“Power is domination, control, and therefore a very selective form of truth which is a lie” -Wole Soyinka.
Aunque no ocupó grandes titulares en la prensa europea y americana, durante el 2020 las ciudades nigerianas fueron escenario de intensas jornadas de protestas contra la violencia que ejercen los cuerpos de seguridad, situación que paradójicamente ha desencadenado más violencia estatal contra la población.
“End SARS” es un nuevo movimiento social descentralizado, que ha protagonizado importantes jornadas de protestas contra el Special Anti-Robbery Squad (Escuadrón especial anti robos, o SARS, por sus siglas en inglés). A una enorme cantidad de denuncias por abusos policiales por parte del escuadrón especial, ahora se suma la denuncia de que actúan contra supuestos sospechosos a partir de prejuicios y no a partir de causas. Tatuajes, forma de vestir, el aspecto de una persona son suficientes para que el SARS actúe con contundencia contra personas, en detenciones que son completamente ilegales.
Nigeria es uno de los países más grandes del continente africano, multicultural y multilingüe, pero también es la economía número 31 del mundo y la principal potencia petrolera de África. No obstante, el crecimiento económico ha ido de la mano con una enorme desigualdad. Durante mucho tiempo las fuerzas de seguridad del país han protegido las instalaciones petrolíferas, en un contexto político regional de fuertes confrontaciones y conflictos étnicos.Según Naciones Unidas, el desempleo y la pandemia de covid-19 son las principales causas del estallido social que ha tenido lugar por medio del movimiento End SARS (1), sin embargo este artículo tiene como objetivo demostrar otras causas estructurales.
La historia nigeriana es compleja y extensa, pero en un intento por sintetizar los últimos siglos podría decirse que: el territorio que actualmente ocupa la gran federación de Estados que integran Nigeria, en el Oeste africano, alrededor del delta del Río Níger que desemboca en el Atlántico, es lugar de origen de culturas importantísimas. Al norte de su gran territorio, se ubican los grupos humanos Hausa y Fulani, población mayoritariamente islámica y que desde hace más de cinco siglos ha estado en contacto con el norte de África y el mediterráneo, por medio de las rutas transaharianas. En el sur, en la costa atlántica y el delta del Níger, las culturas Igbo y Yoruba, han tenido contacto con los europeos desde el siglo XVII. En esta zona, millones de personas eran compradas como prisioneros de guerra y trasladadas en condición de esclavitud a América y Europa, por lo que los imperios europeos la llegaron a denominar “la Costa de los esclavos”.
No es de extrañar por lo tanto, que en América sea posible identificar una influencia cultural de la costa nigeriana, manifestada en las prácticas culturales y religiosas yoruba e igbo. Pero en Nigeria, la colonización se emprendió hasta el siglo XIX, principalmente por medio de la presencia británica en la costa sur. Hacia inicios del siglo XX, comenzó un ciclo de explotación petrolífera en el delta del Níger en manos de la compañía Shell. Nigeria se independizó del Reino Unido parcialmente en 1960 y a partir de 1962 es reconocida como República, la colonización no acabó con las poblaciones hausa, fulani, igbo y yoruba sino que estas siguen siendo la población nigeriana.
Pero el colonialismo británico heredó a Nigeria una estructura económica basada en la exportación petrolera, pero que al igual que en los tiempos de la colonia ha ido de la mano con una gran desigualdad. En la segunda mitad del siglo XX, Nigeria estuvo marcada por guerras civiles y gobiernos militares en varias ocasiones. Desde 1999, se dice que hubo una transición política, con la llegada de nuevos gobiernos civiles y los primeros procesos electorales considerados justos. Actualmente, algunos políticos han pretendido dividir al movimiento End SARS, aduciendo que el movimiento conlleva a una confrontación entre el norte islámico y el sur igbo y yoruba. A continuación se analizan los ataques contra la población civil que ocasionaron una masacre en Lekki, la posición histórica de las fuerzas armadas y finalmente un comentario sobre cómo las redes sociales han influido en el movimiento, y el gobierno incluso ha tomado represalias en ese ámbito.
Los ataques de las contra la población civil
El 20 de octubre de 2020, tuvo lugar una masacre en una puerta de peaje en una carretera de Lekki, Lagos. La “Lekki Toll Gate”, como se le conocía en inglés ha pasado a ser denominada “Lekki Toll Blood Gate”, es decir “puerta de sangre”. El día después el presidente nigeriano se dirigió al país para referirse a las jornadas de protestas antigubernamentales, y contra la violencia policial. Mahmud Bujari, acusó a los manifestantes de poner en peligro la seguridad nacional. Al Jazeera indica que el gobierno nigeriano ha condenado los tiroteos que han tenido lugar en las protestas, sin embargo en su discurso Bujari no se refirió al tema ni a la violencia policial (2).
Bujari “anunció”, la cifra de 51 personas civiles asesinadas durante las jornadas de protestas. Estas se desarrollan como un grito de protestas que reivindica reformas que protejan a la población de abusos policiales, a la vez que claman por un alto a la corrupción. A la cifra se le añade además la de 18 oficiales de seguridad que también fueron asesinados. El medio informa además, que el caos continuaba por ese entonces, que se siguen escuchando tiros y se ven incendios por las ciudades. Al Jazeera indica que esta es la peor crisis política desde el fin de los gobiernos militares en 1999. (3)
El día 24 de octubre, tras varios días seguidos de jornadas de protestas, Al Jazeera indica que la calma ha vuelto a ciudades como Lagos. Según esta noticia, los manifestantes que participaron en las protestas han expresado temor de que haya agitadores dentro de los movimientos que pretenden romper el carácter pacifista de las manifestaciones. Manifiestan que estas personas infiltradas pretenden causar violencia para que se justifique la violencia policial y la represión contra las manifestaciones. (4)
Investigaciones judiciales que se han llevado por medio de un cuerpo independiente de investigación, han comprobado fuertes abusos policiales contra las personas manifestantes. Al Jazeera entrevista a las personas que han participado de las protestas, dan declaraciones acerca de cómo consideran que el gobierno está manejando la situación posterior a la matanza de Lekki. Las personas entrevistadas explican además que un factor que tuvo que ver en la convocatoria a las enormes manifestaciones, fue que el 11 de octubre el gobierno nigeriano anunciaba una supuesta desarticulación de las SARS, pero que sus miembros pasarían a formar parte de las otras unidades policiales. (5)
Un medio local ha posicionado otros temas, Pulse Nigeria indicó que los cuerpos policiales han determinado que las mismas personas que participaron en las jornadas de protestas de End SARS, ahora están planeando una segunda oleada. El medio cita a las autoridades en cuanto al uso del término “End SARS violence”. La policía ha advertido a grupos estudiantiles y demás organizaciones que pretendan organizar nuevas protestas, de que desistan de sus intenciones. Esta nota en particular, presenta las protestas como actos sumamente violentos. La nota además indica que, casas de miembros del partido oficialista All Progressives Congress, además de vehículos estatales han sido destruidos e incendiados en las protestas.
Situación histórica de las fuerzas armadas en Nigeria
La historia reciente de Nigeria registra un largo historial de violencia de parte de las fuerzas estatales contra población civil desarmada. Tal fue el caso del ataque en 2018. contra personas musulmanes chiíes que protestaban contra el encarcelamiento de un líder religioso. En ese ataque resultaron 45 personas muertas.
En lo inmediato a la independencia, en la década de 1960, Nigeria pasó por dos golpes de Estado orquestados por distintos sectores del ejército, la separación de la República de Biafra tras un golpe militar comandado por oficiales de la etnia igbo, y un genocidio contra la población igbo en el Norte. Entre 1967 y 1970, un enfrentamiento contra la efímera República de Biafra devino en una guerra civil que dejó como saldo una hambruna, aproximadamente un millón de muertes civiles (6) y hasta tres millones de personas refugiadas (7). Biafra pasó a ser nuevamente territorio nigeriano como resultado de esa guerra En 1984 volvieron los gobiernos militares.
Nigeria dejó atrás los regímenes militares en el año 1999, sin embargo es muy claro que aún existe una estructura militar privilegiada. Se trata de un poder fáctico que sigue actuando con impunidad a pesar de que hubo una transición hacia gobiernos civiles.
El término de “democracia” se utiliza únicamente como un complemento al discurso de la soberanía nacional, pero que no hay una puesta en práctica de políticas democráticas que se corresponda con el origen etimológico del término (8) además de una incumbencia o influencias que deviene en una” democracia” de distribución por dividendos (9). Emma Chukwuemeka argumenta que la etnicidad en realidad ha sido el discurso enarbolado por las élites para movilizar conforme a sus intereses (10).
De acuerdo con una nota de Al Jazeera, las protestas han continuado a pesar de que el gobierno se ha comprometido a que SARS deje de existir. Han continuado porque exigen otras reformas policiales además de acciones concretas contra la corrupción. Según Deyi Adeyanju, activista por los derechos humanos, el viernes antes de que esta nota fuera redactada fueron arrestadas otras cuatro personas frente al poder legislativo. Amnistía Internacional ha informado de al menos 56 personas muertas durante las protestas, pero el gobierno nigeriano se niega a reconocer responsabilidades. El mismo Adeyanju indica que las protestas End SARS continuarán hasta que logren sus objetivos. (11)
Notas
1: Opejobi, Seun, “End SARS: Covid-19, unemployment caused protests-UN”. Daily Post, 10 de noviembre de 2020, acceso el 11 de febrero de 2021, https://dailypost.ng/2020/11/10/end-sars-how-covid-19-unemployment-caused-protests-un/
2: “Nigeria president warns protesters; fails to address shooting”. Al Jazeera, 20 de octubre de 2020, acceso el 11 de febrero de 2021, https://www.aljazeera.com/news/2020/10/22/nigeria-unrest-gunfire-heard-smoke-seen-rising-in-lagos
3: Ibid.
4: “SARS protests: Tense calm in Nigeria after days of unrest”. Al Jazeera, 24 de octubre de 2020, acceso el 11 de febrero de 2021, https://www.aljazeera.com/news/2020/10/24/calm-returns-to-nigeria-cities-after-unrest
5: “Inquiry probes shooting of Lagos protesters, police abuse”, Al Jazeera, 26 de octubre de 2020, acceso el 11 de febrero de 2021, https://www.aljazeera.com/news/2020/10/26/judicial-inquiry-begin-in-lagos-to-probe-police-brutality
6: Bridgette Kasuka (2012). Prominent African Leaders Since Independence. Bankole Kamara Taylor, pp. 331
7: “Biafra war”, Global Security, acceso el 11 de febrero de 2021 https://www.globalsecurity.org/military/world/war/biafra.htm
8: Chukwuemeka, Emma. “Changing perspectives of Nigeria political development: from militarism to incumbency and godfatherism” em Journal of Political Studies. Vol 19, 2012. p 3
9: Ibid. p. 5
10: Chukwuemeka, Emma; Rose Anazodo & Francisca Ogo Ezeigwe. “Ethnicity-militarism in Nigeria Democratization: a typology and an assessment”. OIDA International Journal of Sustainable Development. N° 10. 2011. P. 11
11: “Nigeria: Four arrested in police brutality protest”, Al Jazeera, 6 de noviembre de 2020, acceso el 11 de febrero de 2021 https://www.aljazeera.com/news/2020/11/6/nigerian-police-arrest-four-in-anti-police-brutality-protest