Análisis semanal 327: COVIDesigual: sistema de seguridad social estadounidense (29 de abril de 2020)

Año: 
2020

La actual pandemia del COVID-19 ha traído, además de los lamentables fallecimientos de miles de personas, las incalculables pérdidas económicas de los sectores productivos, comerciales y empresariales, y las múltiples políticas de confinamiento/aislamiento social; una nueva puesta en debate acerca del éxito o fracaso de los distintos sistemas de seguridad social, haciendo énfasis en el sector salud.

I. Medicare y Medicaid: principales sistemas de seguridad social

Bajo esta premisa, los Estados Unidos se han situado de nuevo en el centro de discusión al convertirse en el nuevo centro de la pandemia. No obstante, este centro no tiene un sentido equitativo en tanto los casos se concentran en diversos focos poblacionales vulnerables, evidenciando un sistema de seguridad salud vulnerable y desigual.

A modo de repaso histórico, Alejandro Arrieta en la Revista Latinoamericana de Derecho Social expone un elemento trascendental en la historia de la seguridad social estadounidense, donde

Sería hasta 1965, treinta años después de la creación del sistema de seguridad social en los Estados Unidos que una enmienda a la Ley de la Seguridad Social añadiría dos títulos para ofrecer seguro de salud público a la población mayor de 65 años y seguro de salud asistencial a la población pobre. Por lo que el presidente Lyndon B. Johnson firmó la enmienda, convirtiéndola en ley el 30 de julio de 1965, y creando con ellos los sistemas nacionales de seguro Medicare y Medicaid. [1]

En cuanto al sistema Medicare la información se esboza en la siguiente figura,

Precisamente, las brechas e insatisfacciones por las condiciones de Medicare -principalmente la cobertura parcial o nula a tratamientos médicos o medicinas-; propició un elemento clave para el surgimiento  y consolidación del sector privado en la salud, al ofrecer planes de salud para la población que lo podía costear, llamados Medigap. Aprovechando este clivaje que abrió portillos para la expansión del sector privado en los servicios de salud, en los siguientes años se desarrollaron partes C y D (medicamentos con prescripción) de Medicare, -consolidadas por la Ley de Modernización de Medicare del año 2006-, donde estas partes, que permitieron la entrada de seguros privados, consolidaría las intenciones que databan desde hace décadas.[2]

Por otra parte, el segundo programa insignia de la seguridad social norteamericana se llama Medicaid, para el cual Arrieta indica que

...El programa extendió la asistencia federal a los estados por pagos de salud a proveedores de salud que atendían a personas en pobreza. A diferencia de Medicare, Medicaid  es  un  programa  administrado  por  cada  estado.  Los  estados  no  están  obligados  a  participar  en  Medicaid,  aunque  a  la  fecha  todos  lo  hacen. En  resumen, Medicaid es un seguro de salud público para personas de todas las edades que demuestren que sus ingresos y recursos no son suficientes para cubrir servicios de salud. Cada Estado determina los criterios de elegibilidad y los beneficios de salud cubiertos.[3] 

Es por esto que Arrieta (2016) concluye que a pesar de que Medicare y Medicaid brindaron un nuevo paradigma en la seguridad social estadounidense al crear una forma de seguro con rol contributivo del Gobierno, el desarrollo de los mismos se ha visto bajo un rol cada vez más importante del sector privado en la evolución del aseguramiento de la salud.[4]. Es esta una de las razones de los altos costos de los servicios médicos.

En una nota publicada por Sainato (12 de enero de 2020), éste expone una realidad de los altos costos de los servicios de salud, partiendo de

Un estudio llevado a cabo en 2009 por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard evidencia que 45.000 estadounidenses mueren cada año como resultado directo de no tener un seguro de salud. En 2018, 27,8 millones de estadounidenses no tuvieron ningún tipo de seguro de salud durante todo el año.[5]

Ante esto, y en el marco de las elecciones presidenciales de noviembre, han surgido diversas propuestas para reforzar el sistema de seguridad social, principalmente bajo la figura de Joe Biden, ex vicepresidente de Barack Obama y candidato del Partido Demócrata -a falta de algunos procesos y la ratificación por el partido-. Paul LeBlanc ha sistematizado algunas de las más importantes, entre las cuales destacan

Su plan incluye una nueva “opción pública” que permitiría a las personas comprar un programa que, según su campaña, sería similar a Medicare.

  • La propuesta tendría un precio de 750.000 millones de dólares durante 10 años, dijo su campaña.
  • Biden propone pagar el proyecto de ley elevando los impuestos sobre la renta de los estadounidenses más ricos al 39,6%, revirtiendo parte de la Ley de reducción de impuestos apoyada por un Congreso de mayoría republicana en 2017, y al exigir a quienes ganan más de un millón de dólares al año que paguen 39,6% de impuestos sobre las ganancias de capital, en lugar del 20% actual.[6]

II. COVIDesigual

Actualmente, Estados Unidos arroja cifras preocupantes que ponen en discusión el desarrollo y progreso por el cual han optado, para lo cual Serrano muestra el siguiente escenario de la situación

Tabla 1. Ciudad/Estado estadounidense y sus cifras según el COVID-19.

Cuidad/Estado

Cifras

Nueva York

El epicentro de la pandemia en EE.UU., hasta el 8 de abril el 28% de las 4.009 muertes por covid-19 eran personas afro, según datos revelados por el gobernador Andrew Cuomo.[...] En la ciudad de Nueva York, por ejemplo, las cifras muestran que el 34% de las muertes son de hispanos, un porcentaje incluso más alto que los afroamericanos.

Chicago

La sexta ciudad más poblada del país y una de las pocas que había publicado este tipo de datos, hasta el 5 de abril cerca de la mitad de los casi 5.000 contagiados era personas de origen afro. Allí habían muerto 1.824 afroamericanos, frente a 847 blancos, 478 hispanos y 126 personas de origen asiático. Es decir, representaban el 72% de las muertes, aunque solo son el 30% de la población en una ciudad de 2,7 millones de habitantes.

Michigan

Los afroamericanos conforman solo el 14% de la población, pero acumulan el 33% de los casos reportados de covid-19 y el 41% de las muertes, según datos de las autoridades sanitarias del estado.

Louisiana

En el sur del país, cerca del 40% de las muertes por covid-19 han ocurrido en Nueva Orleans, donde la mayoría de los habitantes son de origen afro. Hasta el 8 de abril, esa ciudad había reportado 4.942 casos y 185 muertes.

Milwaukee, en Wisconsin

hasta el viernes 3 de abril se habían registrado cerca de mil casos de covid-19, casi la mitad de ellos eran afroamericanos, aunque solo son el 26% de la población de la ciudad, según un estudio de ProPublica. De las 27 muertes que se habían reportado, 21 fueron de personas afro.

Fuente: Elaboración propia con base en (Serrano, 8 de abril de 2020, párr.7-17/42) (resaltado propio del autor)[7]

Estas cifras se complementan y agravan al tratar a la población hispana y migrante-indocumentada, éste último siendo un gran sector poblacional que no cuenta con seguro médico, el cual “...tiene aproximadamente 11 millones de inmigrantes indocumentados que temen entrar en contacto con las autoridades, y una cultura laboral que provoca que algunas personas no falten al trabajo por miedo a perder sus empleos.”[8]

            III. Conclusiones

Este panorama previamente descrito debe servir a la ciudadanía y al Estado costarricense a valorar y sumar esfuerzos para proteger el sistema de seguridad social con el que cuenta, donde, más allá de promesas por saldar deudas y discursos altisonantes que poco aportan, las propuestas y acciones afirmativas deben ir orientadas en fortalecer la seguridad social como sistema vertebral de una ciudadanía moderna. Los recursos destinados a la promoción de la salud no son gastos, son inversiones que se retribuyen en el bienestar de la población.

Notas


[1]Arrieta, A. (2016).  Seguro de Salud y Principio Contributivo de la Seguridad Social en los Estados Unidos de América. Revista Latinoamericana de Derecho Social,

Volumen 23, 2016, pp. 3-30. Recuperado de: https://reader.elsevier.com/reader/sd/pii/S187046701630001X?token=1257C5728CFEA679DBE98CE93569BBB7B00792D2CA52B27C99DD96263519AC655156DB08A10829BDB138525705E468C0

[2] Ibid.

[3] Ibid.

[4] Ibid.

[5] Sainato, M. (12 de enero de 2020). El sistema sanitario de EEUU mata: el 25% de la población no se puede permitir el tratamiento médico que necesita. El Diario.es. Recuperado de: https://www.eldiario.es/theguardian/estadounidenses-muriendo-permitir-tratamientos-necesitan_0_983051886.html. El resaltado es propio.

[6] LeBlanc, P. (9 de marzo de 2020). Biden vs. Sanders: cómo se comparan en salud, inmigración y otros temas clave. CNN en Español. Recuperado de: https://cnnespanol.cnn.com/2020/03/09/biden-vs-sanders-como-se-comparan-en-temas-clave/

[7] Serrano, C. (8 de abril de 2020). Coronavirus en EE.UU. | El devastador impacto del covid-19 entre los afroamericanos. BBC News Mundo. Recuperado de: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-52219474

[8] Las debilidades del sistema de salud de EE. UU. frente al coronavirus. (5 de marzo de 2020). El Tiempo. párr. 4.  Recuperado de: https://www.eltiempo.com/mundo/eeuu-y-canada/coronavirus-debilidades-del-sistema-de-salud-en-estados-unidos-469286