Análisis semanal 338: De pandemias, Sharp Power y otros males: la erosión de la institucionalidad democrática en Hong Kong (29 de junio de 2020)

Año: 
2020

 

Introducción

En tiempos convulsos por la pandemia mundial del COVID-19 y sus repercusiones económicas, las tensiones geopolíticas parecieran intensificarse en el marco de la crisis. No obstante, es difícil distinguir si dichas tensiones son producto de la crisis o si más bien la situación mundial es empleada para impulsar políticas de control territorial, institucional y social. Tal es el caso de las relaciones de Hong Kong y China, donde en días recientes se ha evidenciado una tentativa agresiva por parte de China en contra de los grupos opositores hongkoneses a su visión de Una sola China. El siguiente artículo analizará la última ley de seguridad para Hong Kong aprobada por el Gobierno chino, a la luz del concepto conocido como sharp power  con el fin de evidenciar el desgaste generado por la praxis política china a la institucionalidad democrática hongkonés.

Contexto: Un país, dos sistemas vs Una sola China

Para entender el conflicto entre la sociedad civil hongkonesa y las élites gubernamentales chinas y de Hong Kong, es necesario retroceder al momento en que Gran Bretaña devuelve el territorio hongkonés a la Administración china en 1997. El sistema un país, dos sistemas, de acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular de China, corresponde a la idea diseñada por Deng Xiaoping para mantener la estabilidad y paz social entre territorios separados por razones históricas, concediendo ciertos niveles de autonomía organizativa bajo un modelo de un solo país[1]. Esta lógica se pretendía implementar para resolver el conflicto territorial con Taiwán pero que dio resultados exitosos en sus inicios en el proceso de reunificación con Hong Kong. Las razones detrás de esta visión tienen que ver con un asunto de identidad ideológica nacional. Hong Kong, al haber sido colonizado por Gran Bretaña y adoptó e incorporó su modelo democrático (de manera tenue) en su sistema institucional; esquema de organización totalmente opuesto al unipartidismo chino que permea toda la institucionalidad del sistema. Mientras que en términos normativos, Hong Kong define claramente principios como el debido proceso y en cierta medida aplica la separación de poderes, en China el Poder legislativo, ejecutivo y judicial son encarnados por el Partido Comunista Chino. De acuerdo con Benny Yiu-ting Tai, catedrático de la Facultad de Derecho de la Universidad de Hong Kong,  el entendimiento oficial que promueve el Partido Comunista Chino sobre el Estado de Derecho, superpone los mecanismos y tecnologías de control social a costas de garantizar poderes arbitrarios a las autoridades gubernamentales, así como la restricción de libertades fundamentales [2].

Cuando se está ante la presencia de dos culturas políticas e institucionales antagónicas, es correcto suponer los intentos de dominación de una sobre la otra. Dada la diferencia en tamaño territorial y poblacional, la fortaleza de China sobre Hong Kong es notoria en diferentes ámbitos: el político, diplomático, comercial y mediático. Esto se vio reflejado en el 2019 durante las protestas en las calles de Hong Kong como respuesta a un proyecto de ley de extradición de personas de Hong Kong a China, el cual fue visto por la sociedad civil de la isla como una amenaza a su autonomía y a los derechos civiles de los individuos. [3] En las últimas semanas, y en el marco de la pandemia por el COVID-19, se han retomado las protestas contra el Gobierno chino producto de la aprobación de la ley de seguridad que impuso la Administración a Hong Kong.

¿Qué contiene esta ley que catalizó la movilización ciudadana? De acuerdo con BBC Mundo News, esta ley impulsa la instalación de una oficina de vigilancia de seguridad nacional en territorio chino, la cual asumiría todos los casos judiciales en materia de seguridad nacional y se encargaría de fiscalizar la educación en esta misma materia a la ciudadanía. [4] Lo que más preocupa a los opositores es la facultad autoasignada por parte de las autoridades de anular la legislación vigente que contradiga la nueva ley.

La respuesta de la Comunidad Internacional

Las reacciones de los actores de la escena internacional no se hicieron esperar ante estos hechos. El Parlamento Europeo planteó como reacción institucional llevar a China a la Corte Internacional de Justicia en la Haya, de imponerse dicha ley [ibíd.] El Senado de los Estados Unidos aprobó de manera unánime una ley que penaliza los bancos estadounidenses que sostengan relaciones comerciales con autoridades chinas. [5] En el caso de Gran Bretaña, Boris Johnson ha impulsado una política de apertura migratoria a más de 3 millones de hongkoneses, considerado por Jonathan Marcus una prueba  para su administración en la realización de su proyecto de política exterior, “Global Britain”, la cual hasta el momento ha carecido de forma y contenido [6]. Estas reacciones se suman a los cuestionamientos de la comunidad internacional al manejo de la información respecto a la gestión de la propagación del COVID-19, donde los actores comerciales más fuertes de Oceanía y Europa (Australia y Alemania) han presionado al régimen para que vislumbre lo sucedido en Wuhan

¿Cómo entender la praxis política china?

Para 1994, ya Henry Kissinger observaba con preocupación el ascenso económico (así como su crecimiento miliar) acelerado de la nación china como producto de sus políticas de apertura comercial, dado que creía que su influencia en la región asiática entraría con el también creciente Japón en una dinámica de competencia comercial y diplomática que llevaría  a un inevitable choque entre actores. De acuerdo con Kissinger, las presiones de parte de Occidente para la concesión de solicitudes en materia derechos humanos en el marco de negociaciones comerciales es la extensión de una larga fila de humillaciones históricas que remontan a las Guerras del Opio, lo cual se considera como un intento de desplazar los valores confucianos que caracterizan la institucionalidad china por los valores liberales occidentales [7].

En esa línea, Constantino Urcuyo, profesor e investigador del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR), explica la política y diplomacia China a partir de sus esfuerzos por consolidar una nueva ruta de la seda, o también denominado La Franja y la Ruta.  Este es el nombre del proyecto político e infraestructural a nivel global direccionado a colocar a China como un nuevo centro en el mundo. Para esto, recurre a una aproximación diplomática inclinada al bilateralismo y el multilateralismo capaz de consolidar acuerdos comerciales que garanticen la presencia China en distintos puntos estratégicos tanto a nivel marítimo como terrestre. Para que esto sea posible, se requiere instalar el imaginario de una sola China indivisible, sin actores que representen un peligro para su unidad identitaria frente a la potencia hegemónica que sería Estados Unidos. Un aspecto clave en esta operación es lo que denomina Urcuyo como paciencia estratégica. Esto se refiere a la capacidad de las élites chinas de crecer paulatinamente tanto en términos de influencia comercial como en distintos organismos internacionales [8]

Esta paciencia estratégica basada en la concepción del soft power (ejercicio del poder mediante tácticas de convencimiento, diálogo y consenso) constituye una de las caras del hegemón, en términos de Urcuyo. En 2017, en un intento por redefinir la praxis política doméstica y exterior, Christopher Walker y Jessica Ludwig publicaron un artículo en la revista Foreign Affairs denominado The Meaning of Sharp Power-How Authoritarian States Project Influence. En él, los autores argumentan que las prácticas de influencia política, interna y externa, que ejercen regímenes autoritarios como China y Rusia tienden a ser vistos desde el foco del soft power, no obstante algunas de ellas son abiertamente coercitivas. De acuerdo con Walker y Ludwig, las iniciativas educativas y culturales del Gobierno chino en otros países vienen acompañadas con procesos de monopolización de ideas, supresión de narrativas y explotación de instituciones pareja. Esto se puede ver reflejado en los esfuerzos para reconocer la indivisibilidad de China, el aislamiento diplomático de Taiwán por medio del desconocimiento de los demás países de su soberanía como requisito para entablar relaciones comerciales o incluso las tecnologías de control y puntaje social vía reconocimiento facial. [9]

De acuerdo con Benny Yiu-ting Tai, la herramienta más crítica del partido comunista en la expansión del autoritarismo en Hong Kong es mediante el Estado de Derecho, o en inglés rule of law. La inexistencia de instancias judiciales que garanticen el respecto de los derechos fundamentales de los ciudadanos y la posibilidad de las autoridades de cambiar los significados de las leyes a conveniencia (contrario a la seguridad jurídica) hacen que Hong Kong ostente un Estado de Derecho autoritario en términos de Tai.

Costa Rica en el marco de la estrategia china

Costa Rica experimentó de primera mano las exigencias de China de reconocer la indivisibilidad de su territorio en el año 2007 cuando el exmandatario Óscar Arias decidió romper relaciones diplomáticas con Taiwán; una relación de más de 60 años. El exmandatario lo definió como un acto de “realismo elemental” y un “despertar a un contexto global”. En la actualidad, el Presidente de la República, Carlos Alvarado, en una conversación con el mandatario chino Xi Jinping, afirmó que “Costa Rica se apega con firmeza al principio de una sola China y está lista para trabajar con este país para fortalecer la cooperación…” Reconocer una sola China implica rechazar tácitamente cualquier discurso, interno o externo de las comunidades autónomas, que implique un desafío a los intentos de unificación de China.

Conclusiones

Hong Kong enfrenta un panorama convulso a nivel político. Las voces de resistencia a los intentos de intromisión china al modelo organizativo de la isla topan con toda una articulación institucional global diseñada para censurar los mensajes de disidencia al régimen, lo cual resulta fútil en un contexto donde la inmediatez digital permite la difusión de información que escapa del control gubernamental, permitiendo la visibilización  de los actores colectivos que luchan por preservar su sentido de identidad política en su territorio.

Notas

[1] Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular de China. (2005). ¿Por qué es viable el principio de “un país, dos sistemas”? https://www.fmprc.gov.cn/esp/ljzg/zztw/t2854.htm

[2] TAI, B. Y., CHAN, K., PU, S., LUI, B. P., POON, Y., LEUNG, Y., YING, F., & LAM, H. (2018). China´s sharp power in Hong Kong (B. TAI (ed.); 1st ed., Vol. 1, Issue). Hong Kong Civil Hub. https://hkcivilhub.com/2019/02/25/chinas-sharp-power-in-hong-kong/

[3]John, T. (2020). ¿Por qué hay protestas en Hong Kong? | CNN. CNN. https://cnnespanol.cnn.com/2019/08/14/por-que-continuan-las-protestas-en-hong-kong/

[4] BBC News Mundo. (2020). Las revelaciones de la polémica ley de seguridad que China quiere imponer a Hong Kong y que han generado rechazo internacional. https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-53047103

[5] The Globe and Mail. (2020). U.S. Senate passes bill in response to China’s Hong Kong law - The Globe and Mail. https://www.theglobeandmail.com/world/us-politics/video-us-senate-passes-bill-in-response

[6] Marcus, J. (2020). Lo que la crisis de Hong Kong revela sobre China y el nuevo orden mundial. BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-53273632

[7] Kissinger, H. (1994). Diplomacy (1st ed.). Simon & Schuster Paperbacks.

[8] Urcuyo, C. (2019). China y EE.UU.-Geopolítica y Estrategia en el siglo XXI (1st ed.). Universidad de Costa Rica.

[9] Walker, C., & Ludwig, J. (2017). The meaning of sharp power-How authoritarian states project influence. Foreign Affairs. https://www.foreignaffairs.com/print/node/1121385