La historia italiana, como sus ciudades y sus monumentos, que son parte de la formación de la cultura occidental, carga también un peso en la construcción del concepto de política; desde los pensadores que perfeccionaron los modelos democráticos y consolidaron lo que hoy conocemos como el Derecho romano, hasta las infaustas alianzas con una Alemania nazi que cambió el mundo. [1]
Resulta irónico, entonces, que un país que está construido en piedra, tenga una política tan volátil. Sin embargo, si se ven las crisis que todo el continente ha enfrentado; las oleadas de migrantes, el resurgimiento de una derecha extremista, las constantes crisis económicas, etc. Se puede observar a Italia como un síntoma más de la enfermedad que amenaza terminar con la Unión Europea como la conocemos.
Mientras el mundo continúa paralizado con noticias del COVID-19, entre cuarentenas y distanciamiento social, el mundo sigue girando y las elecciones italianas no son ninguna excepción; desde el 26 de enero y hasta el 6 de septiembre de este año, se gestan las elecciones regionales, en las que se eligen los representantes que conformarán la nueva cámara baja y que tendrán la labor de elegir -mediante una votación secreta- al nuevo presidente italiano, que servirá al país por siete años.
En las elecciones regionales, gracias a una nueva ley electoral impuesta en el 2017, los ciudadanos italianos tienen dos votos, y pueden votar por diferentes partidos si así lo quieren. 37% de los asientos se asignarán por elección directa, y el otro 64% será otorgado por proporcionalidad, lo que quiere decir que se eligen de manera indirecta basados en listas propuestas por los partidos. Entonces, “[…] algunos asientos serán ocupados por candidatos que fueron elegidos directamente para representar a los ciudadanos de su localidad y el otro dividido proporcionalmente entre cada partido o coalición basado en su desempeño a nivel nacional.” [2].
Estas elecciones parecen ser un juego de “halar la cuerda” para ver quién se queda con Italia; si la coalición del Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y el Partido Demócrata -con un discurso anti-establishment- y la Liga Norte- con Matteo Salvini a la cabeza-, con un discurso antinmigración y populista.
Si se toman las elecciones regionales de enero como un indicador; todo parecería prever una derecha agonizante. A inicios de este año, en la región de Emilia-Romagna, el candidato de centro-izquierda, Stefano Bonaccini, contra lo que adelantaban las encuestas, ganó con un 51.4 % de los votos, mientras que la candidata de la Lega -Lucia Borgonzoni- obtuvo un 43.6 % de los votos. Este triunfo, ha sido acreditado en gran medida a la intervención de las “sardinas”.
Este escenario es interesante, ya que se consideraba una prueba de la aprobación del gobierno de coalición nacional. Nicola Zingaretti, líder del Partido Demócrata mencionó que “[…] El señor Salvini hizo una campaña para derrocar el gobierno, pero el gobierno no sólo ha salido victorioso, sino que fortalecido.” [3].
Emilia-Romagna, una rica región del norte de Italia, caracterizada por su pasado medieval, excelente gastronomía y famosas localidades turísticas hacia el mar Adriático, como la conocida Rímini; ha sido un campo electoral de cuidado en la política italiana.
¿Pero, qué son “las sardinas” y porqué se han ido convirtiendo en una fuerza política a tener en consideración en Italia?
Es un movimiento que nace de manera espontánea -como muchos movimientos se gestan en la actualidad, por Facebook- y por iniciativa de cuatro jóvenes de treinta años. El movimiento surge como una voz para enfrentarse a la de Salvini, y le acreditan al político la razón de su unión.
El movimiento nace oficialmente el 15 de noviembre, en Piazza Maggiore, en Bolonia, la capital de la región, cuando más de 6000 personas se reúnen, apretados como “sardinas”, una oleada de inconformidad contra el discurso de Salvini, que según dice uno de sus fundadores y actual líder, Mattia Santori, un graduado en Ciencias Políticas de 32 años: “Somos más un anticuerpo que un movimiento político”, aunque anticuerpo, anti-Salvini, al final.
Doménech, cita la convocatoria que se puso en Facebook preparándose a la próxima visita de Salvini en ese entonces:
Se buscan sardinas", […] “nos encontraremos con viento o lluvia, para recordar a todos que Emilia no es la que relata Salvini, no es una tierra de odio y racismo, sino de paz, honradez, de las tradiciones y valores de la Resistencia (contra el nazifascismo) [4].
Es un movimiento político que no quiere convertirse en un partido, sin embargo, se identifican como “antisalvinistas” y con una ideología en las líneas de la izquierda reformista.
Salvini, utilizando la comunicación a lo Donald Trump; irreflexivo e imprudente declaró que “Prefiere los gatos a las sardinas, porque se las comen cuando tienen hambre” [5], suavizando el discurso unos días después, pero queda claro que es un movimiento al que el político italiano le teme, y quizás debería hacerlo. No es típico de los italianos formar parte de la política de manera tan activa, más bien la norma suele ser la apatía y la pasividad ante los procesos electorales.
Se podría decir que Italia tiene un problema de “exceso” de democracia, y si se creía que no se puede tener mucha democracia -y simplificando el término sólo a elecciones- desde el año 1861, el país ha tenido 41 elecciones generales, con las próximas previstas para el 2023, 57 elecciones regionales desde el año 1947, 72 elecciones locales desde 1941 y un total de 23 referéndums desde 1946; dos que ocurrieron en el mismo año: en abril y diciembre del 2016, en menos de diez meses, se llamó a votar dos veces a la población. [6]
Se les atribuye a las sardinas que Salvini perdiera en Emilia-Romagna, luchando contra el antirracismo, antifascismo y el anti populismo con cantos que evocan a la resistencia partisana durante la Segunda Guerra Mundial, como el ya famoso: “Bella Ciao” y pescados de papel.
Las prioridades del movimiento, que busca continuar con vida y romper con el canon de los movimientos italianos que tienden a morir rápidamente, son:
Que los funcionarios electos trabajen desde sus despachos, que los ministros hablen sólo por vías institucionales, transparencia de la política en las redes sociales, mensajes veraces de los medios de comunicación, que la violencia en cualquiera de sus formas sea excluida de la política, considerando equiparable la violencia verbal a la física y que el decreto anti inmigración de Salvini, sea abrogado. [7]
Los votantes de izquierda están desencantados, el Partido Democrático no ha logrado luchar contra la máquina de propaganda de Salvini (se les ve como demasiado “correctos”), el Movimiento Cinco Estrellas (M5S), no logró la regeneración política que hace una década pretendía lograr.
Esta iniciativa alimentada de los “flashmob”, los “like” y los comentarios, ha visto como empiezan a proliferar organizaciones similares en las principales ciudades italianas, hasta darle un carácter nacional, que se vio refrendado con la gran concentración del 14 de diciembre en Plaza San Giovanni en pleno corazón de Roma, donde más de 40 000 sardinas, con lemas como “Roma no se rinde” o “No al odio” y entonando “Bella Ciao”, reiteraron que “Italia no es odio, discriminación o desigualdad, Italia somos nosotros, las sardinas que creemos en un futuro mejor, en valores como el amor, el respeto o los derechos humanos. Debemos resistir, no podemos permitir que se viole la democracia”, en las palabras de Pietro Bartolo, médico de Lampedusa y eurodiputado por el PD.
Se conviertan o no en un partido político, el movimiento de las sardinas ha logrado revitalizar una Italia que se creía que había muerto por la pasividad de sus ciudadanos. Las siguientes elecciones serán, definitivamente algo interesante.
Es el caso del tiburón político con experiencia en contra de un movimiento nuevo, sin embargo, su poder está en sus números, recordemos que una sardina sola puede ser una presa fácil, pero un grupo grande de ellas pueden contra cualquier amenaza.
Notas
[1] BBC News, (07/febrero/2019). Italy profile -Timeline. BBC News, Recuperado de: [https://www.bbc.com/news/world-europe-17435616]
[2] The Local Italy. (12/mayo/2020). An introductory guide to the Italian Political system. Recuperado de: [https://www.thelocal.it/20170518/italys-political-system-key-things-to-know]
[3] Horowitz, J. Povoledo, E. (26/enero/2020). Italy Election deals blow to nationalist leader Salvini. The New York Times. Recuperado de: [https://www.nytimes.com/2020/01/26/world/europe/italy-election-Salvini.html]
[4] Doménech, R. (19/noviembre/2019). Las sardinas, el movimiento que planta cara a Salvini. El Periódico. Recuperado: [https://www.elperiodico.com/es/internacional/20191119/las-sardinas-movimiento-que-planta-cara-a-salvini-7742796]
[5] Redacción, (16/diciembre/2019). “Las Sardinas”, el multitudinario movimiento que le planta cara a la extrema derecha en Italia. BBC Mundo. Recuperado de: [https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-50769115]
[6] Wikipedia. (2020). Elections and referendums in Italy. Recuperado de: [https://en.wikipedia.org/wiki/2020_Italian_regional_elections]
[7] Tori, M. (28/enero/2020). Qué es el movimiento de las Sardinas, el 15-M italiano que ha frenado a Salvini con el “Bella Ciao”. El Español. Recuperado de: [https://www.elespanol.com/mundo/20200128/movimiento-sardinas-italiano-frenado-salvini-bella-ciao/462954807_0.html]