Resulta por demás contradictorio comprender que muchos de los conflictos actuales, deban sus orígenes a la manera “descuidada” en la que se “dividieron” los territorios después de las grandes conflagraciones mundiales, es tan sencillo como observar en un mapa ciertas regiones cuyas fronteras parecen trazadas por ingenieros, más con arreglo a una geometría respetuosa de la estética, que a los factores culturales, religiosos y sociales que terminarían tarde o temprano en llevar a la superficie las diferencias y provocar choques que degenerarían en confrontaciones.
Veiga, define la situación entre Armenia y Azerbaiyán, como: “[…] un conflicto centenario, rémora de la época en que existía la Unión Soviética cuando la gobernaba Stalin.” [1], este gira en torno al territorio de Nagorno-Karabaj, que se ubica geográficamente y es reconocido internacionalmente como parte de Azerbaiyán, pero que está controlado y habitado por una mayoría étnica armenia.
El origen del diferendo podría datarse al inicio de 1988, cuando la mayoría armenia exigió que se transfiriera el óblast (dentro de la Unión Soviética era considerado como “región” o “provincia”) autónoma del Alto Karabaj de la Azerbaiyán soviética a Armenia, lo que desató el conflicto por el territorio de 1992 a 1994; “[…] terminó con Nagorno-Karabaj y siete distritos adjuntos controlados parcialmente o completamente por las fuerzas armenias. Más de un millón de personas fueron forzadas a abandonar sus casas: los azeríes huyeron de Armenia, mientras que los armenios huyeron de Azerbaiyán.” [2]
En el nuevo capítulo de una historia cuyos episodios se aplazan pero que parece no tener un fin, las hostilidades se reiniciaron el pasado veintisiete de septiembre, con los dos bandos acusándose entre sí como el responsable de comenzar el conflicto, atacar civiles y dañar infraestructura. Simmons [3] comenta que:
“El gobierno armenio declaró esta semana que Azerbaiyán estaba lanzando ataques con misiles en contra de Stepanakert, la capital de Nagorno-Karabaj con “gran intensidad”, Azerbaiyán negó que lastimó civiles y acusó a las fuerzas armenias de atacar ciudades azerbaiyanas fuera de Nagorno-Karabaj, incluyendo Ganyá, que es su segunda ciudad más grande. Las autoridades armenias describieron las declaraciones de los ataques como fake news.”
Los ojos del mundo se dirigen con especial atención a este conflicto, principalmente porqué de alargarse más, traería consigo el involucramiento de otras naciones, convirtiendo esta estira y encoje en una guerra regional que parece estar ya en gestación en este momento.
Reclaman un lugar protagónico en el escenario Turquía y Rusia, nada despreciables potencias hegemónicas en la región. Azerbaiyán comparte la cultura y el idioma turco, por lo que el apoyo de esta nación está con este país – al punto de que Turquía llegó a cerrar sus fronteras con Armenia en 1993 en apoyo a Azerbaiyán-, Rusia por su parte, mantiene estrechas relaciones con Armenia, poseen bases militares en este país, y ambos son integrantes de la Organización del Tratado para la Seguridad Colectiva [4], figura de defensa regional que surgió como alianza militar en el 2002 y que es un remanente histórico del fenecido Pacto de Varsovia en 1991.
En este conflicto en específico Turquía ha declarado su apoyo incondicional hacia Azerbaiyán, y todo parece indicar que está aportando asistencia militar, especialmente en forma de tecnología de drones, que son considerados de los mejores en la actualidad. Se sospecha, también, que después de que el veintinueve de septiembre Ereván (capital de Armenia), acusara a Ankara (capital de Turquía) de derribar un jet armenio SU-25, lo que Turquía negó rotundamente, se dio una movilización de mercenarios sirios financiados por la potencia turca para luchar por Azerbaiyán.
En el caso de Rusia, se dice que juega “[…] diversos, a menudo contradictorios, roles en el conflicto” [5]. Como se mencionó anteriormente, la Organización del Tratado para la Seguridad Colectiva, le asegura protección a Armenia -pero no incluye el territorio de Nagorno-Karabaj, que le pertenece a Azerbaiyán-, el país también le vende armas a ambos bandos y forma parte del equipo mediador de este conflicto.
Además, desde la perspectiva armenia, todo el apoyo que Moscú brinde viene con condiciones añadidas, que tal vez no estén listos para aceptar, por lo que tienen cuidado de pedirle apoyo a esta nación.
Aunado a esto, el Cáucaso es una región montañosa importante y estratégica para el sureste de Europa.
Después de la caída de la Unión Soviética, Azerbaiyán buscó exportar petróleo y gas sin depender del sistema de tuberías de Rusia, esto atrajo inversionistas que instalaron su propio sistema que transportara del Mar Caspio a los mercados internacionales; uno de estos gasoductos está cerca de la línea de conflicto, lo cual le da a esta región una condición de seguridad clave ya que es esencial para el objetivo europeo de disminuir la dependencia de la importación de gas natural ruso. [6]
Lo más importante de este conflicto es, quizás, que “[…] genera la pregunta de si las fronteras heredadas de la II Guerra Mundial deberían ser inviolables o evolucionar cuando estas no van de acuerdo a las aspiraciones étnicas,” [7] (Simmons, 2020). En este caso debido al condicionante religioso de que la mayoría de Armenia practica la fe cristiana y por su parte, Azerbaiyán profesa la religión musulmana.
The Economist, opina que la forma en que se está desarrollando este conflicto es indicativo de lo que se ha dado en llamar el “el futuro de la guerra”, al menos cuando de países más pequeños se trata. Este medio expone que:
“[…] las medidas turcas y azerbaiyanas apuntan a un nuevo, más asequible tipo de poder aéreo. Los drones hacen una gran diferencia en países con fuerzas aéreas pequeñas, los aviones de guerra son caros de comprar, mantener y operar […] los drones cuestan un par de millones de dólares, no necesitan pilotos y son prescindibles. […] es cómo cambiar un peón por un caballero” [8]
De momento, los dos bandos se acusan de que los bombardeos indiscriminados han afectado hospitales, escuelas y a civiles. Las carreteras, la electricidad y las redes de comunicación también han sufrido fuertemente.
De momento, en Nagorno-Karabaj, las autoridades indican que este conflicto le ha costado la vida al menos a veintidós personas y ha herido a más de ochenta. Azerbaiyán indica que sus números son treinta y un civiles y ciento sesenta y ocho heridos y se espera que lo peor este por llegar, mientras los estudiantes se preparan para un nuevo año escolar y la región se protege de la pandemia del COVID19. [9]
Para el momento de finalizar la redacción de este artículo, se había declarado un alto al fuego “humanitario”, después de las acciones de mediación dirigidas por el presidente Vladimir Putin “[…] a fin de permitir a las fuerzas armenias y azerbaiyanas intercambiar los cuerpos de los fallecidos y los prisioneros” [10].
Naciones como Irán, Catar y Georgia se han ofrecido como mediadores para buscar una solución; pero el peso de la pandemia y las elecciones en Estados Unidos diluyen la atención en el entorno internacional, lo que dificulta el proceso de conclusión del conflicto.
El escenario más negativo pasa por estimar que el resultado de este encuentro armado conllevará una victoria rotunda de una nación sobre la otra: o Azerbaiyán recupera el territorio, o las fuerzas armenias logran repeler la fuerza militar azerí. De cualquier manera, la inestabilidad parece ser la constante en esta región, augurando que las nuevas guerras serán campos de prueba para las tecnologías, pero seguirán buscando sus justificaciones en los odios “anejos”.
Notas
[1] Veiga, G. (09/octubre/2020). Armenia y Azerbaiyán no están solos en su guerra del Cáucaso. Página 12. Recuperado de: https://www.pagina12.com.ar/297839-armenia-y-azerbaiyan-no-estan-solos-en-su-guerra-del-caucaso
[2] Crisis Group. (s.f). The Nagorno-Karabakh Conflict: A visual explainer. Crisis Group. Recuperado de: https://www.crisisgroup.org/content/nagorno-karabakh-conflict-visual-explainer
[3] Simmons, A. (6/octubre/2020). Armenia-Azerbaijan conflict: What’s behind the fighting in Nagorno-Karabakh. The Wall Street Journal. Recuperado de: https://www.wsj.com/articles/armenia-azerbaijan-conflict-whats-behind-the-fighting-in-nagorno-karabakh-11601325097
[4] Redacción (28/septiembre/2020). Armenia-Azerbaijan: What´s behind the Nagorno-Karabakh conflict?. BBC Mundo. Recuperado de: https://www.bbc.com/news/world-europe-54324772
[5] Broers, L. (30/septiembre/2020). Armenia-Azerbaijan conflict: why Caucasus flare-up risks wider war. BBC Mundo. Recuperado de: https://www.bbc.com/news/world-europe-54356336
[6] Op.Cit.
[7] Simmons, op cit.
[8] The Economist. (10/octubre/2020). The Azerbaijan -Armenian conflict hints at the future of war. The Economist. Recuperado de: https://www.economist.com/europe/2020/10/10/the-azerbaijan-armenia-conflict-hints-at-the-future-of-war.
[9] Op.Cit.
[10] DW Actualidad. (09/octubre/2020). Azerbaiyán y Armenia negocian un alto el fuego en el Karabaj. DW Actualidad. Recuperado de: https://www.dw.com/es/azerbaiy%C3%A1n-y-armenia-negocian-un-alto-el-fuego-en-el-karabaj/a-55224468