Análisis semanal 375: En donde el COVID-19 y el cambio climático se encuentran (27 de enero de 2021)

Año: 
2021

 

El miércoles 13 de enero del presente año, más de 1000 personas asentadas en Honduras salieron en caravana hacia Corinto, un punto fronterizo con otro de los países del triángulo del norte, Guatemala, con el propósito de llegar a Estados Unidos. Los diferentes sujetos han exteriorizado que sus razones para movilizarse son diversas, en las cuales destacan el panorama complejo que ha generado la crisis sanitaria del COVID-19 y por la situación de vulnerabilidad característica del periodo de huracanes ETA y IOTA.

Miles de estas personas atendieron a las convocatorias realizadas por Facebook y Twitter, en donde familias migrantes salieron a pie desde San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante de Honduras hacia Estados Unidos pasando por los otros países del triángulo y México, con una bandera extendida de su país, en azul y blanco [1]. Los participantes de este peculiar evento político expresan de manera clara que lo que esta coyuntura refleja, son las claras dinámicas desiguales que plantean los efectos del cambio climático, así como del COVID-19 en Centroamérica.

Situación ambiental

La región centroamericana es una de las regiones que presentan más vulnerabilidad al cambio climático. La ubicación, el estado de sus  ecosistemas y sectores agropecuarios, forestales y de otras actividades económicas son factores clave de cómo se moldean las dinámicas climáticas. Es por esto que profesionales en el área ambiental reiteran la importancia de prácticas adaptativas al cambio climático como prioridad para la salud de los habitantes [2].

El contexto socioambiental de Centroamérica en donde se manifiesta el cambio climático no es favorable. Es de menester recalcar que las actividades ambientales a nivel económico a lo largo de la historia han moldeado a esta zona, así como la relación que estas sociedades han establecido con los ecosistemas que les rodean.

La presencia de actividades mineras a gran escala, el sector agropecuario con importantes emisiones de carbono y las dinámicas monocultivistas homogeneizando los territorios con la eliminación de vegetación diversa, generan un ambiente complejo de cambio abrupto que trae consigo retos para generar acciones de adaptación y mitigación de los riesgos. Entre los desafíos que tiene la región con respecto a la adaptación al cambio climático se pueden destacar: enfrentar la deforestación, los altos niveles de pobreza, las comunidades altamente vulnerables, la mala gestión de recursos y el poco interés estatal para hacer frente a la situación [3].

En este contexto, CEPAL expresa que existen cuatro rasgos que caracterizan el fenómeno del cambio climático y dificultan su solución, particularmente Centroamérica y el Caribe [4]:

1) La paradoja temporal. Gran parte de los mismos sistemas políticos de los países antes mencionados, visualizan al cambio climático como un proceso cuyos efectos plenos surgen a largo plazo. No obstante, aunque el cambio climático sea difícil de identificar, cada vez hay más conciencia de que es una prioridad inmediata atender los procesos de mitigación y adaptación simultáneamente con otros problemas sociales y económicos [5].

2) La asimetría fundamental entre las emisiones y la vulnerabilidad. Las emisiones totales de América Latina y el Caribe representan solo el 8,3% de las emisiones mundiales, pero, al mismo tiempo, la región es particularmente vulnerable al impacto del cambio climático debido a sus características geográficas, climáticas, socioeconómicas y demográficas [6].

3) La desigualdad en el interior de los países. En los países de la región existe una condición asimétrica que, combinada con la vulnerabilidad al riesgo, da como resultado una doble desigualdad. De esta manera, muchas periferias y comunidades en situación de pobreza son más vulnerables al impacto negativo del cambio climático, al tiempo que su contribución a las emisiones de gases de efecto invernadero dentro de su sistema, es menor que la de los grupos que tienen ingresos mayores. Esto es resultado de patrones segmentados y muy diferenciados en materia de consumo de combustibles fósiles, las actividades agropecuarias y la minería. De esta manera, las comunidades en estas condiciones sufren más pérdidas a nivel material, económico e incluso de vidas humanas [7].

4) La inevitabilidad y la urgencia de la adaptación. Ante la mayor frecuencia de los fenómenos climáticos y emisiones de gases de efecto invernadero, se debe pensar en implementar prácticas de adaptación para reducir los daños al máximo los daños que los riesgos naturales pueden producir. Sin embargo, la adaptación tiene límites y enfrentan barreras de eficiencia. Si bien los programas de adaptación pueden llevar a que se adopten medidas que mejoren las condiciones sociales y ambientales en la región, aún es un camino por recorrer, debido a que las mismas capacidades estatales se limitan a resolver las vulnerabilidades de comunidades en específico, mientras que otras enfrentan fuertemente consecuencias con capacidades reducidas de adaptación [8].

El trasfondo ambiental de la caravana

Según datos de la FAO, la migración de personas centroamericanas se caracteriza por ser un fenómeno eminentemente rural, las actividades agropecuarias de la región son el medio de vida de pequeños y medianos productores y productoras; la sostenibilidad de su fuente de sustento se ve gravemente amenazada  por la degradación del suelo, los cambios abruptos de temperatura y los enfrentamientos a fenómenos climatológicos de gran impacto agravan paulatinamente el panorama de las comunidades vulnerables y del medio rural [9]. Guatemala y Honduras, siendo los puntos de golpe de los fenómenos hidrometeorológicos presentaron una gran vulnerabilidad a los eventos del 2020. Los huracanes IOTA y ETA cerraron el año anterior con más de 6,5 millones de personas directamente afectadas. En donde según datos de las Naciones Unidas, aproximadamente 441.000 personas sufrieron pérdidas significativas de sus viviendas y principales medios de vida, en donde en un panorama de aumento de la pobreza y reducción de capacidades a causa de la pandemia, los establecimientos médicos y los mismos métodos de generación de empleos y riqueza se ven gravemente vulnerados [10].

En la misma línea, la falta de medidas de adaptación y afrontamiento efectivas, la reducción al acceso de agua potable, la pérdida de un saneamiento adecuado y la saturación de albergues y centros de salud a falta de la infraestructura, se plantean como soluciones poco seguras y críticas para mitigar el riesgo de contagios por COVID-19 [11]. En ese contexto, ante niveles de pobreza altos, pérdidas materiales y poca respuesta de la administración para buscar una adaptación integral al riesgo que supone el cambio climático, motivó a miles de personas a buscar una mejor calidad de vida en otro país.

Sin embargo, las situaciones complejas no acaban en el momento de salir de su país, el COVID-19, los largos caminos, la xenofobia y los enfrentamientos violentos con los cuerpos policiales fronterizos, son parte del proceso de migración de miles de personas. Esto se pudo observar el pasado 17 de enero, cuando la policía antidisturbios y el ejército de Guatemala dispararon gases lacrimógenos y golpearon con palos a los integrantes de la caravana que se dirige a Estados Unidos, arriesgando la vida de miles de personas y configurándose como un evento de violación a los derechos humanos [12].

Reflexión final

El cambio climático es una realidad, es el panorama que afecta a poblaciones que menos impacto generan pero que son las más vulnerables al riesgo que suponen los climas extremos. Estas situaciones obligan a estas comunidades a abandonar lo que en su momento era su hogar y principales fuentes de trabajo.

La caravana activa retrata perfectamente lo anterior, miles de personas afectadas por la pobreza a causa de la crisis sanitaria, así como la pérdida de vidas y viviendas a causa de la fuerte temporada de huracanes del 2020. Es por esto que es necesario que los gobiernos posicionen al cambio climático y las situaciones socioambientales como temáticas de prioridad a nivel nacional, entendiendo que una parte importante de las poblaciones se ven directamente afectadas en su calidad de vida por la eficaz gestión de los desastres.

En la misma línea, la implementación de políticas públicas de desarrollo rural, de soluciones basadas en la naturaleza, planes integrales de adaptación y mitigación, así como la disminución de la desigualdad poblacional son necesarias para hacer frente a lo que el cambio climático pueda generar a los espacios. De esta manera, se pueden construir espacios y sociedades resilientes en donde el derecho a un ambiente sano capaz de enfrentar los riesgos potenciales del cambio climático sea una realidad.

Notas

[1] Los ángeles times (2021). Nueva caravana de migrantes se gesta en Honduras; otra vez lo indecible para miles de personas que aspiran a llegar a EE.UU. Recuperado de https://www.latimes.com/espanol/internacional/articulo/2021-01-14/nueva-caravana-de-migrantes-se-gesta-en-honduras-otra-vez-lo-indecible-para-miles-de-personas-que-aspiran-a-llegar-a-ee-uu

[2] latín clima (S.f). Centroamérica se adapta al cambio climático por su salud. Recuperado de  https://latinclima.org/centroamerica-se-adapta-al-cambio-climatico-por-su-salud

[3] ibid.

[4] CEPAL (2020). La emergencia del cambio climático en América Latina y el Caribe. Recuperado de https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/45677/1/S1900711_es.pdf

[5]Ibid.

[6]Ibid.

[7]Ibid.

[8]Ibid.

[9]FAO (2019) Migración y desarrollo rural. Recuperado de http://www.fao.org/3/ca5107es/ca5107es.pdf

[10]OPS (2020) Respuesta a los huracanes IOTA y ETA. Recuperado de https://www.paho.org/es/respuesta-huracanes-eta-iota

[11] Ibid.

[12] BBC (2020) Caravana de migrantes: las imágenes que muestran la violenta represión en Guatemala contra grupos que se dirigen caminando a EE.UU. Recuperado de https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-55698861