Con registros que datan de 1940, los artistas con mayor influencia en el cine, la música y las artes visuales han sido invitados presidenciales regulares en la Casa Blanca. Mas, una de las visitas que atrajo mayor atención durante este 2022 fue la de la banda coreana BTS (Bangtan Sonyeondan), con motivo de la celebración del Mes para la memoria histórica de la población asiática y su descendencia en Estados Unidos, marcado especialmente por el aumento de crímenes de odio contra este sector social durante la crisis sanitaria global.
El campo de la sociología ha generado el mayor conocimiento en torno al efecto que posee la participación de las celebridades en la política, comprendiendo su influencia desde su posición dentro de las élites de poder socioeconómico, la publicidad por medio de las emociones y la transformación de los medios de comunicación para apoyar el rápido esparcimiento del mensaje popular [1]. Por ello no es tan extraño observar que, en el último bimestre, otras personalidades estadounidenses acudieron a la Casa Blanca como exponentes de problemáticas sociales en el país: la actriz y cantautora Selena Gómez, para generar conciencia sobre la importancia de la salud mental, y el actor Matthew McConaughey, demandando controles más fuertes sobre la tenencia de armas de asalto tras la tragedia de Uvalde, Texas.
Mas, la invitación de BTS a la Casa Blanca posee más matices que la atracción de simpatía en momentos donde la polarización política se ha convertido en una regla. Existen, además, interpretaciones teóricas por parte de la comunidad académica asiática que observan este enlace con los artistas coreanos como una estrategia para comenzar a establecer relaciones más cercanas con las naciones del Sudeste asiático por medio de una diplomacia pública que apele a la propuesta de identidades compartidas, contemplando la competencia entre los Estados Unidos y la República Popular China por la hegemonía en esta región.
La instrumentalización de las personas artistas en la política pública de Estados Unidos
Los actores y actrices, compositores, vocalistas, performers y artistas visuales nunca se han abstenido de mantener posturas abiertamente políticas, recaudar fondos o inclusive de participar directamente en procesos de elección popular. Jane Fonda ha dedicado su trayectoria al activismo, especialmente protestando y participando en conferencias contra conflictos armados como lo fue la guerra de Vietnam y más recientemente por la acción climática. En la otra arista geográfica e ideológica, es posible recordar el Frente Democrático en Perú, la coalición de derecha fundada por Mario Vargas Llosa en 1988.
El arte (o quizás, principalmente, la persona artista), gracias al poder económico de los encargos y al poder emocional que ofrece la conexión con públicos amplios, adquiere un amplio espectro de legitimidad para insertarse activamente en la política. Pero no todo acto político impulsado por un artista es “arte político”. Este género artístico nace como consecuencia de situaciones sociales conflictivas [2], que tiene como objeto la representación de las partes dominadas y sus denuncias ante la violencia cultural (aspectos normalizados del ámbito simbólico (religión, cultura, lengua, arte, ciencias…) que se pueden utilizar para legitimar políticas públicas y comportamientos violentos) y estructural (que se manifiesta por medio de la insatisfacción de necesidades básicas a causa de la desigualdad en el acceso a salud, educación, vivienda y condiciones de vida dignas) [3].
Aunque la participación de artistas y celebridades en comunicaciones de la Casa Blanca no sea categorizada dentro del arte político, sí posee implicaciones en el reconocimiento de situaciones cultural y estructuralmente violentas en Estados Unidos que se mantienen desatendidas por los poderes legislativos y judiciales, de allí su importancia. Los cambios introducidos por las tecnologías de la comunicación lograron desdibujar las líneas entre la política y el entretenimiento, provocando que la competencia en la difusión de información se enfoque más sobre personalidades destacadas y características humanas capaces de atraer y mantener la atención (particularmente con la fuerza que posee el arte y el entretenimiento en esta tarea), que en lo sustancial del policy-making [4].
En este sentido, el gobierno del expresidente Barack Obama (2008-2016) tomó la decisión de ofrecer más espacios a las élites artísticas de Hollywood y Broadway para remitir a audiencias más grandes sus propuestas o conectar con sectores del electorado que le pueden ser de utilidad en la formulación y acogida de políticas públicas. Así, se convirtió, a los ojos de la prensa, en el primer mandatario en utilizar a su favor la gobernanza por medio de las redes sociales [5]. El desarrollo de este fenómeno continúa en proceso, y adquiere especial relevancia con la participación de Matthew McConaughey, siendo actor sin afiliación partidaria pero con una base de fanáticos principalmente republicana, en las pláticas sobre el fortalecimiento del control de armas de asalto tras 345 ataques a lugares de comercio, educación y culto en los últimos 20 años [6].
La política de las celebridades como proyección diplomática
Si es una estrategia utilizada como comunicación política interna, ¿por qué la instrumentalización política de las personas artistas también resulta útil para la política exterior? La participación de McConaughey atrajo numerosas críticas por presentarse en un momento en el que Joe Biden se muestra poco claro en torno a posturas con las cuales simpatizan sus votantes: mantenimiento del aborto legal, mejoramiento en el acceso a servicios esenciales para las minorías étnicas, representación de la población afrodescendiente en procesos de toma de decisión y lucha contra la violencia policial y violencia civil armada [7].
Sin embargo, la invitación a personas artistas para dialogar sobre estas y otras temáticas permite posicionar un mensaje de apertura sobre grandes plataformas civiles, simulando el mantenimiento de puentes para la construcción del diálogo y la paz. La estrategia es especialmente efectiva cuando se trabaja en conjunto a personalidades altamente apoyadas y queridas por su público meta y, si se ejecuta exitosamente, incluso puede aprovecharse para establecer contacto con potenciales poblaciones aliadas demarcadas por el código geopolítico de la nación. De tal forma, la invitación de Joe Biden a BTS se inserta dentro de los intereses que la potencia americana posee con el Sudeste asiático, como fue mencionado anteriormente.
Desde el 2015 la democracia estadounidense comenzó a considerarse “perniciosamente polarizada”, de acuerdo con la métrica de polarización política creada por el sistema Varieties of Democracy (V-Dem) [8]. El debilitamiento del tejido social por medio del sectarismo, cuando manifiesta problemáticas estructurales en educación, seguridad y convivencia en la política interna de una potencia global, podría tener como consecuencia la pérdida de influencia sobre sus potenciales aliados. En un estudio de opinión aplicado en 34 países sobre el balance de poder entre Estados Unidos y China, 21 de ellos denominaron a Estados Unidos como la primera potencia económica del orbe (especialmente Corea del Sur, Japón e India). Quienes ofrecieron opiniones favorables de China, se refirieron a su crecimiento económico interno y las relaciones bilaterales con sus respectivos países como un factor positivo. Pero los Estados vecinos del gigante asiático se refieren a su influencia como negativa para sus economías, y perciben a Estados Unidos como positivo gracias a su marca país: democracia liberal [9].
En el discurso del Estado de la Unión de 2021, el presidente Biden demarcó las pautas que su gobierno seguiría para mantener la solidez de su hegemonía, las cuales se resumen en retraer la colaboración militar con Medio Oriente y posicionar la mirada sobre Asia-Pacífico. Si bien su estrategia posee un enfoque armado, el acercamiento a las identidades culturales de la región le brinda legitimidad a su poder, por lo que es especialmente relevante al observar que las mayores bases de seguidores de BTS se encuentran en Asia, con India, Indonesia y Filipinas en el tope, superando incluso a las de Corea del Sur. La banda también aporta fuertes lazos diplomáticos gracias a su designación como embajadores culturales, con respectivos pasaportes diplomáticos coreanos, embajadores de buena voluntad para los Objetivos de Desarrollo Sostenible en Naciones Unidas, y la adquisición de compromisos personales por la igualdad de género y la promoción del bienestar mental por medio de sus producciones artísticas.
Como lo interpreta Martin Kwan: el presidente Biden está muy interesado en establecer relaciones más estrechas con las regiones, como se desprende de desarrollos recientes como el Marco Económico del Indo-Pacífico (IPEF) y la Cumbre Especial EE. UU.-ASEAN en mayo. La colaboración con BTS forma parte de su diplomacia pública y se basa en estas iniciativas, siendo un gesto del presidente Biden que muestra amabilidad, cuidado y solidaridad con los grupos y comunidades asiáticos más allá de la frontera de EE. UU. [10]
Notas
[1] Strine, H. (2021). Celebrities in US Politics. Oxford Political Science. DOI: 10.1093/OBO/9780199756223-0332
[2] Canogar, R. (2014). Arte Político. Primer Congreso Internacional de Arte Político, Madrid, España. http://www.uam.mx/difusion/casadeltiempo/14_mar_2015/casa_del_tiempo_eV_num_14_27_31.pdf
[3] Caireta Sampere, M. & Barbeito Thonon, C. (2005). Introducción de conceptos: paz, violencia, conflicto. Universidad Autónoma de Barcelona.
[4] West, D. (2005). American Politics in the Age of Celebrity. The Hedgehod Review: critical reflections on contemporary culture. https://hedgehogreview.com/issues/celebrity-culture/articles/american-politics-in-the-age-of-celebrity
[5] Eilperin, J. (26 de mayo de 2015). Here’s how the first president of the social media age has chosen to connect with Americans. The Washington Post. https://www.washingtonpost.com/news/politics/wp/2015/05/26/heres-how-the-first-president-of-the-social-media-age-has-chosen-to-connect-with-americans/
[6] BBC News. (25 de mayo de 2022). America's gun culture - in seven charts. BBC News. https://www.bbc.com/news/world-us-canada-41488081
[7] Bennett, J.T. (10 de junio de 2022). A president who once had too much voice turns to Hollywood, suddenly lacking an effective one. Roll call. https://rollcall.com/2022/06/10/a-president-who-once-had-too-much-voice-turns-to-hollywood-suddenly-lacking-an-effective-one/
[8] McCoy, J. & Press, B. (18 de enero de 2022). What Happens When Democracies Become Perniciously Polarized? Carnegie, endowment for international peace. https://carnegieendowment.org/2022/01/18/what-happens-when-democracies-become-perniciously-polarized-pub-86190
[9] Devlin, K., Huang, C. & Silver, L. (5 de diciembre de 2019). China’s economic growth mostly welcomed in emerging markets, but neighbours wary of its influence. Pew Research Center. https://www.pewresearch.org/global/2019/12/05/appendix-factors-that-influence-views-of-china/
[10] Kwan, M. (8 de junio de 2022). Celebrity Diplomacy: What prompted Biden to invite the K-pop group BTS? Modern diplomacy. https://moderndiplomacy.eu/2022/06/08/celebrity-diplomacy-what-prompted-biden-to-invite-the-k-pop-group-bts/