Análisis semanal 437: Ucrania y Rusia: una guerra con cara de catástrofe ecológica (11 de abril de 2022)

Año: 
2022

 

Hace más de un mes que la guerra entre Rusia y Ucrania invadió los titulares de las noticias alrededor del mundo. En estos momentos incluso nos hemos acostumbrado (desgraciadamente) a saber información sobre la situación de la invasión y todas las medidas o acciones que se relacionan con esta. Claramente esta situación sumerge al mundo en un capítulo más de violencia y lo convierte otra vez en espectador de esa carrera por el poder donde las víctimas se vuelven innumerables; tanto aquellas que dan su vida en medio de la guerra, como aquellas obligadas a huir de sus hogares, como aquellas afectadas por las sanciones económicas. Asimismo, las consecuencias de dicho conflicto traspasan el territorio físico donde se da, y en este mundo globalizado, se ven sus consecuencias económicas reflejadas en cada rincón del planeta. Sin embargo; más allá de la cuestión económica, que es un ámbito fundamental de la sociedad, existe otra gran consecuencia que nos va a afectar a todos y nos va a cobrar una gran factura a largo plazo. El daño medioambiental que está generando esta guerra, así como la gran huella ecológica de esta, significarán una gran factura para la humanidad.

Primero que todo es importante mencionar que este impacto ambiental no se viene dando desde hace semanas cuando el conflicto escaló a niveles de concentrar el interés de la prensa internacional; sino que tal como anuncia López Masía, desde el 2014 el conflicto entre Ucrania y Rusia se ha desarrollado por varias etapas donde destacan de manera cronológica “la anexión militar de Crimea por parte de Vladimir Putin, la guerra del Donbass hace ocho años y los bombardeos masivos ocurridos en las últimas horas” (1). Por lo tanto, el impacto ambiental se viene generando desde entonces, lo que ha provocado el degradamiento de “más de medio millón de hectáreas, ha puesto animales en peligro de extinción y ha habido más de 12.000 incendios forestales” (2). Asimismo, un estudio realizado por la Plataforma de Ciencia y Políticas sobre Medio Ambiente y Seguridad de la ONU, reporta que “el conflicto de 2014 afectó ecosistemas en un área de, al menos, 530.000 hectáreas, incluyendo 18 reservas naturales” (3). Situación que sigue en constante aumento debido a la reciente escalada del conflicto.

De tal forma, las consecuencias medioambientales que se han generado a raíz de esta disputa armada son varias. A nivel forestal, por ejemplo, se mencionan “los impactos mecánicos y químicos directos en los árboles, el daño con metralla y cohetes en las cortezas, ramas, copa y la vegetación del suelo, y el debilitamiento o muerte de plantaciones enteras” (4). Por otro lado, en las zonas de operaciones militares se ha generado la contaminación por “explosivos sin detonar cuya eliminación podría llevar años o décadas” (5). Asimismo, hay una gran cantidad de especies animales que habitan en el área que se encuentran amenazadas: “50 especies de mamíferos, 38 de peces, 10 de reptiles y alrededor de 300 de aves” (6). Además, “estudios recientes realizados en los suelos encontraron restos de metales pesados como mercurio, cadmio, zinc, arsénico, plomo y cromo; estas materias pueden provocar trastornos neurológicos y enfermedades renales” (7).

En cuanto a la contaminación focalizada entre ciudades o regiones se reporta que El Donbass “está al borde de una catástrofe ecológica alimentada por la contaminación del aire, el suelo y el agua debido a la deflagración de grandes cantidades de municiones en los enfrentamientos y a las inundaciones de las múltiples plantas industriales en una región dominada por las siderúrgicas” (8). Mientras que Mariúpol viene siendo uno de los conglomerados humanos costeros más contaminados y el aire de esta región se encuentra entre los más sucios de todo Europa (9). En cuanto a las áreas marítimas estas tampoco se han salvado de las consecuencias de la guerra puesto que ya se han hundido varios barcos, así como se han bombardeado varios puertos tales como “Pivdenny u Ochakiv”, los cuales se encuentran “en las inmediaciones de la Reserva de la Biosfera del Mar Negro, una de las mayores áreas naturales protegidas de Ucrania que alberga varias especies en peligro de extinción” (10). Asimismo, ciudades industriales de Ucrania como Krivói Rog, Dnipró, Járkov y Zaporiyia, también presentan graves problemas de contaminación y de la calidad del aire que respiran (11). A todo esto es importante recordar que Ucrania es productor de energía nuclear; por lo que un ataque a una de estas plantas, significaría una gran catástrofe.

A pesar de las grandes consecuencias que ya se han visto, la documentación de la contaminación provocada por la guerra sigue siendo insuficiente; tal como Meirone expone, “faltan datos para cuantificar los impactos reales de los conflictos armados en términos de daños a los ecosistemas” (12). Por lo tanto, los primeros que se exponen son aquellos más visibles o evidentes: o sea los bombardeos, las explosiones y los incendios (13). De tal forma, partiendo de los actos bélicos realizados en las últimas semanas, es necesario sumar estos bombardeos, explosiones e incendios al hecho de que los ataques se han realizado en zonas industriales, militares y energéticas ucranianas, lo que ha provocado la liberación de sustancias y materiales químicos al ambiente. “La destrucción de estos sitios ha resultado en la contaminación del aire, con muchas columnas de humo que consisten en gases tóxicos y partículas, donde se han almacenado armas convencionales, metales pesados y materiales energéticos. La contaminación del agua y del suelo van de la mano, especialmente cuando se destruye la infraestructura energética” (14).

Consecuentemente se ha llegado a señalar que la destrucción y envenenamiento del ambiente no es solo un daño colateral, sino que en este yacen intenciones bastante concretas. Ben Cramer, un investigador en seguridad ambiental que fue entrevistado por el periódico francés Reporterre, comentó que esta situación es “una estrategia más general del invasor que busca desplegar su capacidad de daño: el terror y la contaminación son armas entre otras tantas” (15). Asimismo, otros expertos en el tema comentan que entre más se prolongue el conflicto el daño medioambiental va a ser mayor, mientras que este también se puede convertir en un arma contra los ucranianos a utilizar por el ejército ruso basado en la desesperación de no haber logrado su cometido aun (16).

Los efectos en su totalidad de esta guerra se van a poder observar y cuantificar ya cuando ésta haya concluido e incluso después de que haya pasado cierto tiempo. Doug Weir, director de investigación y política del Conflict and Environment Observatory, con sede en el Reino Unido comenta que “a menudo se pasan por alto estas consecuencias (de carácter medioambiental), pues los daños se producen en cámara lenta, mucho después de que las bombas hayan dejado de caer y la atención del mundo haya pasado a otros temas” (17). De igual forma, las afectaciones sobre la salud se van a denotar después de pasado cierto tiempo; donde soldados, civiles y animales están inhalando una gran variedad de contaminación. Neta C. Crawford, directora del programa sobre los costes de la guerra de la Universidad de Boston expone que el aire ahora “es un caldo tóxico que ha sido aerosolizado. Y, por supuesto, algo de eso llegará al suelo y a las aguas subterráneas” (18). Dicha contaminación del aire, no solo de material orgánico sino de mezclas complejas de materiales sintéticos, químicos y metales pesados, no se limitarán a la zona donde se desarrolla la guerra; ya que, dependiendo de los vientos, estas se van a desplazar a diferentes zonas del mundo (19).

La situación entre Ucrania y Rusia no deja de sonar las alarmas en todos los ámbitos posibles. Por otro lado, la crisis ambiental a nivel mundial, que desde antes ya se encontraba en una situación alarmante, se ve intensificada con esta guerra. The Oxygen Project publicó en su cuenta de Instagram que “la cumbre climática realizada en Escocia (COP26), planteaba una cuenta regresiva donde el mundo iba corriendo hacia el desastre ecológico. En ese encuentro, se resaltó la idea de que “la próxima década será determinante para el futuro de la naturaleza y las personas” (20). Ahora mismo, sumamos además sobre esta reflexión de la COP26 una crisis bélica, lo que agrega un peso sobre la situación medioambiental y vuelve la lucha aún más complicada de lo que ya era. Un acto cuyas consecuencias medioambientales no se van a poder cuantificar hasta que el conflicto concluya y haya transcurrido un cierto tiempo. El panorama político mundial parece hacer todo lo posible para alejarnos de una posible victoria para redimir nuestra huella ambiental, donde la cuenta regresiva hacia este desastre ecológico comenzó a correr hace ya bastante tiempo; mientras tanto una guerra que en definitiva va a dejar una catástrofe ecológica sigue su curso acelerando la carrera.

Notas

  1. López Masía, Marcelo. 2022. "Guerra En Ucrania: Ecosistemas Degradados, Temor Por Posibles Desastres Petroleros Y Alerta Ambiental Cerca De Chernóbil, Tras Los Ataques De Rusia". Carbono.News. https://www.carbono.news/politica/guerra-en-ucrania-ecosistemas-degradados-temor-por-posibles-desastres-petroleros-y-alerta-ambiental-cerca-de-chernobyl-tras-los-ataques-de-rusia/.
  2. Ibíd.
  3. Ibíd.
  4. Ibíd.
  5. Ibíd.
  6. Ibíd.
  7. Ibíd.
  8. Ibíd.
  9. Ibíd.
  10. Meirone, Clément. 2022. "Guerra En Ucrania: Un Desastre También Para El Medio Ambiente". Meteored.Com.Ar | Meteored. https://www.meteored.com.ar/noticias/actualidad/guerra-ucrania-kiev-rusia-desastre-para-el-medio-ambiente-nuclear.html.
  11. Óp. Cit. López Masía, Marcelo. 2022.
  12. Óp. Cit. Meirone, Clément. 2022.
  13. Ibíd.
  14. Ibíd.
  15. León, Mariela. 2022. "Incuantificables Y Criminales Los Impactos Al Medio Ambiente De La Invasión A Ucrania". Cambio16. https://www.cambio16.com/severos-impactos-al-medio-ambiente-deja-la-guerra-en-ucrania/.
  16. Barber, Gregory, and Matt Simon. 2022. "La Crisis Medioambiental Más Allá Del Conflicto Entre Rusia Y Ucrania". GQ. https://www.gq.com.mx/entretenimiento/articulo/ucrania-rusia-impacto-medioambiental-y-salud.
  17. Ibíd.
  18. Ibíd.
  19. Ibíd.
  20. "The Oxygen Project.Es". 2022. Instagram.Com. https://www.instagram.com/p/Ca-GHMDMsog/.