Análisis semanal 425: Movimiento de tropas en el este europeo: ¿Crónica de una invasión anunciada? (24 de enero de 2022)

Año: 
2022

 

Si algo se sabe con certeza de un líder tan enigmático como lo es Vladimir Putin, es que uno de sus objetivos más importantes ha sido reestablecer la influencia global rusa en el escenario internacional. De ahí que afirmara que el desmantelamiento de la Unión Soviética a finales del siglo XX fuera el “peor error geopolítico de la historia”[1]. Esto no significa que Putin sea tan ingenuo como para añorar un pasado romantizado que nunca volverá. Por el contrario, Putin entiende que no se puede retroceder el tiempo a cuando el mundo era bipolar—si es que alguna vez lo fue, al menos desde la óptica de los poderosos—, y por el contrario busca un mundo policéntrico[2]. Este es un mundo en el cuál el sistema internacional esté dominado por al menos tres potencias, Estados Unidos, Rusia y China, y cuyo juego de poder, acciones balanceadoras y acuerdos, brinden estabilidad internacional, bajo los principios de un llamado orden westfaliano de integridad territorial, no intervención en los asuntos internos, etc., que tampoco realmente ha existido en su plenitud.

Teniendo esto en cuenta, se puede entender por qué Putin reclama con cierto resentimiento que al caer la Unión Soviética, las potencias occidentales, específicamente Estados Unidos y la OTAN, luego de darle garantías verbales a las autoridades rusas de que la alianza transatlántica no buscaría expandirse a la ex esfera de influencia soviética, finalmente lo terminaran haciendo con bastante rapidez. Específicamente el entonces Secretario de Estado, James Baker, le garantizó a las autoridades rusas que la alianza no se movería una pulgada hacia el Este[3]. Este “reclamo” es incluso reconocido por círculos conservadores y académicos de los Estados Unidos, como por ejemplo Stephen Walt. Él mismo reconoce que de haberse la OTAN expandido con menos rapidez y mucha más precaución, posiblemente Rusia no reaccionaría como lo ha hecho hasta hoy, catalogándosele como una “potencia agresiva”[4].

No obstante, Walt no plantea lo anterior por alguna consideración empática de los intereses rusos, sino que lo hace con base en su noción de interés estratégico estadounidense. Para Walt, fue iluso, incluso hasta hubris, por parte de Estados Unidos y la OTAN de expandirse tan rápidamente hacia el espacio ex soviético, ya que obligo a los Estados Unidos a asumir compromisos de seguridad ahí donde no había intereses nacionales vitales ni estratégicos en juego para los Estados Unidos. Esto, entonces, podría entenderse como una forma de sobreexpansión, que al día de mañana, de suceder algún conflicto, Estados Unidos podría ser llevado a un conflicto innecesario y costoso, o incluso, podría optar por no asumir sus compromisos, afectando no sólo su credibilidad, sino también la credibilidad misma de la alianza. A todo esto, Walt ofrece la solución del offshore balancing para los Estados Unidos, dejando que sean los aliados sobre el terreno los que lleven los actos balanceadores, con apoyo estadounidense[5].

Posiblemente la postura de Walt no sea la más popular ni la más compartida por los círculos académicos, burocráticos y de poder en los Estados Unidos, pero sí ofrece algunas luces para comprender la situación actual, desde una lógica que básicamente a llevado al choque de dos códigos geopolíticos divergentes.  Por un lado, Estados Unidos y la OTAN consolidándose en el espacio ex soviético, mientras que por el otro, Rusia afirmando que incorporar a países como a Georgia y Ucrania en la OTAN sería cruzar líneas rojas para su seguridad nacional. Esto ha provocado que ambas visiones acusen a su contraparte de agresividad y afán de expansión geopolítica.

Esto a su vez permite comprender por qué Rusia decidió anexar a Crimea en el 2014 e iniciar un conflicto de baja intensidad en el este de Ucrania, en la región del Donbas. Ante el acercamiento ucraniano hacia Europa y la OTAN, rusia debía “defender sus intereses”, sin importar que eso involucrara matar a miles de personas—alrededor de 15 mil personas han fallecido desde el inicio del conflicto[6]. El conflicto es también una flagrante violación a los acuerdos con Ucrania luego del desmantelamiento de la Unión Soviética, en que se acordó que Ucrania entregara su arsenal nuclear a cambio de garantías tanto occidentales como rusas de que su integridad territorial no fuera violada[7]. Al final de cuentas, ambos actores llevaron su rivalidad y escalaron la situación de tal forma, que el resultado ha sido la guerra actual en Ucrania.

Desde entonces, las potencias no han hecho más que jugar al juego geopolítico, buscando cada una avanzar sus intereses y posiciones, argumentando que realizan sus esfuerzos por la paz del pueblo ucraniano. Los acuerdos de Minsk y su fracaso en implementarse al día de hoy dan cuenta que las potencias lo que buscan son sus intereses, no el fin del conflicto realmente. Ahora bien, cabe preguntarse, ¿por qué ha decidido Vladimir Putin escalar la situación actualmente?

Parecieran existir varias razones. Por un lado, Putin ha asegurado su poder en Rusia, al menos hasta 2036, gracias a una serie de reformas constitucionales, que le permiten correr por dos períodos presidenciales más, y le brindan más poder a su figura. Asimismo, le brinda la capacidad de manejar el asunto de su sucesión desde el Consejo del Estado, que podría ocupar e incluso dirigir a su posible sucesor en la presidencia. Aunque existe una creciente oposición al poder de Putin a lo interno y su popularidad se ha visto afectada, todavía no es lo suficientemente organizada como para amenazar el poder del mandatario realmente. Incluso algunas voces afirman que la escalada actual del conflicto ha sido para elevar su popularidad en el país, afectada por el desempeño económico reciente y la oposición a la vacunación contra el COVID-19[8].

Además de lo anterior, Putin ha dejado claro que la expansión al este de la OTAN es cruzar una línea roja para Rusia. Una de las exigencias de Putin no sólo es que se brinden garantías legales en que la OTAN deje de expandirse y nunca se incluyan a países como Georgia y Ucrania en la alianza. Asimismo, ha exigido que no se instalen sistemas de misiles en territorio ucraniano por parte de Estados Unidos, ni que tampoco se creen bases de entrenamiento militar occidentales en el país. De suceder que se instalen sistemas de misiles estadounidenses u occidentales en Ucrania, el margen de maniobra de Rusia se reduciría a unos cuantos minutos en caso de algún ataque. Vladimir Putin ha amenazado con instalar sistemas de misiles en Latinoamérica, o incluso desplegar submarinos con misiles hipersónicos a una distancia cuya reacción estadounidense antes del impacto sea de apenas 5 minutos. Si bien Joe Biden ha afirmado que Estados Unidos no va a instalar sus sistemas de misiles en Ucrania, Putin desea garantías de que en efecto esto no sucederá[9].

A pesar de estas declaraciones, lo anterior realmente debe entenderse dentro del juego de la reciprocidad simbólica de la diplomacia rusa[10]. Aunque existen señas de que Rusia está movilizando sus misiles Iskander cerca de Ucrania, sus amenazas sobre misiles en Latinoamérica, reminiscentes de la crisis del 62 con Cuba, es más una jugada discursiva para obligar a los Estados Unidos a la mesa de negociación para acordar un nuevo tratado sobre misiles nucleares de corto y mediano alcance[11]. Cabe recordar que Donald Trump hizo que Estados Unidos abandonara el Tratado de Eliminación de Misiles de Corto y Medio Alcance (INF, por sus siglas en inglés) de 1987, el 2 de agosto de 2019, ante lo cual Rusia hizo lo mismo[12]. Putin desea negociar un nuevo tratado, no sólo por el prestigio internacional que esto le brindaría, sino también para obtener un nuevo tratado favorable a las condiciones rusas[13].

Por otro lado, el contexto internacional le es en alguna medida propicio a Putin. Estados Unidos abandonó Afganistán en una clara muestra de abdicación del conflicto, y a su vez de una muestra de intención de que toda su atención ahora la concentra en China, permitiéndole mayor maniobrabilidad a Rusia en el espacio ex soviético. Además, hacer que Estados Unidos concentre esfuerzos militares en Europa hace que tenga que dividir su atención entre Rusia y China, provocando mayores probabilidades de “errores de cálculo” estadounidense[14].  

El Reino Unido está sumido en una crisis política y sanitaria interna, con un mandatario impopular e inepto, como Boris Johnson. Alemania está apenas en el proceso de transición de la era post-Merkel, con Olaf Scholz como canciller de una coalición entre socialdemócratas, verdes y demócrata liberales[15]. Esto implica una cierta incertidumbre sobre la calidad del liderazgo alemán en Europa, y su capacidad de articulación con Francia, en el marco del Brexit y una debilitada Unión Europea con el auge de la derecha radical. Francia por su parte se encuentra sumida en una crisis política y los esfuerzos de Emmanuel Macron por reelegirse como presidente en las elecciones de abril de 2022, que pareciera los sondeos lo ubican como favorito[16].

El espacio ex soviético también le es propicio a Putin, con Armenia y Azerbaiyán debilitadas por la guerra, lo que llevó a que Armenia tuviera que buscar nuevamente a Rusia como apoyo, luego de mostrar intenciones de acercarse a Occidente. Kazakstán sumido en una lucha de poder y a protestas multitudinarias que han sido respondidas con violencia y represión, y que incluso ha llevado a la intervención militar de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, implementado por primera vez en su historia, e introduciendo a 2,500 soldados rusos en el país. Finalmente, la crisis política en Bielorrusia implicó el debilitamiento de Lukashenko y el aumento de su dependencia al Kremlin, lo que ha llevado a propuestas de reformas constitucionales que supondrían una mayor integración militar con Rusia[17].

Ucrania por su parte, ha continuado siendo apoyada por las potencias occidentales, principalmente con armamento y entrenamiento de sus tropas, mientras que el gobierno de Volodimir Zelenski se ha mostrado menos receptivo a los intereses rusos. El conflicto desde 2014 ha movilizado, a su vez, a un sentimiento nacionalistas en Ucrania, especialmente en el oeste del país, que ha llevado a que, ante los rumores de una posible invasión rusa, mucha población se esté inscribiendo en el ejército de forma voluntaria. Esto es un claro indicio de que, de suceder una invasión rusa, los costos del conflicto podrían ser bastante altos para Putin. No obstante, un reporte reciente del Atlantic Council pone en tela de duda las capacidades del ejército ucraniano y la efectividad de los más de US$2 mil millones de dólares que Estados Unidos ha enviado en cooperación militar a Ucrania desde el inicio del conflicto[18]

En cuanto a Rusia, desde inicios de 2021 inició con ejercicios militares de entrenamiento a lo largo de la frontera con Ucrania, lo que llevó a que 75 mil efectivos rusos, con unidades de vehículos armados y tanques, se posicionaran cerca de Ucrania. Desde diciembre de 2021, Rusia empezó a traer más tropas hacia la frontera con Ucrania, llevando a los rumores de una posible invasión, y llevando a estimaciones de que Rusia podría acumular entre unas 126 mil a 175 mil tropas en la región. El posicionamiento también es preocupante, ya que se evidencian tropas cercanas a Bielorrusia, lo que podría indicar acciones militares en conjunto de un alcance importante[19].

Existen múltiples especulaciones sobre las posibles intenciones rusas, pero lo cierto del caso es que no se sabe con certeza qué busca realmente Putin. Si bien este último ha descartado una invasión rusa de Ucrania porque “sería desastrosa” para Rusia, think thanks occidentales como el Center for Strategic and International Studies (CSIS) y el Institute for the Study of War (ISW) afirman que sería imprudente descartar dicha opción. Mientras no la descartan, consideran otras opciones como más probables. Rusia podría no buscar una invasión total, pero sí asegurar un dominio más amplio del este y sur de Ucrania, controlando toda la costa con el Mar Negro, hasta el río Dnerp, brindándole a la península de Crimea recurso hídrico estratégico, y permitiéndole conectar esta franja de terreno con Transnistria. Esto le permitiría no sólo mayor presencia en el Mar Negro, convirtiéndose en una potencia estrategia ahí, pasando de un solo puerto antes de 2014 a controlar una franja significativa de la costa, sino que también le permitiría conectar varios territorios rebeldes pro-rusos, como Transnistria en Moldavia, brindándole capacidad de acción y pivote a nuevos territorios de Europa Oriental[20]. Si bien se plantean varias variantes sobre este escenario, efectivamente se plantea la partición de Ucrania en alguna media como una posibilidad futura. Asimismo, estiman que Rusia realizará sus acciones militares entre enero y febrero de 2022 mientras el frío del invierno le es un factor de ambiente favorable[21].

A pesar de lo anterior, perfectamente existe el escenario de que Rusia esté usando su escalada de tropas a lo largo de la frontera con Ucrania como una táctica distractora. Cualquier conflicto podría afectar negativamente a Moscú, no sólo por las pérdidas de vidas de sus solados, y la consecuente perdida de popularidad y aumento de la oposición contra el gobierno—Richard Haas a este respecto mando un fuerte mensaje sobre cómo las consecuencias podrían ser peores que la invasión soviética a Afganistán, que llevó en alguna medida a su disolución—, sino también por la reacción occidental, mediante sanciones económicas. Estas afectarían a una debilitada, pero en recuperación economía rusa.

 Efectivamente, Rusia podría más bien estar obligando a Estados Unidos y a la OTAN a sentarse a la mesa de negociación, en aras de obtener algún tipo de concesión que de otra forma no tendría. Su propuesta de un tratado se seguridad con Estados Unidos y otro con la OTAN caerían dentro de esta lógica, aunque los esfuerzos de diálogo han sido hasta ahora infructuosos. Si bien estas propuestas de tratado poseen clausulas no negociables para las potencias occidentales, se considera que el deseo real de Putin es negociar de forma fuerte, para que al final los resultados le fueran más favorables que negociar de forma suave. Faltará por ver cómo se desarrollarán las nuevas rondas de diálogo entre Estados Unidos y Rusia[22].

Recientemente la inteligencia británica advirtió a Ucrania de que Rusia podría estar buscando una intervención que llevara a la caída del gobierno en Kiev, y su sustitución por otro gobierno pro-ruso. Ucrania ha afirmado que es una posibilidad, viendo la propaganda rusa en Ucrania[23]. Para lograr esto, prácticamente se necesitaría de una invasión total del país, aunque de menor duración, pero la sostenibilidad de dicho gobierno pro ruso sería dudosa, llevando a cuestionarse la efectividad de la medida, y por tanto la probabilidad real de que Putin acometa una acción tan riesgosa.

Lo cierto del caso es que, de realmente ocurrir alguna acción militar, Rusia hará todo lo posible porque la narrativa le esté a su favor. Esto lo lograría si quién inicia algún estallido es el bando ucraniano. Cabe recordar que el conflicto en Georgia de 2008, Rusia intervino militarmente luego de que tropas de Georgia iniciaran el estallido de violencia. Michael Kofman[24] en un análisis retrospectivo de la Guerra de Agosto, afirmó que el Kremlin efectivamente le tendió una carnada al entonces presidente de Georgia, que llevó a que Rusia tuviera control de la narrativa, en un escenario donde ya sabían que no habría respuesta militar estadounidense.

La anterior lección de Georgia no debe olvidarse, pero tampoco se debe caer en pensar que Ucrania y Georgia son lo mismo. Rusia ha afirmado que la concentración militar obedece a que Ucrania está preparando una ofensiva contra la región separatista pro-rusa en el país, y ha asegurado que en caso de que sus ciudadanos se vean amenazados, intervendría[25]. Esta podría ser la excusa perfecta para una intervención geopolítica que efectivamente fragmente a Ucrania.

Por su lado, Estados Unidos ha cambiado su posición sobre el envío de tropas a Ucrania. Mientras la OTAN ha enviado refuerzos, Estados Unidos ha puesto en alerta a 8,500 de sus tropas para enviarlas a Ucrania si fuera necesario[26]. Estas se añadirían a las 70 mil tropas que mantiene en distintas bases militares en Europa, de las cuáles 6 mil se ubican en Europa Oriental, siendo Polonia el país con mayor presencia militar estadounidense, con 4 mil de esos 6 mil totales[27].  

Además, ha aprobado unos US$200 millones de dólares adicionales para equipar al ejercito ucraniano, mientras que Canadá también ha dado apoyo financiero, los países Bálticos han enviado armamento, y el Reino Unido ha prometido incluso enviar tropas especiales si fuera necesario. Alemania por su parte ha afirmado que enviaría medicamentos y apoyo hospitalario. En general, la Unión Europea ha propuesto un paquete de ayuda a Ucrania que asciende a unos US$1,36 mil millones de dólares[28].

Aunado a lo anterior, Estados Unidos ha amenazado a Rusia con nuevas sanciones económicas de ocurrir alguna acción militar. Entre estas existe la posibilidad de excluir al sistema financiero y bancario ruso del sistema internacional de pagos SWIFT y de impedir la convertibilidad del rublo en otras monedas internacionales, todo lo cuál sería un severo golpe contra la economía rusa, ya que el 40% de sus ingresos se deben a transacciones internacionales por venta de petróleo y gas natural. Incluso se está barajando la posibilidad de impedir toda exportación de productos de alta tecnología, como microprocesadores y circuitos integrados, hacia Rusia, necesarios para la producción de aviones, computadoras, smartphones, etc[29]. Además, es probable que Alemania se vea obligada a detener el proyecto del Nord Stream 2, el gasoducto que llevaría 55 mil millones de metros cúbicos de gas natural al año a Alemania. Junto con el Nord Stream original, ambos proyectos podrían llevar a Alemania 110 mil millones de metros cúbicos de gas natural al año sin pasar por países intermediarios[30].

Sin embargo, esto último podría no ser tan severo golpe para Rusia si se observa que existe una transición de la importancia del consumo europeo al consumo chino para Rusia. En otras palabras, Rusia parece haber encontrado en China un mercado de consumo energético más lucrativo, con sus proyectos de gasoductos llamados el Poder de Siberia y el Poder de Siberia 2, que llevarán una similar cantidad de gas natural de Rusia a China, que los proyectos de Nord Stream y Nord Stream 2, todos de la empresa Gazprom[31].

Incluso, de llegar a concretarse las sanciones sobre los productos de alta tecnología, Rusia podría contestar atacando a empresas privadas e instituciones estadounidenses y occidentales con sus hackers. Algunos advierten del riesgo que esto supone, en donde aunque se afecta a Rusia, también las potencias occidentales podrían sobrellevar costos incrementales por las sanciones[32].

Como puede observarse, la situación es compleja y llena de incógnitas. Rusia pareciera estar midiendo el terreno para sobrellevar acciones más ambiciosas a futuro, en un contexto de reconfiguración del poder estadounidense para “contener” a China, y ante un claro declive del poder en Europa. Si bien esto no se trata de una crónica de una invasión anunciada, como algunos medios occidentales les gustaría retratar, lo cierto del caso es que probablemente se vengan tiempos de escalada en la tensión entre las potencias internacionales, buscando cualquier posible ventaja en la competencia geopolítica por la hegemonía del siglo XXI. Mientras tanto, es la población civil, como la de Ucrania, la que debe llevar los mayores costos de las ambiciones de poder de las potencias.

Notas

 


[1] Haas, Richard. (14 de diciembre de 2021). Defusing the Russia-Ukraine crisis. Project Syndicate. Recuperado de: https://www.project-syndicate.org/commentary/defusing-russia-ukraine-crisis-by-richard-haass-2021-12?barrier=accesspaylog

[2] González, Ariel. (2016). Potencias (re)emergentes hacia un mundo policéntrico: Rusia y Turquía frente a América Latina. Relaciones Internacionales, 50, pp. 21-46; Rodríguez, Leyde. (2020). Rusia: una nueva etapa en las relaciones con América Latina y el Caribe. En Grabendorff, W. y Serbin, A. (eds.). (2020). Los actores globales y el (re)descubrimiento de América Latina. Icaria Editorial.

[3] Hennigan, W.J. (8 de enero de 2022). U.S. Willing to Strike Deal With Russia Over Missiles And Military Exercises as Ukraine Crisis Deepens. Time. Recuperado de: https://time.com/6137966/russia-military-missiles-ukraine/

[4] Walt, Stephen. (2018). The Hell of Good Intentions. America’s Foreign Policy Elite and the Decline of U.S. Primacy.  Farrar, Straus and Giroux.

[5] Ibid

[6] Al Jazeera. (25 de enero de 2022). A simple guide to the Ukraine-Russia crisis: 5 things to know. Recuperado de: https://www.aljazeera.com/news/2022/1/25/five-things-to-know-about-russia-ukraine-tensions

[7] Haas, op cit.

[8] Mirovalev, Mansur. (16 de diciembre de 2021). Russia and Ukraine conflict explained: what you need to know. Al Jazeera. Recuperado de: https://www.aljazeera.com/news/2021/12/16/what-you-should-know-about-the-conflict-between-russia-ukraine

[9] Hennigan, op cit; Troianovski, Anton y Sanger, David. (16 de enero de 2022). Russia Issues Subtle Threats More Far Reaching Than a Ukraine Invasion. The New York Times. Recuperado de: https://www.nytimes.com/2022/01/16/world/europe/russia-ukraine-invasion.html ; Mirovalev, Mansur. (19 de enero de 2022). How real is Russia’s threat to deploy missiles to Latin America. Al Jazeera. Recuperado de: https://www.aljazeera.com/news/2022/1/19/how-real-is-russias-threat-to-deploy-missiles-to-latin-america ; Al Jazeera. (17 de diciembre de 2021). Russia demands Ukraine, ex-Soviet Nations be barred from NATO. Recuperado de : https://www.aljazeera.com/news/2021/12/17/russia-demands-ukraine-ex-soviet-nations-barred-from-nato

[10] Rouvinski, V. (2020). Las relaciones de Rusia con América Latina y el Caribe después del fin de la Guerra Fría: algunas observaciones. En Grabendorff, W. y Serbin, A. (eds.). (2020). Los actores globales y el (re)descubrimiento de América Latina. Icaria Editorial; González, op cit.

[11] Troianovski y Sanger, op cit.

[12] Rincón, Andrea. (02 de agosto de 2019). EE.UU. abandona el histórico tratado INF y aviva los temores de una nueva carrera armamentista. France24. Recuperado de: https://www.france24.com/es/20190802-ee-uu-abandona-el-historico-tratado-inf-y-aviva-los-temores-una-nueva-carrera-armamentista

[13] Hennigan, op cit.

[14] Troianovski y Sanger, op cit.

[15] BBC News Mundo. (08 de diciembre de 2021). Quién es Olaf Scholz, el nuevo canciller de Alemania con un “increíble parecido” con Angela Merkel. Recuperado de: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-59579201

[16] DW. (22 de enero de 2022). Emmanuel Macron lidera con claridad los sondeos en Francia. Recuperado de: https://www.dw.com/es/emmanuel-macron-lidera-con-claridad-los-sondeos-en-francia/a-60523729

[17] Institute for the Study of War (ISW). Russia in Review: December 1, 2021-January 11, 2022.  Recuperado de: https://www.understandingwar.org/backgrounder/russia-review-december-1-2021-%E2%80%93-january-11-2022

[18] Zagorodnyuk, Andriy, Frolova, Alina, Petter Midtunn, Hans y Pavliuchyk, Oleksii. (23 de diciembre de 2021). Is Ukraine’s reformed military ready to repel a new Russian invasion? Recuperado de: https://www.atlanticcouncil.org/blogs/ukrainealert/is-ukraines-reformed-military-ready-to-repel-a-new-russian-invasion/

[19]Stroben, Warrel y Gordon, Micheal. (4 de enero de 2022). Russia’s Military Buildup Near Ukraine is an Open Secret. The Wall Street Journal. Recuperado de: https://www.wsj.com/articles/russias-military-buildup-near-ukraine-is-an-open-secret-11641292202 ; Kirby, Paul. (20 de enero de 2022). Is Russia preparing to invade Ukraine? And other questions. BBC News. Recuperado de: https://www.bbc.com/news/world-europe-56720589 ;  ISW. (21 de enero de 2022). Indicators and Thresholds for Russian Military Operations in Ukraine and/or Belarus. Recuperado de: https://www.understandingwar.org/sites/default/files/ISW%20Ukraine%20Indicators%20Update_0.pdf ; Kagan, Frederik, Bugayova, Nataliya, Barros, George, Stepanenko, Kateryna y Clark, Mason. (2021). Forecast Series: Putin’s Likely Course of Action in Ukraine. Strategic Misdirection: Alternate Framework for Understanding Russia’s Play in Ukraine. ISW. Recuperado de: understandingwar.org/sites/default/files/Ukraine%20Invasion%20Forecast%20Series%20Part%201%20ISW%20CT%20December%202021.pdf 

[20] Gressel, Gustav. (21 de septiembre de 2021). Waves of ambition: Russia’s military build-up in Crimea and the Black Sea. European Council on Foreign Relations. Recuperado de: https://ecfr.eu/publication/waves-of-ambition-russias-military-build-up-in-crimea-and-the-black-sea/

[21] Jones, Seth. (13 de enero de 2022). Russia’s Possible Invasion of Ukraine. CSIS. Recuperado de:  https://www.csis.org/analysis/russias-possible-invasion-ukraine ; Kagan et al, op cit.

[22] Al Jazeera. (21 de enero de 2022). Latest Ukraine Updates: Russia, US voice hope for Diplomacy. Recuperado de: https://www.aljazeera.com/news/2022/1/21/blinken-lavrov-meet-on-soaring-ukraine-tensions-liveblog

[23] Roth, Andrew, Sabbagh, Dan y O´Carroll, Lisa. (23 de enero de 2022). Ukraine taking UK claim of Russian invasion plot seriously, says adviser. The Guardian. Recuperado de: https://www.theguardian.com/world/2022/jan/23/ukraine-taking-uk-claim-of-russian-invasion-plot-seriously-says-adviser; Al Jazeera. (23 de enero de 2022). UK accuses Russia of tying to install pro-Kremlin gov’t in Kyiv. Recuperado de: https://www.aljazeera.com/news/2022/1/23/uk-accuses-russia-of-trying-to-install-pro-kremlin-govt-in-kiev; Kagan et al, op cit.

[24] Kofman, Michael. The August War, Ten Year On: A Retrospective on the Russo-Georgian War. War on the Rocks. Recuperado de: https://warontherocks.com/2018/08/the-august-war-ten-years-on-a-retrospective-on-the-russo-georgian-war/

[25] Kagan et al, op cit; Jones, op cit.

[26] Child, David y Gadzo, Mersiha. (24 de enero de 2022). US puts 8,500 troops on alert to deploy amid Russia tension: live. Al Jazeera. Recuperado de: https://www.aljazeera.com/news/2022/1/24/uk-pulls-staff-from-ukraine-as-fears-of-war-rise-liveblog ; Al Jazeera. (24 de enero de 2022). NATO sends reinforcements to Eastern Europe amid Russia tensions. Recuperado de: https://www.aljazeera.com/news/2022/1/24/nato-sends-reinforcements-to-eastern-europe-amid-russian-anger

[27] Hennigan, op cit.  

[28] Al Jazeera. (22 de enero de 2022). US military aid arrives in Ukraine amid Russia border tensions. Recuperado de: https://www.aljazeera.com/news/2022/1/22/us-military-aid-arrives-in-ukraine-amid-russia-border-tensions ; Al Jazeera. (23 de enero de 2022). Germany to provide medical help to Ukraine—but no weapons. Recuperado de: https://www.aljazeera.com/news/2022/1/23/germany-to-provide-medical-help-to-ukraine-but-no; Roth, Sabbagh y O’Carroll, op cit.

[29] Troianovski y Sanger, op cit; Child, David y Gadzo, Mersiha. (25 de enero de 2022). UK urges European allies to ready Russian sanctions: live updates. Al Jazeera. Recuperado de: https://www.aljazeera.com/news/2022/1/25/us-troops-on-high-alert-over-ukraine-war-fears-liveblog

[30] Luscombe, Richard. (23 de enero de 2022). US vows ‘swift, severe and united response’ if Russia invades Ukraine. The Guardian. Recuperado de: https://www.theguardian.com/world/2022/jan/23/blinken-swift-severe-united-response-russia-invades-ukraine-biden-putin-pompeo ; Al Jazeera. (25 de enero de 2022). A simple guide to the Ukraine-Russia crisis: 5 things to know. Recuperado de: https://www.aljazeera.com/news/2022/1/25/five-things-to-know-about-russia-ukraine-tensions; Cookman, Liz. (25 de enero de 2022). Ukraine-Russia: What is Nord Stream 2, and why is it contentious? Al Jazeera. Recuperado de: https://www.aljazeera.com/news/2022/1/25/ukraine-russia-what-is-nord-steam-2-and-why-is-it-contentious ;  Jones op cit; Haas, op cit.  

[31] Dettmer, Jaime. (30 de diciembre de 2021). Russia’s ‘Gas Pivot’ to China poses Challenge for Europe. Voa News. Recuperado de: https://www.voanews.com/a/russia-gas-pivot-to-china-poses-challenge-for-europe/6375859.html#:~:text=Known%20as%20Power%20of%20Siberia,Russian%20gas%20to%20China%20annually; Tsafos, Nikos. (21 de enero de 2022). Can European Energy Cope with a Conflict in Ukraine. CSIS. Recuperado de: https://www.csis.org/analysis/can-european-energy-cope-conflict-ukraine

[32] Troianovski y Sanger, op cit.