Análisis semanal 387: Secuestros masivos en Nigeria: más allá del extremismo religioso y la inseguridad ciudadana (05 de abril de 2021)

Año: 
2021

 

¿Qué está ocurriendo en Nigeria?

Desde el año 2009, aproximadamente, tanto la región norte como la región sur del país han sido escenario de múltiples secuestros de civiles por parte de grupos de bandidos, organizaciones extremistas religiosas, así como de individuos empobrecidos o contrarios a las administraciones gubernamentales cuyos intereses son principalmente de corte económico y/o político [1].

En particular, resulta de sumo interés examinar aquellos secuestros masivos ocurridos en el Norte, principalmente en el noreste, del territorio nigeriano, ya que la frecuencia y grado de violencia con la que se han presentado estos y otros crímenes han convertido a esta región en la más peligrosa para vivir del país [2].

Congruente con lo anterior, cabe señalarse algunos de los secuestros que han tomado lugar recientemente.

  • Chibok (2014)

Hace ya 7 años, la secta islámica popularmente conocida como Boko Haram capturó alrededor de 300 jóvenes estudiantes de un pueblo remoto del estado de Borno [3]. Al haber ocurrido una serie de ataques a escuelas por parte de esta célula terrorista, que se opone a la educación no coránica, anterior a este suceso las autoridades estatales habían ordenado el cierre masivo de las instituciones de estudio.

Aunque varios habitantes de la zona ya hubiesen recibido llamadas telefónicas avisando que el grupo criminal iba a atacar, al verse superados en números los 15 militares presentes en el pueblo por los integrantes de este último, las estudiante lograron ser capturadas y tan solo 50 pudieron escapar del camión en el cuál se las llevaron lejos del pueblo [4].

En particular, este ataque se debe a que desde el fundamentalismo islámico, “la educación occidental, las escuelas, y en particular la educación femenina, son vistas como enlaces de la ‘modernidad corruptora’” que ha de ser combatida [5]. Así mismo, puede señalarse que desde este pensamiento la reafirmación de la autoridad patriarcal y masculina es vista como parte de la expresión religiosa [6].

  • Dapchi (2018)

Similar al secuestro perpetrado 4 años atrás, en una noche de marzo de 2018, un colegio-internado de mujeres ubicado en el pequeño pueblo de Dapchi, en el noreste de Nigeria, fue atacado por la célula de Boko Haram [7]. En esta ocasión, sus militantes lograron capturar 110 jóvenes que se encontraban en la institución tras mentirles al afirmar que, de manera contraria, estos eran militares cuya misión era rescatarlas de un posible ataque por parte de la organización a la cual realmente pertenecían [8].

Así bien, aproximadamente 4 horas antes, los guardias de seguridad de las instalaciones fueron informados por conocidos que les llamaban desde pueblos cercanos, de que individuos fingiendo ser militares se dirigían hacia el colegio; por temor a que las alertas fueran falsas, los vigilantes fallaron al no avisar a la policía antes de que el lamentable evento en cuestión sucediese [9].

Posterior a que las jóvenes fueran secuestradas, el gobierno estatal aseguró que muchas de ellas habían sido rescatadas por oficiales del ejército; no obstante, el gobernador luego aclaró que, después de todo, ninguna de las estudiantes había sido recuperada por parte de las autoridades [10]. Hacia finales del 2020, al menos 100 de las víctimas de este secuestro aún se encontraban desaparecidas [11]

  • Kankara (2020)

A inicios de diciembre del año anterior Boko Haram se hizo responsable por el secuestro masivo de más de 300 estudiantes varones de un pequeño pueblo en el noroeste de Katsina [12]. Lo acontecido en este caso fue que, un numeroso grupo de hombres armados con AK-47s invadió la escuela secundaria y obligó a los muchachos a marchar a los bosques cercanos [13].

A pesar de que la célula extremista se adjudicara el crimen, hasta el momento, las autoridades aún desconocen si verdaderamente el grupo que se encargó de la toma de los jóvenes estaba configurado total o parcialmente por los integrantes de esta organización ya que bien un agente del gobierno, “que trabaja en la lucha contra el terrorismo en la zona, dijo que era posible que bandidos hubieran transferido algunos o todos los escolares secuestrados a los extremistas a cambio de dinero, armas u otros recursos” [14]. Respecto a ello, ha de aclararse que “en toda la región del Sahel, existen estrechas relaciones entre criminales armados, traficantes y extremistas islamistas” [15].

Pocos días después de lo sucedido, gracias al trabajo conjunto de las autoridades estatales y las fuerzas armadas del país, 344 de los jóvenes que habían sido secuestrados lograron ser liberados y entregados a los oficiales [16]. Posterior a su retorno, uno de los adolescente afirmó que él y otros estudiantes habían sido capturados por una banda criminal perteneciente a Abubakar Shekau, el líder de Boko Haram [17].

  • Jangebe (2021)

Por segunda vez en febrero del presente año, un secuestro masivo vio su escenario en territorio Nigeriano. El viernes 26, aproximadamente 317 jóvenes estudiantes fueron secuestradas de la secundaria de un pueblo del estado de Zamfara por un grupo de criminales armados en altas horas de la noche [18].

Sin aún haber logrado recuperar a las 42 personas que habían sido secuestradas pocos días antes en el poblado de Kagara, en el estado de Niger [19], las fuerzas armadas del país junto a la policía iniciaron una nueva búsqueda por las más recientes víctimas del cuarto secuestro masivo ocurrido en un lapso de tan solo 3 meses.

¿Quiénes están detrás de estos crímenes?

En el norte del país, los secuestros han sido llevados a cabo principalmente por parte de la célula terrorista Boko Haram, la cual fue formada en 2002 por un clérigo musulmán radical [20]. El verdadero nombre de esta agrupación es de Jama” atul Ahlus Sunnah Lidda’ Awati wal Jihad, que del árabe se traduce como “Unión para la propagación de las enseñanzas del Profeta y de la Guerra Santa” [21] y, como de este se desprende, la consigna que principalmente defienden sus participantes es la imposición de la Sharia a través de todo el territorio nigeriano [22].

Por otra parte, en las zonas rurales del norte del país, hombres armados, que se ocultan en las zonas boscosas cercanas, también han perpetuado numerosos crímenes además de algunos de los secuestros destacados anteriormente; entre ellos puede reconocerse que a cambio de recompensas en efectivo, los susodichos bandidos han ocasionado que las tasas de asesinatos, de robo, así como de violencia sexual aumentaran drásticamente en los últimos años [23]. Así bien, Amnistía Internacional aseguró que entre los meses de enero y junio de 2020, 1 126 personas habrían sido asesinadas por estos individuos [24].

A propósito, no puede descartarse que en ocasiones pasadas, ambos bandos criminales, extremistas musulmanes como bandidos,  hayan colaborado para la realización de alguno de los secuestros masivos que han ocurrido al día de hoy ya que bien, aún existe confusión respecto a la identidad de los responsables de estos actos delictivos. No obstante, ha de señalarse que bien, las motivaciones de ambos grupos son distintas entre sí; pues bien, por ejemplo, en el caso de los bandidos, sus intereses ven su origen en la terrible pobreza en la que viven las y los nigerianos habitantes de zonas rurales y la consecuente necesidad de estas personas por conseguir, a cualquier costo, recursos económicos para garantizar su subsistencia, así como por diferencias étnicas entre los criminales y sus víctimas [25]. Por otra parte, quienes se identifican como militantes de Boko Haram han ocasionado estos crímenes a razón de sus convicciones religiosas además de como resultado de un deseo de venganza, después de que las autoridades detuvieran a los familiares de sus comandantes [26].

¿En qué escenario se ha desarrollado esta problemática?

A través de los últimos años Nigeria se ha visto envuelta en distintas problemáticas que han dado lugar a que grupos criminales como los que en el presente azotan a la nación vean su desarrollo no solo posible sino privilegiado. De esta manera, cabe destacar que este país en particular es escenario de una profunda desigualdad, de impunidad criminal, de conflictos territoriales así como de polarización religiosa y distinción económica entre las comunidades cristiana y musulmana, que se han asentado principalmente en el sur y en el norte respectivamente.

Por otro lado, como en muchos otros territorios a través del mundo, la nación nigeriana sufre por una terrible falta de oportunidades para el desarrollo humano; en relación a la actividad terrorista de los extremistas musulmanes, por ejemplo, sobresale el que a partir de la convergencia de cuestiones como la pobreza, el desempleo y la falta de educación de calidad universalizada, es que es posible que las personas sean más propensas ser víctimas de un efectivo ‘lavado de cerebro’ realizado en nombre de credos religiosos que además se ve fomentado por la cultura en la cual se ven inmersas [27].

Así bien, puede concluirse que, lastimosamente, la alta incidencia de secuestros masivos se debe a que, en general, en Nigeria la delincuencia prospera simplemente porque el ambiente le es favorable [28].

¿Cuál ha sido la respuesta de las autoridades ante la situación?

Frente a los distintos secuestros masivos, la respuesta de los gobiernos estatales como el de la República ha sido, generalmente hablando, bastante deficiente. Si bien recuperar a las personas que fueron secuestradas no figura una tarea sencilla y que en algunas ocasiones, las autoridades sí han sido capaces llevar con éxito aquellas operaciones de rescate, lo que sugieren los hechos es que estas han sido bastante ineficaces cuando se ha necesitado de su asistencia.

La creciente sensación de inseguridad en Nigeria es reflejo del trabajo de autoridades que, a pesar de ya estar familiarizadas con el modus operandi de los criminales en cuestión, no logran establecer operativos de rescate y medidas de prevención que realmente logren efectuar un cambio en la situación de violencia que día a día experimentan las y los nigerianos no solo en el norte sino en cada rincón de su país.

De esta manera, la ciudadanía no se ha visto satisfecha con la labor realizada tanto por el ex presidente Jonathan como aquella correspondiente a la administración del presidente Buhari; verbigracia, a pesar de que en múltiples ocasiones las autoridades alegaron haber derrotado a Boko Haram y de que varios operativos militares han sido desarrollados para atender esta crisis de violencia, expertos reconocen que estas no cumplen con los requisitos mínimos para resultar exitosas y desmantelar a este y otros grupos criminales [29].

Entre otras cuestiones, una de las acciones tomadas por parte de las autoridades para tratar de recuperar a las víctimas de los secuestros ha sido pagar aquellos montos solicitados por sus captores y bien, la opinión experta apunta a que esta manera de proceder es contraproducente [30], pues bien el conocimiento de que las autoridades cederán ante las demandas para liberar a las personas secuestradas tan solo existe como un incentivo, en tanto el poder sobre las autoridades y el efectivo constan deseos de los grupos criminales.

¿Cuáles han sido las repercusiones de esta situación?

Entre las situaciones resultantes de esta problemática, puede señalarse lo siguiente:

  • Polarización religiosa entre las y los nigerianos musulmanes y cristianos, que en ocasiones resulta en discriminación y crímenes de odio [31].
  • Manifestaciones por parte de la ciudadanía en contra de la labor del gobierno para liberar a las personas cautivas.
  • Presencia generalizada de un sentimiento de inseguridad entre la ciudadanía nigeriana.
  • Desplazamiento de las y los nigerianos por temor a ser víctima de la violencia de estos grupos criminales [32].

Respecto a ello, es importante anotar que un ambiente tan convulso tan solo obstaculiza el progreso de las sociedades en tanto su desarrollo sostenible [33]. Considerando que, independiente a la actividad criminal de las agrupaciones anteriormente mencionadas, la nación nigeriana ya se enfrentaba a serias problemáticas de corte social, político y económico, es sumamente preocupante el que su condición se vea agravada por la presencia de una amenaza que hasta el momento ha sido inmanejable por parte de los gobiernos que le dirigen.

¿Qué puede esperarse de esta situación en el futuro?

Ha de reconocerse que si la respuesta del gobierno continúa siendo paliativa más que preventiva puede que la problemática de los secuestros masivos y demás actividades criminales realizadas por parte de Boko Haram y de las agrupaciones de bandidos no llegue a culminar en un futuro cercano; finalmente son aquellas situaciones que perjudicaban desde antes a la sociedad nigeriana lo que en primer lugar permitió que estos sujetos actuaran en contra del bienestar generalizado de la población.

Si bien es factible el que las autoridades logren gestionar correctamente esta situación en un futuro, también es posible que más bien el crimen organizado continúe atemorizando a las y los nigerianos y que bien, ligado a la pobreza o al extremismo religioso, este resulte en algo peor. Lo cierto es que, a partir de lo que se ha visto evidenciado hasta el momento, no parece que la resolución de esta crisis se avecine con prontitud; en cambio, la gravedad de la situación parece escalar conforme también lo hacen los casos de secuestros masivos y bien, no resulta desacertado inferir que esta problemática terminará afectando a territorios vecinos de Nigeria y con ello, se desestabilice la región que estos comprenden.

Notas

[1] Okoli, A. C. y Agada, F. T. (2014). Kidnapping and National Security in Nigeria. Research on Humanities and Social Sciences, 4(6), 137-146.

[2] Olukayode Akinbi, J. (2015). Examining the Boko Haram Insurgency in northern Nigeria and the quest for a permanent resolution of the crisis. Global Journal of Arts, Humanities and Social Sciences, 3(8), 32-45.

[3] Adewunmi, B., Mark, M y Burke, J. (2014). Nigeria's mass kidnapping: the vital questions answered. The Guardian. Recuperado de https://www.theguardian.com/world/2014/may/07/nigeria-boko-haram-mass-kidnapping-vital-questions

[4] Íbid.

[5] Íbid.

[6] Íbid.

[7]Abrak, I. y Maclean, R. (2018). 'We are soldiers! We will save you': how Boko Haram tricked Dapchi schoolgirls. The Guardian. Recuperado de https://www.theguardian.com/global-development/2018/mar/08/nigeria-we-are-soldiers-we-will-save-you-how-boko-haram-tricked-dapchi-schoolgirls

[8] Íbid.

[9] Íbid.

[10] Íbid.

[11] Burke, J. y Abrak, I. (2020). Boko Haram claims responsibility for kidnapping hundreds of boys in Nigeria. The Guardian. Recuperado de https://www.theguardian.com/world/2020/dec/15/boko-haram-claims-responsibility-for-kidnapping-hundreds-of-boys-in-nigeria

[12] Íbid.

[13] Íbid.

[14] Íbid.

[15] Íbid.

[16] Akinwotu, E. (2020).  Group of 344 kidnapped Nigerian schoolboys handed to government. The Guardian. Recuperado de https://www.theguardian.com/world/2020/dec/17/group-of-300-kidnapped-nigerian-schoolboys-handed-to-government

[17] Íbid.

[18] Akinwotu, E. (2021). Kidnappers abduct 317 schoolgirls in Nigeria in armed night-time raid, The Guardian. Recuperado de https://www.theguardian.com/world/2021/feb/26/kidnappers-abduct-schoolchildren-in-nigeria

[19] Akinwotu, E. (2021). Gunmen abduct dozens of schoolchildren in central Nigeria. The Guardian. Recuperado de https://www.theguardian.com/world/2021/feb/17/gunmen-kidnap-hundreds-of-students-in-central-nigeria

[20] Íbid.

[21] Íbid.

[22] Íbid.

[23] Íbid.

[24] Íbid.

[25] Íbid.

[26] Íbid.

[27] Íbid.

[28] Íbid.

[29] Íbid.

[30] Íbid.

[31] Íbid.

[32] Íbid.

[33] Íbid.