Ha pasado ya más de un mes desde la aprobación de la Ley contra la injerencia política extranjera en el parlamento de Singapur. A pesar de la amplia oposición que presentaron grupos defensores de los derechos humanos, el éxito de este proyecto de ley parecía ser inevitable al verse impulsado por el Partido de Acción Popular, el cual actualmente tiene súper mayoría parlamentaria; y lo esperado ocurrió, el proyecto fue votado con una mayoría de 75 votos favorables y 11 en contra [1].
¿Cuáles son las disposiciones de esta ley?
El propósito que las autoridades buscan alcanzar con la nueva legislación, de acuerdo con el Ministro de Derecho e Interior [2], es atender la supuesta amenaza que implica para la seguridad nacional, la existencia del internet como plataforma para la subversión proveniente del exterior. De esta forma, la ley permitirá que el gobierno pueda obligar a compañías proveedoras de servicios de Internet y de redes sociales a proporcionarles información de sus usuarios, bloquear contenido que consideren peligroso y prevenir que aplicaciones que puedan ser utilizadas para la difusión de este puedan ser descargadas dentro del país [3].
La ley en cuestión también permite a las autoridades designar a grupos o individuos involucrados, de alguna forma u otra, en la política nacional como “personas políticamente significativas”; para estos individuos, tal designación implica que tendrán que hacer pública todas sus fuentes extranjeras de financiación, de manera que, posteriormente, puedan tomarse otras contramedidas que reduzcan el riesgo de intromisión en el extranjero por parte de estas últimas [4]. Así mismo, una vez designadas, las personas políticamente significativas tienen prohibido aceptar donaciones o trabajo voluntario de patrocinadores no permitidos que no sean ciudadanos o entidades de Singapur [5].
Quienes incumplan lo estipulado en esta norma tendrán que enfrentarse a sanciones penales sumamente severa, por ejemplo algunos de los delitos que se definen en ella podrían resultar en sanciones penales de hasta 14 años de prisión y multas de S $ 100.000 [6]. Sobre el incumplimiento del acto cabe señalar que cualquier apelación relativa al mismo debe hacerse ante el Ministro del Interior o ante un tribunal que será designado por el gobierno [7].
Reflexionando respecto a las libertades humanas
Si bien medidas parecidas han sido tomadas por parte de otros gobiernos recientemente, como por ejemplo ocurrió durante la administración de Donald Trump [8], la interferencia de los gobiernos en materia de tecnología y su capacidad de brindar espacios para difundir información, no sobra discutir este caso en particular ya este tema es materia de importantes debates que actualmente se están llevando a cabo y probablemente sean fundamentales para definir el curso que tomará la manera en que toda la humanidad se relaciona en función del conocimiento. En esta ocasión, resulta bastante preocupante que el gobierno singapurense pretende aplicar una ley que es demasiado amplia en su consideración de lo que puede constituir interferencia extranjera, al por ejemplo considerar que colaborar con un individuo de otro país puede ser definido como actividades conducidas en nombre de una autoridad extranjera [9].
De esta forma, tal vez la discusión más importante que surge de este caso alude a que aunque es necesario que ciertas limitaciones sean aplicadas a lo que una sociedad puede hacer o no, como ocurre con todas las libertades fundamentales designadas en sistemas democráticos, algunos de estos límites pueden llegar consolidarse como intromisiones innecesarias o nada más que expresiones arbitrarias del poder institucionalizado, el cual no puede olvidarse que, en el caso de Singapur, ha estado principalmente concentrado por más de 60 años en manos del mismo partido político [10].
Así bien, especialmente cuando la ley singapurense ya parece ser extrema frente a otros derechos, es necesario someter a consideración si esto es apropiado para un Estado que se hace llamara democrático, pues como señaló Phil Robertson, subdirector de la división de Asia de Human Rights Watch, “Singapur nuevamente demuestra la poca fe que tiene en su democracia al recurrir a medidas políticas más adecuadas para los regímenes autoritarios que no confían en su pueblo” [11].
Notas
[1] Pannett, R. (05 de octubre de 2021). Singapore passes ‘most powerful’ foreign interference law amid fears of ever-shrinking space for dissent. The Washington Post. https://www.washingtonpost.com/world/2021/10/05/singapore-fica-foreign-interference-law/
[2] Ibíd.
[3] Agence France-Presse. (05 de octubre de 2021). Singapore passes foreign interference law allowing authorities to block internet content. The Guardian. https://www.theguardian.com/world/2021/oct/05/singapore-passes-foreign-interference-law-allowing-authorities-to-block-internet-content
[4] Ibíd.
[5] Human Rights Watch. (13 de octubre de 2021). Singapore: Withdraw Foreign Interference Bill. Human Rights Watch. https://www.hrw.org/news/2021/10/13/singapore-withdraw-foreign-interference-bill
[6] Ibíd.
[7] Redacción. (23 de octubre de 2021). Singapore is cracking down on foreign political interference. The Economist. https://www.economist.com/asia/2021/10/23/singapore-is-cracking-down-on-foreign-political-interference
[8] Swanson, A. (05 de enero de 2021). Trump Bans Alipay and 7 Other Chinese Apps. The New York Times. https://www.nytimes.com/2021/01/05/technology/china-app-ban.html
[9] Han, K. (11 de octubre de 2021). Singapore’s new ‘foreign interference’ law leaves journalists like me with an impossible puzzle. The Guardian. https://www.theguardian.com/world/2021/oct/11/singapores-new-foreign-interference-law-leaves-journalists-like-me-with-an-impossible-puzzle
[10] Ibíd.
[11] Ibíd.