, y personas que viven en las zonas rurales.” (30)
Las mujeres más afectadas serán las de Alabama, Arkansas, Kentucky, Luisiana, Misuri, Oklahoma, Dakota del Sur, Utah y Wisconsin, que han sido los Estados que ya habían prohibido el aborto antes de la anulación Roe V Wade; y cuatro Estados más, Arizona, Georgia, Iowa y Michigan, que pretenden modificar sus legislaciones pronto (31).
Por su parte, el presidente Joe Biden afirmó que la noticia representa un riesgo para la salud de las mujeres de la nación. Algunas de las ideas que han surgido para que Biden actúe al respecto, ha sido eliminar las posibles barreras que impiden acceder al aborto vía medicamentos, y proteger a los y las funcionarias de salud que den el servicio y acceso al aborto, eliminando la responsabilidad legal que puede implicar sus actuaciones (32).
¿y América Latina: avanza o retrocede?
A partir de estas circunstancias, se ha cuestionado el impacto que esta anulación puede tener en América Latina, y se teme en un retroceso a los pocos casos de despenalización total: Argentina (33), México (34), Uruguay y Colombia
Existe, por tanto, un asalto conservador en el poder judicial estadounidense, que puede cobrar mucho poder en su intromisión a América Latina. Precisamente porque, cuando este fallo fue aprobado por la Corte Suprema en 1973, el movimiento antiaborto cobró gran fuerza, con múltiples intentos recurrentes con el propósito de prohibir el acceso al servicio del aborto bajo cualquier circunstancia.
Esa fuerza se ha visto implicada en América Latina en casos arbitrarios, como el caso de El Salvador (35), Honduras (36), en los cuales, el aborto está totalmente prohibido. Pero, además, en gran medida ha calado en el imaginario social la noción del derecho a la vida, tan impregnado en las movilizaciones oponentes al aborto.
Este imaginario y sus discursos ha sido el slogan de las, cada vez más, religiones que emergen en el sur global. De las cuales, parte importante de estas, manejan agendas específicas sobre la negativa al aborto, lo cual ha generado, un discurso de despenalización social.
El imaginario colectivo ha tomado tanto arraigamiento en la región que, América Latina se encuentra como una de las zonas más penalizadoras del aborto en el mundo, con casos significativos de violaciones de derechos humanos, cifras alarmantes de muertes y complicaciones por abortos clandestinos, encarcelamientos, desprestigio político, y rechazo social.
Por lo que, las feministas, especialistas, políticas y activistas, se han esforzado por cuidar con extremo anhelo las legislaciones de aquellos países que han penalizado el aborto. Estos casos han marcado una luz verde en el camino oscuro y acaudalado de la despenalización total de América Latina. Y casos como los de la anulación de Roe V Wade solo nos permite ver que, en lugar de buscar un camino como el estadounidense, o pensar adrede el impacto arbitrario en América Latina; debemos enfocarnos en que el sur global está dando un mensaje esperanzador y está marcando agenda a nivel internacional sobre sus políticas a favor del aborto.
En palabras de Catalina Martínez, directora regional para América Latina del Centro de Derechos Reproductivos:
«Hay una responsabilidad que nos queda en este momento, porque Roe vs Wade cae y ¿hacia dónde se vienen los ojos del mundo en las Américas? Hacia Colombia, sin lugar a dudas, y hacia Canadá y hacia México. Entonces, ¿cómo logramos elevar estos precedentes para que podamos contribuir a la discusión pública regional diciendo desde que el sur global también estamos marcando esta agenda? (37)
Como lo mencionó Mariana Ardila, abogada de Women’s Link WorldWide, es el momento de que los tomadores de decisiones en el norte global miren esas decisiones tan avanzadas, tan correctas, tan justas como las que se están tomando en el sur global (38).
Conclusiones parciales
La anulación de Roe V Wade significa no solo un retroceso a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, sino que representa el impacto político partidario conservador y su atribución de derechos constitucionales; siendo la primera vez que la Corte elimina un derecho constitucional de este tipo. Esta situación se vuelve desalentadora para los derechos de las mujeres, pero también de todas aquella poblaciones históricamente vulnerables y discriminadas, que han sido violentadas por posiciones ideológico-políticas extremas.
Roe V Wade surgió en un contexto en el que el aborto no se había convertido en un tema partidario. Y actualmente, su anulación es, en sí misma, una decisión ideológica que se ha manifestado en múltiples ocasiones contra a diversos derechos de las mujeres. La administración Trump, deja un legado poco esperanzador, no solo para esta materia, sino para todos aquellos derechos vulnerados de los grupos vulnerables al poder conservador ultraderechista.
Esta anulación representa, para América Latina, una masa significativa de movimientos contrarios al aborto, que han generado discusiones desequilibradas sobre el acceso a la salud de las mujeres, como lo ha sido el avance del extremismo religioso y el aumento de gobiernos ultraderechistas en la región. Se espera un mayor reforzamiento de las restricciones en países con total penalización, y aquellos en los que su panorama social limita los casos de aborto permitido.
El posicionamiento a favor de la vida de Estados Unidos ha sido cuestionado, especialmente después de los acontecimientos ocurridos en los últimos meses sobre los asesinatos múltiples -la más emotiva la masacre de Uvalde (Texas). Y, paradójicamente, tras el fallo de la Corte de eliminar las restricciones sobre el uso de armas en las calles. Por lo que el discurso uso de la importancia de la vida humana permanece débil.
El impacto de Roe V Wade sigue siendo importante, a pesar de su actual derogación, y va a seguir representando un hito en el movimiento a favor de los derechos de las mujeres, quienes, a pesar de su desolador panorama, siguen luchando para que visiones conservadoras y extremistas las dejen de definir a nivel social, y no las impidan tener una vida digna, plena y autónoma, sin un Estado que esclavice sus cuerpos.
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