Análisis semanal 369: Las ovejas negras de la familia: Polonia, Hungría y la Unión Europea (07 de diciembre de 2020)

Año: 
2020

 

Durante algunos años la Unión Europea fue un gran ejemplo de unidad y cooperación para el mundo entero. Después de que el continente sobreviviera a dos guerras mundiales llevadas a cabo en su propia tierra, resurgió de las cenizas la unión de las naciones para intentar trabajar en armonía bajo la idea de unidad y resolución de sus diferencias por medio del dialogo. Sin embargo, esta unidad no duro tanto tiempo como se esperaba y en los últimos años se han divisado las grandes diferencias que existen entre sus integrantes; sobre todo fortalecidos por grupos con ideas muy diferentes y contradictorias a la propia base de la Unión Europea (UE), que han accedido al poder de sus países, respaldados por un descontento popular en sus propias naciones. El primer ejemplo de estas enemistades que se ha desarrollado, culmino con la ejecución del Brexit y puede no ser el último. Detrás de Reino Unido, siguen países como Hungría y Polonia, ya que el desarrollo de sus políticas ha logrado marcarles como esas ovejas negras de la gran familia europea. 

Las políticas que característica a estas dos naciones se arraigan a discursos y acciones autoritarias; una situación que incomoda al resto del grupo de la UE. De tal forma, tanto Hungría como Polonia, han desarrollado una ideología política que es euroescéptica, conservadora, anticomunista y nacionalista (1). Además, ambas naciones han ejecutado reformas para controlar la administración estatal y los medios de comunicación públicos, lo que implica una gran amenaza para el estado de derecho (2).

A esto se le suma que la ciudadanía húngara no se ha involucrado o reaccionado a las políticas de su gobierno, dejando al país en una posición más alarmante para Europa. Por otro lado, la ciudadanía polaca todavía sigue resistiendo las políticas impuestas por su gobierno ya que existe “una oposición capaz de plantar cara al Gobierno y una sociedad civil activa, algo que parece haber desaparecido ya en Hungría, donde los pocos medios independientes que quedan pelean por escapar de los tentáculos de las redes clientelares cercanas al primer ministro, la oposición es débil y hay, en general, poca resistencia civil fuera de la capital” (3).

Sin embargo, la UE carece de capacidad para intervenir en la situación que le provoca un gran daño y que pinta un futuro desfavorecedor. En Bruselas, la capital comunitaria de la Unión, existe el gran temor puesto que “no solo se está fracasando a la hora de evitar y corregir las derivas autoritarias de dos Estados miembros, sino que no existen instrumentos para frenar su influencia sobre otros países, ni siquiera hay herramientas para sancionarlos de forma seria” (4). A los ojos del mundo, tanto Polonia como Hungría han seguido con sus políticas autoritarias sin que exista ninguna forma a nivel internacional para ponerle un alto, sumándole la poca respuesta que puede haber si la sociedad civil no reacciona ante estas actitudes (5). De tal forma, la preocupación en Bruselas sigue presente “no hay nada que hacer, además de confiar en una reacción interna” (6).

Una de las formas en que la UE ha intentado llamar la atención sobre la situación de estos dos países es por medio del informe que realizo sobre el estado de derecho de sus miembros que tiene el objetivo de “aumentar la presión sobre aquellos Estados miembros embarcados en una deriva autoritaria” (7). Dicho informe señala, en el caso de Hungría, actos de corrupción sin resolver o investigar y cierta persecución de los jueces y abogados por medio de narrativas negativas publicadas en la prensa pro-gobierno (8). Además de mencionar la preocupación en cuanto a “el cambio de criterio de elegibilidad para elegir a los miembros de la ‘Kúria’, y también que el aumento de los salarios a los jueces haya ido acompañada de un criterio nada transparente y muy discrecional para dar bonus a los magistrados” (9). Por otro lado, el caso de Polonia sigue la misma línea que la nación húngara, específicamente se expone la reforma judicial ejecutada la cual pone en riesgo la independencia de los jueces, los casos de corrupción que tampoco son investigados y la persecución al pluralismo mediático (10). De tal forma, en Polonia la problemática trata sobre todo “de la independencia judicial y de la discriminación, por ejemplo, a personas transgénero o al colectivo LGTBI+” (11). Por lo tanto, se señala una preocupación por parte de la UE ante la situación, ya que se denota que lo que está pasando en ambos países y las fisuras en sus estados de derecho se arraiga en un problema a nivel sistemático (12).

La ultima situación que ha llegado a cavar de manera más profunda la relación entre ambos países y la UE es el bloqueo realizado por las dos naciones al presupuesto de esta asociación política y económica. “El Parlamento polaco se unió a Hungría para aprobar una resolución que respalda el plan del gobierno de vetar el presupuesto de la UE si, como amenaza Bruselas, incluye una condición de respeto al Estado de derecho. Los dos Estados miembros también amenazan con bloquear el fondo para la recuperación económica después de la pandemia del coronavirus, que junto con el presupuesto 2020-2027 asciende a 1,8 billones de euros (unos 2 billones de dólares)” (13).

Con una visión completamente opuesta a la de la Unión Europea, tanto Hungría como Polonia  jalan en una dirección opuesta; donde se contraponen sus visiones conservadoras contra las ideas progresistas del grupo europeo. De tal forma, hace un llamado de atención sobre las situaciones que se dan en estos países así como las diferencias que existen entre las naciones del viejo continente.  Es pertinente que la UE encuentre una solución para contrarrestar y debilitar las líneas discursivas autoritarias que rondan por sus tierras y que se arraigan a un pasado no muy lejano. Más aun escuchar al pueblo y desencanto de ambas naciones; asimismo el despertar de este es importante para frenar la situación de odio y corrupción que se ha ido desarrollando. Sin lugar a dudas, los aires de enemistad y rivalidad andan entre la gran familia.

Notas

  1. Sanhermelando, Juan. 2020. "Por Qué Polonia Es La Nueva Hungría Para La Unión Europea". El Español. https://www.elespanol.com/mundo/20160112/93990642_0.html.
  2. Ibid.
  3. Alarcón, Nacho. 2020. "Bruselas Intenta Recuperar El Pulso Contra La Deriva Autoritaria En Polonia Y Hungría". Elconfidencial.Com. https://www.elconfidencial.com/mundo/europa/2020-01-18/bruselas-recupera-el-pulso-contra-la-deriva-autoritaria-en-polonia-y-hungria_2417223/.
  4. Ibid.
  5. Ibid.
  6. Ibid.
  7. Alarcón, Nacho. 2020. "Bruselas Aumenta La Presión Sobre Hungría Y Polonia Con Críticas A Su Estado De Derecho". Elconfidencial.Com. https://www.elconfidencial.com/mundo/europa/2020-09-30/bruselas-senala-una-gran-preocupacion-por-los-ataques-al-estado-de-derecho-en-hungria-y-polonia_2769355/.
  8. Ibid.
  9. Ibid.
  10. Ibid.
  11. Pellicer, Lluís. 2020. "“Las Vulneraciones Del Estado De Derecho En Polonia Y Hungría Son Un Problema Sistémico”". EL PAÍS. https://elpais.com/internacional/2020-10-07/las-vulneraciones-del-estado-de-derecho-en-polonia-y-hungria-son-un-problema-sistemico.html.
  12. Ibid.
  13. Harper, Jo. 2020. "Relaciones Polonia-UE: ¿Se Acerca Un “Polexit” De Facto? | DW | 07.12.2020". DW.COM. https://www.dw.com/es/relaciones-polonia-ue-se-acerca-un-polexit-de-facto/a-55853937.