Análisis semanal 353: La otra campaña a la presidencia (28 de septiembre de 2020)

Año: 
2020

 

La campaña presidencial en los Estados Unidos se agita ante la negativa del presidente Trump de reconocer una posible derrota. Trump es en definitiva el gran protagonista de esta elección, aunque su oponente demócrata Joseph Biden, favorito en varias encuestas, obviamente desempeña un papel central en la contienda. Republicanos y demócratas acaparan casi toda la atención, sin embargo, existe otra campaña por la Casa Blanca. Una que a simple vista parece irrelevante e incluso pintoresca: la de los partidos minoritarios e independientes, que suman unas 30 candidaturas a la presidencia en las elecciones del próximo 3 de noviembre.

El sistema federal de EE. UU. otorga diversas potestades a los Estados en materia electoral. Así por ejemplo, los plazos para tener acceso a las boletas varían de un Estado a otro, desde mayo hasta septiembre de este año. Sin embargo, todos los candidatos a la presidencia tienen acceso por escrito en Alabama, Iowa, New Hampshire, Nueva Jersey, Pensilvania, Rhode Island y Vermont, donde no se requiere presentación para recibir votos por escrito y contar esos votos. Más allá de estos Estados, las distintas candidaturas varían en cuanto a su acceso a los 538 votos del colegio electoral. De los minoritarios únicamente el Libertario tiene acceso completo, el resto de los partidos y candidaturas independientes aparecerán en menos papeletas electorales y por tanto, tendrán acceso a menos votos del colegio, es el caso por ejemplo, del Partido Verde, el Partido por el Socialismo y la Liberación o el Partido Alianza 2020.

Jo Jorgensen, profesora de la Universidad Clemson es la candidata del Partido Libertario, que defiende las libertades civiles, el capitalismo de laissez-faire y apela a limitar la injerencia y tamaño del Estado. Los libertarios han participado en las elecciones presidenciales desde 1972, siendo la contienda del 2016 la que mejores resultados deparó al partido con casi cuatro millones y medio de votos que representaron 3,2% de los votos. Jorgensen presenta un programa político que defiende un sistema sanitario de libre mercado, rechaza la “guerra contra las drogas” y apuesta a la desregulación de la inmigración.

La candidatura del Partido Verde la encabeza en esta ocasión Howie Hawkins, activista y dirigente sindical de Nueva York. Los verdes presentan una plataforma basada en el ecosocialismo, posicionamiento que le ha granjeado el apoyo de otros partidos minoritarios como Marihuana Legal Ahora, Alternativa Socialista (trotskista), Solidaridad (feminista) y el Partido Socialista USA, de tendencia socialista democrática. La candidatura de Hawkins reafirma la recurrente división del socialismo democrático en EE. UU., pues si bien cuenta con el apoyo del Partido Socialista USA, los Socialistas Democráticos de América (DSA), la más grande organización socialista y de izquierda del país con unos 70.000 miembros, incluidas las diputadas demócratas Rashida Tlaib y Alexandria Ocasio-Cortez,  apoyó la precandidatura de Bernie Sanders, y cuando esté debió abandonar la lucha por la presidencia, anunció explícitamente que no apoyaría Biden ni a ningún otro candidato presidencial.

La candidatura de Hawkins defiende un sistema de Medicare universal, garantía para los empleos federales, salario mínimo de US$20 dólares por hora y un ingreso mínimo garantizado.

Con menos acceso a votos electorales está el Partido del Socialismo para la Liberación (marxista-leninista), que presenta la candidatura de Gloria La Riva, quien ya ha sido diez veces candidata a la presidencia, la última vez en 2016 cuando obtuvo el 0.05% de los votos; el centrista Partido Alianza 2020, fundado en 2018 y que postula a Rocky De La Fuente y el Partido de la Constitución, que nomina a Don Blankenship. La lista restante de candidatos incluye a independientes como Brock Pierce, director de la Fundación Bitcoin, el rapero Kanye West, el Partido Solidaridad Americana (demócrata-cristiano), el Partido Socialista de los Trabajadores (trotskista) y al Partido de la Prohibición, entre otros.

Más allá de la obvia imposibilidad de llegar a la Casa Blanca ¿tienen las candidaturas de terceros partidos e independientes algún chance de influir en el resultado final de la votación? La única incidencia posible parece ser la posibilidad de restar votos a las candidaturas de Trump y Biden.  Hasta el momento, los únicos candidatos que figuran en algunas de las encuestas como la de ABC/The Washington Post, son la libertaria Jo Jorgensen, que aparece con una intención de voto del 4% y el verde Howie Hawkins, con un 3%. Jorgensen podría restarle algunos votos a Trump, especialmente entre libertarios decepcionados por decisiones del presidente como el aumento del gasto militar, la negativa a apoyar la marihuana medicinal o las guerras comerciales con China. Por su parte, Hawkins podría restarle a Biden votos de demócratas de izquierda e independientes inconformes con su pasado belicista o su rechazo a la iniciativa Medicare for All, que Bernie Sanders había definido como una prioridad. El papel de las candidaturas minoritarias no puede entonces subestimarse